Partida Rol por web

El vampiro miró a la mujer desconcertado, había esperado algo mucho peor, pero esta enseguida quedó en evidencia. 
Matt se echó a un lado alzando una ceja, pero se quedó paralizado por algún motivo en el peor instante teniendo una reacción exageradamente lenta.
¿Quién era exactamente aquella mujer? ¿Y que papel jugaba en todo aquello? ¿Es que padre estaba reclutando un ejército de seres sobrenaturales? No entendía nada, y su mente estaba mucho más en aquellos pensamientos que en el combate. Su padre ya era peligroso por si solo, pero si había trascendido de los vampiros para reclutar a otros seres, aquello podía ser aun peor.

Antes de ir a la fiesta, pasé por la recepción para entregar la llave a la recepcionista y darle las gracias por su ayuda. Después seguí colgada del brazo de Will cuando entré a la fiesta y miré alrededor viendo a todos los presentes aunque no los saludé ni los miré mas de lo debido. Lo primero que se me ocurrió fue buscar a Estela en la fiesta, incluso saqué mi móvil para mandarle un mensaje y preguntarle donde estaba aunque lo primero que haría sería por preguntarle por aquel hombre trajeado al que todos estaban prestando atención. ¿Es posible que fuera él, el vampiro? 

Aproveché ya que estaba mandando un mensaje a Estela para mandarle otro a Matthew:

¿Dónde estás?

En el momento que las puertas se abrieron y pude ver a mi madre, y al tipo con el que venía, una vez Emily me aclaró quien era sonreí de manera amplia y exagerada mientras ella y Cooper miraban hacia esa dirección, mientras comenzaba a susurrar en voz baja. -Oh vaya, que sorpresa, mi madre se encuentra con el responsable de la fiesta. No es para nada incómodo, jaja, jiji, juju...- Primero hablaba con una voz aniñada/burlona, abriendo en grande los ojos antes de cerrarlos, acariciando con mi dedo índice y pulgar el puente de mi nariz, ahora hablando demasiado bajo para que nadie me escuchara. _{-Maldita sea, porqué mi madre y mi hermana tenían que ser atractivas... Me quiero pegar 4 tiros en el cráneo...-} Y luego solté un largo suspiro de frustración. ESE, ese jodido "Marius" era de seguro el jefe vampiro que hablaba el jodidamente molesto de Matthew. Maldita sea, a menos de que tus padres no te quieran o sean fans de poesía clásica no te ponen nombres así de jodidos, y menos algún adulto que simulaba tener la edad de mi madre. ES QUE CANTA DEMASIADO, maldita sea, es tan jodidamente obvio que con lo que había pasado con Cooper y ahora que el jodido Drácula se estuviera ligando a mi madre me tenía al borde de sacar mi navaja, acercarme y apuñalarle en la espalda justo en el corazón al tipo, para terminar con esta mierda sin importar que revelara la identidad de los Vampiros en mitad de una jodida fiesta.

Cuando alcé la vista el sujeto le besó la mano a mi madre y empezó a hablar, y en mitad del discurso empecé a escribir un mensaje a Dayanne, dándole ahora de forma disimulada la espalda a Lloyd mientras escribía el mensaje.

La "jefe" mayor está aquí, y el imbécil de la Cafetería también. Alto, de unos 30 y cabello platinado, muy apuesto. Yo, Cooper y mi hermana estamos en la barra, y mi madre está con "Lord Sangrón". Espero que hayas hecho algo tipo en la película de Constantine y colocado agua bendita en el sistema de incendios y acabar con los cabrones. No importa, ya sabes donde estamos, espero que este plan tuyo de verdad sirva. No te dejes ver por el imbécil de la Cafetería, dijo que te vio pelear así que supongo que sabe como luces, y a menos que te hayas puesto 2 kilos de maquillaje y tal vez una peluca puede saber quien eres.

Mis dedos se movían rápido como siempre y cuando envié el mensaje pude escuchar lo último del discurso, antes de guardar el móvil y ver después de la tanda de aplausos como Marius y mi mamá se acercaban. Puse mi mejor sonrisa calmada, sabiendo muy bien como disimular ese estrés que tenía antes de estrechar la mano del hombre. -Pasé todos estos años que recuerdo con mi madre y mi hermana, por supuesto que lo sé.- Sonreí de manera más amplia pues ese comentario me salió más del corazón al ignorar lo que sucedía por un rato, antes de escuchar el intercambio de Cooper y Marius, del que me reí por lo bajo por su broma. Al menos el cabrón tenía sentido del humor. -Pues como que si hace un poco de frío.- Dije un poco más "en el fondo" de la actual conversación, dándole el último trago a mi bebida antes de frotar mis manos para causar algo más de calor en ellas.

El teléfono de Dayanne no tardaría en echar humo si no dejabas de mandar y recibir mensajes. Mandaste el tuyo a Estela, preguntándole en dónde estaba, y también a Matt, y nada más enviarlos, recibiste otro, este de Arthur, que no solo había tenido tiempo de enfadarse con Cooper sino también, de establecer relaciones sociales y mandar mensajes sin parar. Además, no parecía haberte visto.

En el Salón, mientras tanto, parecía haber mucha actividad, más de lo esperado, pero no detectabas nada fuera de lo normal.

El mensaje de Arthur decía lo siguiente:

La "jefe" mayor está aquí, y el imbécil de la Cafetería también. Alto, de unos 30 y cabello platinado, muy apuesto. Yo, Cooper y mi hermana estamos en la barra, y mi madre está con "Lord Sangrón". Espero que hayas hecho algo tipo en la película de Constantine y colocado agua bendita en el sistema de incendios y acabar con los cabrones. No importa, ya sabes donde estamos, espero que este plan tuyo de verdad sirva. No te dejes ver por el imbécil de la Cafetería, dijo que te vio pelear así que supongo que sabe como luces, y a menos que te hayas puesto 2 kilos de maquillaje y tal vez una peluca puede saber quien eres.

El desconcierto por la transformación y el ataque de aquella mujer hizo que tu ataque terminara también en nada, por lo que no tardaste en encontrarte de nuevo frente a frente. Ambos os mirabais con furia, pero sin moveros del sitio. En ese momento, tu móvil sonó, indicándote un nuevo mensaje, de Dayanne.

¿Dónde estás?

La "loba" te miró inclinando la cabeza, como si intentase comprender lo que estabas haciendo, pero solo durante unos instantes, antes de volver a lanzarse sobre ti con sus fauces abiertas y los colmillos preparados para morderte. Estaba claro que o acababa contigo... o tú acababas con ella.

Will nunca había estado en una fiesta tan elegante, y aunque tenían una misión, pensaba disfrutar de la situación ya que quizá fuese la última fiesta de su vida si continuaban los problemas con los vampiros. No tardó nada en divisar al profesor Cooper y a Arthur en un pequeño grupo de gente, y tiró ligeramente del brazo de Dayanne para llamar su atención -Ahí están, ¿Vamos a saludarles y preguntar que han descubierto? ¿Quienes son esa gente con los que están?

Miré el mensaje de Arthur, al parecer el plan A de que el jefe de vampiros no supiera quien soy se había ido al traste, mejor iba con el plan B, sonreí para mi misma para cuando me giré a Will.

- Antes necesito algo, ¿ves aquel hombre con canas y el traje azul? - esperé a que me lo confirmara.- Al parecer es el jefe de los vampiros y según Arthur parece que sabe que soy la Cazadora por lo que necesito hablar con él a solas pero dentro de este salón.- volví a revisar mis mensajes esperando el de Estela. La única opción que tenía era que Estela conociera a ese vampiro y me lo presentara y ya me encargaría yo del resto.- ¿Ves a Estela?

Estela no respondía, pero más allá podíais ver a ese hombre que sonreía tanto y que parecía encantado con todo aquello. Arthur, en cambio, daba la sensación de estar sentado sobre un hormiguero, incómodo por toda la situación entre Cooper y su hermana, y por hallarse al final justo delante de quien habíais estado buscado.

La fiesta era extraña y continuaba, pero ahora quedaba la duda de qué paso dar y lograr quedarse a solas... si es que eso era lo que debíais hacer.

Tampoco había rastro de Matt y tanto él como Estela, no habían respondido, lo que implicaba que algo más sucedía en aquel lugar, aparte de la fiesta.

Dayanne no te respondió, pero suponías que no debía andar lejos. Mientras tanto, la visión de tu madre y tu hermana llamando la atención, te estaba crispando los nervios.

Cooper miraba con desconfianza a Martius y tu madre parecía encontrarse en las nubes. 

-Oh, discúlpenme un momento. He visto a alguien conocido -os dijo, alejándose de vosotros y acercándose a dos figuras que acababan de entrar en el salón, y que no eran otros que Will y Dayanne. 

Parecía como si aquel Martius estuviese pendiente de todo y conociese a todos.

Martius se alejó de Cooper, Emily y Arthur, y se aproximó a Will y a Dayanne.

-Buenas noches. Mi nombre es Martius y usted es sencillamente encantadora -le dijo a Dayanne, tomando su mano y besándosela con elegancia y educación, de forma inesperadamente "babosa" -. Estoy encantado de conocer a la nueva y brillante cazadora. Mi asociado ya me habló de ustedes y la verdad que hacía tiempo que no me encontraba con una. La última fue hace más de cien años.

El hombre no dejaba de sonreír y se mostraba excesivamente caballeroso y con formas cuidadas.

-No les había invitado, pero me alegra que estén aquí. Esto hace que la ocasión sea excepcional.

Al erguirse, sus ojos fueron de Dayanne a Will. 

-Bienvenido también a usted también, señor George.

Antes de que Will pudiera discutir el plan de Dayanne de hablar a solas con el jefe de los vampiros, este se acercó a ellos para presentarse. El hecho de presentarse abiertamente ante ellos, demostró que no tenía ningún miedo a la cazadora, y eso hizo que Will se agitase incómodo. En cualquier otra ocasión, el joven atleta se habría descojonado en la cara de cualquiera que se llamase Martius, pero en ese momento no se atrevía casi ni a respirar para no molestar a quién podría acabar con él de un movimiento rápido.

Cuando pronunció el apellido de Will, este notó un escalofrío recorriendo su espalda y sólo pudo articular unas pocas palabras - ¿Cómo sabe mi nombre?

Cuando me di cuenta de que aquel hombre se nos acercaba, se me puso la piel de gallina pero seguí fingiendo una sonrisa como si nada pasara. Me solté del brazo de Will por si se le ocurría hacer una tontería aunque fingía tener el cuerpo relajado estaba preparada para actuar de ser necesario.

Nos saludó cordialmente y le imité de la misma forma elegante que él mismo había hecho.- Buenas noches, también tenía ganas de conocerle, Sr. Martius. ¿De verdad?¿Debería considerar eso como un alago? - le ofrecí con una sonrisa. Antes de acercarme a él, le dije a Will esperando que entendiera mi indirecta.- Will, ¿no habías quedado con Estela? Ve a buscarla, sería descortés por tu parte dejarla plantada, ¿no? - me acerqué al vampiro con mucha familiaridad como si le conociera de toda la vida y sin apartar la sonrisa de mi cara.- ¿Y... a que se debe esta ocasión, Sr. Martius?

En el salón estaban sucediendo algunas cosas importantes al mismo tiempo.

Arthur, Emily y Cooper observaban fijamente cómo Martius se presentaba a Will y Dayanne. Estos no daban crédito a que aquel... ser, estuviese delante de ellos, comportándose con naturalidad y también con nervios de acero. De hecho, su actitud había despertado, más que desconfianza, una inquietud especial en ellos.

Martius parecía divertirse con aquella fiesta, pero en realidad, disfrutaba de la sensación de poder y el miedo que causaba en otros, especialmente en Dayanne.

-Bueno, es... algo que tenía preparado desde hacía tiempo, la verdad. Y su presencia es la guinda a un pastel que promete ser delicioso -te dijo, despidiéndose con un gesto elegante hacia el centro de la sala.

Al mismo tiempo que ocurría eso, dos figuras aparecían en las puertas y las cerraban, quedando el lugar completamente hermético.

Cooper miró preocupado a Arthur.

-Señor Whitaker, será mejor que usted y su hermana vengan conmigo -le dijo, dirigiéndose rápidamente hacia donde estaban Dayanne y Will.

Al lado de Martius también apareció una figura conocida, el vampiro contra el cual habían luchado Arthur y Cooper y que había puesto en problemas a Dayanne en el callejón.

Y al oírse el sonido de las puertas cerrándose, Martius levantó los brazos para solicitar silencio.

-Ha llegado el momento, aunque me temo que no el que esperaban. Durante siglos he permanecido oculto, agarrado de las sombras de la noche y asustado de cuantos podían descubrirme, pero ya nunca más. En esta ciudad se abrirá la boca del infierno y todas las almas condenadas regresarán a la tierra, y por supuesto, seré yo quien las controle. Yo soy Martius, y mañana a estas horas, todos ustedes, que representan la flor y nata de esta ciudad, me rendirán pleitesía, incluyendo a la famosa cazadora. Hacía mucho tiempo que no mataba a una y se me hace la boca agua solo con pensarlo. Así que... ¡qué empiece la fiesta!

En ese momento, el rostro de Martius, los otros tres individuos y tres más que se encontraban dispersos y mezclados con la gente, cambiaron, mostrando su naturaleza vampírica, y los gritos se desataron. Martius miró con los ojos inyectados en sangre a Dayanne... y todo se transformó en un infierno.

- ¿Estela?… ¡ah si! He quedado con ella, si. Comenzó a decir Will sin poder apartar su mirada del vampiro jefe. Pero en cuanto se giró para buscar a la amiga de Dayanne, las puertas de la sala comenzaron a cerrarse convirtiendo la fiesta en un baño de sangre.

Will se encontró sin saber que hacer a continuación, y miró al resto del grupo para ver si alguien indicaba cómo proceder en ese caso. Estaban en minoría y Matt ,que era una de sus grandes bazas, por mucho que llegue jodiese a Will reconocerlo, no estaba allí con ellos ¡Joder! Ese chupasangres nos ha traicionado. Sabía que no teníamos que confiar en él.

El joven atleta era impulsivo, pero tuvo el mínimo de inteligencia para no abalanzarse contra el jefe de los vampiros, aunque sí que se lanzó contra uno de los vampiros mezclados entre la gente para intentar salvar a alguno de los invitados.

Cuando Cooper dijo eso, y vi a Martius alejarse para ir hasta William y Dayanne, miré al profesor con un muy claro enojo. -Ah, así que cuando te ponen los colmillos en la garganta es cuando terminas de actuar como Don Juan con mi hermana, ¿No?- Dije casi rechinando los dientes en una clara reprimenda por mi tono de voz, y entonces me levanté del asiento y tomé el brazo de mi mamá, sacudiéndola ligeramente mientras hablaba con WIll y Dayanne.

-¿M-Mamá, mamá? Reacciona! Tenemos que irnos!- Y cuando trataba ya de hacer que se moviera a una de las salidas, fue cuando estas se cerraron que mi semblante se ensombreció, mirando incrédulo las personas que se encontraban en cada una de las salidas, mientras Martius iba hasta el centro. -Esto tiene que ser una maldita broma...- Murmuré por lo bajo antes de colocar al lado de Emma a mamá. -Cuídala y quédate con Cooper.- Fue lo único que hice antes de girarme a Lloyd, mirándolo desesperado mientras Martius daba su discurso. Saqué mi billetera y le dejé los 100$ que tenía en ella justo encima de la barra, antes de apuntar hasta las botellas de atrás. -Lloyd, mi recién conocido pero mejor amigo, me gustaría un par de botellas que tienes atrás. Ya sé que dijiste que los tragos eran gratis pero considera esos 100$ como propina y también comprando o para que me prestes algún encendedor que tengas.- Hablaba rápido pero con claridad, algunas veces girando mi cabeza hacia Martius mientras avanzaba con su discurso.

Si acaso este decidía ayudarme con las botellas y el encendedor, entonces rápidamente me quitaría la corbata y el pañuelo que tenía en mi bolsillo. -Cooper, espero que tengas un buen brazo para lanzar porque yo no, y necesito que también tengas una buena puntería.- Apenas Martius cambió su cara y el Caos se desató mi pánico aumentó, mirando a todas partes antes de hacer un nudo con la corbata y el pañuelo en el cuello de la botella, y con cuidado, verter unas gotas en las puntas de estas que sobresalían, básicamente haciendo unas molotovs. Me giré hasta Cooper y le entregué una botella, además de el encendedor. -¡Bueno Cooper! Esta es la idea, quiero que le lances una de estas en el suelo donde esté un vampiro. Supongo que es obvio que no quiero que la lances donde haya gente inocente cerca, pero si ya le están succionando la sangre a uno y está apunto de morir, ya no hay nada que podamos hacer. El sistema de incendios apagará las llamas y además llamará a emergencias.- Nuevamente hablaba rápido, y al terminar le di un par de palmadas a Cooper. -¡Listo, hora de irnos, guía el camino!-

No esperaba que el maldito vampiro tomara acción de golpe y más con tanta gente de por medio. Chasqueé mi lengua en cuando comencé a ver en que se iba a convertir aquel maldito salón, literalmente en un caos... No muchos en esa sala conocíamos la existencia de los vampiros como para poder enfrentarles cara a cara por desgracia no teníamos suficientes manos para proteger a la gente. ''Maldita sea... ¿y ahora que?'' Miré a mi alrededor haciendo recuento de los vampiros, de la gente y de quienes podrían luchar...

Como esperaba que la lucha sucediera... ''aunque no aquí...'' saqué las estacas que había escondido bajo el vestido y le lancé una Will que era quien estaba mas cerca.- Will Cógela e intenta reunir a todo en el mundo en el mismo lugar...- miré hacia Cooper esperando que tuviera alguna idea o un escuadrón de asalto preparado al lado del hotel en ese momento nos vendría de muy buena manera.- ¿Cooper...? - 

Entonces miré al vampiro que tenía en frente de mi, tal vez si lo derrotara podría hacer que el resto se dispersara pero se trataba de un vampiro de unos cuantos siglos mas mayor que yo con más experiencia por lo que intentar acabar con él rápidamente era poco improbable pero lo intentaría...

Cooper miró a Arthur cuando este le recriminó por su actitud con su hermana, pero no tuvo tiempo de decirte nada porque en pocos segundos, estabais en esos momentos en el centro del salón, rodeados de gritos y más vampiros de los que habíais visto nunca juntos. Era una situación complicada y no había ni rastro de Matt, lo cual era un problema, puesto que dependíais de él para una situación como aquella. 

¡Vaya momento que había escogido para desaparecer!

Quizás aquel fuese su plan desde el principio o simplemente, su deseo de sobrevivir era más fuerte que su preocupación por vosotros. A lo mejor nunca lo sabríais.

Dayanne se puso manos a la obra. Sacó unas cuantas estacas y se las dio a Will.

Cooper la miró, preocupada. Emily estaba a su lado pero no era solo ella, sino todos los humanos que se encontraban en aquel lugar.

-Esto es una locura -dijo -. Son demasiados y ese vampiro... aún no tiene interés en entrar en liza, pero cuando lo haga, deberás retenerlo tú, Dayanne. Mientras, debemos abrir un hueco para escapar. 

Instintivamente, apartó a Emily para protegerla, pero esta se zafó y cogió una de las estacas que tenía Will.

-No necesito que nadie me proteja, Coop. Pertenezco al Consejo de Vigilantes, así que ya he hecho esto antes -explicó, ante la sorpresa de todos.

Will fue a lanzarse entonces contra uno de los vampiros, solo que este reaccionó mucho antes que él, apartándose a tiempo y dejándolo en el suelo.

-Que te ocurre, pequeñín. ¿Te has caído? ¿Necesitas ayuda? No te preocupes, dentro de poco recibirás más de lo que esperas -le dijo a Will.

Mientras tanto, Arthur también se dirigía hacia Cooper, esta vez para pedirle ayuda.

-Buena idea señor Whitaker. ¡A MI SEÑAL! -exclamó, cogiendo la botella y levantándola en el aire, dispuesta a arrojarla.