Partida Rol por web

- Colóquela sobre la mesa. - Indicó el Viejo, señalando la mesa donde estaban los documentos sobre las tácticas de la flota. En cuanto Raynor hizo lo solicitado, el anciano se inclinó hacia adelante. Sin los instrumentos adecuados no podría curarle de forma adecuada, amén de que no disponía de los conocimientos suficientes. Pero si conocía los procedimientos básicos que podían salvar a la comandante de las garras de la muerte.

Comprobó si había agujeros de salida de las balas, y rasgó la manga de su propio uniforme para realizar improvisados tapones para las heridas de Kaori, buscando detener la hemorragia antes de que fuera demasiado tarde. No podían seguir perdiendo soldados así.

- No se vaya, Kaori. Las doce Colonias aun necesitan de comandantes como usted. - Le habló, mientras trabajaba, buscando aislarse todo lo posible de los disparos que escuchaba de fondo.

- Señor, volveré al pasillo a detener al enemigo. - Anunció, mientras sacaba su pistola, comprobando la munición. Entonces, esperó el momento indicado, cubriendose con la puerta justo para asomarse y disparar contra los Cylon, buscando rematar al que estaba más herido, aunque con joder a algunas de esas putas tostadoras ya se vería más que satisfecho.

Las habilidades del comandante Sonnernzorn apenas bastan para contener la perdida de sangre de Kaori. Necesitaran más que vendas y compresas para detener el sangrado antes que sea demasiado tarde.

Raynor mantiene bastante ocupado al enemigo. Sus disparos no dejan asomar a los Centuriones y cada segundo ganado los aproxima a la victoria.

Sacudió su cabeza una vez más para recomponerse, pero esta vez más cercano a la incredulidad que al golpe. ¡Qué demonios! Su instinto pronto la colocó a una distancia prudente que pudiese anticipar cualquier ofensiva del inmenso centurión. Suerte la suya que aquel diseño no parecía tener preparadas armas de distancia y podría rehuir de su alcance lo que la nave le permitiera. Y esa fue la única ventaja que la soldado podía utilizar y se armó de coraje para ello, pues si aprovechaba su escasa maniobrabilidad podría escabullirse por algún resquicio fintando y acceder a la preciada sala de armas, donde se encontraban el resto de ventajas que necesitarían para combatir a las tostadoras. 

pues si aprovechaba su escasa maniobrabilidad podría escabullirse por algún resquicio fintando y acceder a la preciada sala de armas

Ivar cruza por debajo del monstruo mecánico y sus garras dejan chispas en el suelo de la nave donde segundos antes estaba la XO de la Orión. Ahora puede acceder a la sala de armas y encontrar lo que necesita para dar caza al enorme Centurión.

Puedo oir los gritos de Kaori mientras Sonnerzorn hace lo que puede para tapar las heridas, al final del pasillo puedo ver a los marines dando la vuelta a la esquina por lo que sorprenderan a los cylon de un momento a otro. Saco mi arma sin exponerme demasiado y hago un nuevo disparo para llamar la atención una vez más

Taryn mantiene a cubierto al enemigo mientras el resto da el rodeo para sorprender al enemigo por detrás.

Me es imposible saber de dónde saco fuerzas.

Con las gravísimas heridas sufridas, casi desangrado, y con un pie a cada lado de la línea del Hades, me sorprendo a mí mismo cuándo desde lo más profundo de mi ser reuno toda la energía de la que mi dolorido cuerpo puede hacer acopio y me levanto.

Medio agachado, en parte por el dolor de mi vientre, en parte por el sonido de los impactos acechándonos en el asediado CIC, me acerco al umbral que da acceso al pasillo y desde uno de los ángulos, abro fuego contra las tostadoras que quieren acabar con el hilo de vida que nos separa del más allá.

Al girar por el pasillo puedo ver a los centuriones afanados en el combate sin percatarse de nuestra presencia. Con esta ventaja hago una señal a los marines para hacer un ataque coordinado a mi señal.

Cargo el rifle al tiempo que apunto y disparo a la retaguardia de los centuriones

Observó el cuerpo de la Comandante Kaori, intentando evaluar sus heridas. No, la medicina no era una de sus bastas habilidades, por desgracia, y ahora lamentaba que no estuviera allí su oficial médico, con la de veces que él intentaba evitarlo, y él siempre acababa por encontrarlo.

- Esta nave debe tener un botiquín en algún lugar de esta planta. Si lo encuentran traiganlo, podría ser vital para la comandante. - Avisó a los demás, mientras seguía presionando las heridas de la comandante con tal de salvarle la vida.

- Apoyaré el fuego en la puerta. - Anunció Raynor con renovada determinación, después de haber rescatado a Kaori era el momento de devolver el golpe a los Cylon, así que se asomó por la puerta, usando el brazo mecánico como escudo y disparó contra el enemigo aprovechando el flanqueo de los marines.

Keyes dispara usando las pocas energías disponibles pero falla estrepitosamente al bloquear su arma luego del disparo que se pierde en algún lugar del techo en el pasillo. El comandante necesita atención médica urgente.

Carter ya desde el otro lado sorprende a los Centuriones abriendo fuego sobre ellos. Acto seguido los marines de las defender disparan también.

Tampoco pueden abandonar su posición y replegarse porque desde el otro lado Raynor les acosa con más disparos.

Carter ya desde el otro lado sorprende a los Centuriones abriendo fuego sobre ellos. Acto seguido los marines de las defender disparan también.

 Los dos soldados disparan sobre el enemigo y logran derribar un centurión. El ciborg se encuentra gravemente dañado e intenta reincorporarse. Por lo pronto no es una amenaza.

Sus disparos no habían dado en el blanco, pero sabía que estaban obligando al enemigo a no tomar cobertura en el pasillo, ofreciendo una buena línea de disparo a sus camaradas. Juró que ahora mismo, necesitaba un buen puro, pero esto debería esperar a que terminara la tormenta. Volvió a alzar la pistola, tomándose unos segundos mientras afinaba la puntería, descargando un nuevo disparo contra la tostadora con más agujeros.  
 

Yamato se posiciono detrás de los marines y disparo un segundo despues apuntando a otro Cylon al ver que uno de ellos no suponía un riesgo directo.

Sin tiempo a mirar atrás, cierta dentera sintió mientras las chispas saltaban por el casco del navío por las garras del gran centurión. Su prioridad fue recoger uno de los rifles y voltearse para poder encargarse de la inminente amenaza. Encañonando la puerta, su otra mano se encargaba torpemente de recoger el resto de material para ajustarlo sobre su hombro, ya tendría tiempo de ajustarlo y repartirlo adecuadamente.

Entre tanto descargó cortas ráfagas a cada parte metálica que asomaba por el umbral de la puerta, concentrándose en deshacerse de las peligrosas articulaciones del extraño modelo de cylon con el que había topado. ¡Necesito apoyo en la armería! Gritó con fuerza con la esperanza de obtener cobertura suficiente para entregar el armamento recolectado. ¡Llevo armas! Añadió como aliciente a las decisiones del comodoro.

El combate continua. El tercer Cylon recibe un disparo por la espalda de parte de Raynor y cae de bruces,seguramente volverá a levantarse pero antes que eso suceda Yamato le revienta el torso a tiros. El único enemigo disponible ataca disparando a Yamato.

- ¡Sí! - Celebró Alan cuando su disparo fue lo suficientemente certero como para derribar a la maldita tostadora. Ahora solo quedaban dos, y podrían reagruparse lo suficiente como para hacer las presentaciones oportunas. Las presentaciones de los presentes con armas más grandes y potentes, por supuesto.

Volvió a asomarse, lo suficiente como para volver a disparar contra un nuevo objetivo, el que quedaba en pie, aunque estaba claro que no consiguió su objetivo.