Partida Rol por web

Bajo las luces de New York

New York, New York

Cargando editor
23/04/2013, 22:56
Katherine Aldridge

Kate subió las solapas de su abrigo y se ajustó la bufanda que llevaba al cuello para que le tapara bien la garganta y evitar coger frío, los inviernos en Nueva York podían volverse muy duros. Lamentó la suerte de Kevin, ni siquiera sabía donde pasaría las frías noches y esperaba que lo hiciera en un centro de acogida o en algún lugar cálido. Aunque suponía que se juntaría con la mayoría de los vagabundos de la ciudad bajo uno de los puentes para reunirse en torno a las hogueras que hacían en los bidones. Al menos Kevin tenía mejor aspecto desde que había dejado las drogas.

Dio media vuelta y se alejó del callejón, Kevin seguiría ahora su camino, seguramente con su carrito de supermercado lleno de trastos que encontraba en la basura, chatarra y metales olvidados para luego poder venderlos. Una melancólica sonrisa acudió a su rostro. La ciudad no sería lo mismo sin gente como Kevin.

Pero ahora no tenía mucho tiempo para pensar en esas cosas. Bastante tenía con lo que le estaba cayendo ya encima. Consultó su libreta y buscó entre las direcciones de los desaparecidos que había anotado la más cercana a aquel callejón de Harlem donde se reunía para obtener información. Visitaría a la familia de uno de ellos, si es que la tenía, haría algunas preguntas, recabaría información. Ya era hora de hacerlo y dejar de confiar en agentes de policía comedonuts.

Notas de juego

Tienes que ver The Wire, casi la clavas ;)

Cargando editor
24/04/2013, 18:18
Director

Hacía un frío de mil demonios. El invierno se había abierto paso ignorando que aún le faltaba casi un mes para llegar, y el viento arremolinaba las hojas sueltas y una pila de nubes oscuras que amenazaban con descargar todo su contenido sobre la pobre periodista. Por no hablar de que se había dedicado a maltratar su pobre libreta en lo que pasaba las páginas en busca de la dirección.

Llevaba ya casi veinte minutos callejeando. Supuestamente la calle estaba cerca, pero no conocía el barrio lo bastante bien como para encontrar la dirección a la primera. El ruido del aire se colaba por calles y callejas, ululando de manera repetitiva y algo agobiante. A este paso iba a llegar calada a casa y...

Notas de juego

Me la han recomendado, pero no consigo sacar tiempo para todo...xD

Cargando editor
24/04/2013, 18:22
Jack

Y de repente, Jack.

Fue girar la esquina y Kate se topó con la inmensa figura del vagabundo. Estaba muy lejos de su casa...figuradamente hablando. La periodista siempre le había visto en los túneles del metro, pero la parada más cercana estaba lo bastante lejos como para suponer que había salido a buscar algo.

¿A ella?

Con el corazón aún en un puño por la sorpresa de la imponente y oscura presencia que era Jack, Kate se dio cuenta de lo obvio con rapidez. Tenía el rostro brutalmente dañado, hinchado en multitud de moratones que habían llegado a abrir en herida. Estas estaban cubiertas por un vendaje que, aunque tenía un aspecto limpio y profesional, no parecían haber sido puestas con mucho entusiasmo. La ropa del hombre aún estaba manchada de sangre que seguramente sería la propia...

Ahora que miraba bien, el hombre apenas se mantenía de pie correctamente, apoyando uno de sus hombros en la pared. La señorial presencia era ahora poco más que peripatética: una estatua de gran dignidad mirando al frente...sin piernas en las que apoyarse. Su gesto ceñudo reflejaba que el efecto de los analgésicos comenzaba a desaparecer...

Por que un vagabundo no tenía atención médica asegurada ¿verdad? Algo le había sucedido que le habían tratado de urgencia, y probablemente le habían puesto de patitas de la calle al averiguar que precisamente ese era su hogar.

- Buenos días, Kate. Un intento de sonrisa apareció en su rostro, pero se marchó con rapidez cuando el hombre torció sus rasgos con gesto de dolor. ¿Que fue de mi carta?

Cargando editor
24/04/2013, 21:05
Director

- Le encontrarás en la discoteca - dice con seguridad después de haber negado a todas tus preguntas anteriores.

El hombre parece algo asombrado ante tu actitud pero rapidamente acaricia el billete en su bolsillo y sonríe. Toda duda queda disipada por el verde color del dinero.

- Me pasaré por aquí durante una semana - dice con firmeza - Para lo que necesites... si puedo ayudarte y tienes más de esos mucho mejor. Sonríe.

Notas de juego

No te preocupes por la espera, a mi me está costando también un poquillo, pero prometo que estoy poniendome  y pensando para hacerlo lo mejor que pueda y dentro de lo mejor que pueda lo mejor que sepa.

Eso es exactamente lo que te ha dicho el tipo. En cuanto a lo de las llamadas, he leído que hay varias entre los PJ pero todavía no sé como hay que activarlas o pedirlas. Si quieres llamarle en principio no tengo problema, como quieras.

EN cuanto a lo del viaje tampoco sé si lo narro yo o prefieres hacer un resumen tu ya directamente en el Electrosand. Como prefieras, o como me diga la jefa que debo hacer. Un saludo!

Cargando editor
25/04/2013, 17:53
Katherine Aldridge

La lucha contra el viento era titánica, Kate tenía que hacer esfuerzos sobrehumanos para poder andar en línea recta en según que calles donde el viento alcanzaba las rachas más elevadas y a veces tenía que forzarse para dar el siguiente paso y no ceder terreno ante aquel poderoso enemigo invisible. El abrigo se doblaba y tironeaba hacía atrás como si de una bandera se tratara, también hacía lo propio su bufanda, a pesar de que Kate había hecho lo posible por mantenerla recogida por dentro del abrigo. Por no hablar de su pelo, al cual ya había perdido toda esperanza de llevar peinado, se le metía en la cara, en los ojos, en la boca y finalmente optó por coger una goma de las que llevaba en la muñeca y recogérselo en una improvisada coleta. Parecía imposible que el frío se colara por sus abrigadas prendas invernales, pero así lo hacía, encontrando los resquicios más inesperados. Kate temblaba y tiritaba como una castañuela. Cuando vio que el termómetro de una calle no marcaba una temperatura mucho más baja de la que ella sentía, casi se ríe del chiste. Pero era cierto que con viento la sensación térmica era de más frío del que realmente hacía. Incluso sería una mañana apacible si se sosegara.

Además la lluvia volvía todo peor, con el viento en contra venía directa hacía ella y no había paraguas que pudiera detenerla. Era como si lloviera de frente. Curiosamente Kate sentía toda la parte frontal empapada y la espalda completamente seca.

Entonces al doblar una esquina casi se da de bruces con un hombre alto y espigado que se tambaleaba ligeramente y caminaba apoyado en la pared. Era Jack y la joven periodista no pudo reprimir un respingo de angustia y sobresalto.

-¡Por el amor de Dios!. - Algo le decía que aquello tenía que ver con ella, y mucho. -¿Pero que demonios te han hecho esos salvajes?. -Corrió hacía él y trató de ayudarle a mantenerse en pie. No sabía muy bien que hacer, si ir hacía un lado o hacía otro, sentarse o directamente echarse a llorar. -Hijo de puta, hijo de puta... ¡maldito hijo de puta!.

No le hacía falta preguntarle a Jack quien se lo había hecho porque estaba segura de ello. ¿Pero cómo diablos había dado con Jack ese cabrón?. Que ella recordara, tan solo le había dicho que se trataba de un vagabundo, ¿cómo podía saber que era Jack?. ¿¡Cómo!?.

-Jack... lo siento de veras. Entregué tu carta, pero... no sé como... Grendel... conoce a... en el museo y... y luego en el Moulin... es alguien muy poderoso.... lo sabe todo... todo. -Hablaba atropelladamente y con frases sueltas e inconexas. -Lo siento mucho, lo siento muchísimo. Ha sido mi culpa. -Las lágrimas le acudieron a los ojos y surcaron sus mejillas confundiéndose con las gotas de lluvia que ya las habían mojado antes. Sus sentimientos volvían a ser una mezcolanza de emociones, se sentía fatal por lo que le habían hecho a Jack y sentía una rabia terrible acompañada de una impotencia aún mayor. -Yo... no le dije nada sobre ti, pero... Só... sólo dije que vivías en la calle... yo... - Quería morirse allí mismo.

Notas de juego

Lo del viento lo digo con conocimiento de causa, que vivo en Zaragoza XD

Cargando editor
25/04/2013, 18:36
Jack

El vagabundo quedó sorprendido ante la emotiva disculpa de la periodista, que incapaz de soportar más toda la tensión que estaba soportando rompió a llorar. Sin embargo la confesión no despertó en el hombre la sensación que la periodista esperaba. No hubo atisbo de enfado ni rencor, aunque el mendigo rechazó su oferta de apoyo por alguna mentalidad extraña, a mitad de camino entre la caballerosidad y la simple y llana locura . En los ojos del vagabundo solo apareció una rápida y sincera preocupación.

- ¿Tu culpa? No se que tienes en la cabeza, pequeña Kate.- había algo de cariño paternal en el rostro del mendigo, que hizo un amago de acercar la mano a la cara de la periodista para limpiarle las lágrimas. Sin embargo la retiró solo para apoyarse en la pared al amenazar sus piernas con dejarle cuan largo era desparramado en el suelo. 

Al final acabó aceptando la ayuda de la periodista para mantenerse en pie, aunque Kate tenía una cosa muy clara: el vagabundo necesitaba ayuda para algo más que para tenerse de pie. La periodista no estaba muy segura de como se ganaba Jack la vida, pero no podría hacer mucho en el estado en que se encontraba.

- Grendel no es lo peligroso, sino lo que esconde. Respondió, críptico hasta en los peores momentos. No sabía si era el mal estado del hombre o que verdaderamente no sabía a que se refería Kate, aunque siendo justos era difícil atar cabos dado el estado de nerviosismo de la joven. Siento haberte metido en problemas. Pero no es él quién ha venido a por mí: no cuestiones tu lealtad cuando yo no me atrevo a hacerlo...

Si no había sido Grendel ni Señor, del que Jack no parecía tener conocimiento...¿quién era el desgraciado que se atrevía a vapulear a un pobre hombre callejero?

- Pero ¿que es lo que te ha ocurrido, Kate?

Notas de juego

Jaja, se nota la veracidad de la descripción de ventolera...Yo con la que ha caído hoy en Valencia, bien podría narrar el diluvio universal XD

Cargando editor
26/04/2013, 05:30
Nathaniel Scott
Sólo para el director

Nathan se despidió agradeciéndole que al menos le hubiera dado algún indicio de la existencia del puto director. Se iba sin saber su nombre... pero que leches! ¿A quien le importaba? Ya tenía suficientes cosas en que pensar... y ya lo preguntaría si requería su ayuda en otra ocasión.

Nathan paseó un rato hasta encontrar un comercio donde adquirió unas gafas de sol y un sombrero... No quería ser reconocido, y  podía deshacerse de eso en cualquier momento si lo veía inapropiado. Subió a un taxi y le indicó su destino. Pagó, y se bajó a unos 50 metros de la Electrosand... se aproximó poco a poco a la puerta...

Notas de juego

La verdad como prefieras... lo del viaje puedes ponerlo tanto tu como yo... una vez que master y jugador entendemos que una "escenita" está acabada, yo diría que cualquiera puede dar el paso. Hay veces que puede que tengas que ayudar un poco, como cuando Nathaniel se trasladó desde las alcantarillas hasta la sede del periodico...
Este viaje de ahora no tiene importancia (me imagino), lo hago yo perfectamente... así que me toca.
Pero vamos... que yo también soy novato por web... asi que no te fies de mi consejo ^^

¿Que veo al acercarme a la puerta? ¿Los porteros de siempre? ¿Entra mucha gente? ¿Ya ha anochecido? 

Cargando editor
26/04/2013, 14:40
Director
Sólo para el director

Notas de juego

Lady, los cambios de escena mejor hazlos tu. Parece una bobada, pero luego te ayudan mucho a dirigir el jugador por si de vez en cuando metes uno de estragis para solucionarte alguna incoherencia temporal o un avance de trama más rápido. Si normalmente los hace el jugador, cuando lo intentas tu queda más forzado.

Vamos, es un consejo que he visto dirigiendo, pero tu toma la opción que más cómoda te resulte.^^

Cargando editor
26/04/2013, 17:42
Katherine Aldridge

-¿A... A mí?- Contestó estúpidamente, como si allí mismo hubiera otra persona a la que Jack se fuera a dirigir. A aquel hombre le habían dado una paliza de muerte con la que casi no era capaz de sostenerse en pie y sin embargo le preguntaba que era lo que le pasaba a ella. Aquello era digno de elogio. Kate sintió que debía recuperar la compostura y esa frase le motivo a ello. -Lo siento. -Dijo pasándose la mano por la cara para secarse las lágrimas. -Creo que me he sentido desbordada. -Con todo lo que había pasado en las últimas horas Kate se sentía como un volcán a punto de estallar por cualquier lado. Aquel arrebato llorón al ver a Jack había sido consecuencia de ello. Sorbió por la nariz y trató de recomponerse.

-Grendel sabe cosas... pero es fácil de manejar. -Las palabras de Kate, ahora más serena, tomaron el tono susurrante de una confesión o un secreto. -Casi lo convenzo para que me cuente todo... pero apareció ese tal Señor. Nadie sabe quien es, pero... sabe todo y tiene medios que... -recordó el saqueo de su piso, el chasquido en la cafetería para hacer que todos se fueran. -...que prefiero no nombrar. -Alzó las cejas mostrando la pena que sentía. -Creo que lo que te han hecho se debe a ese tipo. Pero, dime, ¿qué te ha pasado realmente?.

Notas de juego

Ya vale ya, que entre el viento y el diluvio me la vas a matar xD

Cargando editor
27/04/2013, 19:18
Jack

El vagabundo escuchó a la periodista con tranquilidad, aunque en sus ojos se veía velado el dolor que nublaba su cuerpo. Su rostro se fue volviendo más y más sombrío a medida que Kate le explicaba sus desventuras recientes. Estaba claro que no le gustaba que hubiese alguien tras Grendell, como si este último fuera de por si bastante preocupante.

Y eso era porque no había llegado a conocer a Señor, por supuesto.

- El mensajero paga las malas noticias, joven Kate. Respondió a su pregunta, como una oscura premonición de la que la periodista, como mensajera social, tendría que tener cuidado. Su voz sonaba muy tenue y pese a la debilidad cada vez más llamativa de su tono de voz, no tembló ni un momento. Entregué las últimas palabras de su hija a un padre dolido, al igual que te entregué a ti las últimas palabras de un hombre asesinado. Eso es lo que hago...la vista del hombre se desenfocó de golpe, y la periodista pudo sentir como el peso del vagabundo caía sobre ella en su totalidad, sufciente para hacerle doblar las rodillas. El horror invadió a Kate al entenderlo. ¿Se estaba muriendo en sus manos? ¿O solo cayendo en la inconsciencia? Un epitafio andante...

¿De que estaba hablando? ¿Que le sucedía al extraño vagabundo? Fuese lo que fuese, Jack necesitaba atención médica, y la necesitaba ya. Limpiarle las heridas. Analgésicos. Una comida como dios manda y una cama caliente. Algo que la egoísta sociedad americana no estaba dispuesta a entregarle a un hombre de la calle...

- No culpo a Stanford...continuó, en una especie de delirio no demasiado raro en el vagabundo, pero que esta vez estaba agravado por su salud -Solo es un hombre sin luz alguna...vacío.

Cargando editor
30/04/2013, 17:43
Katherine Aldridge

Al notar el peso del vagabundo cayendo a plomo sobre ella, Kate no quiso creer lo que tenía toda la pinta de estar pasando e intentó que aquel hombre reaccionara.

-Jack. -Dijo alarmada pero sin llegar a alzar la voz. -¿Jack?- Esta segunda vez su preocupación era mayor y no pudo evitar que su voz saliera aguda y chillona. -¡Jack!. Fueron tan seguidos que apenas hubo espacio entre ellos, pero Kate ya estaba angustiada al pensar que se moriría allí.

Trató de aguantar su peso y bajarlo hasta el suelo para que no se le escapara y se golpeara duramente contra el asfalto. Había muchas posibilidades que de no hacerlo a Kate se le escurriera puesto que ella no tenía mucha fuerza y Jack era un tipo muy alto. Demasiado para sostenerlo mientras él se derrumbaba.

Con toda la delicadeza que pudo lo depositó en el suelo y sacó el móvil para llamar corriendo a una ambulancia. Debía recibir atención médica inmediata. Mientras lo hacía le sacudió ligeramente para intentar que volviera con ella y le tomó el pulso y comprobó si respiraba.

Cargando editor
30/04/2013, 18:28
Director

La espera para la ambulancia se hizo eterna. Allí, sujetando al vapuleado vagabundo como si de una moderna Piedad se tratase, golpeada por los elementos, Kate esperó. Jack tenía pulso, lo cual era un alivio, y aunque Kate no era una experta en medicina juraría que la respiración del hombre podía considerarse como normal, aunque pausada.

El hombre abría los ojos de vez en cuando, aunque la joven no consiguió que se enfocasen en ella ninguna de las veces. El vagabundo reaccionaba*, pero estaba muy cansado y muy débil. Quizás solo necesitase dormir: ojala fuera eso. La voz de la periodista era como un palo que usa un niño para pinchar a su vieja mascota cuando quiere jugar, y el pobre indigente solo quería acallarla y cerrar los ojos...

Notas de juego

* Puede preguntarle lo que quieras: está tan grogui que va a responderte a cualquier cosa. Si no tienes nada que preguntar, continuamos después con la escena ^^

Cargando editor
02/05/2013, 15:51
Katherine Aldridge

Kate no estaba dispuesta a perder a Jack en mitad de una fría calle azotada por el viento y la lluvia. Y para mantenerlo allí con ella, necesitaba hablarle y hacerle hablar. Así que tras unos segundos de nervios en que la periodista no paraba de moverse de un lado a otro sin saber muy bien que hacer, finalmente se centró y decidió que tenía que calmarse y mantener a Jack consciente. Y que mejor modo que haciéndole preguntas.

Las relaciones sociales de la joven nunca habían sido muy esplendidas. Contaba con los dedos de una mano a sus amigos, y quienes la conocían sabían de ella que era la chica que siempre estaba aporreando las teclas del ordenador o centrada en su trabajo escribiendo con una pluma a toda prisa en su libreta. Las contadas veces que ella les dirigía la palabra era por asuntos de trabajo y ya que no tenía otro tema de que hablar, decidió hacer eso. Preguntar sobre el trabajo.

-Jack... -dudó unos segundos si hacer la pregunta o no. -¿Cómo es eso a lo que te dedicas?. No lo entiendo. ¿Quién asesinó a ese hombre y como llegó a ti su carta y su historia?. -Kate pensaba que la había escrito el mismo Jack. ¿Qué sabes de Norman Grendell y los que están detrás de él, tienen que ver con las desapariciones de estos días?. -En todo momento dejó que Jack hablara y le animó a hacerlo cuando veía que alargaba las vocales sumido casi en el sueño que lo arrastraba. -¿Quién es Stanford?.

Notas de juego

Las preguntas las pongo seguidas pero la idea de Kate es distribuirlas para que Jack no pierda la consciencia.

Cargando editor
02/05/2013, 21:51
Jack

- Los muertos quieren hablar, Kate...y la sangre que llega al Hudson me envenena...Se quieren despedir y quieren insultar y quieren vengarse...pero todos tienen derecho a hablar. ¿Hablar? ¿Los muertos? A Kate no le resultaban desconocidos esos programas de mediums que reencontraban a los difuntos con sus seres queridos, pero nunca le había dado demasiada credibilidad. La hija de David Stanford quería despedirse. El escritor...es su padre.

Ahora le sonaba más. No era precisamente una amante de las series de televisión, pero era imposible no ver los anuncios. David Standford. Era un escritor de estos que se cree cínico y pinta un libro de sexo sin compromiso, alcohol y mucha fiesta, de relaciones raras que nadie ha conseguido tener. Se había hecho muy conocido a raíz de un escándalo con una menor, o algo así, y ahora le daban una serie de televisión para difundir sus hazañas. A un pederasta problemático que se dedica a apalizar vagabundos.

Así iba el país.

- Grendell alimenta su engendro en el museo y si es verdad que alguien más lo sabe...el vagabundo parpadeó con pesadez, su pálido rostro tiñiendose del tono azulado de las luces de la ambulancia, que se acercaba con su famoso soniquete... 

Pero Jack no había acabado. Del chaleco sacó con mano temblorosa un pequeño sobre como el que le entregó para Norman Grendell. Pero esta vez era su nombre el que figuraba escrito con tinta parduzca. Kate. Conciso. Totalmente inequívoco.

- Son para ti...

Notas de juego

¡Último post de la escena! Puedes aclarar lo que quieras antes de que la ambulancia se lleve a Jack. ^^

Cargando editor
05/05/2013, 15:43
Katherine Aldridge

A parte de los anuncios y de todo el revuelo de prensa rosa que se formaba en torno a ese hombre, creía recordar haber visto a David Stanford en aquel tugurio de mala muerte al que decidió acercarse para tomar una copa y desconectar de su trabajo. Aunque a decir verdad había ido allí a ver que podía averiguar, tal vez atraída por el peligro que suponía el Lumiere, el lugar que tenía alguna conexión con el caso, según Thomas Jackson.

Desde luego no le pareció el típico tío que busca pelea, aunque en su faceta televisiva encarne el papel de un provocador nato, y mucho menos le pareció un tipo que buscará dar palizas gratuitas a los vagabundos. Jack tuvo que haber trastornado mucho a aquel hombre para que le golpeara. Aunque seguía lamentando ver a Jack en ese estado, sintió un pequeño alivio al descubrir que no había sido culpa de ella que apalizaran al pobre hombre.

¿Muertos que hablan?. A Kate le costaba creerlo, a menos que Jack se estuviera refiriendo a que la hija dejase unas palabras escritas antes de morir para su padre. Pero la enigmática manera de hablar del vagabundo siempre daba lugar a muchas dudas. De todos modos no sabía que Stanford tuviera una hija, aunque estaba tan desconectada de ese tipo de información rosa que tampoco sería raro que aquello fuera el titulo de uno de sus libros y Kate siguiera sin saberlo. - ¿Quién es la hija?. -Le preguntó. -¿De qué murió y qué quería decirle?. - A menudo Kate formulaba las preguntas de manera profesional, sin aplicarles un mínimo de empatía.

Mientras hablaban el inconfundible escándalo que montaba la sirena de la ambulancia empezó a escucharse cada vez más nítido y cercano. Entonces Jack se llevó la mano al bolsillo y le entregó un sobre. -¿Qué es?. -Preguntó la joven temiéndose otro encargo en un primer momento y sorprendida luego al ver su nombre allí. Kate no creía en la vida más allá de la muerte, ni en que los fantasmas de los vivos dejaran mensajes para estos, pero una preocupación enturbió su rostro al pensar quien podía dirigirse a ella.

Cargando editor
07/05/2013, 13:38
Jack

- Se llamaba...Clare. farfulló el vagabundo, mientras la ambulancia se detenía a la entrada de la calle. Un hombre salió del interior, buscando por el lugar quién había solicitado la asistencia. En cuanto vio a Kate lo primero que se vio en sus ojos fue una mezcla de incredulidad y sorpresa, aunque no tardó en bajar una camilla del lugar y correr hacía la peculiar pareja. La desangraron en un edificio de madera, encerrada en una jaula...

Kate no pudo evitar palidecer al oír aquello. ¿De que demonios estaba hablando el vagabundo? La periodista nunca había dudado de que el vagabundo sufría algún tipo de inestabilidad mental, pero sonaba demasiado determinado para ser algo que acababa de inventarse. ¿Tan fuerte habían sido los golpes que había sufrido? ¿Que dirían en el hospital sobre sus macabras alucinaciones?

El paramédico se acercó con rapidez al vagabundo y, lanzando una mirada de preocupación con una tenue sonria compasiva a la periodista, lo alzó por los brazos para colocarlo en la camilla. Pero antes de marcharse, Jack consiguió articular una última respuesta en forma de un susurro imperceptible, una última confesión que iba a condenar a la periodista con un pensamiento pesado e intranquilo, inamovible.  

- El epitafio de un hombre que busca justicia. El peso del sobre de repente se multiplicó por mil, como si las palabras que estaban allí dentro empezasen a pesar lo que el acero, mientras Jack se alejaba en la camilla, perdiendo la consciencia...

Cargando editor
07/05/2013, 13:54
Director

Pero entonces uno de los enfermeros le tendió la mano a Kate, aún desorientada. Era el chico que había subido a Jack a la camilla, mientras su compañero se lo llevaba. Era un chico bastante joven, que lucía una cálida sonrisa en un claro intento de  calmar los nervios más que alterados de la periodista.

- Tranquila, nos haremos cargo de él. prometió con toda su inocencia, sin ser consciente de el abrumador peso que acababa de caer encima sobre la joven. Podemos acercarte a casa si quieres...

Cargando editor
07/05/2013, 15:08
Katherine Aldridge

Kate no contestó al enfermero de inmediato, pasaron unos segundos antes de que pudiera reaccionar y cuando su mirada se encontró con la del joven todavía estaba confusa y desorientada. Y no era para menos, las últimas palabras de Jack habían caído en ella como una losa. ¿Qué quería decir?, ¿qué se rendía?, ¿qué no saldría de aquella?. Todo daba vueltas siguiendo el compás que marcaba la luz de la ambulancia. Tuvo que forzarse a volver a la normalidad y salir de ese estado de embotamiento.

-No... es igual. Iré andando. -Ciertamente lo prefería, necesitaba despejarse. -Atiendan bien a ese hombre, que no se muera. -Agarró fuerte el brazo del enfermero cuando pronunciaba eso y le miró a los ojos como si fuera a castigarle personalmente si algo malo le ocurría a Jack. Ahora mismo en la mente de Kate no había asociación alguna, pero seguramente culparía a Stanford de su muerte si esta llegaba, así que el enfermero podía estar tranquilo. No obstante no dudó en espetar una última frase al enfermero para que hicieran bien su trabajo. -Y más vale que le atiendan debidamente y no lo saquen a la calle a las primeras de cambio o haré que se os caiga el pelo...- Amenazó volviendo a su ser.

Le habían sorprendido las circunstancias de la muerte de la hija de Stanford... algo muy extraño. Tan extraño que podría encajar con toda aquella locura. Kate decidió no dar más vueltas en su cabeza al asunto, al menos de momento. Contempló como la ambulancia se alejaba dejándola sola y desvió la vista hacía el sobre que sostenía en la mano como si de un plomo se tratara. Finalmente lo abrió temerosa de que podía encontrarse.

Cargando editor
08/05/2013, 23:33
Director

Kate rasgó el papel del sobre con sus finos dedos, temblorosos en una mezcla de miedo y frío. En el interior había un pequeño papel, no mayor que una tarjeta de visita. Había sido torpemente rasgado, pero escrito con una letra pequeña que se desparramaba por todo el papel con una mezcla de orden contenido y ansiedad. Con horror, la joven periodista comprob´que aquella letra no se parecía nada a la de Jack.

O la de quién demonios hubiera escrito la anterior carta de Jack,

El mensaje era muy breve y conciso, escrito sin tiempo. Una sinopsis vital que dejaba con ganas de mas, salvo porque Kate no acababa de estar segura de si quería saber el final de una historia que empezaba a enrollarse irreal, como las volutas de humo o la cola de un basilisco. Efectivamente la carta iba dirigida a ella, y por un momento se temió una jugarreta de Jack. O de su mente enferma. Una fase de delirio o algo así.

Pero la verdad era mucho más siniestra.

Querida Katherine, conozco su interés sobre las desapariciones que están ocurriendo en Nueva York, quizás le interesaría investigar una pequeña granja al Norte a las afueras de la ciudad.
Tenga cuidado.
Atentamente R.R.

Las iniciales revolotearon alrededor de su mente, molestas, exigiéndole una cara. Tenían una cara...Una voz levemente familiar le asaltó. La voz del escritor. Del vapuleador de vagabundos. R...R...

Rick Rogers, capitán de la Policía de Nueva York.

El policía del Lumiere. El hombre que parecía sacado de una película de cine negro.

Y si Jack tenía razón, había sufrido un destino muy apropiado a su vestimenta.

Notas de juego

Último post del día...lamento dejarte así ^^U

Cargando editor
10/05/2013, 15:45
Katherine Aldridge

Las iniciales podían corresponder a ese hombre, Rogers, aquel detective de la policía que parecía sacado de una de las novelas de Dashiell Hammett, hasta su forma de vestir tenía ese deje de novela negra, y dado el misterio que le dejaba entre manos bien podría encajar como un guante. 

Lo recordaba del Lúmiere pero apenas había hablado con él, tan solo lo había hecho para dedicarle una de las famosas y rubricadas pullas de Kate hacía la policía y su extraña burocracia. Y tampoco le había dicho mucho acerca de las desapariciones, sólo le había insinuado que le interesaba el tema. Aunque sería factible que aquel bocazas de Jackson le hubiera hablado de ella a Rogers. -Mierda, tal vez me equivoqué de agente. - Se preguntaba si su relación con Rogers hubiera sido más fructífera de haberse producido.

La información que contenía el papel no cerraba dudas, sino que abría nuevos interrogantes. Kate le dio la vuelta al papel varias veces e incluso lo miró a trasluz para ver si ocultaba más información. Rogers, o quien quiera que fuera el autor de aquella nota misteriosa, no especificaba el lugar de la granja a la que hacía mención. Sólo indicaba que se encontraba al Norte y de sus palabras se desprendía que guardaba relación con el caso. Pero poco más...

Sin darse cuenta había empezado a deambular hacía su casa, con la extraña sensación de que no sabía muy bien cual sería el siguiente paso a dar. Y aquello era algo a lo que Kate no estaba muy acostumbrada.