Partida Rol por web

Mientras espero paso el tiempo fijandome en lo que me rodea y activo mi habilidad de ver las aura para distinguir humanos de vampiros y ademas su estado de animo, tambien me fijo si veo a Allicia, después de un rato de ver las auras aumento mis sentidos para ver y oir mejor el ambiente que me rodea

Juggler le provoca a Resse un conflicto de emociones: por un lado le está agradecido por su nueva naturaleza pero por otro lado… (Mira al mendigo en el suelo, la imagen vale más que mil palabras) Lo llevara a la comisaria, en relación a la llamada inicial. Un caso que será rápidamente engullido por la burocracia. Alguien ataca a grupo de mendigos y se da a la fuga. Vecino oye los gritos y llama a la policía. Nadie presenta denuncia (como para denunciar está el bolsillo del ciudadano medio de Gary City). Al archivador.

(Mirando al gran archivador) ¿Cuantos casos aquí almacenados son fruto de mis hermanos de sangre tomando una cena? Al menos esta vez puedo aportar algo, aunque solo sea una noche a cubierto y algo de comida para la victima.

(Unos minutos después mirándose en el espejo de la comisaria mientras se lava la cara) Es lo que hay, es ganado, es como las vacas de las que salían los filetes que tanto me gustaban antes. No, no es ganado, son personas, somos iguales en derechos.

(Antes de acabar su turno, al sacar al mendigo de la celda) ¿Se encuentra mejor? ¿Quiere que lo lleve a un hospital? (Claro que no quiere, como para pagar un medico) Me temo que no hemos encontrado ninguna pista sobre quien les atacó. Deberían evitar las zonas sin alumbrado por la noche.

De camino a su casa se siente fatal…  tiene hambre pero hoy no tiene el cuerpo como para comer… ojala intentara atracarme alguien o algo. Quizá lo del club sea una buena idea… al que se pase de la ralla con las chicas no tendría ningún problema moral en robarle unos tragos de su fuerza vital.

James le miró con cara de extrañeza para terminar susurrando un casi ininteligible "gracias". Después pidió un chupito y estuvo jugueteando con él mientras observaba a la gente. De cuando en cuando derramaba un poco por aquí y por allí y hacía como que le daba sorbos.

Viendo que nada interesante ocurría buscó a Victor y le preguntó:

Oye, perdona, ¿de qué va esa subasta? ¿Qué se subasta? ¿Quién va a venir a comprar?

El rostro de James ahora mostraba una gran incredulidad, no le cuadraba la escena de una subasta en un sitio como ese.

El mendigo pronuncio un casi inteligible gracias, seguido del tipo me das algo de dinero para comida. Ni siquiera había oído las pregustas, el tipo solo quería volver a estar en la calle y comprobar que nadie le robaba los cartones que conformaban su casa. Alguno de tus compañeros hacen bromas acerca del mendigo, es algo normal, a lo largo del día pueden llegar a ver hasta cincuenta sin techos y aunque el mismo pasara tres veces ni siquiera se darían cuenta.

La amortiguación del coche absorbe los baches de las desgastadas calles de Gary, mientras piensan en el hambre, una de las herencias de tu sire junto con la inmortalidad.

Victor se acerca a la barra y vuelve con otro chupito, ten, este invita la casa, al acercar el vaso no hueles nada de alcohol, es solo agua.

Bueno, chico, pareces algo perdido ¿no? Dice mientras te vuelve a palmear la espalda, Habrá que ponerle remedio. Añade con aire de gran orador, aunque con su traje barato se parece más al típico vendedor de la teletienda. Pues el caso es el siguiente, lady Allicia se ha cansado del local y quiere venderlo al mejor postor. Al ver tú cara de asombro agrega algo más de información. La antorcha es uno de los refugios de Allicia, además de ser su coto privado de caza. Es un buen lugar para cualquier sanguijuela. Sonríe. No te preocupes, la subasta no es por dinero, Allicia ya tiene bastante dinero, seguramente pida algún favor o algo por el estilo. Seguro que podrás ofrecer algo y participar en la subasta.

"mierda, como se me pudo pasar el no decirle a Ashley sobre aquello"

Escucha, por lo visto soy un "ilegal" en Chicago y no podré continuar viviendo allí por un tiempo, estoy en Gary vete a la cama y descansa, para mañana quiero que consigas un apartamento....."decente"-Sebastian hizo una pausa antes de decir la palabra ya que no era precisamente la que tenía en los labios-busca lo mejor que puedas encontrar, y traslada el despacho hasta aquí con todos nuestros clientes. eso es todo, hasta mañana.

Sebastian esperó una replica por parte de su secretaria y colgó el teléfono, examino las calles una vez mas antes de coger el coche

"esta maldita ciudad....¡no tiene nada! espero que ashley pueda encontrar algo pronto....por lo menos el trabajo me distraerá."

El vastago miró la hora en el coche cuando se sentó y tras ponerse el cinturón de seguridad inició la marcha por la carretera sin un destino fijo

hasta las 2 todavía me queda un siglo.....

rumbo a la antorcha

Recorres la sala con la mira el local atestado de gente, solo hay un par de mesas libres y la barra esta a rebosar de gente pidiendo bebidas a las camareras ligeras de ropa. No ves rastro de Allicia, y los únicos seres con auras pálidas son tres vampiros.

Conoces a uno de ellos, Lucian que se encuentra acomodado en una de las mesas junto a una atractiva mujer de pelo corto negro y ojos felinos, la mujer es uno de los vampiros que no conoces. Los dos emanan un aura de color verde oscuro

Más lejos cerca de la barra un joven negro con rastras y complexión delgada habla con Victor. El negro es el otro vampiro que no conoces, el joven parece algo nervioso.

Finalmente reparas en que todo el local está cubierto por un aura roja y negra que se entre mezcla con el color de las paredes y la sombras del local. Con ahínco buscas el origen de la poderosa aura, hasta que das con la mirada de un hombre mayor vestido con ropa normal de calle. Te mira fijamente, parece que haberse dado cuenta de lo que estás haciendo, de tu poder, pero su aura no es pálida, solo es roja y negra. Parpadeas para poder evitar la mirada agobiante del hombre mayor, cuando vuelves a mirar en su dirección ya no hay nadie.

La antorcha se sitúa en la zona conocida como el “Suburbio”, esta zona se ha mantenido viva gracias a los peores elementos de la vida nocturna de Chicago, que vienen a Gary con el fin evitan la estricta policía de Chicago. Cualquier noche de sábado o viernes, el Suburbio se encuentra atestado de gente que bebe, fanfarronea y pelea bajo el pálido resplandor de las luces de la calle y el destello de los letreros de neón. Sin embargo, alrededor de las dos de la madrugada, lentamente se van a sus casas, dejando las calles abandonadas y silenciosas.

La antorcha es el típico club de estriptis con la fachada atestada de neones rojos, aunque mas de la mitad están ya fundidos o rotos; la farola que hay frente al local parpadea al igual que los neones y en la puerta un hombre alto con gafas de sol te mira como si fueras un delincuente. El interior del local no mejora mucho mas, está decorado al estilo de un antiguo palacio arabe con molduras de yeso, arcos, columnas y sedas, sin embargo, está considerablemente estropeado, la pintura está desconchada, el suelo de madera profundamente arañado y bastante sucio, y las pocos espacios que en su momento fueron ventanas ahora están enladrillados. Hay barra donde se sirve la bebida, y mesas y sillas rodean las cinco pasarelas del escenario.

Un hombre alto con el pelo largo con brillantina, y traje barato se acerca con aires de grandes. Bienvenido a la antorcha, el mejor club de todo Gary. Dice con un marcado acento neoyorkino, mientras te palmea el hombro. Mi nombre es Víctor, estoy aquí para servirle. Espero que lo pases en grande. En unos momentos empezara a la actuación. Dice como si no se hubiera dado cuenta de que dos esplendidas mujeres vestidas con sensuales ropas árabes interpretan en el escenario la danza del vientre.

El hombre te coge por el hombro y te atrae hacia él, aunque lo interesante empieza después, dice en voz baja. Cuando cierre el bar empezara la subasta, hasta entonces disfruta como el resto de la chusma.

Ashley asiente a todas las indicaciones, aunque trata de saber algo más del porque eres un "ilegal" en Chicago, la chica no se atreve a insistir mucho en una llamada telefónica; ya encontrara tiempo de insistir cuando te encuentres en persona con ella.

La amortiguación del coche absorbe los baches de las desgastadas calles de Gary, mientras piensan en tu sire y la situación que te toca vivir. Las calles son un estercolero con vallas medio caídas y carteles de construcción llenos de pintadas delante de edificios inconclusos. Los únicos paseantes son mendigos o pandilleros, que se arremolinan en torno a bidones prendidos. Las horas pasan hasta que decides que es un buen momento de ir a La Antorcha.

La antorcha se sitúa en la zona conocida como el “Suburbio”, esta zona se ha mantenido viva gracias a los peores elementos de la vida nocturna de Chicago, que vienen a Gary con el fin evitan la estricta policía de Chicago. Cualquier noche de sábado o viernes, el Suburbio se encuentra atestado de gente que bebe, fanfarronea y pelea bajo el pálido resplandor de las luces de la calle y el destello de los letreros de neón. Sin embargo, alrededor de las dos de la madrugada, lentamente se van a sus casas, dejando las calles abandonadas y silenciosas.

La antorcha es el típico club de estriptis con la fachada atestada de neones rojos, aunque mas de la mitad están ya fundidos o rotos; la farola que hay frente al local parpadea al igual que los neones y en la puerta un hombre alto con gafas de sol te mira como si fueras un delincuente. El interior del local no mejora mucho mas, está decorado al estilo de un antiguo palacio arabe con molduras de yeso, arcos, columnas y sedas, sin embargo, está considerablemente estropeado, la pintura está desconchada, el suelo de madera profundamente arañado y bastante sucio, y las pocos espacios que en su momento fueron ventanas ahora están enladrillados. Hay barra donde se sirve la bebida, y mesas y sillas rodean las cinco pasarelas del escenario.

Un hombre alto con el pelo largo con brillantina, y traje barato se acerca con aires de grandes. Bienvenido a la antorcha, el mejor club de todo Gary. Dice con un marcado acento neoyorkino, mientras te palmea el hombro. Mi nombre es Víctor, estoy aquí para servirle. Espero que lo pases en grande. En unos momentos empezara a la actuación. Dice como si no se hubiera dado cuenta de que dos esplendidas mujeres vestidas con sensuales ropas árabes interpretan en el escenario la danza del vientre.

El hombre te coge por el hombro y te atrae hacia él, aunque lo interesante empieza después, dice en voz baja. Cuando cierre el bar empezara la subasta, hasta entonces disfruta como el resto de la chusma.

James se le quedó mirando largo rato, contemplando alternativamente el rostro de Victor y su mano posada en su espalda (no le gustaba denasiado que los desconocidos le tocaran).

¿Así que ahora Allicia pintarrajea paredes para divulgar la noticia? Parece muy poco propio de ella. ¿Sabes? Vi un grafiti que decía: La antorcha ya no puede ser mía por más tiempo, si la deseas, ven a mí. Allicia. Bueno, parece interesante. Me quedaré a ver que se cuece por aquí.

Cuando Sebastian llegó a la antorcha, su estado de animo paso de aburrido a depresivo, la ciudad cada vez era peor....no obstante cuando entro y vio el panorama ya se llevo la palma, 

me acaban de citar en un Burdel arabe....bueno podría ser peor-pensó con ironía

mientras pasaba se dio cuenta por las palabras del anfitrión de que "ese" debía de ser el único tugurio de todo gary....eso o nisiquiera se atrevía a imaginar que existieran peores...

a Sebastian le incomodaba la gente "espontanea" fuera de la consulta, por lo menos los hombres y cuando aquel tipo lo trato tan amigablemente por no decir familiar, sintió deseos de hacer que se arrodillara ante el como Marianne le había enseñado a hacer noches antes, pero era un recíen llegado y como tal debía de someterse a la voluntad del pueblo.

como decía su abuela:

"si no te gusta las bromas ...entonces vete del pueblo".

Sebastian se comporto con alegría sonriendo con su picardía característica de playboy, y le siguió el juego

-y...¿debo de suponer que el bar cerrara a las 2? mmm...me gusta como se mueve la antorcha

"cuando abra la Notredame no volverás a ver a esta chusma"-Pensó sebastian mientras le sonreia ampliamente

A Resse no le gusta que el tío este le toque así sin venir a cuento. Es un gesto de confianza, y a este individuo no le ha dado tal confianza. Y ahí otra cosa aún más interesante e inquietante:

Aprovechando el gesto de “confianza” para acercarse y poder susurrarle -¿Y cómo sabe que soy el tipo de persona interesada en la subasta? Le agradecería que me dijera en que falla mi disfraz, para mejorarlo, ya sabe.

El hombre se encoje de hombros, si… pintar paredes es un método como otro cualquiera de dejar mensajes. Creo que otras sanguijuelas ya han usado ese método.

El hombre vuelve a palmearte la espalda, parece que no se ha dado cuenta de la incomodidad que te causa su cercanía y trato próximo. Muy bien hermano, cualquier cosa que se te ocurra o necesites, contacta con migo. Marcha arreglándose la camisa, mientras saluda a algunos de los clientes del bar.

Mientras espera que llegue la última función miras a los diferentes clientes del bar sin ver nada interesante, todos parecen normales, no parece haber rastro de ningún vampiro. Te fijas en una de las delicadas lámparas de estilo árabe que decoran una de las paredes, la lámpara está llena de polvo y la tela esta desgastada, pero ello no enturbia la belleza del objeto. No sabes canto tiempo llevas mirando la lámpara cuando una mano te empuja, el empujón te obliga a dar un par de pasos hacia atrás para no caer al suelo ¿QUÉ MIRAS PASMADO? Dice una voz ruda y fuerte. ¡A CASO ME ESTAS PONIENDO OJITOS, PIENSA QUE ME VA ESE ROLLO!

Dice un hombre negro de estatura media que viste una camisa blanca medio desabotonada. Piensas que soy bujarra por ir bien vestido. Rápidamente se forma un corro entre tú y el negro, mucho de los clientes que estaba de pie se acercan a ver qué está pasando.

Llevas un buen rato mirando el bar cuando identificas a otros dos vampiros, Víctor se acerca a cada uno de ellos para saludarlo:

Uno de ello va muy bien vestido y parece aburrido con el ambiente, ni siquiera se molesta a contestar a los animados y vehementes halagos de Víctor

En cambio el otro parece un poco más animado y comienza una pequeña charla con el encargado del local.

Pero algo desactiva tu concentración, hoyes un par de gritos que se elevan por encima de la música pop del local. “¿QUÉ MIRAS PASMADO?”. Dos hombre de color parecen estar discutiendo, uno de ellos es al vampiro que reconociste, el otro parece un simple asiduo del local.  “A CASO ME ESTAS PONIENDO OJITOS, PIENSA QUE ME VA ESE ROLLO” Rápidamente se forma un corro alrededor de los dos, mucho de los clientes que estaba de pie se acercan a ver qué está pasando. Ves como Víctor sale corriendo hacia el corro, pero hay mucha gente ya, y llegar al centro del corro le va a llevar algo de tiempo.

La música pop del local bombardea una y otra vez tu cabeza, mientras una tras otra bailarina desfilan por la barra, alguna de ellas están bien, pero ninguna de ellas le llegaría ni siquiera a las suelas a Mariane. Un par de gritos que se elevan por encima de la repetitiva música pop del local. “¿QUÉ MIRAS PASMADO?”. Dos hombre de color parecen estar discutiendo, un hombre de rastas y otro con una camisa blanca, el que grita es el de la camisa blanca.  “A CASO ME ESTAS PONIENDO OJITOS, PIENSA QUE ME VA ESE ROLLO” Rápidamente se forma un corro alrededor de los dos, mucho de los clientes que estaba de pie se acercan a ver qué está pasando. Ves como Víctor sale corriendo hacia el corro, pero hay mucha gente ya, y llegar al centro del corro le va a llevar algo de tiempo.

El hombre se sorprende ante la pregunta, eres un tipo listo, eres el primero que me lo preguntas. Sencillamente porque le miras el cuello a las camareras en vede de mirarle el escote o el culo. Victor comienza a desternillarse de risa. No, enserio. Allicia me ha dado la descripción de las sanguijuelas de la ciudad, y tu encajabas en ella. Además no has empezado a bavear detrás de las bailarinas, algunos de los cerdos que pisan el local dejan uno pedazo charcos de saliva del compón. El hombre empieza a reírse de nuevo. Venga que te invito a un trago, así pasaras mas desapercibido.

Cuando te diriges hacia la barra siguiendo a Victo hoyes un par de gritos que se elevan por encima de la música pop del local. “¿QUÉ MIRAS PASMADO?”. Dos hombre de color parecen estar discutiendo, un hombre de ratras y otro con una camisa blanca, el que grita es el de la camisa blanca.  “A CASO ME ESTAS PONIENDO OJITOS, PIENSA QUE ME VA ESE ROLLO” Rápidamente se forma un corro alrededor de los dos, mucho de los clientes que estaba de pie se acercan a ver qué está pasando. Víctor sale corriendo hacia el corro, pero hay mucha gente ya, llegar al centro del corro le va a llevar algo de tiempo.