Partida Rol por web

Scarlet seguía intentando escapar pero no parecía lo suficientemente veloz para ello. Si bien la sombra no podía atacarlos, Aria aún podía disparar y le disparó a la guerrera mágica. Aunque su golpe no impactó de una manera adecuada, pudo evitar que la guerrera huyera y le dio suficiente tiempo a sus compañeras de aparecer. Dos mujeres se pararon frente a Scarlet y parecían decididas a luchar y no dejarla pasar; a pesar de sus diferencias físicas, su energía era muy similar a la de la chica rubia.

Ilify concentra todas sus energías en sus manos, donde una escarcha comienza a formarse y al ver a la sombra inmóvil, trató de dispararle su rayo frío pero no pareció tener resultado alguno. Al parecer, el ataque no fue lo suficientemente fuerte para alcanzarle. Calíope, después de atacar a la sombra, se concentró en Aria, quien había atacado a su compañera y para darle una oportunidad de escapar, disparó su rayo una vez más pero hacia la joven rubia. Entonces, la chica, tras recibir el impacto de luz, quedó paralizada. El hada aprovecha la oportunidad que Calíope le da y ataca a Aria, pero su ataque es infructuoso, a pesar de sus intentos.

En realidad no podía entender que sucedía, parecía una venganza que había encerrado a las chicas en esa batalla, en donde ella no podía hacer nada, su espíritu se quebrantaba, a medida que le peso de las criaturas aplastaba su cuerpo e impedía que lograra convocar un escudo que ya a esas alturas del partido, no tenía mucho sentido, estaban rodeadas, y quizás muertas. Sin embargo no iba a decaer, su abuelita le había enseñado aquello, por eso debía calmarse, y analizar... El peso que se retiró de su cabeza ayudó mucho en su cometido. Sus labios se apretaron, pero luego se relajó, debía calmarse. Era la única forma, porque debía intentar ayudar a la chicas, contra este demonio, que ya había hecho caer a una.

- ¡irisu!- gritó su nombre, sin saber si estaba viva o no, debía hacer algo, algo pronto, sacarse a esas criaturas de encima de ella, era crucial. Cerró sus ojos, y comenzó a buscar la concentración dentro de ella, una fuerza que le ayudara a liberarse y plantarse realmente en combate. Intentaría zafarse, pero sus fuerzas apenas podían hacer que moviera la cabeza, sin embargo, su fuerza de voluntad la llevó a nuevamente expandir sus oraciones, pero nuevamente se desconcentraba, sus manos dolían, y comenzaría a orar a sus ancestros volvió e intensificó su oración tal de recurrir a sus ancestros para volver a intentarlo, para lograr expandir su barrera espiritual.

Frustrado por sus constantes fallos, ilify se agachó acurrucándose levemente cogiendo aire con fuerza, avanzó una pierna para tener un mayor equilibrio y fue abriendo sus brazos poco a poco a la vez que inflaba sus pulmones. Expandiendo sus brazos un instante hacia atrás, fue acumulando toda la frialdad de la sala en sus manos, esta vez parecía más estable, y pese a no gustarle la idea de que le dejaran solo con tantos rivales, y queriendo creer que la prisa de la pelirroja fuera mayor que la suya, se levantó de golpe rotando sobre si mismo, acercando con extrema dureza sus manos hacia una de las recién llegadas, golpeando sus propias muñecas para crear en un instante el vendaval adjunto a su mágico ataque, esperando dañar, congelar, empujar, y todo lo que hiciera falta. La seriedad de su cara, su sonrisa extraña, todo desapareció un momento, para dar lugar a una macabra sonrisa y unos ojos apagados y sin vida, quizás aquel ataque iba acompañado a su buena voluntad, dejándole en su ser, su lado negativo y malicioso. Más aquel ataque emanaba pureza y un aspecto incluso hermoso, pequeños cristales de hielo traslúcido serpenteando entre un magnífico y poco visible viento arremolinado. Sus facciones volvían a ser las mismas a la vez que iba descargando su ataque, con sus alas plegadas en modo de escudo a su espalda.

Se encontraba en una posición un tanto incómoda, pero al menos había logrado derribar a la enemiga. Sintió cómo el otro ser se llevaba a Irisu y parecía ser tragada por el ambiente. Trató de mentalizar rápidamente cuál sería el destino de la vicepresidenta cuando Titiritera afirmó que estaba muerta. Pero lejos de asustarse, la pelinegra se limitó a alzar su ceja.

-No... Titiritera, no nos subestimes solo por ser humanas.

Escuchó la orden de que atacaran a Yuuko y entonces liberó a la peliverde, pero entonces aprovechó la circunstancia para atacarle con lo que podía.

-¡Hikaru, protege a Yuuko!

¿Una ilusión podía matar? Por supuesto, si es que la mente se dejaba engañar, pero Katherine sabía que aquél sitio era una mera ilusión que Titiritera había invocado para tenerlas atrapadas. <<Is she dead, Irisu will come out of this place er was it transported?>>

Sabiendo lo que podía, la ojiazul trató de meditar lo más rápido que podía cuál habría sido el destino de su compañera, no creía en las palabras de la enemiga.

Irisu sacude su cuerpo en un gesto de asombro puro, pues la escena ante ella parece sorprenderla y con su mirada intenta localizar los ojos de alguien más para saber si se han percatado de su presencia.

Por dentro, maquilaba sus siguientes acciones pues podía sumarse al ataque contra Kenta o seguir guardando su fachada. Pero debido a los sucesos recientes y sus nuevas órdenes, sabía que si no aprovechaba en ese momento no podrían asestar otro golpe letal.

Extendió sus manos hacia sus costados, se puso en posición de corredora tal como en clases de Gimnasia y esperando una cuenta regresiva invisible, esprintó. Con el primer paso dejó que la energía oscura la envolviese; el segundo paso para ella empezó a correr en cámara lenta, su cuerpo comenzó a cambiar aunque en lo físico fuese mínima la metamorfosis; al tercer paso un fuego nuclear y enfermizo la envolvió. Pero no satisfecha con eso conjuró mientras corría.

Come to me, dark warriors! The battle awaits us.

Instintivamente llevó su mano diestra a su posesión más preciada: los aretes, regalo de sus padres, que ahora estaba segura le brindarían el arma perfecta para su misión.

Al cuarto paso, pues todo seguía ocurriendo para ella en cámara lenta, unos cuerpos se comenzaron a materializar frente a ella que en cuestión de segundos se podrían convertir en tres sirvientes a lo sumo que fungirían como escudos mientras ella comenzaba a imaginar que su arete se convertía en un arma moderna, de esas que asesinan sin misericordia, que pueden convertir a un niño inexperto en alguien tan peligroso como el más temido samurai.

Enola estaba apunto de surgir.

Con esa carrera habías cambiado y habías regresado a ser Enola. Era el momento de llamar a tus sirvientes pero tal vez el golpe de Grim te había dejado aturdida, pues tus sirvientes no parecían responder a tu llamado.

Con algo de decepción, miras cómo todo parece diferente alrededor tuyo y cómo tu corazón ardía por destrucción.

Tras la amenaza de Titiritera, Katherine toma valor y aunque trata de levantarse de una manera grácil y habilidosa, fue todo lo contrario. Le dio dificultad y cuando se encontraba aún de rodillas, le dio un puñetazo a Titiritera en la cara, dejándole una marca que recordaría por un rato.

Entonces, Titiritera va por la más frágil de las chicas, aquella que aún se quejaba de un fuerte dolor, algo que ninguna podía explicar. El peluche gigante se dirigió hacia ella y la chica no pudo más que levantar la mirada con temor y esperar el golpe de su mano gigante. El peluche le dio un golpe con su enorme mano que la envió contra la pared y Yuuko no tuvo tiempo de gritar antes de chocar contra una pared y hacer un enorme agujero. Se deslizó y cayó inconsciente al suelo, aunque no sabían si tal vez solo fingía pero el golpe hubiera dejado inconsciente a cualquiera. Por otra parte, otro sirviente suelta a Hikaru, dejando una de sus manos libres, dirigiéndose a Katherine para apresarla pero la chica es mucho más rápida y logra escapar de la presa de los dos sirvientes.

Entonces, Hikaru se concentró en el recuerdo de su abuela y algo brilló en su interior, algo más fuerte que ese lugar y que ella misma, el deseo de proteger. Entonces, una ráfaga de aire salió de Hikaru y esta empujó a Titiritera y a sus siervos hasta dejarlos en el suelo, desorientados y sin posibilidades de atacar. El tétrico lugar en el que se encontraban comenzó a desaparecer y pudieron verse cerca a la habitación de Kenta, aunque no lo suficiente. Entonces pudieron ver a dos seres extraños cerca, golpeando lo que parecía aire, aunque brillaba al golpe.

Una tercera figura se acercaba a ellas con una metralladora gigante en sus manos y parecía dispuesta a entrar donde Kenta.

Al girarse hacia la habitación de Kenta, pudieron ver a la chica rubia⁽¹⁾ cuya sombra habían visto anteriormente y parecía dirigirse hacia las dos chicas que parecían golpear el aire, mientras dentro, pudieron ver tres figuras^{(2, 3, 4)} que parecían hablar entre ellas, aunque una de ellas⁽²⁾, una con cabello plateado y alas marrones, parecía inmóvil. Kenta estaba en el suelo solamente con su ropa del hospital y parecía aún estar inconsciente.

(1) (2) 

(3) (4)

Yuuko aún se encontraba inconsciente en el suelo, pero parecía estar viva.

Decides salir de la barrera para enfrentar a esas titánides y nada te detendría hasta lograrlo. Entonces, viste cómo las figuras de Katherine, Hikaru y Yuuko se iban formando y notaste que Yuuko yacía inconsciente en el suelo, además estaban con alguien más, un titán de seguro, su energía te lo decía, pero este parecía más fuerte que algunos que habías visto antes. Se encontraba junto con unas criaturas que parecían peluches, cinco de ellas, y todos ellos parecían estáticos, justo como viste que la dragón inmovilizó a Platinium. Entonces, también notaste un peluche gigante idéntico al peluche que Reimu siempre llevaba consigo pero más o menos de unos tres metros, lo cual lo hacía verse bastante temible. A pesar de esto, parecía inmóvil.

Entonces viste que otra titánide se acercaba al lugar en donde terminaba la barrera y ella cargaba una metralladora gigante. Parecía decidida a entrar a la habitación de Kenta.

Te movías con rapidez y pudiste sentir algo extraño. Miraste hacia atrás un momento y viste cómo iban apareciendo Titiritera, Katherine, Hikaru y Yuuko allí, junto con sus sirvientes y Grim. Parecía que la ilusión de Titiritera se había roto.

Se quedó de rodillas, con sus manos sujetas cerca de su pecho, había logrado encontrar aquella fuerza de voluntad que creyó perdida por el miedo a las circunstancias, pero su abuela la ayudó, ahora, la titiritera estaba fuera de combate, así como sus horribles esbirros, Hikari corre hacia Yuuko para ver que estuviera bien, pero al girarse se da cuenta de todo lo que sucede, ¿quiénes eran esas personas? También estaba Kenta ahí, debían rescatarlo, escapar...

- Tempus-san...- llama su atención - cui-cuida de las chicas...- ¿cómo cargarían con tantos lastimados?, tragó saliva pero sin pensarlo mucho, corrió hacia Kenta para protegerlo y ver si podría sacarlo de ahí. Un pensamiento demasiado positivo considerando que habían seres que parecían ser más poderosos que la misma titiritera.

Todo había ocurrido tan rápido para Katherine, que aún la adrenalina parecía iniciar recorrer su cuerpo tensado mientras jadeaba para recuperar el aliento. No había podido incorporarse, pero al menos hizo algo de daño a Titiritera y miró a Hikaru con un profundo agradecimiento por lo que había pasado a pesar de mantener su mirada confundida por lo mismo. No se detuvo mucho tiempo en pensar cómo lo había logrado cuando se percató de la escena que se desarrollaba en la habitación de Kenta.

-¿Y Chidori? ¿Kuroryuu, Mamoru... Irisu?-preguntó preocupada por desconocer el paradero de sus compañeros. Reconoció a una de las que parecían golpear el aire y su respiración se agitó, pues quería ayudar y no tenía el cómo-. Llevaré a Yuuko a un lugar seguro...

Y así, trató de alejarse de todo lo que ocurría para llevar a salvo a su compañera inconsciente con alguien que lograra atenderla luego de la indicación de Hikaru. Se veía terriblemente preocupada y asustada.

Enola torció su gesto expresando de alguna manera satisfacción ante lo que sus ojos veían, de sus ojos se desprendía una extraña luz ígnea de color azul eléctrico que en conjunto con su apariencia y aura terminaban de delatarla como una de las sirvientas del Reino Oscuro.

Gruñó por lo bajo en un tono apenas audible, acto seguido extendió su mano libre con la palma hacia el techo con intención de materializar un arma. El aura maligna que desprendía comenzó a condensarse donde ella apuntaba formando el espectro de un fusil de asalto mientras decía.

Just wait and see what I've got in store for you!

...mascullo... ,,,-...maldita sea,,,-,,, ...los enemigos se multiplicaban como cucarachas... ....no podia dejar sola a CALIOPE encargarse de todo con el supuesto guerrero dragon al que veia mas confundido que nada...

...no podia perder la calma... ...el escuchar a ANIMAE en mi mente, me serenó... ,,,estaba viva y era lo importante... ...hay que combatir... ...sin hacer mas espavientos saco mi espada sagrada... -Escaretto Suordo...- 

...y voy a dar un fuerte corte al enemigo...*

No solo había sido el golpe de Katherine, que le había dolido bastante pero estaba acostumbrada al dolor por su profesión, también alguna especie de magia había salido del cuerpo de Hikaru, dejando a la titiritera en el suelo, casi casi sin poder mover ningún musculo de su cuerpo. Nada mas caer, saco una especie de hilo de sangre de sus labios, producido por aquel ataque combinado de las dos jóvenes. Su pequeño ejercito estaba a escasos metros de ella, pero no podía sentir la conexión con Grim, como si estuviera durmiendo, pero aun así sentía que seguía “vivo” o al menos todo lo vivo que se podría considerar. El resto le daba absolutamente igual.

Estaba en serios problemas, pero aunque parecía que todo estaba en contra de la titiritera, ella misma sonrió ampliamente y se echo a reír, con los brazos extendidos a ambos lados mirando el techo del hospital. -Mira lo que pueden hacer….unas inutiles como vosotras… Tosió un par de veces soltando un poco mas de su sangre, la mayoría era solo actuación, pero le parecía tierno que creyera que estaba moribunda, quizás así se marcharían creyéndose las vencedoras. -Tendré que posponer el convertiros en mis lacayos… Con lo bonitas que hubierais estado colgadas en mis hilos. Os habéis ganado este pequeño tiempo pero no importa….nada mas importa. Yo ya he cumplido con lo que tenia que hacer.

Después del puñetazo a Titiritera, trataste de concentrarte en sentir la presencia de Irisu y pudiste sentir cómo caía en un lugar no muy lejano y al ponerse de pie, su energía cambiaba drásticamente, de una pacífica a una fuerte y violenta.

Las cosas no pintaban nada bien. No dejaban de llegar nuevas rivales y apenas eramos capces de acabar con un solo rival. Miré a Scarlet y esbocé una sonrisa nerviosa.

-Parece que el señor dragón solo sabe rugir y no sabe morder... -Aferré mi medallón con fuerza contra mi pecho al abrir los ojos, colmada de determinación y fiereza, ataqué a Aria con un rayo emitido desde mi talismán. Dejé escapar un bufido de molestia al ver a los refuerzos y me situé junto a Scarlet- ¿Quieres probar a combinar fuerzas? Quien sabe... Igual si se lo pedimos amablemente se vayan sin mas...