Partida Rol por web

Berlín Nocturno — Hijos de la Revolución

Prólogo - The Night of the Revolution

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01/10/2019, 05:54
-Narradora-

5 de Febrero, 2018

 

El rugido de la gente ensordecía sus propias notas. Los coros alimentaban su vanidad, su deseo de más. Cantaban por él, para él, como él. Gritaban sus letras, su nombre, igual que en el pasado el pueblo había aclamado el nombre de reyes, héroes y dioses. Ahora coreaban su gloria, su ingenio, su arte, y la Bestia de Jacob se revolvía satisfecha bajo su piel con un ronroneo placentero y ególatra. Lo sabía. Lo sentía conforme la fuerza de los instrumentos vibraba a través de su cuerpo inerte. La reverberación le daba un sonido único, una nota mortecina que ningún otro cantante podía copiar… Porque ningún otro cantante estaba muerto como él. Y así, el sonido crecía y crecía, y él se crecía con ello, con cada canción y cada actuación, conforme la plaza se llenaba más y más de la gente que tuiteaba sobre el concierto y hablaba sobre él. Era el Bansky de la música en Berlín. Era el dios de la muerte renacido par aquella gente.

Y entonces algo cambió.

Fue sutil al principio, una variación en el ambiente, en los coros, en la gente. Un silbido agudo que llegó como un eco casi inapreciable. Cualquier otra persona lo habría pasado por alto, pero él no era cualquier otra persona. Él era un Vástago, un hijo de Caín o alguna movida de esas. Todavía no había decidido cuál, y aquel no era el momento de decidirlo porque la noche iba a cambiar radicalmente en los próximos minutos… Y lo sabía.

Los coros comenzaron a volverse gritos. No los gritos agudos y pasionales de los fans. No. Eran gritos nacidos del fondo del estómago, de los que desgarraban la garganta y arañaban el corazón envueltos en terror. Comenzó desde el final, lejos, donde una explosión iluminó el cielo durante unos largos y cruciales segundos en los que la mente de Jacob tuvo que pensar con rapidez qué estaba pasando y qué debía hacer a continuación.

¿Podían ser…? ¿Era aquello el comienzo de…?

La posibilidad hizo que se encogiese como un niño pequeño dejando la frase a medias y a su público colgado. Hizo que su instinto natural rugiese con violencia sacándolo de aquella parálisis. No. Y entonces se escucharon los disparos, disparos hacia el escenario. Pudo ver las figuras, y supo que sí, estaba ocurriendo:

Los Anarquistas estaban a punto de dar un golpe de estado.

La noche de la revolución había llegado por fin a Berlín.

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02/10/2019, 02:32
Jacob Schaffer

Con la mano izquierda sostenía el micrófono en sus dedos mientras la derecha estaba bien alta, apuntando con un poderoso índice a miembros del público al azar mientras iba perfilando la letra de cada canción como un orfebre para sus oídos, llenando todo el lugar con su voz mientras los instrumentos de los Nameless Ghouls resonaban formando una melodía tan desgarradora y visceral que los mortales que había allí abajo estaban absolutamente entregados a la música que les habían regalado aquella noche.

Se sentía en la cima, absolutamente imparable y poderoso mientras todos se movían al ritmo de su música... y el caos comenzó a desatarse. Un caos in crescendo, una bomba que apenas hizo ruido de primeras pero pronto se convirtió en una metafórica explosión que hizo que todo el mundo comenzase a correr y los disparos invadieran con su ruido infernal el escenario donde Emeritus se encontraba.

La bestia en su interior se puso a la defensiva y aun así, mantuvo la compostura el tiempo suficiente como para girarse a los miembros de su banda y hacer un gesto con la mano muy significativo: el gesto de 'Fuera de aquí' que no admitía réplica ni que tenía cualquier otra interpretación. Era la señal de que algo iba muy mal y de que tenían que salir de allí de manera inmediata... porque todo había comenzado, mas antes de lo que Jacob hubiera esperado.

Trató de correr a uno de los lados del escenario y saltar sin preámbulos hacia abajo, buscando cubrirse de las balas con la estructura del escenario y tratar de observar mejor la situación. Necesitaba un punto desde el cual ver cuántos y quiénes podían ser los responsables, comprobar si realmente aquello era el principio del fin o sólo una pequeña escaramuza que pronto sería repelida. Tenía miedo: jamás lo hubiese reconocido, pero eso no significaba que fuese a perdonarse el huir de allí sin comprobar antes qué estaba ocurriendo en realidad.

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03/10/2019, 17:30
-Narradora-

La gente comenzó a huir en bandada, como una estampida de animales desatados entre gritos y berridos agonizantes. Su cuadrilla se desvaneció con rapidez sin chistar a la orden que había dado. ¿Y quién se habría negado? El pánico se extendía sobre el Rebaño de forma infecciosa, sus ojos dilatados, los gritos ensordecedores, empujones y desesperación. 

La Mascarada estaba a punto de hacerse añicos, y esa era la menor de sus preocupaciones. Aquello estaba a punto de convertirse en una caza de brujas, de Vástagos, y él estaba en el punto de mira. ¿Y Malthe? El muchacho solía estar por allí, en el backstage… ¿Qué coño importaba entonces? Ahí cada cuál estaba solo en aquel dantesco espectáculo que iba a ser portada de todos los periódicos de Europa, si no del mundo. Y su cabeza iba a estar ahí, en primera plana, si no se andaba con cuidado.

Y entonces, desde su parapeto, los vio. Por lo menos media docena de Vástagos haciendo despliegue de su potencial, abalanzándose como los depredadores que eran, como si fuesen Sabbats enloquecidos. Pero no lo eran. Jacob tardó poco en darse cuenta de lo que estaban haciendo, y era abrirse camino hacia él al grito de “Muerte a los Antiguos”. Él no lo era, pero estuvo seguro de que tampoco le iban a preguntar antes de intentar contarle la cabeza o ponerle una estaca en el corazón.

En la esquina de su ojo pudo captar una sombra, un movimiento fugaz que logró esquivar gracias a su agilidad, y donde había estado él un segundo antes, cayó una Vástago cuyas manos eran garras, rugiendo en un desenfreno salvaje con los ojos cargados de locura. Su Bestia se revolvió en su interior, sintiendo la amenaza inminente. Ahora era una, pero si los demás llegaban al acecho no iba a tener ninguna oportunidad de salir de allí con vida...

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pues nada, Fallo Bestial y Daño como compulsión, así que no te libras colega.

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03/10/2019, 18:27
Jacob Schaffer

Into your sanctum you let them in. Now all your loved ones and all your kin will suffer punishments beneath the wrath of God. Never to forgive.

Aquello era algo enorme y Jacob supo de inmediato que el germen de Slusser se había desarrollado hasta que ya había sido demasiado tarde. Él lo había predicho como otros tantos, pero en la Torre de Marfil prefirieron hacer oídos sordos al preámbulo de lo que iba a ser una masacre sin precedentes: ahora sólo quedaba sobrevivir y tratar de alejarse del caos lo más pronto posible. Habría guerreros dispuestos a entregar su sangre en combate por la gloria del desaparecido Gustav, pero definitivamente el Lasombra no era uno de ellos.

No fue capaz de identificar a aquella mujer con tanto ruido, el humo que ellos mismos hacían durante el espectáculo y el que estaban provocando los destrozos de los Anarquistas en las cercanías, pero no lo necesitaba. Esperó a que la mujer le enfocara de nuevo y se irguió para alzar su brazo derecho hacia ella, casi aún poseído por el espíritu del Papa Emeritus IV y su mano se abrió mientras la voz del cantante tronó. —¡¡Huye de aquí!!—

- Tiradas (3)

Notas de juego

3 éxitos en Carisma + Dominación.

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03/10/2019, 19:15
-Narradora-

Hubo un momento de duda y confusión en el que los ojos de la mujer emitieron un leve destello, y Jacob pudo observar a la Bestia revolverse entre el odio y la orden que había dado. Temió que no hubiese surtido efecto, pero en el último instante la mujer bramó en desespero y salió corriendo en otra dirección como si su vida dependiese de ello. En cierto modo, dependía. Pero más dependía la suya propia de lo listo que fuese, y estar vestido como un papa con la cara pintada de blanco no era precisamente la clase de sigilo que uno desearía en medio de una cruzada. Además… Se encontraba lejos de casa, lejos de su refugio en el Este de Berlín. Había tenido que escoger aquella maldita noche, pensó mientras corría hacia el backstage en busca de cobertura. Pero, ¿y si no había sido una coincidencia?

De repente, la imagen de Jana se cruzó ante él; aquella sonrisa delirante y enrevesada que podía significar cientos de cosas. Recordaba haberle dicho hacía tan solo unos días que tenía una actuación pronto, y ella había respondido algo así como «qué conveniente». No le había explicado qué resultaba conveniente, dándole largas como muchas otras veces con frases sin sentido y aquella mirada dispar tras las gafas de sol. Era rara de cojones, pero ahora era ira y rabia lo que se le acumulaba en la garganta. Después de todo, no resultaba tan difícil de creer.

Maldita zorra.

Se metió en el backstage, cubierto por cortinas negras. Los guardias de seguridad se habían esfumado, y el resto de la banda también. Tan solo vio un par de chiquillos agazapados entre los altavoces de repuesto. Seguramente en otras circunstancias habrían saltado de alegría al ver a su ídolo aparecerse ante ellos, pero en aquel instante solo había lágrimas en sus ojos. Por dios, no debían de tener más de quince o dieciseis años.

Miró a un lado y a otro. Ni rastro. No Nameless Ghouls, no Malthe, no nadie que él conociese. Solo más gritos y ruidos que bien podrían ser explosiones o estruendos de tambores. Ni lo sabía ni lo quería saber.

Entonces el sonido de un motor sonó cerca, seguido de una voz estruendosa.

¡MALTHE!

Erika. Joder, Erika. Erika podía partirle la boca a los anarquistas, o al menos a un par de ellos en lo que él salía escopetado de allí.

- Tiradas (1)
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05/10/2019, 20:01
Jacob Schaffer

Estaba furioso, furioso consigo mismo, furioso con Jana y furioso con los Anarquistas. Si habían elegido esa noche a propósito se comenzó a preguntar por qué: él no era nadie. No era algo importante, ni un objetivo prioritario... ¿no?

Al ver a aquellos críos se le torció el gesto bajo el maquillaje y alzó la voz hacia ellos. —Escondeos bien y no os mováis... todo pasará.— dijo esperando que tampoco se colaran allí y, de hacerlo, que no les hiciesen daño a esos pobres chavales. Eso es algo que hubieran hecho los cabezapalas de su antigua Secta, pero se suponía que los contrarios a la Torre de Marfil eran ligeramente más civilizados... o eso les gustaba creer.

El rugido del motor y aquel vozarrón le recordó la moto de Erika y a la propia Brujah. Con un chasquido molesto de lengua salió disparado del backstage, intentando recortar distancias todo lo posible con el sonido del motor: no contaba con que Erika moviese un dedo de más por ayudarle a él, pero sí que lo haría por su Chiquillo y Jacob tenía intención de aprovecharse de la presencia de la rubia en el lugar.

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07/10/2019, 00:08
Erika Geiger

Jacob salió de su escondite con la esperanza de que aquella fuese su salida de aquel lugar. Su corazón no latía, pero notaba las palpitaciones de la incertidumbre en su propia piel. Alguien se chocó con él nada más salir, alguien que corría desesperado con el olor de la sangre impregnado a él. Malditos bastardos... ¿Por qué aquella noche? ¿Por qué allí? Pero entonces la vio: delgada, rubia, rostro iracundo y su escueto culo subido sobre una moto que buen podía ser su ticket de escape. Gritaba el nombre de Malthe con un vozarrón que no era normal en un cuerpo tan pequeño, y sus ojos buscaban al Chiquillo con la desesperación de una madre.

¡¿Dónde coño está?! —Le gritó sin piedad a Jacob una vez sus ojos se posaron sobre él conforme se acercaba.

Un poco más allá, un torrente de gente se dispersaba como una manada de pájaros por las calles, volcando todo cuanto se cruzaba con ellos, saltando por encima de coches, inundando las vías de coches que pitaban en medio del caos añadiendo más ruido a aquella dantesca festividad. Y los anarquistas... Debían estar mezclados entre todo el caos, señores y poseedores del significado de la palabra terror en aquel instante.

También vio a un imbécil grabando con el móvil, respirando como si no hubiese aire en el mundo pero allí, quieto como una estatua en vez de correr lejos de allí. Pero de Malthe, no había ni rastro.

¿Dónde está Malthe?

 

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07/10/2019, 00:33
Jacob Schaffer

Apartó de un manotazo a quien se dió de bruces contra él, molesto por aquel caos que iba a darles a todos tantos quebraderos de cabeza. Primero se alegró de no ver a Malthe montando en la moto de su Sire y largándose de allí a toda velocidad para dejarle en la estacada, pero luego tuvo claro que la no presencia del Brujah auguraba problemas rápidamente.

Observó al gentío mientras Erika se acercaba y la miró con el ceño fruncido al llegar hasta él: necesitaba al chaval y sabía que Erika no le iba a perdonar jamás si le pasaba algo, así que tenían que sacarle de allí antes de plantear siquiera al moverse.

No lo sé, joder. Cuando todo se fue a la mierda una salvaje trató de usar sus garras contra mi, así que la espanté y lo siguiente que hice fue ir al backstage a buscar a Malthe... pero ni rastro de él, fue cuando te oí llamarle y pensé que estaría contigo. Tiene que haberse escondido por aquí cerca. Y si le han cogido se lo arrancaremos a quien sea de sus sucias manos.—  Jacob no consideraba a todos los vástagos de Berlín útiles, pero el Chiquillo de Erika era uno de ellos y no iba a dudar ni un instante—. Hay que moverse rápido. Tú le conoces más que yo: ¿dónde crees que se metería en una locura como esta?

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08/10/2019, 16:02
-Narradora-

¿Crees que te estaría preguntando si lo supiese? —ladró, entrecerrando los ojos como un depredador al acecho. —Joder. ¡Malthe!

La Brujah se volvió hacia la multitud gritando y apartando a gente con una violencia desmedida que no correspondía a un cuerpo tan diminuto y enclenque. Se volvió hacia la marea, y de la marea se podían divisar los anarquistas. Si no salían de allí ya, iban a vérselas con varios Vástagos que no parecían ir a tener miramientos con ellos, igual que no los estaban teniendo con las bolsas de zumo que se estaban llevando por delante entre balazos y otras cosas peores.

Y entonces lo vio, alzado sobre una estátua de la plaza: Shia Slusser.

El Vástago rugía con la fuerza de un huracán, líder de aquella revolución que había nacido de su propio corazón, azuzando a las masas con un poder atronador. Implacable, glorioso, y absolutamente aterrador. Incluso a aquella distancia, Jacob pudo sentir a su Bestia amedrentándose en su interior, ahogada por su presencia, subyugada al Vástago que estaba por cambiar Berlín para siempre. Incluso Erika se detuvo en medio de su afán ante la visión del Ventrue, pensándoselo dos veces antes de avanzar.

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08/10/2019, 16:06
Jacob Schaffer

Los ojos de Jacob se abrieron como platos al ver la figura de Slusser vociferando órdenes como si fuese alguna clase de reencarnación divina que manejaba al resto de Anarquistas como sus marionetas de sangre. Aquello no le parecía diferente del control que los Antiguos tenían sobre sus Chiquillos y sobre los Chiquillos de éstos, pero había que reconocer que al menos el Ventrue estaba allí, alzado entre la muchedumbre para dar la cara junto al resto de su Secta.

Aquello le provocó temor, sí, pero también inspiración. Sabía que una visión como aquella no se daba todas las décadas y aun así supo que no tenía tiempo para quedarse allí parado más tiempo: estaban a punto de caer sobre ellos y si no encontraban a Malthe las cosas se iban a complicar. Mucho.

¡¡Eh!!— le dió un empellón al brazo de Erika para que reaccionara, mirándola con el ceño fruncido bajo el maquillaje del Papa—. Tenemos que largarnos de aquí: nos van a caer encima y si Slusser nos ve estamos verdaderamente jodidos. Es posible que vemos a Malthe de la que nos vamos, ¡venga!

Con un simple parpadeo los ojos de Jacob hubieron cambiado y sus irises se volvieron del color del ébano, que le permitían discernir la oscuridad fácilmente por si en el camino veía al joven vástago.

Notas de juego

Activo Oblivion's Sight

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10/10/2019, 20:42
-Narradora-

 

Jacob estaba en aquel lado, en el lado de la Camarilla, en el lado sin Príncipes, sin Primogenitura, sin liderazgo. En el que estaba a punto de perecer bajo las garras de un puñado de Retoños enfurecidos dispuestos a perder la vida por una causa en la que creían con el corazón. ¿Cuándo había sido la última vez que Jacob había creído en algo con tanta ferocidad? ¿En algo más que su música y los mensajes que ella portaba? ¿Realmente los creía si en aquel instante gritaba que huir era lo que debían hacer? Su supervivencia era más importante que aquel mensaje, y aquella verdad era indiscutible… Al menos en aquel momento donde la adrenalina se apoderaba de la Bestia.

Saliendo del estupor, Erika masculló varios improperios antes de salir corriendo hacia su moto. Chiquillo o no, aquello era una cuestión de vida o muerte, de supervivencia propia.

¡Monta! —le gritó al Lasombra, tirando de él cuando estuvo lo suficientemente cerca mientras con la otra mano hacía rugir el vehículo para salir de allí de inmediato.

El viento cortó su rostro y rompió el sonido mientras se aferraba a la Brujah y esta se ponía en marcha esquivando a la gente. Tardó más de lo que les habría gustado mientras por encima del hombro Jacob veía las fuerzas anarquistas acercarse, avanzando con el uso de Disciplinas a una velocidad desmesurada e irreal. Sin embargo, Erika fue capaz de enfilar por una calle lateral donde pudo acelerar sin piedad hasta salir a una de las vías principales. Malthe, si es que estaba allí, había quedado atrás. Atrás y a merced de Shia Slusser. No podía ver el rostro de Erika, pero si para él era una pérdida, dejarlo atrás para ella debía ser como dejar que le arrancasen un miembro de su propio cuerpo. Podía sentir su tensión, el rugido de la moto mezclado con un grito de desespero.

El tráfico pasaba a un lado y a otro mientras la Brujah hacía piruetas entre los vehículos, volando prácticamente a una velocidad de vértigo que hacía que su estómago se encogiese bajo sus pulmones. Y cuando la vía se abría como una salida de aquel infierno, una furgoneta apareció de uno de los laterales estampándose contra varios coches provocando una colisión en cadena entre ruidos metálicos y ensordecedores. Erika trató de manejar la moto, dirigiéndola hacia otro lado, pero el vehículo comenzó a coletear sin control y en un instante fugaz y a la vez ralentizado por la adrenalina que recorría su cuerpo, Jacob supo que iban a terminar estampándose contra algo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Erika no ha conseguido controlar la moto así que os vais al suelo. Hazme una tirada de Destreza a dif. 2 para no comerte una hostia guapa.

Love yah! ;D

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10/10/2019, 22:06
Jacob Schaffer

Tuvo que confiar, mientras la ciudad y el caos pasaban a toda velocidad a su lado, en que Malthe podía haber encontrado una vía de escape para huir de aquel infierno. Él estaba totalmente superado en una situación así y supo que, de quedarse, no tenía posibilidad alguna de enfrentarse a los Gangrel y Brujah que serían mucho más rápidos, mucho más fuertes y mucho más letales que él. Su campo de batalla eran las intrigas y no las calles.

Aquella frenética carrera contrarreloj le hubiera revuelto el estómago de estar vivo, pero creyó que las cosas iban a ser más fáciles al llegar a aquella calle cuando la furgoneta apareció como una exhalación, arrasando con varios vehículos y complicándoles aquel escape casi perfecto...

En cuanto se acercaron a aquel embrollo Jacob saltó, tratando de minimizar el golpe para caer rodando y tratar de recomponerse lo antes posible, pero aunque no era un mal atleta la velocidad le fastidió sus cálculos y terminó por saltar de manera incorrecta: se iba a dar un buen golpe y aunque sabía que su inmortal cuerpo resistiría un golpe que para cualquier humano podría ser mortal, sabía que esa furgoneta no había llegado ahí de manera casual.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Voy a hacerme 1 de daño a la FdV para repetir los dos dados que no son de Ansia.

Su puta madre. Pos me mato.

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14/10/2019, 13:56
-Narradora-

Aterrizó malamente, sintiendo cómo su pie se torcía en un latigazo de dolor y rondando después por el asfalto hasta estamparse contra algo, lo que frenó su terrible derrape. De repente, cielo y tierra no tenían sentido, y le costó hacerse a la idea de que el daño era algo más que una simple magulladura. Tardó unos preciados segundos en ubicarse, escuchando estruendos y frenazos a su alrededor que mágicamente no terminaron sobre su cuerpo maltrecho. El accidente había creado una colisión de vehículos, y momentos después comenzó una serenata de disparos a traición. Aquello era una locura. Jacob no recordaba haber vivido nada similar, sintiendo que cada paso era un paso en falso, una caída hacia un abismo más oscuro. No sabía cómo iba a salir de aquella, o si podía salir de aquella.

Escuchó su nombre, y al volverse pudo ver a Erika levantándose del suelo, chaqueta y pantalones desgarrados por la caída. Unos metros más allá, la parte trasera de la furgoneta se abría liberando una manada de Anarquistas furiosos armados con cócteles molotov que comenzaron a lanzar en todas direcciones. El fuego estalló a pocos metros de él, y la Bestia se agitó amenazante, atemorizada. Jacob sintió sus garras clavándose de forma más aguda que agujas, quemando en su interior como si el fuego estuviese bajo su piel. Sintió el miedo a perder el control, a permitir que su cuerpo se convirtiese en la marioneta de aquel monstruo que yacía en su interior, avivado por la dantesca escena que se producía a su alrededor.

Erika gritó algo y señaló. Jacob se giró ya con la punzante sensación de que algo iba muy mal, y antes de que pudiese llegar a ver al Gangrel que arremetía contra él, la sombra fugaz de la Brujah cruzó la calle abandonándolo por completo a su suerte, usando la potencia de su Sangre para alcanzar una velocidad vertiginosa que la alejase de allí lo más rápido posible.

- Tiradas (4)

Notas de juego

La dificultad era 4 +2. Has sacado 1 éxito, así que la diferencia es 3 + 2 = 5. Se divide entre dos hacia arriba, así que te llevas 3 de daño superficial por la caída: o o / / /

Bye bye Erika xD

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14/10/2019, 15:01
Jacob Schaffer

Mientras se levantaba para tratar de recomponerse forzó su sangre a regenerar las heridas que aquel accidente había causado, bufando porque Erika hubiese sido incapaz de evitar aquel golpe. Sus quejas cayeron en saco roto al ver como aquella furgoneta escupía un puñado de Anarquistas dispuestos a traer las llamas del Infierno a las calles del Oeste de Berlín. La Bestia rugía y gritaba, pero el Lasombra trataba de contenerla todo lo posible sabiendo que perder el control podría significar perfectamente su Muerte Definitiva a manos de aquellos salvajes.

Al menos tenía la ayuda de la Brujah, que haría de brazo ejecutor para ayudarle a salir de allí... o eso pensó Jacob mientras la vampiresa salía corriendo de allí como un avión para esfumarse y dejarle con aquella sentencia de muerte sobre su cabeza. La rabia se mezcló con el miedo en su pecho pero se concentró en lo más importante: sobrevivir. Era un hijo del Clan de la Noche y su misión era la de siempre. La misma que cuando el Sabbat comenzó a hacerse pedazos y los Amici Noctis comenzaron a buscar una salida para evitar una catástrofe mayor, la misma que tuvo cuando golpearon su cuerpo mortal una y otra vez por enfrentarse al fascismo: sobrevivir. Siempre.

Vió a aquel vampiro que corría hacia él y gruñó mientras se daba la vuelta para salir corriendo de allí, haciendo que las sombras le recubrieran como un manto: si le perdía de vista tarde o temprano éstas le ayudarían a pasar desapercibido, ya que los Anarquistas estarían demasiado centrados en provocar el caos como para pararse a buscarle de manera concienzuda... ¿no? Jacon comenzó a correr a toda velocidad, buscando colarse entre los vehículos accidentados para complicarle la persecución al Gangrel y aprovechar cualquier ventana para desapaecer del todo.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Me sube el Ansia a 2 pero me recupero 1 de daño superficial.

1 de daño superficial a la FdV pa repetir los dos dados que no son de Ansia

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16/10/2019, 14:02
-Narradora-

Con el corazón muerto del todo, Jacob corrió esquivando coches y la gente que comenzaba a salir de estos, algunos malheridos y con el olor a Sangre punzando sus sentidos. Pero aquel no era el momento de dejar que el Ansia respondiese por él. Tardó unos gloriosos segundos en darse cuenta de que el Gangrel ya no le seguía, más ocupado en correr en otra dirección. ¿Era Rugart? Eso le había parecido, pero ni tenía tiempo de comprobarlo ni ganas de volverse más de lo necesario.

Su corazonada tuvo más o menos razón. Los Anarquistas estaban allí para lo que estaban: caos. ¿Pero por qué? ¿Qué objetivo tenían? Eran una panda de jóvenes enardecidos, exaltados por la excitación y el vigor del momento, ebrios de ideales mal paridos.

Apenas lo vio llegar.

Una mancha borrosa y brillante como el mármol se estampó bestialmente contra el furgón, haciendo que este se desplazara estruendosamente llevándose por delante a varios de sus enemigos con un chirrido ensordecedor, antes de volcar y aplastarlos. Algo estalló dentro, y el fuego creció rápidamente como una enredadera en llamas, despertando chillidos y aullidos de dolor, no sólo en los Vástagos si no también en algunos humanos que estaban cerca. La figura saltó y se alzó en todo su esplendor sobre el vehículo sin apenas importarle las llamas que había cerca de él, desplegando una ola de terror con un rugido ensordecedor: Wilhelm Waldburg, el Prusiano. El Príncipe de Occidente. El Príncipe de Berlín.

Y entonces algo hizo clic en la mente de Jacob mientras corría desesperadamente para alejarse de aquel infierno: El Príncipe había salido de su refugio a defender su ciudad, y Shia Slusser no debía de estar lejos. Los Anarquistas no necesitaban acabar con todos los vampiros de la costa, tan solo con la cabeza de la serpiente. El resto huirían por sus propios medios... Como él.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Me encanta la cantidad de pifias Bestiales que están saliendo así de gratis. Tienes una flor en el ojete.

PD: Qué. Puto. Bestia. Es. La. Ficha. De. Este. Señor. He dicho.

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22/10/2019, 17:30
Jacob Schaffer

La figura de Willhem le dejó totalmente aterrado apenas dos segundos, el tiempo que duró su rugido que hizo que la Bestia en su interior temblase con todo su ser. El Príncipe había llegado para enfrentarse a los atacantes: el Príncipe había llegado para plantar cara a los Anarquistas.

Sintió una extraña punzada de orgullo en su interior: el Occidente de Berlín tenía esperanzas de seguir sosteniendo los embites de aquella Secta. El Lasombra prefería sin lugar a dudas dos reinos Camarilla en Berlín que una baronía de aquellos que se enfrentaban al orden establecido y si Willhem ponía fin a todo aquello las cosas se arreglarían tarde o temprano...

Pero el vástago también sabía que aquello estaba lleno de vampiros deseosos de sangre y guiados por la fría y férrea determinación de Shia... mientras que los aliados de Willhem quién sabe dónde andaban en aquel momento. ¿Respondería la ciudad lo suficientemente rápido?

No iba a quedarse allí para comprobarlo: Jacob corrió y corrió tratando de usar los callejones y partes mas estrechas de la ciudad como vía de escape. Él no era alguien destinado a la lucha y sólo iba a estorbar más que ayudar en una situación como aquella.

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24/10/2019, 12:19
-Narradora-

Sus esperanzas murieron a su espalda aún sin saberlo.

Jacob huyó como muchos otros, guiado por su instinto de supervivencia en vez de por la lealtad hacia su propia ciudad y secta. En aquel momento no pudo pensarlo, pero más tarde se preguntaría si haberse quedado al lado de aquel Príncipe hubiese hecho girar las tornas, si su contribución, a pesar de ser un mero neonato, hubiese valido para algo. Pero en aquel momento sólo supo correr, dejarse dominar por una Bestia aterrorizada que tan solo deseaba esconderse en lo más profundo de las alcantarillas. Y mientras él corría una marea de neonatos Anarquistas emergía de las profundidades para arremeter contra la Camarilla y su régimen, contra las cadenas de hierro que pesaban sobre ellos, contra la Mascarada y sus preceptos, contra los Antiguos que habían coartado durante décadas y siglos su propia libertad a ser lo que realmente eran: Bestias sedientas por un Ansia incontrolable.

Sus pasos le llevaron lejos, a salvo. En pocos minutos fue capaz de montarse en un coche y salir de aquel barrio, dejando atrás los disturbios mientras en algún lugar de aquella plaza, Malthe chillaba de desesperación. Le habían fallado, y no sería hasta varias noches más tarde cuando Erika y él se darían cuenta de cuánto: ahora era un rehén del régimen de Shia Slusser, quien había alzado en sus manos desnudas la cabeza del propio Wilhelm Waldburg ante toda su progenie de locos y seguidores.

La Torre de Marfil se desmoronaba a pedazos.

Sin embargo, para cuando Jacob cruzó al otro lado de Berlín, las cosas parecieron cobrar un cariz más esperanzador. La coterie die Regentschaft había emergido de las profundidades de Kopenick con ghouls y soldados a mano armada que se posicionaron bajo la guía de Katarina. Las noches siguientes se sucedieron en una guerra civil abierta desgarradora, disfrazada de disturbios civiles y terrorismo armado. Shia lo había intentado, pero se había topado con la persistente sombra de Gustav, cuyo régimen permanecía aún sin estar él presente. Los Vástagos de Occidente buscaron refugio entre sus hermanos y primos, y estos los recibieron con las manos abiertas siempre y cuando estuviesen dispuestos a someterse a la palabra del Padre Anok. Mientras, Jacob veía el mundo girar, desmoronarse, tornarse una nube de polvo y cenizas… muy conveniente. Aquello era una oportunidad de oro si uno sabía cómo aprovecharla, y el Lasombra había aprendido bien en poco tiempo cómo mover los hilos a favor de sus deseos. Sólo necesitaba dejar que la situación se estabilizase, que el polvo se asentase sobre el asfalto empapado de sangre para poder empezar a actuar.

Pero en aquel momento, mientras corría desesperado para poner su propio pellejo a salvo, tan solo era un neonato más aterrado y en busca de salvación y perdón por todos los pecados que cargaba a su espalda.