Partida Rol por web

Así corriste, mostrando pánico aunque la realidad fuera diferente. Buscaste una habitación y pudiste sentir la marca del dragón brotar en tu piel mientras el hielo cubría tu cuerpo. Entonces, cambiaste de forma, te volviste aquel guerrero dragón de Hardak, el cual estaría dispuesto a luchar por lo justo, incluso si debía aliarse con una guerrera mágica.

Regresaste con Scarlet, quien parecía estar esquivando uno de los ataques de la chica rubia mientras que tu hada peleaba con la sombra.

Y así el combate comenzó.

Fuiste la más rápida, por lo cual decidiste atacar con tu báculo a la chica de cabello rubio pero ella adivinó rápidamente tus movimientos bloqueándolos. En ese momento, el ser de sombra te atacó pero el hada bloqueó su ataque, disponiéndose a atacarle de vuelta. A pesar de eso, no pudo atinar un golpe.

Eso parecía una ronda de calentamiento, pues todos se habían dedicado a medir sus habilidades mas no a golpearse realmente.

En ese momento, sentiste una energía extraña de alguien que no conocías y al voltearte, pudiste ver a un guerrero dragón. Ya lo habías visto antes, él te había salvado la vida en el gimnasio y aunque en ese momento no sabías de quién se trataba, la parcialidad de tus memorias te permitían recordarlo. Era un guerrero dragón.

Pero eso no era todo. Una energía conocida para ti se acercaba y tardó un poco más en llegar. Se trataba de Calíope. Tu compañera había recién aparecido y parecía venir en tu ayuda.

Uno segundos más tarde, sentiste una energía más, la energía de otra guerrera mágica. Te giraste hacia la izquierda y la viste: una guerrera hermosa de cabellos dorados se acercaba. Tus vagos recuerdos te daban la certeza de que se trataba de una guerrera, aunque era la primera vez que la veías.

Y así te separaste de Lightining, sabiendo que cada una cumpliría con una parte de la misión. Cuando llegaste a la entrada del baño de las mujeres, no viste a Jaycee por ninguna parte, pero pudiste ver a Scarlet luchando con una chica de cabello rubio cuya energía era oscura. Te hacía recordar a la titánide de agua con la cual habías luchado ante y que te causaba tanto temor. Además de eso, había un ser hecho completamente de sombra que parecía luchar con un hada, la cual tenía cierta oscuridad en su interior pero también tenía una parte de luz. Eso y que además parecía estar luchando del lado de Scarlet.

Entonces, sentiste una energía más, la cual parecía muy similar a la del hada y había algo en lo más profundo de tu ser que te decía que ese ser era un dragón de Hardak, aunque no lo habías visto antes. Lo sabías y tenías esa certeza.

Katherine seguía con un aire perdido que la rodeaba más y más con cada paso que daban para salir finalizando con regresar al punto de origen. No dejaba de pensar en las palabras que le había dicho Kuroryuu cuando la visitó en su casa la última vez y sumida en sus pensamientos no se percataba que el peluche de Reimu crecía.

-This can not be happening-exclamó en inglés cuando aquella cosa se iba acercando y cuando su mirada posaba en "Reimu" no podía evitar temblar por lo que le había dicho hace unos momentos de lo que le haría por haber sido buena con ella-. Who are you?-preguntó con voz quebrada sin saber qué hacer.

La ojiazul comenzó a revisar la zona con cierta desesperación por si veía algo que las ayudara o al menos comprender qué estaba pasando.

Irisu puso ojos de plato cuando la que fue Reimu comenzó a amenazarlas y explicando parte de la naturaleza de su cautiverio.

Por eso nunca hemos podido escapar de estos sitios... Que trucos tan sucios.

Lanzaba una mirada severa a la Titiritera y aunque parecía tener el control, el sudor de su frente y el temblor de sus piernas indicaba que la vicepresidenta no estaba segura de qué hacer.

Comenzó a colocarse en posición de correr viendo que no tenía otra salida en caso de que tuviera que esquivar algo. 

Cada vez que intentabais escapar y volvíais con Reimu ella solo os sacaba la lengua de manera infantil, divertida de que no pudierais escapar, aunque eso ya lo sabia. -Aquí estoy no os vais a mover. Verdad...Grim. Dijo finalmente antes de que su peluche por fin decidiera el ponerse en forma. Su figura creció mas allá de los dos metros, una figura imponente que parecía ocupar todo el pasillo. Su fiel peluche siempre había estado lleno de remiendos y eso le daba un toque un poco lúgubre pero ahora era diferente. Sus botones como si fueran ojos, despedían un humo negro de malicia, su boca se abría moviendo todos los hilos que la cosían, rebelando una gran hilera de dientes afilados en su interior capaces de despedazar a cualquiera que entrara en su interior y sus manos se asemejaban mas a garras que a manos de peluche. Se reclino un poco, lo que pudo, y os soltó un largo rugido que sonaba como una decena de almas en pena gritando en su interior.

-Ah~~ Se llevo las manos a la boca sonrojada como si aquello la hubiera excitado. -No es lo mas bello que habéis visto nunca? Me quedaría dormida en su pecho mientras escucho ese sonido ronroneando en su pecho. Ahh~~ Que felicidad volver a verte Grim. Ara...también vosotros? Mira que sois celosillos. Venga salid también. Reimu levanto las manos haciendo que unos hilos salieran despedidos de la yema de sus dedos hacia unos portales oscuros que se formaron en el aire, tirando de ellos fueron saliendo, lo que al principio parecían unos peluches monisimos, parecidos a los que llevaría una niña pequeña para dormir. Pero cuando salieron por completo y abrieron la boca para aullar de igual manera alrededor de Reimu os quitasteis esa idea de encima, eran iguales que el peluche zombi. Los fue acariciando como quien acaricia a una bandada de gatos que se acercan por mimos. -Que monada que sois, una lastima que no hayan venido los de verdad, pero sois adorables mis niños. Vamos a ver, que os parece, dos conmigo y uno con vuestro papi? Quedaos conmigo que no quiero que estas niñas malas hagan tonterías conmigo. Volvió a acariciarles conforme uno de ellos flotaba por encima de Grim mientras los otros dos pasaban por el cuerpo de Reimu.

-Quien soy? Soy la titiritera preciosa y ahora, estáis en mi escenario. Seguras de que queréis resistiros? Grim es un poco menos compasivo que yo, si os muerde no podre haceros mis adquisiciones. Ven conmigo Katherine. Extendió una mano hacia la joven. -No seas remolona y me obligues a ir a por ti. Ven aquí. Ordeno con tono autoritario.

Y así te separaste de Calíope, sabiendo que cada una cumpliría con una parte de la misión. Te dirigiste a toda velocidad donde estaba el presidente Kenta y al llegar, pudiste ver que Mamoru y una guerrera dragón de cabellos plateados se encontraban adentro. Parecía que de sus enormes alas estuvieran surgiendo unas plumas que iban en dirección de Shiro Kuroryuu, la cual se encontraba a su lado.

Aún en una camilla, se encontraba Kenta, inmóvil y aunque parecía tener mejor semblante, su energía aún era débil. A medida que te acercabas, pudiste sentir la energía de Animae pero no podías verla. Parecía envuelta por una energía maligna y aunque la sentías no podías encontrarla.

Yuuko no parecía estar muy tranquila y tras el errático comportamiento de Reimu y su posterior cambio de imagen, dijo - ¿Así que tú eres uno de los responsables de todas las catástrofes? ¿Por qué Kenta? Él era inocente - se dejaba halar de sus compañeras pero entonces, algo interrumpió el paisaje.

Como si se tratara de un fantasma, la figura de una chica de cabello rubio con vestimentas extrañas apareció por un momento cerca a Katherine para luego salir corriendo y desaparecer entre las paredes de ese extraño lugar.

El espíritu de Hikaru parecía quebrarse de a poco pero la reacción del muñeco hizo que algo se encendiera en su interior, algo más grande que ella misma y más solemne que cualquier cosa. Comenzó a escuchar la voz de su abuela mientras le enseñaba los rezos y cánticos que tantos problemas les había causado en su cautiverio, esos rezos que alejaban a los malos espíritus.

Ella podía hacer algo y estaba segura de ello. Ella podría sacarlos de ese lugar de alguna manera, así que se concentró y comenzó a recitar algo por lo bajo.

Acercándome a la puerta,... ahí estaba aquella chica de pelo rosa luchando contra la extraña rubia,... cual de las dos era más extraña no era fácil de adivinar, pero tenía que entrar en acción, sentía una extraña sensación que le llenaba de odio, de añoranza, de seguridad, pero también de rencor e indecisión, no le molestaría atacar al conjunto, sabía que no sería injusto actuar de manera egoísta por una vez, su mandíbula se estrujó con leve decisión, pero la pobre hada blanca no le había hecho nada y le hizo reconsiderar su espíritu luchador con erróneas ideas, cada instante que pasara sería un lastre a su conciencia que le haría dudar cada vez que tuviera que actuar, y solo por ello, decidido hizo un esfuerzo por paralizar a la sombra negra, procuraría que su enemigo se congelara para que dejara de moverse, y combinar así su acción con el ataque del hada, para que fuera más certero y dañino. Irrumpir en la habitación entrando de forma algo drástica sería una buena manera de sorprender a sus rivales y facilitar su propia acción, unos aleteos firmes más vacíos que útiles y disposición a actuar, cogiendo aire con fuerza y abalanzándose hacia ellos, intenciones fragmentadas que pretendían quizás más de lo que pudiera lograr en realidad, pero que no por ello le detuvieron. Sus ojos se pararon un instante en la supuesta guerrera de la justicia y pasaron por su cabeza preguntas de ¿por que? ¿como? y ¿desde cuando? El instante mismo antes de entrar en la sala, transcurrió en largos segundos en su cabeza, a la vez que las mejores miradas hubieran notado el deslizar de una lágrima desintegrándose al abandonar la mejilla del muchacho, no por dolor, pues fue milimétricamente anterior al golpe, pero sin duda ni siquiera él mismo entendía lo que parecía ser algún tipo de herida arraigada en las profundas sombras de su corazón. Un fuego negro interior luchaba con la pureza de sus deseos de hacer justicia. - solo esta vez... - se dijo - solo esta vez actuaré como deseas, como el que pretendes ser, en otra ocasión, disculpa mi egoísmo... - como si tuviera mucho que decirse en pensamientos, pero sin tener tiempo de perderse en ellos, solo, avanzó. Pudo ver a otra de persona aparecer por su izquierda mientras encogía el cuerpo y saltaba adelante, para entrar más abruptamente, extendiendo unas alas que eran poco aptas, seguramente por su profundo letargo, pero que utilizó sin demasiada precaución como dos brazos para propulsarse en la pared que tenía detrás, para que la chica a la que había visto a su izquierda pudiera verle bien, por tal de guiarle un instante. Quizás inservible, teniendo en cuenta que el ruido era guía suficiente, pero una ayuda visual, nunca era equívoca.

Mamoru había hecho alarde de sus dotes actorales con su numerito, haciendo que todos los médicos se giraran a mirarlo apenas él cayó. La misma Shiro se hubiera distraído si no fuera por su total concentración en la actividad. Entonces, Chidori se transformó en Platinium, la guerrera dragón de cabellos plateados.

Mientras los médicos trataban de ayudarle a Mamoru quien se encontraba cubierto por aquella espuma blanca, Platinium extendió sus alas y un número de plumas de ellas salieron disparadas hacia Shiro, pero no se detuvieron. Por el contrario, explotaron y aunque la barrera de la sacerdotisa pareció protegerla de su explosión, logró sacarla de su concentración, dejando la curación incompleta.

Shiro cayó al suelo con la respiración agitada y algo desorientada, ya que había puesto toda su energía en ello y el haberse desconectado tan súbitamente, la había dejado como un blanco fácil.

Miró a Platinium y le dijo - Pero... ¿Qué has hecho? - en sus ojos podía verse un brillo especial, el brillo que tenía en forma de dragón. Trataba de levantarse pero se tambaleaba, mientras los signos de Kenta parecían estables, por ahora. No sabían cuánto podría durar ya que la curación no se había completado.

Desde la habitación donde estabas, parecías escuchar choques de metal y disparos. Aunque la profesora y Koichi se veían algo desconcertados, tú sabías más o menos de qué se trataba. Tu sirviente estaba allí, aunque no sabías bien qué hacía y había algunas guerreras mágicas y un guerrero dragón. A pesar de ello, no podías hacer nada más.

- Creo que debemos salir de aquí - le dijo Natsume-sensei a Koichi.

- Pero Sensei, ¿Qué haremos con los demás? ¿Los buscamos? - dijo.

- Es que es muy extraño que ninguna enfermera haya venido a revisar el estado de los pacientes. Algo realmente extraño debe estar ocurriendo - la profesora se paró de la cama y fue al baño a cambiarse de ropa.

- ¿Qué hacemos, Burke-kun? - te preguntó Koichi.

Por varios segundos, en la mente de Katherine cruzó la idea de ir a lado de "Titiritera" y obedecerle como ella lo exigía más que nada por miedo y el hecho de haber percibido como si algo en su interior se hubiese quebrado no ayudaba mucho. Posiblemente aquello no le ayudaba en encontrar algo que pudiesen usar en defensa ante el poder que emanaba ese ser.

No obstante, la aparición de la chica rubia que las ayudó en el Gimnasio de la escuela le indicó que tarde o temprano podrían ser salvadas y una sensación de vigor reapareció en ella como aquella vez que la vio. Su mente comenzó a mecanizar rápidamente ideas y deducciones que no había percibido debido a su templanza rota. <<Time... We need time>>, pensó mientras se levantaba con pesadez. Las piernas eran débiles debido al miedo que aún la embargaba, mas llegó a la conclusión que permanecer así no sería de ayuda, como pudo se colocó en el mismo lugar donde la rubia de ropas extrañas había aparecido y respiró hondo para recobrar fuerzas.

-Ti... Titiritera. ¿Qué... es lo ... que... ustedes buscan? Iré contigo, sí... pero... ¿qué quieren? ¿Por qué... ahora? ¿Cuántos son más de ustedes?

Katherine hablaba con miedo, eso sí. Pero sus palabras reflejaban respeto por increíble que pareciera y un deje menor de resistencia.

Irisu temblaba, la adrenalina en su cuerpo era casi palpable, sudaba y su respiración agitada indicaba que estaba a punto de hacer algo. Soltó a sus compañeras.

Hikaru parecia hacer algo, cuando Yuuko hablo apareció un fantasma.

¿Una chica como aquel entonces?

Susurro para sí misma, se giró y enfrento a Katherine.

¡No la escuches! Katherine-chan.

Se interpuso entre su compañera y los monstruos de la Titiritera.

Tendrás que pasar sobre mí si quieres hacerle algo a mis compañeras.

Extendió los brazos, sin titubear empezó a llamar a alguien.

Chica rubia… estamos aquí. ¡Apurate! 

Parecia que la distracción habia salido bien, todos se fijaban en Mamoru y en su gracia que le habia llenado el cuerpo de espuma para control de incendio.

Esperaba que esta verguenza hubiera valido la pena, pero no lo fue, Platinium con su falla en su tecnica no solo habia roto la concentración de su excelencia sino tambien la habia dejado vulnerable a cualquier ataque. Ante esta neglijencia Dawn miró molesta a su hermana y le dijó:

-Mira lo que causaste Hermana, ahora ya no podremos curar por completo al zorro.

Ignorando las atenciones de los medicos hacia el Mamoru se puso de pie rapidamente, solo asintió con una mueca queda afirmando que estaba bien. Rapidamente fue hacia Shiro preguntandole:

-¿Estas bien Shiro-san?, dejame ayudarte.

 Dicho esto Mamoru la ayudó a ponerse de pie, mientras todo esto pasaba Dawn hablaba a su señora por el enlace mental:

-¿Como se encuentra su Excelencia? ¿Cree que pueda reanudar la curación? ¿Cree que deba transformarme para cubrirla?-Luego Dawn lo pensó un poco y continuo-¿Quiere que noqueé a los doctores humanos para facilitarnos la operación?

La guerrera Dragón esperaba ordenes, ella podia hacer cualquier cosa pero no podia tomarse tantas libertades, su Ama y señora era lo primero y haria lo que ella le ordenara.

En la cara del dragón podía verse una mueca de odio, un odio como nunca le habían visto, había detenido la sanación, entonces se gira y mira al presidente mientras dice casi gritando y con un gran odio y desprecio en su voz:

- No ha sido un error, y porque lo he hecho? no lo recordáis? no recuerda lo que me hicisteis en nuestra anterior vida verdad? como me traicionasteis y me... me matasteis, como me usasteis para según vosotros salvaros, como delante de todos me traicionasteis y me matasteis? ahora ha llegado mi venganza, podre devolveros lo que me hicisteis... siempre lo supe, que nuca era de los vuestros, siempre me tratabais como a alguien inferior, nunca como a una igual, tuve que haberlo visto, pero no, me engañasteis y me usasteis y me matasteis para salvaros vosotros, en esta vida no pasara, en esta vida no me matareis

De nuevo abre sus alas y lanza su ataque en forma de pumas negras, pero esta vez hacia el presidente mientras dice:

- Ni la muerte merecéis, pero sí que sufráis y fracaséis, que por vuestra culpa el murió

La titiritera apretó los dientes, visiblemente molesta, sus ojos parecían dos rubíes encendidos en sus cuencas. -Ni se te ocurra niñata el intentar quitarme mi escenario. Quien te has creído que eres! Dijo muy molesta. Su mano señalo a Hikaru mientras su voz parecía resonar por todo el lugar. -Niños, id a por ella, detened a esa estupida ahora mismo. Su orden iba dirigida a dos de los peluches, el que estaba dando vueltas encima de Grim y uno de sus peluches personales. -No la matéis por el momento pero inmovilizadla ahora mismo!

En cuanto dio la orden parecía recobrar la compostura pues sus ojos se apagaron un poco y paso su mano por su cabello como arreglándolo. -Disculpa, me ponen tensa estas interrupciones, seguro lo comprenderéis. Respondiendo a tu pregunta Yuuko...porque no he podido ser solo yo? Acaso no me crees capaz de mataros a todos yo misma? No me gusta compartir, el resto no me apetece el responderlo. Al igual que tus preguntas Katherine. No tengo porque hacerlo. Me intentas distraer o lo que sea, esperas que alguna de ellas te salve? Has visto como a pasado como si nada por mi barrera verdad? Ahora te queda escoger, no voy a esperar ni un minuto mas. Si no vienes ahora mismo aquí. Dijo señalando un punto justo delante de ella. -Grim va a mataros a las cuatro. Tu eliges.