Partida Rol por web

Marck había estado un rato ausente en si mismo. La verdad es que tenia muchas cosas en la cabeza. Pero la actuación de Oldrich le despertó, y con una sonrisa.
A pesar de sus negativas de que le miraran la mano le echó un vistazo rápido. No era cuestión de tener que dejar la cena a medias porque luego se pusiera peor. Pero por fortuna no había nada roto, sólo algo inflamado, nada grave.

Mejor vamos caminando. No me apetece salir de la zona portuaria. Así nos hacemos un poco más de hambre ahora y luego bajamos la comida. Otro día la usamos. Puede que mañana si vamos todos a ver a Alex.
De todas formas aquí hay buenos sitios para comer, y así no nos encontramos con Walter y le ponemos más nervioso de lo que ya estará.

Lo cual le recordó a Marck algo.

Por cierto Ilia. ¿Qué pasa con Precious? Está como mosqueada conmigo. Y no ha querido hablarme de lo que ha pasado, y parece que a tí sí. Me extraña un poco.

Ver como la puerta machaca la mano a Oldrich hace que se revuelvan mis tripas y pongo cara de dolor mientras un ¡Ai! sale de mi boca. Afortunadamente parece que se encuentra bien y que no ha sido nada grave, o eso dice.

Una vez elegido el restaurante vamos dando un paseo, durante el trayecto Marck me pregunta por Precious. Ella siempre está mosqueada con todo el mundo, así que no te preocupes. ¿Crees que a mí si me habla?- suspiro y le sonrio mordiendome el labio inferior y negando con la cabeza - Bueno, aunque si consideras hablarme a tenerme toda la tarde al comunicador para que me diga que la reunión con los funcionarios de justicia ha sido larga, pero que no han obtenido nada en claro, y que mañana por la mañana les viene bien ir a ver a Alex. Entonces sí que tienes razones para ponerte celoso, y muchas.

Entre bromas a costa de Precious fuimos caminando y acercándonos poco a poco al restaurante.

Un brillo curioso resplandecía en los ojos de Anselmo. - Perdón, pero ... ¿Quién es ella?

Vamos a ser unos cuantos. Bueno, tengo ganas de conocerla, .... y ... ¿Seré yo capaz de conseguir que me trate mejor que a los demás? Veremos, pero tengo ganas de conocerla.

¿Quien Precious? Es la antigua copropietaria de la Fénix y segunda al mando.- le contesto a Anselmo tratando de imitar el tono con el que lo decía siempre que podía.- En el fondo no es mala persona, y en combate tiene una agudeza táctica difícilmente superable.- aunque era de todos conocido que no éramos precisamente amigas, tenía que reconocer sus virtudes.- Pero en el trato personal le falta....le falta.... empatía.- Sí, aquella era la palabra exacta.

- Tengo ganas de conocerla. Sonriey ... Igual conmigo cambia.

-Para miii, es para miii. Responde des de su cuarto algo apurada la chica. Inmediatamente, aparece por el pasillo, medio saltando, medio poniéndose zapatos de tacón.

Se plantó delante de la puerta de acceso, cogió aire profundamente y se planchó el vestido que llevaba para que quedara bien puesto. Cuando estuvo lista, abrió la puerta con una amplia sonrisa.

La compuerta de acceso a la Nautilus se abrió, revelando a una joven chica con un vestido negro, sencillo pero elegante, medias oscuras y zapatos bajos de tacón. Algo de maquillaje y el pelo recogido en una coleta, dejando algunos mechones sueltos por el lado. Como de costumbre, pero esta vez aún más radiante, esgrimía una gran sonrisa recibiendo a Walter.

-Hola! Ya estoy lista. Saludó animada Lucy. -Te queda bien esa ropa, deberías ponértela más a menudo. Le elogió.

Tras un poco de espera la compuerta de la Nautilus se abrió y por ella salió una sonriente y radiante Lucy. Recibió el saludo y la sonrisa de Walter como bienvenida.

-Hola Lucy. Gracias por el cumplido, pero ya sabes que prefiero mis monos de trabajo, es lo único con lo que me siento realmente cómodo. Se tiró del cuello de la camisa que le apretaba un poco. Pero como es una ocasión especial quise darte una sorpresa, además esta ropa no sirve para una sección de Ingeniería. Marck e Ilia se lo han pasado muy bien esta tarde con mi aspecto... Tu también estás muy guapa hoy, no quiero decir que otros días no lo estés, pero hoy... Antes de que siguiera liándose más decidió cambiar de tema. ¿Ese vestido es nuevo? Creo que nunca te lo había visto.

Esperaba no meter la pata, solía ser muy despistado con esas cosas y no se fijaba mucho. Podía recordar cualquier pequeño cambio en su sección de Ingeniería pero con las vestimentas, cortes de pelo y demás de la gente era un verdadero desastre. Su propio armario era un desastre, podía uno encontrarse con una buena colección de monos de trabajo, pero la ropa de calle era difícil de encontrar. La mayoría tenía muchos años, pero parecía nueva porque nunca se la ponía. Sin embargo aquella era una ocasión especial ya que pronto sus naves volverían a separarse y no sabía cuando volvería a encontrarse con Lucy, podían pasar años antes de tener otra oportunidad de cenar juntos y rememorar los viejos tiempos.

-No hice ninguna reserva, pero pensé en varios sitios que podrían gustarte, hay un par de restaurantes de comida autóctona que no están nada mal y tengo localizados otros tantos con unos menús más generales donde podremos encontrar un poco de todo por si no quieres arriesgarte. Como siempre el tema de la comida y los restaurantes era algo que Walter dominaba casi tan bien cono los reactores. Como todos están bien para mi prefiero que escojas algo que te apetezca más esta noche.

Marck se decide por un restaurante de la travellers'Aid Society, estos establecimientos tienen muy buena reputacion en todos los sistemas y si eres de los afortunados en formar parte de su club, dispones de descuentos paria ti y tus amigos, de no ser asi el pecio es para pensarlo dos veces, pero un  dia es un dia...

El local forma parte de un complejo hotelero de alto estandar y se ve en la calidad del servicio, la atencion al cliente es impecable y tras esperar unos minutos, os preparan una mesa en la que poder cenar comodamente...

El menu es muy extenso, pero gracias al metre que os anima a provar los especiales de hoy, la eleccion se hace facil... la comida esta muy buena, no hay pegas y la bebida es de categoria, tras varias copas tampoco hay pegas...

Después de la respuesta de Ilia, Marck no pregunta anda más. Parece ser que sólo era su imaginación, pero la verdad es que le había parecido que había algo raro en como le miraba y trataba.

Le gustó bastante el comentario de Anselmo sobre conocerla. Al ser los dos militares seguramente tendrían algunas cosas en común. Y quién sabe. Lo mismo lo que Precious necesitaba era cariño. Quién sabía.

El lugar elegido para la cena estuvo muy bien, y al ser socio no les salió tampoco tan caro. O por lo menos no mucho más de lo normal.

Bueno. Creo que estoy bastante satisfecho con la cena. ¿Y vosotros?

La conversación de la cena había sido muy "ligera". Nada digno de mención, excepto las preguntas habituales por el estado de la mano "atropellada". Anselmo, con el rostro brillante por la alegría, se limpia con delicadeza con la última servilleta perfumada. La deja junto a su copa y cruza los dedos de las manos frente a sí. Miró al capitán con paciencia y dulzura. Era un cambio tremendo de humor. De haber estado al borde de un ataque de nervios a esta felicidad expontánea. Difícil leerle la mente, pero ... algo se podía intuir. Aunque una cena como esta alegra a cualquiera.

- Capitán, ha sido fantástico. Cenas así solo se ven cuando se celebra algo. Lo dejó caer. Esperaba que algo le explicasen que no sabía, pero esa curiosidad no entrubiaba la felicidad que sentía. Veamos si se hace realidad su sueño o si simplemente se ha hecho ilusiones.

La cena había estado deliciosa, y el lugar era espectacular. A Walter le apenaría no haber estado aquí está noche cuando mañana se lo contaran.

Para acabar de redondear la noche Oldrich no me había vertido ningún líquido por encima y había concentrado su torpeza solo contra su mano.

No has podido elegir un lugar mejor, Marck. - le digo- Cenas como estas son las que durante las semanas de tránsito echas de menos ¿Verdad?

-Gracias, Walter. Aceptó el cumplido sin más. -Más o menos, respondió a la pregunta de si era nuevo, -fue uno de los que compré con Ilia antes de separarnos y aún no había podido probármelo, así que sí, es nuevo.

Escuchó atenta el plan que había preparado su amigo y, como era de esperar, tenía a los restaurantes bien localizados.

-Vale, si te parece bien, vamos a por comida autóctona. Así la cena es más especial. Eligió contenta. -Un segundo.

Se volvió hacia la nave y pulsó el comunicador. -Me voy ya capitana, no me esperéis despiertos que llegaré tarde. Para cualquier emergencia, llevo el comunicador personal. "Aunque espero que no tengáis que llamarme!"

Seguidamente, volvió con Walter y se enganchó a uno de sus brazos. -Bien, tú guías.

pasadlo bien!

Walter se despidió de Precious cuando su voz sonó por el comunicador y después sonrió a Lucy mientras asentía.

-Entonces podemos considerar que es nuevo y que vas de estreno. Precisamente Ilia se acordaba estos días de las buenas migas que hicisteis durante el tiempo que coincidisteis en la nave.

Se quedó pensativo tras la respuesta de Lucy. Tenía en mente un par de restaurantes de comida autóctona y debía decidir cual de los dos sería más apropiado. Se decantó por uno más pequeño y recogido donde podrían hablar tranquilamente, al fin y al cabo aquella cita era para eso y no quería un sitio con mucho ruido y donde les estuvieran molestando cada poco.

-Creo que tengo el lugar ideal, comeremos bien y podremos charlar tranquilamente. Seguro que tienes muchas cosas que contarme, desde que habéis estado haciendo todo este tiempo hasta que tal ha ido la reunión de esta mañana. Le ofreció su brazo para que si quería se agarrara de él. Señorita, acompáñeme.

Tras el breve saludo, Walter y Lucy se despiden y se marchan para pasar una velada que promete...

Precious y Markus se quedan solos en la nautilus, solos si no se tiene en cuenta los dos pasajeros que pasan la mayor parte del tiempo en la cubierta A...

Camino al restaurante, dais un corto paseo que os ayuda abrir el apetito...

Walter dirige le paseo, sabe a donde hay que dirigirse...

El lugar es una buena eleccion, discreto, limpio y con un servicio decente, la comida es de la mejor calidad, se nota que walter a hecho los deberes y pasais una velada muy pero que muy agradable en la que disfrutais de la gastronomia, el ambiente y por supuesto de la compañia...

Marck sonrió ante los comentarios.

La verdad es que sí. Además, no suelo tener muchas ocasiones para usar mi acreditación de socio. Así evito que me cancelen la pertenencia.

Le gustaba que todos estuvieran tan alegres. Después de la situación que había causado con la confrontación por parte de excapitanes y antiguos compañeros entre Ilia, Anselmo y Oldrich, el médico pensaba que se lo debía. Una lastima lo de Walter, pero ya se lo compensaría en otra ocasión.

Bueno. Volvamos a la nave. Mañana nos espera un día movidito, y a menos que ocurra algún milagro imagino que partiremos pasado mañana.
Sr. Brok me parece que mañana sí que vamos a necesitar usar el vehiculo.
¿A qué hora quedaste con Precious Illia?
 

Fueno do mejod séda que agademos un taxis HIP o si alduno do piefiede demos un paceo hasta la fienicss.

Puede que el analgésico y la bebida no sean la mejor combinación, o si. Oldrich estaba tan feliz que empalagosamente se arrimaba tanto a Anselmo como a Marck, menos a Ilia a la que evitaba quizás porque sabía que si le saliese la vena romántica no podría parar.

- Perfecto Capitán. Así le quitaremos el óxido a la "furgo". Estaba contento, la máquina se estaba haciendo un sitio y conocería a la tal Preciosiuos, Precious o como dios quisiese que se llamara.

- Creo que vamos a dar Maese Oldrich y yo un paseíto para que nos de el aire y bajar la comida. El estilo deportista de Anselmo no le había permitido tomar alcohol, más que una copa de vino para brindar, pero si había abusado un poco de zumos y bebidas gaseosas. Tenía miedo de ser un hombre retropropulsado delante de todos, y de paso, con la escusa de "airear" un poco Pat cazaba unos cuantos pájaros del mismo tiro, como poner tierra de por medio ente su amigo e Ilia, que en este estado podrían "endulzar" un poco más su "cariñosa relación". no se fiaba un pelo, y mejor evitar la tentación.

Se empezó a poner en pié mientras pensaba que esta celebración era por algo más que para evitar que se le caducara al jefe el número de socio. - Vamos maese Oldrich, tenemos una media hora de paseo hasta llegar a la nave. A pesar de su perspicacia se sentía contento y agradecido. conduciría, conocería a alguien que igual era interesante y con suerte, pronto vería otras cosas que las paredes del pisito y la ventana que daba a la pista del astropuerto.