Partida Rol por web

La torre se desdibuja lentamente y el agua que rodea al recinto se transforma poco a poco en un apacible río rodeado de extraños farolillos.

El barco que hace poco se encontraba en el suelo de la torre hecho pedazos, se encuentra ahora sobre el río de chi, meciéndose suavemente.

Os encontráis los tres sobre la cubierta del barco.

Yan Zongxiàn sonríe satisfecha.

Miro a mi alrededor, sorprendida. Es realmente increíble y me siento como si estuviera dentro de una corriente de puro chi. Me acerco hasta el borde del barco para mirar por la barandilla hacia abajo, hacia el río y luego me vuelvo hacia la mujer.

- Esto es maravilloso, Yan Zongxiàn. - Hago una inclinación con la cabeza como muestra de respeto y agradecimiento. - Muchas gracias por proporcionarnos esta experiencia.

Mung permanece en uno de los lados de la embarcación, contemplando el oscuro río de chi.

Su mirada melancólica, parece perderse en las negras aguas.

Yan sonríe, complacida sin duda por tus palabras.

Se acerca a ti fluyendo, del mismo modo que el río.

- Yo solo os he dado un empujoncito... ¿Es la primera vez que cabalgas la lengua del dragón?

Observo su forma fluida de moverse con una sonrisa, ella misma parece estar hecha de chi. Sacudo la cabeza suavemente, apartando irremediablemente mi mirada de ella para volver a mirar a mi alrededor con los ojos brillantes.

- Sí, es la primera vez... - Vuelvo a mirarla a ella antes de seguir hablando. - Nunca lo imaginé así, tan... Tan... - Hago un gesto con la mano, abarcando el barco y lo que nos rodea, sin ser capaz de encontrar las palabras. Con una sonrisa abandono el intento, para preguntar algo que me está provocando una terrible curiosidad, olvidada con la emoción del momento mi intención de contenerla en todo momento. - ¿Dónde estamos exactamente?

- No hay palabras... a mi me ocurrió lo mismo la primera vez.

Comienza a mirar atentamente, como si buscase algo entre las aguas, o mas allá de estas, en algún lugar de la orilla, quizás.

Mientras escruta el extraño paisaje, responde a tu pregunta.

- Estamos mas allá de la muralla, viajando entre dos Nidos de Dragón. En un lugar perdido entre el Mundo Yin y el Mundo Yang, es una especie de tierra de nadie...

Guarda silencio un instante.

Puedes sentir como el barco se tambalea un instante.

Yan se asoma a mirando las verdes aguas. Un enorme espíritu con forma de pez se desliza bajo la superficie en dirección a la orilla.

- Mira Lin Wchang

Sigo a Yan hasta el borde del barco y la escucho, asimilando sus palabras y la belleza del lugar, memorizando todo lo que mis ojos pueden abarcar, pues no sé si volveré a tener la oportunidad de presenciar una maravilla como esta.

Cuando me señala hacia abajo me inclino para mirar y mi respiración se contiene al verlo. Flota en medio de chi y de mis labios sólo sale un susurro impresionado. - Jiao... - Musito, sin dejar de mirarlo, con el corazón encogido. Este sitio es demasiado inmenso y sin embargo no ocupa lugar en el espacio. Me cuesta concebirlo, pero a la vez lo siento real. El chi que se respira en el ambiente me eriza la piel y me siento emocionada y afortunada sólo por el hecho de poder estar aquí.

Ves como el enorme pez espíritu se aproxima a una de las orillas del río, puedes observar las hojas de los nenúfares descansando sobre las aguas, el espíritu se acerca con tanta delicadeza, que estas apenas se mueven sobre las aguas.

Sobre una roca plana observas a una niña de unos diez años, sostiene un farolillo mientras espera la llegada del pez espíritu que se detiene frente a ella.

Te señala a la niña y al pez espíritu.

- Mira Lin Wchang, mira con atención.

El agua en torno al pez comienza a burbujear, como si estuviese rompiendo a hervir. Sin dejar de mirar la escena Yan te pregunta

- Dime, ¿qué es lo que ves Lin Wchang?

No te cuesta darte cuenta de que Yan disfruta compartiendo sus conocimientos, obviamente no le molesta tu desconocimiento en materia del espíritu, cada ser del Reino Medio tiene su lugar bajo el cielo y sin duda está preguntándote para ver cuan lejos alcanza tu comprensión.

Observo en silencio, apoyada en la barandilla de la cubierta del barco, toda la escena, intentando comprender todo su significado, toda la trascendencia de ese pequeño encuentro.

El tono de Yan me hace ver que no es un examen, no habrá problemas ni repercusiones por no responder correctamente y eso serena mi espíritu.

- ¿Es el tōrō nagashi? Pero no estamos aún en Julio... ¿Quién guía a guién? ¿La niña al espíritu ancestral? ¿O es al revés? - Pregunto, más para mí misma que para Yan, mientras continúo con los ojos enganchados a la escena. Me produce curiosidad el burbujeo del agua alrededor del espíritu. - ¿Será provocado por una corriente de chi?

Resulta evidente que tus preguntas le complacen.

- Tus preguntas son acertadas, no das nada por sentado, y te cuestionas aquello que ves. A menudo no podemos fiarnos de lo que vemos.

Sonríe.

- Evidentemente no es el tōrō nagashi, aquí, en las tierras del espíritu, somos nosotros quienes necesitamos un guía.

Te mira antes de seguir con su explicación.

- El espíritu pez es Kun, sometido a la autoridad de Bashe, la niña serpiente, excesivamente codiciosa y extremadamente insaciable.

Después vuelve a posar sus ojos sobre los espíritus, y continúa.

- Hace mucho, cuando Sun y yo eramos unos "monos corredores"*, el Mandarín Kang Zemin, debía elegir un discípulo entre el taimado ciempiés y el poderoso dragón. Para ello ideo una curiosa prueba en las tierras del espíritu.

Se apoya sobre la embarcación

- Por aquel entonces, mi visión, no era tan nítida como lo es ahora, pero siempre fue mas aguda que la de Sun. Dos espíritus poderosos competían por el control de río, Kun y Bashe. Debíamos con nuestro ingenio, decantar la disputa hacia un lado u otro, Sun apostó por Kun. El espíritu pez tenia una progenie numerosa... ahora no queda ninguno de los suyos. Bashe tan solo era mantenida a raya por la numerosa prole de Kun y solo necesitaba una pequeña ayuda para localizar uno a uno a toda la descendencia del pez espíritu, pero no era capaz de hacerlo sola. Una vez exterminados, el espíritu pez no pudo oponerse a la niña serpiente. Desde entonces, vive oculto en el fango del río, y solo emerge cuando Bashe le llama. Le está exigiendo ahora parte de su chi, por permitirle vivir en su río, por eso bulle el agua.

Vuelve a mirarte de nuevo.

- Nosotros también deberemos realizar una pequeña ofrenda, cuando Kun vuelva al fango.

Escucho todas sus palabras con atención, pues cada una está cargada de una sabiduría que parece más antigua de lo que parece a simple vista. Es evidente que la relación entre Sun y Yan viene de muy lejos y recuerdo el encuentro que tuvieron cuando Sun nos llevó a la torre a buscar a Yan.

La historia que relata me produce curiosidad y mientras la desgrana contemplo los espíritus encontrándose en esa orilla. - ¿Entonces finalmente Kang Zemin eligió al dragón por encima del ciempiés? - Pregunto con voz suave, apoyándome en la barandilla para ver mejor. - ¿Cómo es entonces que Sun es la Mandarín?

- ¿Una ofrenda? ¿Tomará nuestro chi? - Pienso, dejándome llevar por la curiosidad sin preocuparme por una vez. Este viaje es lo suficientemente maravilloso como para pasarlo conteniéndome cada instante.

- Un ciempiés jamás podrá aplastar a un dragón, pero su veneno puede cegar nuestros ojos.

Ves como el agua poco a poco deja de bullir, y el espíritu pez comienza a retirase, esquivando en esta ocasión la embarcación

- Kang Zemin mató dos águilas con una sola flecha. Mientras Sun apoyaba aparentemente la causa de Kun, mantenía sus ojos en la Corte, siempre fue muy ambiciosa... ella y yo priorizamos distintas cosas. A veces pienso que Kang ya había elegido de antemano el lugar que cada una ocuparía, y orquestó una pantomima para que viésemos cual era nuestro lugar bajo el cielo.

Finalmente el pez se retira completamente. Yan sigue al espíritu con la mirada

- Ya ha terminado. No tenéis que hacer nada. Y no hagáis caso de sus palabras, las serpientes, al igual que los ciempiés, están cargadas de veneno.

Puedes notar como las alusiones de Yan al Dharma de Mung le resultan al japonés incomodas.

A un gesto de Yan, la embarcación comienza a acercarse a la orilla.

- Pero su veneno puede cegar nuestros ojos... - Las palabras de Yan resonaban en mi cabeza mientras pensaba en mi primer encuentro con la Mandarín este día y en su forma de dejar a mi mentora fuera de sus planes para mí. Desde luego había cegado mis ojos, y había algo que aprender en todo esto. 

Contemplé cómo el pez se alejaba y asentí hacia Yan tras sus indicaciones. - De acuerdo. - Dije sencillamente, mientras observaba con curiosidad cómo el barco se movía para acercarse al espíritu de la niña. 

De reojo pude darme cuenta de que a Mung no le agradaba la forma directa de referirse a su dharma que tenía Yan y no pude evitar una pequeña sonrisa al percibirlo. - Nunca olvides qué eres, porque desde luego el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte. - Palabras de mi tío acudieron a mi cabeza, enseñanzas que estaban incrustadas en mi piel y en mi sangre, que eran mi aliento cada día.

Incorporé un poco mi postura, juntando las manos delante de mí mientras esperaba expectante el pago de la ofrenda que realizaríamos.

Puedes notar como el cuerpo de Yan se tensa como un arco dispuesto a disparar cuando os aproximáis al espíritu

- Hola Nure-onna*, no tienes que ocultar tu aspecto, con otros quizás, mas no conmigo, te conozco...

El espíritu muestra una extraña sonrisa, avanza hacia las aguas sumergiéndose en ellas.

Puedes observar después como unos anillos negros emergen de la superficie y el espíritu muestra entonces su rostro antes de hablar.

- Mucho tiempo ha pasado joven Wan-Xian*.

Puedes notar de fondo un leve siseo cuando habla.

- ¿Quienes te acompañan Yan Zongxiàn?

- Quiénes son no es asunto tuyo, te basta saber que vienen conmigo y están bajo mi custodia.

El espíritu entorna los ojos ante la brusca respuesta pero permanece en silencio.

Yan fija sus ojos sobre las aguas, y entreabre sus labios exhalando el chi. Al poco el agua empieza a burbujear bajo la embarcación, momento en el que la expresión de la niña-serpiente muestra satisfacción.

Apenas unos segundos después cesa el burbujeo.

- ¿Eso es todo?

Se sumerge bajo la embarcación para salir por el otro lado.

- Antes te mostrabas mas generosa. ¿Acaso te he ofendido?

Puedes notar la ironía en las palabras del espíritu.

Yan ignora el tono burlón de Bashe.

- Está hecho.

La barca dragón entonces comienza a alejarse.

Dirigiéndose de nuevo a vosotros, a ti especialmente.

- Nunca es sensato jugar con una serpiente, ni si quiera para un dragón. Cuando crees tenerla bajo control, descubres que solo mirabas su muda, y es entonces cuando la serpiente te muerde.

Mira de nuevo hacia la orilla donde estaba bashe antes de entrar en las aguas.

- No es estúpida, no nos molestará.

Observé todo el intercambio de palabras y acciones entre Yan y la Bashe, siendo consciente de que entre ellas estaba sucediendo mucho más de lo que se veía a simple vista. No se me escapó la tensión del cuerpo de Yan, ni la actitud juguetona del espíritu. Guardé silencio, tratando de no perderme ningún detalle y contemplé impresionada el burbujeo del chi fluyendo bajo nosotros, respondiendo a los deseos de Yan. No había que ser muy listo para darse cuenta de lo poderosa que era la mujer, a pesar de su aspecto frágil o su actitud divertida. 

Cuando el barco comenzó a moverse, dediqué una última mirada curiosa a la Bashe, antes de obligarme a mí misma a apartar mis ojos de ella. Iba a necesitar muchas horas de meditación para compensar lo permisiva que estaba siendo conmigo misma durante este viaje. Pero eso sería al llegar a Tokio, como mínimo.

Escuché las palabras de Yan y asentí con la cabeza, comprendiendo entonces su forma de esquivar las preguntas del espíritu. Probablemente yo habría caído en su trampa y habría cometido el error de responderlas. Incliné levemente la cabeza, en agradecimiento por sus enseñanzas. - Eres sabia y prudente, Yan Zongxiàn. Gracias por compartir tu sabiduría con nosotros.