Partida Rol por web

Tu móvil sonó cuando te acercabas a una de las barras que había en el salón para beber algo. Era Dayanne.

No te preocupes todo Ok, nos cambiamos y bajaremos al salón. Necesito que tu o Cooper intentéis localizar al jefe de los vampiros por si se encuentra en la fiesta pero no os acerquéis a él.

Will y yo iremos fingiendo que somos parte de la agencia por lo que no nos conocéis ni a Will ni a mi ¿entendido? Transmíteselo a Copper también, tengo una idea pero necesito que se cumpla esto a raja tabla.

Espero tu mensaje si localizáis a ese vampiro...

Mientras tanto, el barman se acercó para atenderte. Era un hombre de mirada penetrante y sonrisa... algo enigmática.

-¿En qué puedo servirle, señor?

Luego de leer el mensaje fruncí levemente el ceño. Tendría que ir pronto hasta Cooper e interrumpir su baile para avisarle, cosa que estaría feliz de hacer si no fuera por como llamaría la atención al irme caminando hasta la pista de baile... Ya de por si llamo mi atención con el traje, pero igual.

Cuando el señor de la barra se dirigió a mi guardé el móvil en el bolsillo y asentí. -Sí buenas, quisiera algo de beber, suave.- Respondí de manera calmada, antes de sonreír de manera amable al señor, tratando de ver disimuladamente su en su traje tenía algo como un gafete donde pondría su nombre.

El camarero te miró fijamente, sin variar la sonrisa un ápice, mientras la música te envolvía y la gente continuaba hablando, bailando y moviéndose a tu alrededor. Cooper y Emily continuaba su baile y tú te preguntaste durante cuánto tiempo estarían así.

-Por supuesto, señor. Puedo sugerirle un Filtrini. Lleva un poco de vodka, champagne, licor de naranja y jugo de piña. Es bastante popular en esta clase de fiestas.

Mientras te hablaba, miraste en su traje, y efectivamente había una pequeña placa con su nombre: "Lloyd".

Aquello había sido incómodo... Dudaba de que fuera una especie de vampiro o algo, aunque tampoco podía deshacer la posibilidad ya que perfectamente podía hacerlo, o tal vez simplemente era una persona un tanto rara al haber tardado tanto tiempo en responder, pero esto era incómodamente familiar.

-Oh, pues eso suena genial. Me encantaría uno de esos Filtrini, por favor señor Lloyd.- Y entonces asentí decidido con la cabeza. Saqué el móvil y lo desbloqué, empezando a escribirle varios mensajes a Cooper, aunque sin darle la espalda a Lloyd.

Cooper, hay dos cosas. La primera es que no quiero que coquetees en lo absoluto con mi hermana y tendremos problemas si algo pasa.

Lo segundo es que Dayanne y Will lograron entrar. Si los ves, ni tu ni yo los conocemos en lo absoluto, ellos lograron entrar diciendo que son parte de la agencia de modelaje. Ella tiene un plan de qué hacer, así que hace falta que los sigamos a rajatabla.

Necesitamos saber donde se encuentra el jefe de los mosquitos. Si mal no recuerdo Emily dijo que "ella" se había quedado en su casa, así que necesitamos encontrar a nuestro amigo de antes. ASÍ QUE DEJA DE LIGAR CON MI HERMANA, NO ES NORMAL QUE TE TRATES DE LIGAR A LA HERMANA DE UN CHICO QUE DE SEGURO MORIRÁ POR METERSE EN ESTAS MIERDAS.

Luego de escribir veloz aquellos 3 mensajes finalmente alcé la vista, volviendo a guardar en mi bolsillo el móvil.

Mientras mandabas los tres mensajes, uno detrás de otro, el camarero... Lloyd, preparaba tu bebida, que no tardó en colocar delante de tus manos, unos segundos después.

-Aquí lo tiene, señor. Espero que resulte de su agrado -te dijo, sin cambiar su sonrisa, que cada vez te parecía más extraña.

Con tu copa en la mano, te giraste para mirar a Cooper, que parecía haber recibido tus mensajes, a pesar de lo cual continuaba bailando con tu hermana, hasta que la canción finalizó. Entonces, miró su móvil y leyó lo que suponía debían ser tus mensajes. Tras terminar de hacerlo, te buscó con la mirada y tras encontrarte, te saludó con la mano y le comentó algo a Emily, que se echó a reír con naturalidad. Después, ambos se pusieron a bailar de nuevo.

Cooper no parecía haberse molestado, o haberse dado por enterado respecto a tu mensaje.

Sin embargo, cuando terminó la canción, se dirigieron hacia tu posición, caminando lentamente, tu hermana agarrada del brazo de Cooper y este actuando como un perfecto caballero.

-Señor Whitaker. Me parece verle un poco preocupado. No se apure. Mientras bailábamos, hemos podido ver algo interesante, como por ejemplo, a nuestro viejo amigo.

Cooper señaló a una zona más alejada del salón, en donde visteis... a vuestro vampiro, elegantemente vestido y pasando por un invitado más.

A Matt le costaba mantener la cabeza fría y la concentración, aunque no podía olvidarse de lo que le había pasado con Martha, también había parecido una presa fácil, y había acabado siendo una trampa, aunque no fuese una demasiado bien pensada...
Refrenando los instintos el vampiro se quedó en el sitio dejando que fuese la mujer quien se aproximara, no apartaba la mirada, y es que se permitía disfrutar del sensual cuerpo de aquella misteriosa mujer.
No le pasaba inadvertida su forma de hablar, parecía humana, pero seguía hablando como si se lo pretendiese comer.

-¿Yo voy a saciar tu apetito?- Preguntó ladeando la cabeza con una sonrisa de lado bastante confiada sin moverse del sitio.

Tenía un muy mal presentimiento, pero no podía apagarse tan fácilmente bajo aquella llamada, igual que no podía evitar sentirse superior como un león delante de un pequeño cervatillo, por mucho que sus instintos le dijesen que allí pasaba algo raro.
El vampiro simplemente se quedó en el lugar esperando a que aquella mujer se pusiese a su alcance, cediéndole a ella cualquier primer movimiento que quisiese realizar.

Will realizó todo el camino hasta la habitación en completo silencio, en parte por que se sentía herido por cómo le había hablado y mirado la vieja y en parte para no volver a meter la pata como antes, que ni siquiera recordó el nombre de la agencia. A Will se le volvió a pasar por la cabeza intentar ligarse a Dayanne realizando algún chiste medio en serio al estar a solas en una habitación de un hotel, o quizá ofreciéndole ayuda para cambiarse, pero la imagen de la mirada de la vieja perseguía al joven atleta Hija de puta, seguro que la próxima vez que esté con una tía me aparecerá su cara y tendré un gatillazo. ¡Me ha jodido la vida! ¿Sería lesbiana? Seguro que si y por eso sonrió a Dayanne.

Dayanne había tenido buen gusto al elegir el traje, y con él puesto Will ganaba muchos puntos y estaba seguro de que más de una chica se fijaría en él esa noche, aunque esperaba que ninguna fuera una vampiresa.
- ¡Listo! Sal cuando quieras. Dijo para responder a la pregunta de Dayanne.

Sorprendido vi el trago sobre la barra apenas terminé de enviar el mensaje, y mi mirada se intercambió entre el trago y Lloyd, quien sería sin cambiar esa misma sonrisa. Luego de unos segundos finalmente hablé. -Wow... Eso sí que es sorprendente, gracias Lloyd.- Y así tomé la copa, dándole un muy pequeño sorbo para probarlo, sin confiar aún del todo en el señor.

Entonces me giré y dirigí mi vista hacia la pista de baila. No parecía haber nada raro, por suerte la canción terminó y Cooper dijo algo a mi hermana luego de ver su móvil, que al verla reírse me hizo hervir la sangre... Y MÁS CUANDO VOLVIERON A BAILAR. Maldita sea, la audacia de Cooper era tanta que hasta me planteaba en clavarle la estaca a Cooper en lugar de la sanguijuela que buscamos. Me quedé sentado en la barra, mirando nervioso a las personas del lugar y hacia la pista de baile, y por suerte, cuando finalmente terminó la segunda canción, caminando con toda la calma del mundo mientras estaba por arrancarme los cabellos de la ansiedad fue cuando ellos dos se acercaron.

Ya para ese punto tenía mi segunda copa, había hablado un poco con Lloyd, una charla corta sin importancia, un intercambio de palabras sin mucha importancia, y cuando finalmente Cooper me dijo sobre lo que logró ver mientras bailaba. -¿En serio?- Pregunté algo interesado, tratando de ver sobre Cooper y mi hermana para encontrarme con nuestro objetivo. -Huh! Ahí está... ¿Dónde habrá estado?- Me pregunté en voz alta mientras me cruzaba de brazos, sonriendo algo divertido. -En fin... Emily, ¿Dónde está mamá? He tratado de buscarla pero hay demasiada gente por aquí.- No sabía muy bien que hacer, suponía que no era tan seguro el ir como si nada hacia él ya que no sabía como el vampiro reaccionaría, y además tenía que avisarle a los demás que los encontramos.

Salí del baño en cuanto Will me dijo que podía salir, aunque me aseguré antes de que tanto mi peinado, como maquillaje y ropa estuvieran impecables. En cuanto vi a Will cambiado con el traje no pude evitar decirle.- Nada mal, creo que impresionarás a mas de una chica hoy...- sonreí.- ...es una pena que estamos en esta misión si no podrías disfrutar de la fiesta.- aunque no duró mucho la sonrisa en mi rostro.- Necesito que actúes como si fueras el acompañante de Estela y te encargues de cuidarla por si ocurre algo esta noche... ¿podrías hacerme ese favor? - dije mientras miraba que todo estaba en orden para dejar la habitación.- También le he mandado un mensaje a Arthur informando de que actúe como si no nos conociera por si ese vampiro se encuentra aquí... si está, voy a intentar acercarme a él...- esperaba que mi plan fuera tal cual tenía pensado.- Bueno... eso es todo, ¿preparado para salir a escena? - dije cogiendo la tarjeta de la habitación y esperando que me ofreciera su brazo para bajar caminando hasta la fiesta.

El instinto ofrecía siempre dos vertientes. Una de ellas constituía la parte animal que empujaba a uno a lanzarse siguiendo sus deseos más básicos, que todos los seres tenían, pero que sobre todo en un vampiro, implicaba alimentarse. El hambre era el instinto más poderoso con diferencia; pero también había otra manera de verlo. Era una especie de alarma personal que protegía tu supervivencia al avisarte de que había "algo" que no parecía estar bien.

Tu instinto te decía que aquello no era normal, que para ser humana, no estaba asustada, sino incluso dirías... emocionada.

-Bueno, normalmente no me entretendría, porque debo bajar a la fiesta, pero no creo que un pequeño "entrante" me siente demasiado mal -te dijo.

La mujer empezó entonces a convulsionarse, tímidamente en un principio, pero de manera exagera después. Su boca se deformó en una mueca indescriptible, mientras su cuerpo se colocaba a cuatro patas y su espalda se arqueaba de forma anormal. Al tiempo que un horrible sonido, completamente animal, surgía de su garganta, sus falanges se alargaban y los huesos de sus extremidades adoptaban la longitud y forma de una criatura salvaje.

La piel se erizó y un pelaje duro y marrón surgió para cubrirla, mientras su rostro se alargaba en un hocico lleno de dientes afilados, en donde unos enormes colmillos destacaban sobre los demás.

Finalmente, sus ojos se tornaron de un amarillo dorado y la pupila se tornó alargada, como la de un felino.

Ahora entendías por qué hablaba tanto de "comida".

El vampiro frunció el ceño confuso, cada vez estaba más seguro de que su padre estaba detrás de aquello, no necesariamente de forma consciente, pero seguro que estaba relacionado. Y una vez la mujer repitió aquello que daba a entender que ella era el depredador.

-No me digas que eres el perro de mi padre...- Dijo ligeramente temeroso, aunque intentando mantener la compostura.

Matt se acordó de la chica a la que había visto unos días atrás en la cafetería. ¿Qué estaba pasando en aquel lugar del demonio?

-¿Sabes que? Soy más de chicas depiladas.- Dijo finalmente intentando bromear como auto sistema de defensa.

El vampiro no dudó en transformar sus propios rasgos faciales, confiando en que quizás aquello haría que el chucho se lo pensase un par de veces antes de atacar, aunque listo para defenderse de ser necesario. Había bajado la guardia, se había relajado demasiado cometiendo un grave error, estaba allí para evitar que la pandilla hiciese una estupidez y su padre los matara a todos, no para tirarse a nadie.

TIRA iniciativa y así vemos cómo de rápido eres ;)

Emily fue a responderte, pero no fue necesario. Las puertas del salón se abrieron para dejar pasar a tu madre, que venía agarrada del brazo de un hombre a quien no habías visto nunca, pero que parecía actuar como si aquel lugar le perteneciese. De hecho, la gente al verle, empezó a aplaudir.

A tu lado, tu hermana se acercó para hablarte al oído.

-Ahí está mamá y ese hombre es nuestro anfitrión, el señor Martius.

Ambos se movieron con naturalidad a través de la sala, mientras y el tal Martius, parecía bastante satisfecho con el recibimiento. Tu madre tampoco daba la sensación de estar descontenta. En un momento dado, ambos se detuvieron, MArtius besó educadamente el dorso de la mano de tu madre, que se retiró ligeramente, y a continuación se dispuso a hablar.

-Muchísimas gracias por haber asistido a mi pequeña fiesta. Creo que la ocasión lo merece, puesto que solo aquellos que de verdad podemos, porque así nos lo hemos ganado a través de los años, somos capaces de salvar a esta ciudad del desastre en el que se encuentra. Con nuestras aportaciones, la ciudad podrá respirar más que tranquila y caminaremos juntos hasta un futuro mejor, sin peleas en las calles, y sin conflictos. Pero mientras llega ese momento... por favor, disfruten cuanto puedan.

Una nueva tanda de aplausos continuó al discurso y en ese momento, Martius se fijó en Emily, así que se dirigió, seguida por tu madre, a vuestro encuentro.

-Mi queridísima Emily. Has organizado una fiesta exquisita. Te estoy sumamente agradecido -le dijo, dándole un beso en la mejilla.

Mientras eso ocurría, Cooper lo miraba con los ojos entrecerrados.

-Ha sido un placer. Deje que les presente. Estos son mi hermano Arthur y un amigo suyo, Dale Cooper.

Martius estrechó tu mano y a continuación, la de Cooper.

-Mucho gusto, señor Whitaker. Su hermana es magnífica. Espero que usted sepa apreciar lo que tiene en casa. Señor Cooper.... -le dijo a este. Cooper tardó en responder, aunque le dio la mano.

-Encantado, señor Martius. Tiene la mano bastante fría.

-Oh, siempre. Pero no se confunda. Soy de sangre caliente -bromeó.

Vestidos para la ocasión, os dirigisteis hacia el salón en el cual se celebraba la fiesta. Cuando entrasteis, visteis el lugar, un salón lujosamente decorado, con mesas dispuestas por todas partes, a excepción de una zona central, la sala de baile, amenizada por una orquesta.

Había gente por todas partes y no os costó reconocer algunos rostros conocidos de la televisión y de la política. Era desde luego, una fiesta por todo lo alto. También habían hermosas mujeres y atractivos hombres por doquier, con aspecto de modelos o de haber salido de una película.

Pero en aquellos momentos, también os llamó la atención una pequeña reunión que se estaba produciendo en el centro de la sala, entre Cooper, Arthur, dos mujeres y un hombre, que conversaban... pero no sabíais por qué, no se notaba demasiado buen ambiente. Al hombre no lo habíais visto nunca, pero a las dos mujeres sí. Una era la madre de Arthur y otra su hermana, la organizadora de todo aquello.

Cooper miraba con cierta desconfianza al hombre. Arthur miraba como si estuviese cabreado, así de simple.

La mujer lobo no se lo pensó dos veces y se abalanzó sobre ti de un salto, con las garras extendidas y las fauces abiertas, mostrando sus incisivos como su arma más poderosa. Sin embargo, ese primer ataque se produjo con demasiada ansia, por lo que en realidad, la criatura aterrizó a tu lado, sin mayores consecuencias para ti.

Quizás aquella mujer no fuese una criatura tan poderosa como tú, lo que sin duda te ofrecía una oportunidad única para acabar con ella. Si tu ataque era lo suficientemente bueno, ni siquiera tendrías que despeinarte para quitarte a aquella "perra" de encima.

Will también sonrió ante el piropo de Dayanne, y se animó a devolvérselo - Tu también estás muy guapa. Seguro que a más de uno, y de una , se le caerá la baba al mirarte.

Will se sentía imponente con aquel traje, tanto que ya se le había olvidado el problema con la vieja de recepción - Creo que damos el pego bastante bien. Y cuando parecía que nada podía borrar ese sentimiento que tenía, Dayanne le pidió que cuidase de su amiga Estela amargándole ligeramente el ánimo Mierda, así no podré ligarme a ninguna tía buena. Y ya estuve con Estela el otro día, no me apetece repetir.
Aunque no tenía nada de ganas de cuidar de la amiga de Dayanne, esta le había pedido el favor y también era cierto que estaban allí por una misión, no para disfrutar de la fiesta, así que volvió a sonreír y respondió a la cazadora - No te preocupes, no la dejaré ni un instante. ¡Te lo prometo!. Después de eso, Will ofreció su brazo a Dayanne y bajaron juntos a la fiesta - Vamos a deslumbrarles.

Vestidos para la ocasión, os dirigisteis hacia el salón en el cual se celebraba la fiesta. Cuando entrasteis, visteis el lugar, un salón lujosamente decorado, con mesas dispuestas por todas partes, a excepción de una zona central, la sala de baile, amenizada por una orquesta.

Había gente por todas partes y no os costó reconocer algunos rostros conocidos de la televisión y de la política. Era desde luego, una fiesta por todo lo alto. También habían hermosas mujeres y atractivos hombres por doquier, con aspecto de modelos o de haber salido de una película.

Pero en aquellos momentos, también os llamó la atención una pequeña reunión que se estaba produciendo en el centro de la sala, entre Cooper, Arthur, dos mujeres y un hombre, que conversaban... pero no sabíais por qué, no se notaba demasiado buen ambiente. Al hombre no lo habíais visto nunca, pero a las dos mujeres sí. Una era la madre de Arthur y otra su hermana, la organizadora de todo aquello.

Cooper miraba con cierta desconfianza al hombre. Arthur miraba como si estuviese cabreado, así de simple.