Partida Rol por web

Abrí los ojos totalmente desconcertada, sabiendo que alguien tenía que haber hecho algo por mí, entonces con la mirada busqué a Magnus, no podía moverme pero sabía muy dentro de mí que todo iba a estar bien, me sentía fuerte al menos mentalmente y así, agradecí a Magnus, cuando pudiera hablar, lo haría de otra manera pero mientras tanto, así estaba bien. Supuse sin poder preguntar, que habían acabado con los trasgos y que ahora podíamos seguir nuestro camino pero de pronto noté que no estábamos todos y dentro de mí, pedí que estuviera equivocándome y no fuera lo peor. Odiaba que tuvieran que cargar conmigo, sólo esperaba que no fuera por mucho tiempo.

Recibo el impacto de la masa de mi enemigo, por suerte mis reflejos y mi armadura ligera me ayudan a absorver el impacto. Escucho el grito del Paladin a mi espalda y eso me despierta para actuar. Rapidamente giro hacia la izquierda y doy un roll hacia adelante para situarme entre el trasgo que me golpeo y su via de escape. De esa forma el paladin lo encontraria de espaldas al entrar por la cueva, aunque tampoco pensaba dejarlo vivir tanto...

Tras mi gracil pirueta la criatura queda mareada intentando seguir mis movimientos, cosa que yo aprovecho para una vez que termine de rolar hacia adelante impulsarme hacia la bestia con mis espada por delante. El arma se hunde en el pecho del trasgo que apenas puede exhalar un ultimo aliento, antes de caer muerto en el lugar cuando retiro mi espada.

El trasgo muerde el polvo, y antes que Nathan pueda apañarselas con los laboriosos (y aterrados) bichejos, estos empujan con toda la fuerza que pueden, y la enorme roca se mueve un mucho más... Dejando apenas espacio para que un mediano (o un trasgo) entre o salga por allí...

- ¡Maldición, están cerrando la entrada! ¡Rápido Lorethel! - exclamo a modo de orden mientras avanzo hacia el trasgo más cercano y blando la espada contra él, pero sin lograr acertarle

...Luego de ultimar la enana a un trasgo durmiente, perderse Nathan en la entrada a la cueva, y escucharse algo así como un aviso de combate, la piedra se mueve cuatro veces de a pequeñas distancias, casi cerrando la entrada a una persona de tamaño normal!

Dificil saber qué ocurría bajo tierra, pero lo cierto era que un mediano, un trasgo u otra criatura de tamaño menudo a pequeño podría aún ingresar tranquilamente, más no un humanoide normal...

Luego de acabar con el primer trasgo me acerco a donde esta Nathan para ayudarle a acabar con el resto de bichejos. Intento hundir mi espada en el mismo bicho al que Nathan habia fallado, pero el escurridizo monstruo consigue esquivar mi intento.

-Nathan, hay detenerlos!!! Solo durbara podria pasar por ese pequeño agujero.

Los trasgos, al ver al enemigo sobre sus espaldas, y a sabiendas (cosa que ustedes desconocen) de la matanza realizada la noche anterior, no habiendo podido cerrar del todo la entrada, optan por lo que mejor saben cuando las cosas no les van como prefieren... Escapar!

Los trasgos contra la pared izquierda rodean la escalera por el lado opuesto a ustedes, pero los dos que aún no habían vuelto a empujar las palancas contra vuestro lado intentaron pasar por entre ustedes!

Uno de los trasgos (t3) intenta pasar entre Nathan y la pared derecha, quedando a su entera dispocisión su espalda!

El otro trasgo (T4) logra filtrarse bajo el arma de Lorethel!  

Parece ser que los trasgos empezaron a sentir miedo al vernos cargar contra ellos y empezaron a huir... ¡y 2 de ellos intentan escapar entre nosotros! Uno de ellos realiza una pirueta que me pareció realmente espectacular, pero al otro lo tengo al alcance de mi filo, así que blando mi arma y logro herirle en el costado, provcando que lanzara un chillido de dolor.

- ¡La ira de Tyr caerá sobre vosotros!

El trasgo que pasa a un costado de Nathan se come un tajo a lo largo de su espalda! Sin embargo llega hasta la parte superior de la escalera!

Sus compañeros salen de la cueva, pero el herido queda dentro de la misma, al igual que el primero de los trasgos en las palancas (el que ha evitado ambos ataques)... Sin embargo, este último se postra de rodillas con las manos entrelazadas pidiendo clemencia en su idioma que, ininteligible para ustedes, se entiende de igual modo...

Tras ver cómo el trasgo que herí pasa de largo me centro en el otro que se queda enfrente de mi, al parecer pidiendo clemencia. No... no tengo estómago como para matar a un ser indefenso y aterrorizado, aunque sea malvado... así que voy a por el que herí en el costado. Le alcanzo y le asesto un golpe mortal, sin darle opción alguna a hacer nada.

Tras comprobar que éste había muerto, me giro hacia el trasgo que seguía arrodillado, aterrorizado. Indico a Lorethel que no le ataque, pues quería decirle algo a ese pequeño ser.

- Escúchame bien. Si colaboras con nosotros mostraré clemecia y dejaré que te vayas con vida - digo, esperando que aquel trasgo me entendiera

Ven aparecer tres trasgos desarmados, y aterrorizados por el angosto orificio de la entrada cubierta con la piedra!

No alcanzan a correr al extremo norte del claro, pero los ven encarando a tal sitio... 

Al verse amenazados los trasgos que estaban operando el mecanismo de apertura escapan, uno por debajo de mi arma , otro cerca de nathan que logra asestarle un espadazo en la espalda, y el resto por el otro lado. Habiamos logrado evitar que cerraran por completo la entrada, pero el lugar que habia dejado era muy pequeño... debiamos hacer algo.

Por suerte uno de los dos trasgos que paso cerca nuestro decidio rendirse antes de escapar.... esta era la oportunidad que necesitabamos. Mirando algo incredula como el Paladin me dice que no lo ataque y a su vez intenta hablarle en legua comun.

Haciendo caso omiso del Paladin me adelanto con mi espada en mano y dirigiendo la punta al cuello del trasgo lo señalo a el y luego al mecanismo. El mensaje no podia ser mas claro... la idea era que el bichejo nos ayudara a abrir la entrada nuevamente, tambien podiamos pedirle a durbara que pase por el pequeño lugar que quedaba para que nos ayude.

Luego de hacerle las señas al bicho, me vuelvo hacia Nathan.

-Una imagen dice mas que mil palabras.

Al terminar la frase le guiño un ojo y acompaño a la criatura a punta de espada hacia el mecanismo.

Esbozo una sonrisa y asiento con la cabeza al comprobar cómo Lorethel y yo hemos tenido ideas similares. Era extraño que un paladín y una pícara hubieran tenido la misma idea, aunque no comparto en absoluto las formas de la pícara. Se me ocurre intentar asomarme y pedir a Durbara que viniera a ayudarnos a abrir nuevamente la entrada. Pero antes tenía que decirle una cosa a Lorethel.

- Procura no hacerle daño alguno, salvo que haga algo sospechoso o intente huir

La enana vuelve a destruzar el craneo de otra criatura, con un golpe limpio y mortal. Primero aniquila a otro de los durmientes bandidos trasgos, y avanza al norte, quedando nuevamente al lado de otra de las pequeñas aunque malignas criaturas... La sangre aún gotea de su hacha!

Magnus respira más tranquilo al ver como Arshade abre los ojos.

Tranquila. Aun estás debil. Tomatelo con calma.

Acto seguido realiza otra pequeña plegaria a su dios para que la maga pueda al menos levantarse y moverse de forma normal. Sobretodo por si tienen que correr.

Cuando acaba se da cuenta de los nuevos trasgos que salen de la cueva. Aunque estos parecen más interesados en el bosque que en ellos, además de estar desarmados.
Aun así, aferra su espada por si acaso mientras se pone en pie.

Me puse de pie lentamente, apenas podía creer que hubiera conseguido salir viva de todo aquello y sin embargo sabía que uno de los responsables era Magnus, aunque no dudaba que todos tuvieran un poco que ver.

-Gracias...-dije suavemente poniendo una mano en su hombro.-Algún día te lo pagaré, a todos...

Pero entonces vi a los trasgos, estaban desarmados, ciertamente pero empezaba a aborrecer más de lo que nunca creí a aquellos bichos.

Mientras Durabará se las apaña con el último trasgo durmiente, Arshade agradece a Magnus, Hugash intenta apañarselas con los trasgos que repentinamente habían salido desarmados (y aterrados) de la cueva... Alcanza a dar con uno de ellos, el más  rezagado, matandolo de un solo golpe en la espalda... Los restantes logran alcanzar el bosque entre chillidos para desaparecer sin más...

Nathan por su parte, saca la cabeza por la abertura de la entrada a la cueva, para dar el "este cuarto está limpio"...

Lorethel observa los alrededores, aún con la sangre goteando de su espada, y cae en la cuenta de que hay dos salidas de aquella cámara (aparte de la exterior por la que ingresaran)... Una de ellas, con una puerta que haría las delicias de cualquier "especialista en seguridad"... La otra... Sumida en la oscuridad aún para sus ojos de semielfa... Habría que explorarla...

Me asomo por el hueco de la entrada de la guarida y busco con la mirada a mis compañeros. Veo que afortunadamente Arshade vuelve a estar en sí, algo repuesta del flechazo que ese semiorco le asestó y que casi le causa la muerte.

- Esto está despejado, tenemos a un trasgo como prisionero y espero que colabore con nosotros... Durbara, ¿podrías luego entrar y ayudarnos a abrir nuevamente la entrada? Creo que puedes entrar por este hueco - luego me intereso por Arshade - ¿Cómo te encuentras, amiga mía?