Partida Rol por web

Podéis intentar hacer alguna tirada de Otear y escuchar ( malus -10%) o táctica (sin malus) para averiguar si están usando alguna táctica determinada o podéis atacar directamente.

Se pone la palma de la mano extendida encima de los ojos a modo de visera para ver si logra distinguir algo entra la maleza.

Esos indios son muy escurridizos

Les veo se han movido a otro sitio, no disparéis donde estaban antes! tened mucho cuidado.

Su táctica será disparar y cambiar de posición para que malgastemos munición disparando donde estaban antes.

Lan no sabía que hacer.... estaba en estado de shock, antes el cañón, ahora un grupo de indigenas...

Chicos, teneis armas de fuego..... yo tengo uno.... dadme la señal, cuando vayais a la batalla...

Diego se coloca rápidamente junto al cuerpo del Marsellés, buscando cobertura tras la roca a la que antes se había subido. Como mercenario, sabe dar prioridad a los objetivos. De este modo, tira de la pechera del cuerpo hacia él, para poder tomar el mapa, ya que sin él nada de esto habría servido de mucho. Permanece a cubierto mientras empuña su mosquete, listo para disparar.

 Diego e asomó por uno de los lados de la roca para tratar de disparar a uno de aquellos indígenas. El disparo lo rodeó de una nube de humo blanco, pero la bala sólo consiguió arrancar algunas astillas a uno de los árboles que había junto a uno de aquellos hombres. Mascullando una maldición, trató de volver a cubierto.

El bigotes acudió a guarecerse a la roca y despues acto seguido en zona segura disparó con su arcabuz...

La flechas son un sobresalto importante, no estamos solos, era de esperar, mientras sean sólo cazadores de una pequeña tribu y no estén con algún grupo español, las cosas no irán muy mal. Maldición, mis habilidades son mayores en el mar, pero no podemos dejar hacerle a estos indios o se no comerán a todos, poiblemente con unos pocos heridos se retiren.

Trato de acercarme a alguno que esté solitario y tratar de herirle con la epada, la opción de eperar no es muy atractiva.

Casi estoy a punto de gritar: Cierra España, pero con esta compañía no es muy adecuado. Me li mito a un grito simple:

- AAAAAAAAAAAAAA

Rapidamente agarro mi alfanje en mano,mientras me abalanzo sobre el enemigo cercano con gran potencia,buscando mostrar mi fuerza y mi tamaño a los enemigos en una busqueda tactica de bajar su moral.

Mi ataque impacta causando una grave herida en el oponente mientras desato un alarido frenetico aumentando aquella intención enmascarada.

Diego y Lan disparan sus armas de fuego pero sus disparos se pierden en la espesura, derribando varias ramas. EL ruido de las armas de fuego es insoportable, el resto del equipo tira sus armas al suelo y se pone a cubierto sin atreverse a disparar.

Rodrigo dispara su pistola y derriba a uno de los indios que queda tendido en el suelo prácticamente muerto con un tiro en el estómago.

 *Me cubro de la linea de fuego detras de mis compañeros pues sin armas de fuego solo haria estorbar en la linea de fuego...

Perdóname con las prisas ( estaba fuera cuando contesté) ni siquiera leí que ibas con el alfanje, di por hecho que disparabas el arma de fuego, date cuenta que los indios están entre la maleza. No te da tiempo a llegar en un turno a su posición, además de que están moviéndose entre los árboles ( lo puse en el post de Santiago ) no tiene ningún sentido atacar en un tiroteo con el alfanje pero si quieres lo cambio. Lo que tú me digas.

La docena de indígenas lanza otra andanada de flechas , las flechas surcan el aire y caen en picado sobre vosotros. Una de las flechas perdidas va directa a donde está Juan guarecido y le impacta en la cabeza, clavándose en su mandíbula.

Juan lanza un grito de dolor y queda conmocionado en el suelo aunque no inconsciente. Los indios vuelven a moverse.

Gritos de dolor en nuestro lado, tenemos que acabar cuanto antes o caeremos todos.

Busco algún indio solitario y me dirijo hacia él, tratando de no entorpecer la trayectoria de disparo de mis compañeros, en distancias cortas, la espada mejor que sus arcos.

- Vamos compañeros, acobardémoslos y que el diablo los lleve.

Volví a sacar un poco de mi cuerpo para dispararles de lejos a los indígenas...

 Diego vociferó a los cobardes que huían.

-¡Perros, no os vayáis! ¿Creéis que el capitán se lo tomará bien?

Pero esas malditas ratas se iban.

Miró la herida de Juan. Tenía mal aspecto, pero saldría de esta.

-Joder - masculló, mientras volvía a asomarse, tratando de acertar a otro de los indios.