Partida Rol por web

La explicación era algo compleja, porque algo que no le afectaba a los humanos, encendía bastante a los de la raza de Choa. Esperó de brazos cruzados, a que le preparasen el pescado, mientras escuchaba la explicación. Ahora comprendía tanto revuelo, y es que si el pensaba comprar esa raiz de Tyr, lo que estaba pareciendo es que era un pervertido que solo quería que la gata lo montase sin descanso. Se puso muy colorado cuando se le pasó por la cabeza comprarla como condimento, echársela al pescado...¡No! Eso no era buena idea, no era un anime ecchi de esos. Se dio un par de palmadas en las mejillas y se rió con los tenderos.

-Vaya...pues no tenía ni idea, voy a tener que tener cuidado para no echársela a la cena de esta noche- Bromeó un poco, tomando la bolsa con el pescado, mientras sacaba dos monedas de cobre y se las ponía en el mostrador. Después escuchó sus palabras atentamente. Recoger hierbas no era un trabajo que pareciera muy complicado, y a Choa tal vez se le diera bien. Podrían ganar unas monedas y tal vez estuvieran más cerca de conseguir las recomendaciones para ser aventureros -De acuerdo, suena bien. Iremos al alba a la casa del boticario, seguro que no tiene pérdida. ¡Muchas gracias!

Daniel se despidió de los dos pescaderos, y fue al puesto donde vendían hierbas. Se preguntaba que estaría comprando Choa, pero su atención volvió a lo que estaba comprando, porque no tenía ni idea de las hierbas con las que se cocinaba allí. Únicamente conocía la raiz de Tyr, y esa si Choa iba a comer, quedaba descartada. 

-Hola...- Saludó a la persona que atendía el puesto de hierbas, la verdad era que todas olían bastante bien -¿Qué hierbas puedo usar para cocinar pescado? No es que se me de muy bien, y no tengo mucha idea...- Preguntó dudoso. Solo faltaba que le dijeran que la raiz de Tyr estaba bien con el pescado, pensó.

A la distancia puedes ver a Choa hablando con una persona, parecía haber comprado algo, lo guardaba en su pequeño bolso que lleva en el cinturón, se le veía un poco mas compuesta, pero era imposible para ti ver a esta distancia que es lo que había adquirido. 

En el puesto en donde vendían diferentes tipos de verdura por suerte para ti parece que no habían escuchado sobre la raíz como los demás, lo atendía una chica muy mona unos seis años mayor que tu, esta te mira y sonríe. 

- Vaya, haciendo la cena para tu novia - Dice y asiente complacida - Esta bien, muy bien, a las chicas no les gustan los hombres holgazanes como ese trió de vagos, ¿puedes creerlo? - Señala a los chicos que habían aprobado sus acciones - Tienen 16 años y siguen viviendo con sus padres... debería darles vergüenza... menudos vagos. 

Pero tras su comentario comenzó a rebuscar entre los cajones de su negoció y pone sobre la mesa una mata de hierbas fragantes. 

- Es tomillo ¿lo conoces? También tengo orégano, ambas hierbas saben muy bien con el pescado... también tengo algunos hongos pero son mas costosos y raíz de tyr, pero... - Niega con el dedo - No creo que eso sea buena idea ¿cierto? Un chico honesto como tu no necesitaría ese tipo de artilugios para conseguir una chica. Las hierbas están a una moneda de cobre. 

Puedes ver que el trió de jóvenes continúan conversando de manera despreocupada, mirándole el trasero a las chicas que pasaban frente a ellos ganando miradas de desapruebo de las otras mujeres del rango de su edad que estaban por allí, a ese paso de seguro terminarían solos para siempre. 

-Bueno, la verdad no se quien va a cocinar...- Dijo el chico. No le molestaba que supusieran que Choa era su novia, ya que si lo negaba las cosas podrían volverse raras. Miró hacia los chicos y sonrió, divertido. El tenía 17 y vivía en casa con sus padres, seguramente seguiría así mucho tiempo...Ese mundo era totalmente distinto -Si, ya les vale, son unos vagos...bueno, a ver...

Los nombres de las hierbas eran como los de su mundo, así que parecía que había algunas cosas que compartían. Compraría tomillo y orégano, pero se le ocurrió algo bastante malvado para vengarse de Choa. Podía comprar la raiz de Tyr, y enseñársela pensando que se la había echado al pescado, aunque no la usaría, eso estaba claro. Sabía que la cosa podría descontrolar, y tal vez acabase muerto, pero la idea de hacerle pagar por todos esos ratos incómodos que le había causado, se antojaba demasiado apetecible.

-Vale...me llevo entonces tomillo, orégano, y raiz de Tyr- Dijo mientras sacaba las monedas, y luego añadió rápidamente -¡Pero no voy a usarla! Solo es para gastarle una broma...¡Muchas gracias!

Se despidió de la tendera con la mano, y pasó al lado del grupo de chicos. Ahora sabía como se sentía el popular de la clase, porque para ellos, el debía ser un triunfador que tenía como novia a una chica gato totalmente adorable, pensó mientras sonreía para si. Fue al encuentro de Choa, que había terminado de comprar, y levantó los brazos enseñándole la compra.

-Ya he terminado de comprar. Pescado y algunas hierbas. Además, he encontrado trabajo. Mañana podemos ir a ayudar a recoger hierbas, pero habrá que madrugar un poco- Le contó lo que había oído de los tenderos, y luego le preguntó, curioso -¿Qué has comprado tú?

La chica te mira asombrada por tu valor, pero no te niega la opción, al final la compra salio otras dos monedas, aunque las porciones de tomillo y orégano eran bastante generosas, alcanzaría para varias preparaciones, la porción de raíz era pequeña, al parecer era un producto costoso, o mas costoso de lo normal, un pequeño trozo de raíz costaba tanto como un pescado (aunque claro te habían bajado un poco el precio también). La chica hizo una reverencia agradeciendo tu compra y fuiste al encuentro de la gata fugada, al encontrase contigo aun tenía un poco de rubor en la cara. 

- ¿Eh? - Exclama - Ya has terminado... está bien, yo también he terminado de comprar - Da un pequeño giro meneando su cadera, en ella atadas a su cinto tiene ahora dos dagas, que al parecer no eran tan buenas como las que perdió en la batalla - No son lo mejor, pero servirán hasta que pueda comprar unas de mejor calidad y también... - Suelta un suspiro y niega con la cabeza - Nada. ¿Vamos entonces a comer? No hemos probado bocado desde la mañana... 

No parece haber notado la raíz entre los objetos que compraste, quizás porque estaba algo acelerada. Y bueno, es cierto, tu tripa ruge, si bien son cerca de las cinco de la tarde, pasaron la hora del almuerzo, se pasaron buena parte del día haciendo aseo en aquel hogar en donde ahora residen los dos. 

-Oh vaya, eso es genial, ya vuelves a tener tus dagas- Sonrió al verla armada de nuevo, se le había hecho raro verla sin armas, aunque sabía perfectamente que sus uñas seguían siendo peligrosas -Venga, volvamos a casa entonces, vamos a comer.

Se quedó con la intriga de saber que había comprado Choa además de las dagas, pero luego le preguntaría. Pensó que había gastado bastante, en total 4 monedas para comer una noche. Aunque los pescados eran grandes y tal vez le quedase para desayunar. Al final el comprar la raiz le había costado caro, y después de todo, había sido una tontería. No tenía tanto dinero como para desperdiciarlo así, de todas formas.

-¿No me vas a decir que más compraste?- Preguntó.

El camino de vuelta estaba siendo tranquilo, y en silencio, pero Daniel era un chico bastante impaciente, y cuando tenía curiosidad por algo, no podía evitar querer averiguar de que se trataba. Tal vez era buen momento para molestar un poco más a Choa.

-Por cierto, me contaron para que se usa la raíz de Choa- Le confesó a la gata con una mirada maliciosa, y después añadió -Dijeron que estaba muy rica con el pescado...

Su comentario quedó suspendido en el aire, mientras se imaginaba lo mal que lo estaría pasando Choa. ¡Ahora le tocaba a ella sufrir! A lo lejos se dibujaba ya la silueta de la casa, iluminada por los rayos del sol al atardecer, y Daniel cayó en la cuenta de que no tenían agua, por suerte el río estaba cerca.

-Si quieres ahora ve preparando un fuego para cocinar, y yo voy a por agua al río- Sugirió, mientras sacaba la llave que abría la puerta del bolsillo.

El camino a casa era algo incomodo, al menos para Choa, y se hizo aún peor en el momento en que preguntaste que mas compro, miro hacia otro lado evadiendo tu pregunta, pero cuando le mostraste la raíz que compraste, la chica quedo como petrificada, puedes ver que sus pupilas se dilataron un poco, titubeo un poco, dando un paso atrás, pero se llevo la mano a su bolso y de ella saco un pedazo de corteza. 

- ¡E-Esto es corteza de norgil! - Exclamo triunfante, con el rostro bastante rojo - Y contrarresta los efectos d-de tu horrible raíz, mira que lista s-soy. 

Sonríe triunfante, aunque totalmente perturbada, puedes ver que incluso está traspirando un poco. Toma las cosas y se apresura a la casa, casi, casi eras capaz de escuchar su corazón latir rápidamente. Al parecer tu broma le callo pesada, pero no del todo mal, pues al parecer había preparado contramedidas en caso de ser necesarias. 

En fin, se separaron, y mientras vuelves a la casa con el balde de agua, te das cuenta de que ella ya había prendido el fuego en el exterior de la casa, sobre el cual reposa una hoya metálica no muy grande, y que en una tabla de madera tenía los trozos de pescado aliñados con las diferentes hierbas. 

- ¡Te has tardado! - Exclama la chica que te mira de manera chula, casi bailando en su posición, mueve una de sus dagas con mucha maestría, al parecer la estreno no apuñalando a alguien, sino que cortando las verduras para la comida. 

Al menos había aprendido algo nuevo, y era que la corteza de norgil contrarrestaba los efectos de la raíz de Tyr. De todas formas, ¡lo peor era que Choa no se fiaba del todo de él!.

-¿Pero para que compras eso? Si era una broma, no pensaba ponértelo en la comida, serás desconfiada...- Daniel negó con la cabeza, como si estuviera profundamente decepcionado, aunque solo bromeaba.

En cuanto llegaron, tomó el balde y se fue al río a llenarlo. No le tomó mucho tiempo ir, pero algo más volver. No habían parado en todo el día y su cuerpo seguía recuperándose, así que cada paso que dio sujetando ese peso, le costó bastante. Sonrió alegre al ver como Choa había preparado ya todo, y dejó el balde justo al lado de ella, para que pudiera usar el agua.

-¡Es que he traído mucha agua! Tengo sed- Respondió, bebiendo un poco del balde antes de empezar a verterlo en la olla, para ponerlo a hervir.

Se sentó al lado de Choa, para ver como decidía cocinar el pescado. El tampoco había cocinado nunca, salvo calentar algo de comida en el microondas o cosas por el estilo. Siempre le había hecho la comida su madre, y realmente no podría ni hacer un simple plato como aquel. Tenía bastante suerte de tener a Choa, pensó, o seguramente se moriría de hambre.

-Quiero ver como lo preparas, porque yo no se cocinar- Aclaró, por si ella se preguntaba por que la miraba tan interesado. Esperaba que no se hubiera equivocado, y cortado la raíz de Tyr en lugar de las otras.

- Pon atención, noble petulante y consentido - Dice Choa con un tono bastante fingido de superioridad - ¡Esta es la primera lección que debes aprender al momento de cocinar! 

Troza el pescado con bastante agilidad en tiras, al ver como corta el pescado con mucha velocidad era difícil seguir sus movimientos, pero llena la hoya con el pescado fresco y luego arroja las hierbas sobre el. Toma el balde con agua y le hecha una pequeña cantidad, quizás lo suficiente como para que de caldo, por la temperatura que había adquirido el recipiente no tardas mucho en comenzar a escuchar ruidos dentro de la hoya. La gata confiada extiende una mano hacia adelante. 

- ¡Lección número uno, y única lección que estoy dispuesta a compartir! ¿Estas preparado? - ¿Eh? ¿Cortar el pescado no era la lección? - Cuando no sabes que diablos hacer, simplemente tira todo al fuego y ponle sal - De su bolso saca un muy pequeño frasco que conocías bastante bien, un salero que... ¿en que momento se lo robo de la taberna? Te guiña el ojo y saca la lengua - La verdad es que yo tampoco se cocinar - Se lleva una mano al costado de su cabeza y suelta una risita bastante de chica - Tehee~ - Casi puedes ver una estrella salir de aquella actuación "moe" - No se como confías en mi si no puedo reconocer una papa de una zanahoria. 

Pasa el rato, y tras una media hora de cocción comenzó a salir bastante vapor y un agradable aroma se alza por el exterior de la casa. La chica usa un palo para apartar la hoya del fuego y sirve la comida en unos platos que encontraron y lavaron en el río mientras esperaban, el servició no estaba por ni una parte, por lo que Choa improviso unos palillos tallándolos con sus dagas. La verdad, siendo honesto contigo mismo, la comida estaba... bien... no era nada del otro mundo, la comida de tu madre era mucho, mucho mejor, y la del palacio también, tenía un gusto bastante ligero, pero nutritivo, las hierbas le daban un agradable aroma y sabor, e incluso un leve toque picante. Lo que si estaba delicioso, era el caldo. La chica te tira la raíz en tus manos de vuelta mientras estaban comiendo, se la había guardado en el bolsillo. 

Los ojos de Daniel no podían seguir los veloces cortes de Choa. Empezaba a pensar que ella estaba a años luz, que era una auténtica chef, porque esos movimientos no eran los de un aficionado. Iba a aprender mucho de ella, estaba totalmente seguro, y asintió con convicción cuando le dijo que solo había una lección. Suponía que era un poco exagerado, pero esa sería la más importante, y entonces...

-¿Tampoco sabes cocinar?- El rostro del joven era la representación absoluta de la decepción -Tanto reírte de un noble como yo...y ahora esto- Pero su sonrisa volvió a aparecer cuando reconoció el salero de la taberna. Maldita ladrona.

Pero aunque no supiera cocinar, Choa tenía muchos conocimientos de los que el carecía. Había sido capaz de encender el fuego, y encima había tallado unos palillos. Se preguntaba que hubiera pasado si no fuera un otaku, porque si no supiera comer con ellos, habría hecho completamente el ridículo. Por suerte solía ir mucho a restaurantes asiáticos con sus amigos, así que aquello no era ningún problema para él.

-Vaya...está rico y todo- Dijo, claramente sorprendido, cuando finalmente se sirvieron y probó el plato con los rudimentarios pero efectivos palillos.

La comida de su madre era mucho mejor, si, pero aquella no estaba mal, y cumplía con su función de saciar el hambre. Agarró la pequeña raíz al vuelo y la miró curioso. No pensaba usarla, pero ya que estaba, lo mejor era probarla. Usó la punta del palillo para rayar un poco, y echarla al interior de su plato antes de volver a comer.

-Tu dirás que soy confiado, pero tu eres demasiado desconfiada...Cómo iba a usar esto en ti- Le recriminó antes de probarla.

Choa estalla en una carcajada con tu comentario. 

- Por supuesto, así se sobrevive en esté mundo, nunca se sabe cuando un chico atractivo quiere propasarse usando métodos no convencionales - Exclama la gata mirándote mientras sigue comiendo - Además, parecías realmente interesado. Noble vicioso. Pero... me hace feliz que te guste... 

Notas que Choa se sonroja un poco. Entonces decides saciar tu curiosidad, tomas la raíz que te arrojaron y la rallas sobre la comida para ver que tal, habían dicho que sabía bien con el pescado. Revuelves la comida con los palillos que para tu buena fortuna si sabes usar y entonces, pruebas la comida...

...

...

Estaba levemente mas picante, pero el sabor no cambio mucho, quizás se podría decir que era un poco mas intensa la cosa, como si hubieras añadido ají y pimienta al mismo tiempo. No estaba mal pero no notas el gran cambio... es como si... ¿ya estuviera allí? Te das cuenta, de que la chica se lleva una mano a la cabeza y que poco a poco su aliento se estaba tornando mas pesado. 

- Se siente... divertido... - Exclama la chica, miras la raíz y por un borde le faltaba un pedazo, un pedazo muy chico casi fue una ralladura pero fue hecho con un cuchillo, la chica tonta la había usado para aliñar la comida, puedes ver que su mano le tirita un poco y la lleva con calma a su pequeño bolso, sacando de ella el pedazo de corteza - Aaahhh... - Exclama, entre un quejido y un gemido - Creo que no debí haber bromeado con esto - Se queja la chica mirando con desagrado la corteza, como si reuniera valor, cierra los ojos y le da un mordisco y se inclina hacía atrás, debía de ser muy amarga, sin embargo... - No... o no.. no no no... me equivoque de corteza... esto no es norgil... - Te mira en pánico y se pone en pie de un salto mientras comienza a alejarse paso a paso de ti. 

El día siguiente

Es de mañana, el sol parece haber salido hace ya un tiempo... los pajaritos cantan, los granjeros trabajan la tierra y cierta gata...

- ¡LO SIENTO MUCHO!

Nada mas despertarte te encontraste con el espectáculo, a tus píes, completamente de rodillas con la frente tocando el piso y ambas manos apoyadas firmemente en el... ¿¡dogeza!? Sip, la chica ya completamente vestida estaba en una postura de arrepentimiento y sumisión, al parecer los efectos de las raíz habían pasado... de sus efectos secundarios aún lo desconoces, pero allí estaba humillándose frente a ti con los ojos cerrados tocando el suelo con la frente, su cola estaba tiesa, a tu mente se te vienen imágenes de la noche anterior y comprendes rápidamente el porque está pasando esto. Al parecer no se pondrá en pie hasta que aceptes su disculpa. 

Cuando Daniel abrió lentamente los ojos, aún recordaba el tacto de la piel de Choa, y el calor de su cuerpo sobre el suyo. Sonrió de forma un poco estúpida, desperezándose lentamente. Había sido una noche extraña, totalmente surrealista, pero de una forma u otra, Daniel se lo había pasado bien, y no era para menos, aunque eso si, no se había imagino que su primera vez fuera así. Los pájaros trinando suavemente, el sol bañando su piel desnuda, si...eso era vida. Un momento, ¿el sol?. Daniel hizo amago de incorporarse, pero el grito de Choa casi lo echa para atrás, asustándole. ¿Cuanto llevaba ahí?

-¿Pero qué haces? ¡Esas no son formas de despertarme!- Se quejó el chico, aunque por la postura de la gata, parecía que iba totalmente en serio.

Al examinar su estado, y recordar lo que había ocurrido la noche anterior después de cenar, Daniel se volvió a poner rojo como un tomate, ruborizándose por completo. Después de lo sucedido, era normal que Choa estuviera avergonzada y arrepentida, porque había perdido los papeles por completo, pero el también se había aprovechado. No había sabido pararla, y había sido débil...¿Cómo arreglaba todo ahora?

-Va...está bien, no te preocupes, no hice nada que no quisiera- Respondió Daniel, a sus disculpas -Levántate, que me da mucha vergüenza verte así, además, yo compré la raíz...

El chico se dio cuenta de que estaba desnudo, tal y como había acabado anoche, y se sonrojó más aún. Aprovechó que Choa tenía la frente pegada al suelo para vestirse rápidamente, poniéndose la ropa que estaba tirada al lado del lecho de pieles. Después volvió a mirar a la gata, y se acercó hacia ella para levantarla.

-Acepto tus disculpas...pero tu también tendrás que aceptar las mías, ha sido culpa de los dos- Dijo Daniel, y después añadió, mirando hacia la pequeña ventana por la que entraba el sol -Deberíamos irnos, creo que llegamos tarde para recoger plantas. Ya hablaremos luego mejor, ¿te parece?

- ¿¡De verdad me perdonas!? - Exclama la chica sorprendida levantando la cabeza del suelo - ¿Que si yo te perdono? ¿Tengo algo que perdonar? - Ladea un poco la cabeza hacia un lado tratando de recordar - ¡Lo siento, no recuerdo casi nada de ayer en la noche!

De un brinco se pone en pie y te pone las manos en los hombros como si te examinara, se mueve hacia la izquierda y a la derecha, luego te toma de los brazos y los levanta, incluso rápidamente se pone a tu espalda y te levanta la polera para ver tu espalda. Al estar convencida suelta un suspiro. 

- Al parecer no te cause ni una herida... gracias a la diosa... - Exclama preocupada, al parecer temía haber perdido el control y usado sus garras, luego retrocede un poco dándote espacio, mira en otra dirección tras escuchar tus palabras - La verdad... es que... tenemos visitas nya... disculpa que te haya despertado así pero es urgente nya... - Puedes ver como se lleva ambas manos tomadas y las apoya sobre su estomago en una referencia a... ¡agh eso da igual ahora! 

La chica te guía hasta la sala de estar en donde se encuentra Urbick con cuatro soldados armados, Urbick también lleva consigo un arma, una espada que parece ser de buena calidad. 

- Thorin - Exclama el chico saludándote con una inclinación de cabeza - Disculpa que vengamos temprano en la mañana y sin aviso, pero tenemos que hablar - Exclama mirándote con seriedad, pero no parece haber hostilidad hacia ti, los soldados también los saludan con cierta cortesía. 

-¿No te acuerdas? Entonces eso explica un poco las cosas...y no, no me hiciste ninguna herida, de verdad, estoy bien- Le dijo Daniel, aunque dejó que examinase detenidamente su cuerpo.Tendría que hablar con ella más tarde.

Al ver el gesto de Choa, Daniel recordó que anoche no habían usado protección y...¡Eso era un problema! Pero que tuvieran visita era algo más acuciante en ese momento. ¿Quien podría ser? ¿Habrían ido a buscarlos del pueblo? Daniel tomó su espada y se la sujetó a la cintura. Estaba tentado en llevar la katana, pero decidió que como no tenía vaina, podría ser peligroso y cortarse. Debería ir al pueblo y hacer que le fabricasen una.

-Bueno, a ver quien es...Ah, ¡Urbick!- Saludó el joven al otro chico, visiblemente sorprendido. Aunque lo que más le sorprendió fue que hubiera cuatro guardias con él.

Intentó permanecer calmado, pues si hubieran descubierto algo sobre el ataque en el camino, ya habrían detenido a Choa, y no habrían sido tan amables esperando a que se despertase. Creyó recordar algo que había mencionado la abuela de Urbick, sobre problemas en el bosque, y lo más normal sería que vinieran a pedirles ayuda. Igual esta era su oportunidad para conseguir la ansiada recomendación.

-No te preocupes, al final os debemos a ti y a tu abuela que podamos quedarnos aquí- Sonrió Daniel, agradecido de forma genuina. Sin ellos, Choa y él no tendrían donde caerse muertos -¿Qué ocurre? ¿Necesitáis ayuda con algo?

- Veo que han organizado este lugar, lamento interrumpir su descanso, pero ayer ha sucedido algo... ha llegado una petición de ayuda de un pueblo cercano - Exclama el joven soltando un suspiro, al parecer era bastante complicado de explicar. 

Uno de los soldados, nivel 20, da un paso adelante y hace una ligera inclinación de cabeza para saludar y a modo de respeto. 

- Ayer en medio de la noche nuestra patrulla rescato una niña - Su cara parecía sombría, su estado demostraba que estaba afectado por ello, niega con la cabeza - Pero no pudimos salvar su vida, estaba demasiado herida, pero alcanzo a contar que algo apareció durante la tarde... y que masacro a todo el pueblo sin previo aviso, hace una hora volvieron los exploradores y han comprobado la veracidad del asunto, creemos que puede ser lo que ataco la caravana del reino en la carretera. 

Choa te toma la mano y te mira con cautela. 

- Es por eso que estamos reclutando a todos los que saben usar armas, hay que detener esa cosa que acecha en el bosque, ya van cuatro incidentes, creemos que este pueblo puede ser el próximo lugar al que la bestia acuda. 

Y pues, de manera extraordinaria ha aparecido una misión.

Comienza la misión: El carnicero del bosque. 

Objetivo: Derrotar al enemigo que ha causado matanzas por los alrededores. 

Derrota: Acabar convertidos en carne molida. 

Consejos: Confía y protege a tus aliados. 

Recompensa: Desvelar el misterio del bosque, Ganar la aprobación de Urbick, Recomendación de Aventurar y ¿?

Advertencia: Es altamente probable que esto termine mal. 

Al parecer era tal y como Daniel había pensado. Algo habitaba los bosques cercanos, y estaba causando problemas a los lugareños. Sabía que era imposible que fuera el ser que había acabado con todos los bandidos,pues no parecía el tipo de monstruo que se podría encontrar en un bosque, si no algo con un enorme poder mágico. Eso le aliviaba un poco, pero cuando apareció la ventana con la información de la misión, la verdad es que el título y los detalles no inspiraban demasiada confianza. 

Miró a Choa, que le había tomado de la mano, y la apretó ligeramente. No sabía realmente que quería hacer la chica gato, pero por las recompensas, sabía que debía aceptarla si quería conseguir la recomendación de Urbick. La miró a los ojos y aprovechó para revisar su estado. Si, tenía miedo, pero tal vez fuera mejor que se enfrentasen de nuevo a una situación peligrosa, para que la chica lograse vencerlo. No podían quedarse escondidos en ese lugar eternamente.

-Ya veo...si masacró a un pueblo entero, debe ser una criatura extremadamente poderosa...- Dijo pensativo Daniel. Era el momento en el que podía convertir en un héroe, y ayudarían a otras personas en el camino, así que asintió finalmente -Yo creo que deberíamos ayudar entonces, si puede venir hacia aquí, no nos queda más remedio que luchar...¿Tu que dices Choa?- Le preguntó a la chica gato.

Cuando escuchó su respuesta Daniel fue un momento a la habitación, trayendo la katana que habían sacado del techo y desenvolviéndola, para enseñársela a Urbick.

-Ayer pudimos arrancar este arma del techo, parece mágica, igual podría servir...¿Sabes a quien perteneció?- Le preguntó al chico rubio, interesado. ¿Sería de otro héroe? 

Chao cierra los ojos y asiente. 

- Yo quiero ir contigo - Dice finalmente, aunque luego aparta los ojos, al parecer hay mas que quiere decir pero no puede con toda esa gente al lado de ustedes. 

Tu vinculo con Choa ha aumentado. Advertencia. Has llegado a un cuello de botella y su vinculo no podrá aumentar mas a menos que ambos conozcan la verdad el uno sobre el otro.

Urbick te mira impresionado, los guardias miran de mala manera la espada que portas contigo. El hombre se queda en silencio por unos instantes y mira las marcas en las paredes de la casa, tras unos momentos como si recordara el pasado mira la espada nuevamente. 

- Esa espada tiene un nombre extraño en un idioma desconocido, nadie sabe su significado y fue legada de padre a hijo, hijo que la dejo aquí - Urbick se aclara la gargante y lo pronuncia, aunque su pronunciación es imperfecta lo anuncia y tu lo comprendes bastante bien - The edge of the curse, muchos pensarían que son palabras sin sentido, pero el me aseguro que tenía un significado en un idioma olvidado... yo le creí pues el hablaba también un idioma que parecía haber salido del mismísimo infierno, no se le entendía nada cuando se ponía a hablar en el - Seguramente hablaba en japones - Su dueño se llama Ren, muchos creen que esta muerto, pero por la diosa, yo se que está vivo... en algún lugar del mundo está vivo, nunca había visto a alguien llevar a tal extremo su técnica con la espada como el, de seguro está en algún lugar oculto...

- Ren era amigo de el señor Urbick - Interviene uno de los guardias, al parecer todos se conocen entre si - Realmente era prodigioso, su padre un hombre extraño creo esa arma y luego murió, nunca conocimos a su madre, si crees que el arma es mágica, posiblemente lo sea, pero yo no me fiaría de esa cosa... y si su dueño vuelve no me gustaría que me pillara sosteniéndola. 

- ¿Eres bueno con la espada Thorin? - Pregunta Urbick - Quizás sea providencia del destino, el día que Ren se fue estaba sobresaltado con algo, y dejo su arma clavada en el techo con propósitos desconocidos ¿Quizás quería que otra persona la empuñase?

Parecía que tenía que hablar con Choa y contarle la verdad sobre él si quería seguir progresando en su relación, pensó Daniel al ver el pequeño aviso que había aparecido. Pero por lo que acababa de leer, ella también le ocultaba algo. Se prometió a si mismo que si todo salía bien esa vez, le contaría a Choa su procedencia, y así podría dejar de fingir que era un noble huido.

-De acuerdo, entonces vamos juntos- Le sonrió a la gata.

La historia de la espada fascinó a Daniel. Estaba claro que desde ese mundo habían estado transportando gente del suyo, para que actuasen como héroes, y que en la mayoría de los casos no conseguían completar su objetivo. Mientras escuchaba a Urbick, Daniel sostenía la espada en sus manos, con un sentimiento de inquietud creciente. Por el nombre que había dicho el ex-aventurero en un inglés horrible, el filo de la espada podía portar alguna maldición, pero el chico pensó que sólo se aplicaría a quien cortase con ella. La envolvió de nuevo en las telas, e hizo un pequeño nudo. La llevaría por si acaso, pero tendría que tener mucho cuidado a la hora de usarla.

-Entiendo...Ren...- Dijo en voz alta el nombre, para que se le pudiera quedar en la memoria con mayor facilidad. Tal vez era una persona que conocía el por qué estaban allí, así que sería interesante buscarlo. Sin embargo, esa no era una de sus prioridades ahora -Seguramente esté vivo, si es que dices que era tan diestro con la espada. 

Las palabras de los guardias le sugerían que sería mejor no usarla, pero viendo lo complicado de la misión, sería mejor que emplease todo lo que estaba en sus manos para vencer. Sabía que era probable que en el caso de morir, pudiera regresar e intentarlo de nuevo, pero viendo lo ocurrido la anterior vez, era preferible lograrlo al primer intento.

-La verdad es que no tengo mucha práctica con la espada, pero la llevaré por si acaso...- Dijo, y después miró alternativamente a los guardias, a Choa, y a Urbick -Entonces, nosotros nos apuntamos a la cacería del monstruo. ¿Qué debemos hacer?