Partida Rol por web

Estaba por responderle a Nathan cuando de pronto Lorethel logró abrir la puerta y entonces no pude más que fijar mi vista en aquellos tesoros, de pronto deseaba tener una bestia de carga para llevar mucho de lo que había allí.

-Lleva dos, obtén todo...-murmuré sin darme cuenta, el inicio de un viejo acertijo.

Neeshka parpadeó molesta un par de veces antes de responder a Magnus hasta que por fin pareció acostumbrarse a la luz, bajó ligeramente los brazos y miró al clérigo.

—Estoy bien... gracias—suspiró—o al menos todo lo bien que se puede estar tras semanas enjaulada, pero no, no me han herido.

Escuchó aún más voces, las de una mujer y otro tipo más aunque el paladín respondió por ella pero la elfa prefería hacerlo por si misma. En efecto, como Nathan había apuntado, pese a que lso elfos de por sí eran esbeltos, se la veía un poco delgada aunque conservaba el clásico "porte" de los orgullosos elfos solares y conservaba el brillo en la rubia melena. El borde de su túnica verde estaba algo ajado y era obvio que el sol la había deslumbrado porque sus ojos llevaban demasiado tiempo sin verlo... y bueno, básicamente no llevaba un solo arma encima así que el paladín había explicado la situación bastante fielmente.

—Corrección, caballero, sin el libro no podemos memorizar conjuros... que es lo que hace falta para poder lanzarlos—dijo levantando un dedo a modo de apunte—aunque creo que el detalle más importante no es ese, sino que si fuese una trampa yo sería increíblemente estúpida: sois seis contra una.

Trataba de sonar todo lo cortés que podía y de hecho el tono de su voz lograba mantenerse sin hostilidad, pero se notaba que le costaba aguantar tanta duda hacia su persona, después de todo, tanto tiempo encerrado como un animal minaría los ánimos y el humor de cualquiera.

"Por todos los Seldarine... cuánto peludo, ¿cómo demonios habrán encontrado este agujero infernal?"

Miró de soslayo a Arshade pero en ese momento Lorethel abrió la puerta, cosa que llamó su atención y fue a acercarse, también caminaba un poco insegura, como si hiciera tiempo que no lo hacía. No le hizo el más mínimo caso a ninguna de las riquezas de la sala, no le interesaba eso, fue directa al cofre cuadrado y puso encima una mano, luego lo miró por los lados como si quisiera averiguar si estaba cerrado o no, si podía lo abriría para recuperar su libro.

—Está aquí dentro—dijo. Al cabo de unos segundos, matizó—lo siento aquí dentro.

No pude evitar fijarme en la espada, pero tengo dudas acerca de que sea correcto rapiñar el botín de unos bandidos trasgos.

- ¿Tengo que señalar que lo que hay se trata de objetos robados?

Luego de lo que habrian parecido dias de estupefaccion frente a la puerta semi abierta, termino de dar el portazo para adentrarme en el botin de guerra. Ahi me di cuetna que solo habian pasado unos segundos en los cuales nuestro lider aprovecho para ver como estaba nuestra nueva invitada.

A medida que fui adentrandome en aquella habitacion llena de cajas de diferentes tipos, note en el suelo una especie de estoque envainado. Lo tome para examinarlo mejor mientras dejaba la puerta abierta y el espacio para que el resto del grupo pudiera ingresar si asi lo queria.

Al ver que la elfa se encontraba bien, Magnus asintió y no insistió en el tema. Aunque al verla caminar con dificultad la siguió de cerca por si acaso se caia.

Cuando la puerta se abrió al final Nathan, Lorethel y Neeshka entraron dentro. El clérigo prefirió esperar fuera vigilando el pasillo por si aparecía alguien. No obstante escuchó el comentario del paladín.

Aunque sean objetos robados, lo más seguro es que hayan matado a sus dueños y despues saqueado. Con lo que para que lo tengan esas criaturas mejor nosotros. Y si descubrimos algo que podamos devolver a sus dueños pues ya lo haríamos.

No había caído en el detalle que comentó Magnus. Él tenía razón. Si bien, recuerdo a aquel explorador, mencionó que aquellos trasgos arrasaron con su aldea. Y si me topase con el dueño legítimo de alguna de las pertenencias, me parecía justo el poder devolvérselas.

- Tienes razón en eso, es posible que estos objetos estén ya sin dueño y que los anteriores estén muertos. Adelante pues, mi bolsa está vacía - bromeo recordando la "extraña" desaparición de mis monedas de oro

El bárbaro que estaba cerca de la zona aún no explorada que estaba  llena de oscuridad se impacientaba, sus compañeros estaban "analizando" el hallazgo de los tesoros acumulados por aquellas viles criaturas, pero Hugash estaba preocupado más en matar a más criaturas si aparecían...

 - Haced lo que tengáis que hacer, pero hacerlo cuanto antes, no creo que tengamos todo el maldito día...

- Hugash, esa zona ya la hemos explorado Lorethel y yo, allí encontramos a Neeshka y, aparte de celdas vacías y lo que parece un escritorio, hay poco más.

Posteriormente me acerco a Lorethel.

- Creo que el trasgo ha cumplido... ¿le dejamos marchar o crees que puede aportar algo más? - murmuro

Las brutas palabras del bárbaro parecen insignificantes cuando tomas el arma de su sitio...

Al momento en que alzas el estoque, sientes que ha sido forjada para ti... De hecho, aún sin desenfundarla SABES de todo corazón que el universo ha conspirado para que llegue a tus manos... Es tuya, no importa lo que digan, ni lo que hagan... Esta hermosa hoja (aún sin desenfundarla y verla) es toda tuya, y no hay forma de que consigan quitartela, al menos, salvo pasando sobre tu cadaver.

La experta en seguridad toma en sus manos el estoque, y pueden verla atónita obserar el arma aún sin desenfundarla.

Tanto así que ignora el implicito pedido de la maga de que se abra el mentado cofre con su libro adentro.

Hugash finalmente gruñe de rabia, más por el echo de no poder matar a ninguna criatura más que por el echo de que no le hubieran dicho con antelación cuando lo preguntó el si habían explorado la zona, pero en alguien tenía que vaciar la rabia acumulada...

Guardando su gran espada murmura algo malhumorado... - Y a que demonios estabais esperando para decírmelo, acaso estáis sordos cuando pregunto... - La verdad es que no estaba furioso por ese hecho, pero asó lo reflejó... Poco a poco se encaminó donde se hallaban todos, mirando que podrían sacar de aquella incursión...

 - Y bien? Que es lo que hay por aquí?

- Discúlpame Hugash, estaba distraído - me disculpo, suponiendo que aquello fue lo que le molestó - Aquí está el botín de estos pillos

El pequeño trasgo sigue aferrandose a la palanca, mirando a cada uno de los interlocutores, sin perder de vista al bárbaro...

Mis ojos se abren cada vez mas mientras mis manos van deslizandose sobre la vaina de aquel magnifico estoque, cada centimetro que recorrian mis dedos sentian la pureza y perfeccion del arma. Absorta en mi propios pensamientos y maquinaciones no preste atencion a las palabras de mis compañeros, ni siquiera parecia notar la presencia de alguien mas en esa habitacion.

Sin dudarlo un momento sali de aquella habitacion con el arma en ambas manos, chocandome levemente con Magnus quien estaba en la puerta. Deje el lugar para que el resto rebuscara lo que quisiera y yo poder dedicarme a lo que mas me interesaba. La ansiedad me estaba matando pero tambien queria saborear el momento, una de las manos que sostenia el estoque acariciaba levemente su empuñadura... mi respiracion se acelero un poco mientras lentamente y ya un poco mas lejos de mis compañeros desenvainaba aquella majestuosidad.