Partida Rol por web

Aimi se acercó a Umino con una amplia sonrisa y le tomó la mano.

- Vamos, Umino-kun. Visitemos la sala de arte antes del concierto - y arrastró al chico fuera de allí.

-Umino Hikari, Leticia García -Sintió un escalofrío. Se que solo se han movido una clase, pero si tienen cualquier duda, estoy para ayudarles.

Di unos pasos para atrás cuando llegó la nueva presidenta del consejo... y la oí... -...... Hun..................... ¿Ya me puedo ir?...- y haciendome a un lado, la rodeo, y sigo de largo...

-Ab... digo... Leticia, eres tú? Recuerdas lo que pasó? -le dijo a su antiguo amor, esperando de corazón que recordara.

Estaba tratando de estudiar un libro durante el recreo, cuando oigo que mencionan mi nombre... y contesto sin dejar de leer... -No creo que haya otra persona con el nombre de Leticia en todo el instituto... si vienes a robarme mi dinero del almuerzo, llegas tarde, ya me lo arrebataron, no traigo nada más de valor... y mi papá dice que no debo hablar con extraños.-

Misaki llegó con su mochila al hombro, alegre, jovial y sonriendo. -Ajuumm... (bostezo) aay que sueño tengo, no debí desvelarme tanto viendo esa película espectacular de Silvester Stalone, pero valió la pena- entró al salón de clases y caminando levantó la mano para saludar a todos en general. -Hola a todos, buenos días compañeros.- buscó su lugar de siempre y se sentó, y se puso a jugar con su video juego de bolsillo y cuando nombran a Irisu la presidenta de clase le aplaudió. -Cool, felicidades, enhorabuena Irisu.-

Lo que todos habían visto cuando Katherine llegó a la escuela es que no estaba sola, venía con Jaycee y sus manos entrelazadas, con un semblante alegre pero igual con una mirada que reflejaba melancolía. Cuando miró a sus compañeros se alegró mucho, pero no se acercó a nadie sabiendo que algunos podrían no tener sus memorias y no quería molestar a nadie. Eso sí, no pudo evitar sonreír más al ver a Koichi, a Kuroryuu y a Mariko y con una sola mirada que intercambió con el chico Yamamoto era suficiente para indicar que eso le hacía feliz.

Las clases transcurrieron con muchas ansias, aunándose a que no sabía qué estaría haciendo Edward en la escuela... y en medio de una clase, sin dejar de pensar en eso mientras miraba por la ventana, recordó que su hermano mayor era líder de una banda y se notaba que la vestimenta que le vio en la mañana no era casual. 

Oh no. He is going to si...-se ruborizó se hundió en su cuaderno dividiéndose en dos: querer verlo y a la vez no.

Llegado el receso, la pelinegra esperó un momento en el que Irise se desocupara para poder felicitarla en persona. Ella, la humana, estimaba mucho a la chica y aunque sabía del conflicto entre Animae y Enola, sabía que la andeliviana no estaría en contra de que entablara amistad con ella.

-Muchas felicidades, señorita Irisu-si tomaba como antecedente a Shiro, y viendo al actitud de ella, era probable que no la reconociera. Eso estaba bien para ambas partes-. Cualquier cosa que requiera no dude en pedirme ayuda, me llamo Katherine Tempus.

Dicho esto, sintió algo de tristeza al ver a Umino acercarse a la pequeña Leticia, a quien al decir "Ab..." percibió que su corazón se aceleró: era Aberrant. Se quedó un poco callada observando la escena hasta que Mariko mencionó la palabra Platinium y que Kuroryuu le habló en sigilo. Le sonrió afablemente recordando las veces que fue a su casa a tomar el té para tratar de ser su amiga. Cuando Jaycee se desocupara, iría tras él para tomarle la mano y, sabiendo lo importante que sería para él, antes de irse con los demás se acercó a la pequeña Leticia.

-Me llamo Katherine, un placer-sonrió para tranquilizarla y sacó una bolsita de galletas que su madre dijo haber horneado la noche anterior para ella-... espero te gusten.

Dicho esto, la pelinegra se fue con el resto sabiendo o dándose una idea del tema que tratarían. 

Jaycee ni pestañeo llegando a la escuela de la mano de katherine, en lo que debía ser una sorpresa para muchos. Discursos, clases, y varias personas que llamaron mucho su atención; si bien ignoró la presentación de la "nueva alumna" o la delegada, no pudo evitar que le llamara la atención en demasía una muchacha, una mezcla casi perfecta de dos muy concretas...

Cuando las miradas y la invitación de una segunda se dirigieron directamente a él, el muchacho asintió con una sonrisa imaginando lo que se avecinaba, pero antes de seguirles, se acercó a esa chica,... Mientras escuchaba sobre el hurto monetario sufrido. Se acercó a ella sacando lo justo para que pagara un pan de melón en la cafetería con un zumo y dejó esas monedas sobre el libro - debes almorzar, no es bueno pasar ham... - frenó la frase dando un paso atrás como si se hubiera sorprendido - vaya, lo siento, eres igualita a un par de personas que conozco,... - puso su mano en la cabeza y sonrió - bueno, no eres quien creía, pero por las molestias te invito a ese almuerzo - decía alejándose con calma acercándose a Katherine - perdona la tardanza, mírala, ¿verdad que se parece a... Como se llamaban? ¿Abi y chibile? Parece enfrascada leyendo un libro, pero un día le podríamos invitar a tomar un helado jeje. ¿Vamos?

El Instituto, por fin había regresado. Todo estaba normal, la puerta era normal, el edificio era normal, hasta el perro del conserje era normal. Todo ahí era maravilloso.

Mamoru tomo asiento y la clase era normal, el profesor de gimnasia daba cátedra, un momento ¿no tenían otra profesora de cabecera?. Todo fue respondido por una aclaración del musculoso "catedrático", todos esos nombres le sonaban mas no venía a su mente algún recuerdo suyo o siquiera sus rostros ¿realmente estuvieron ahí en el mismo espacio que el?

Lo bueno fue que Irisu fue nombrada presidenta de la clase lo cual Mamoru aplaudió entusiasmado. Por fin buenas noticias.

-Gracias Hikaru Masaki, Katherine Tempus.

Respondió la actual líder del consejo estudiantil, en su rostro, una hermosa sonrisa se pintaba al platicar con sus compañeros.

En algún momento su vista se posó en la espalda de García mientras se marchaba.

Valla, incluso lo admite, debo hablar con los profesores después.

Le dolía ver a alguien como ella sufrir acoso escolar o eso pensaba, ya que sentía una leve punzada de dolor.

Seguía tomando notas de sus demás compañeros mientras los veía organizarse, esa visión le provoco sentir que tenían una vida plena que ella debía asegurar mientras estuviera en sus manos.

Aunque de esa misma observación, dilucido el extraño comportamiento de la mayoría.

Parece que varios actúan muy… ¿¿¿amigables o preocupados??? En todo lo que llevamos del año, no recuerdo que hubiese tanta actividad como hoy.

Así quedo un rato pensando hasta que decidió ir a ver al profesor Shinta Daidouji, quería platicar con el para ver si ella podía hacer horas extras como presidenta y poder dar asesorías. Luego tendría que ver lo que estaba pendiente en el consejo escolar.

Salió del salón con esa pequeña espina en su pecho.

Debería estar mas emocionada, incluso puedo hacer amigos… ¿Sera contagiosa esa sensación extraña que vi en los demás?

Cruzo por su mente ir a la enfermería solo para asegurarse de que no hubiese influenza o algo similar, pero lo descarto cuando paso a lado de unos chicos guapos.

…

Debo encontrar al profesor de gimnasia.

Cuando Chidori escucha el nombre Platinum no puede evitar sorprenderse y mirar a la chica, ¿acaso ella se acordaba tambien? ¿podria ser que no era la unica que se acordaba de lo que habia sucedido?, sin embargo, los demas parecian no acordarse de nada, aquello fue como sentir un gran agobio, como si le empezase a dar un ataque de ansiadad que no terminaba de llegar, por lo que en cuanto pudo casi corrio a la clase de arte. Una vez alli no sabia muy bien que hacer:

Esto... yo... ¿tu tambien lo... recuerdas? ¿sabes que ha pasado?

Su voz sonaba angustiada y preocupada, muy preocupada

El salón de arte estaba lleno de utencilios, algunas pinturas de otros estudiantes y lienzos vacíos por utilizar. En ese momento no había nadie allí, así que no fue difícil acomodarse. Fueron llegando uno a uno, pero las primeras fueron Mariko y Chidori. Los demás llegaron despacio, casi como si no creyeran mucho en aquello, aunque Umino llegó arrastrado por Aimi.

De todos aquellos que habían luchado en esa guerra, solo 5 estaban allí. Shiro Kuroryuu fue la última en entrar, así que se quedó al lado de Mariko quienes los miraban con una extraña mezcla entre tristeza y gozo.

 Empezó Kuroryuu - Me alegra verlos bien - miró primero a Jaycee y Chidori, para luego mirar a los demás.

- Como han notado, nadie recuerda nada. Las titánides no saben que lo son y algunos de sus compañeros perdieron toda memoria del incidente. Todas sus memorias fueron borradas y modificadas para que pudieran regresar a sus vidas normales... - suspiró.

Mariko tomó la palabra - Queríamos que con ustedes fuera igual, pero los dos señores nos persuadieron que los necesitaríamos si algo volvía a suceder. De resto, todos aquellos que murieron durante esta batalla han perdido todos sus recuerdos de lo ocurrido. Pueden recordar ciertas sensaciones o lugares, pero nada concreto que los lleve a despertar - dijo con melancolía.

- Se preguntarán por qué yo sí recuerdo y la respuesta es sencilla. Arjimae no pudo ser traído de vuelta por morir en la tierra, así que yo soy la nueva guardiana. Por eso lo recuerdo todo. Ustedes están aquí porque fueron los cristales quienes nos dijeron cuáles de ustedes aún recordaban - suspiró y Kuroryuu volvió a hablar.

- Sé lo difícil que es no poder hablar de esto con ellos. Para mí es terrible no poder hablar con mi más vieja amiga - se refería claro está a Mamoru y Cursed Dawn -, pero debemos respetar el deseo de nuestros líderes. Sé que es doloroso, pero es lo mejor para todos. Solo hablen de lo ocurrido entre ustedes, por favor. Si lo hacen con ellos, tal vez sean tachados de locos o rechazados. Si van a ser amigos nuevamente, que sea como antes de ser guerreros - la tristeza en su rostro era notoria, aunque más que eso era melancolía.

Mariko prosiguió - Es el momento de hacer todas esas preguntas que tienen en la cabeza, guerreras de Andelivian y guerreros de Hardak - el escuchárselo decir confirmaba que era cierto, sí había pasado en realidad.

Te acercaste al salón de los profesores y la compostura ancha de este fue fácil de encontrar. Hablaba con tanto entusiasmo que era posible rastrearlo a kilómetros de distancia.

Al verte, caminó hacia ti con la enorme sonrisa que lo caracterizaba.

- ¡IRISU DAIROKUTEN MAO! ¡LA NUEVA PRESIDENTA DEL CONSEJO ESTUDIANTIL! JAJAJAJA ¡¿EN QUÉ PUEDO AYUDARTE?! JAJAJAJA -  siempre tan entusiasta...

Koichi, el chico que amaba las fotografías, se acercó a ti con algo de entusiasmo - ¡Mamoru-san! ¿Cómo estás? - no eran muy amigos, pero él siempre había sido bastante extrovertido, lo cual le favorecía para el periódico escolar.

- ¿Sabes? Escuché que los Red Stones tocarán hoy - sonrió.

Sus mejillas se sonrosaron y dijo - Espero ver a Ruka-chan. Es tan... bonita... Y además, es toda una modelo. Espero poderle pedir su autógrafo y tomarle unas cuantas fotos... - el chico parecía embelesado en sus ideas.

Irisu saludo al profesor antes de comentar el motivo de su visita.

-Quería saber sobre una de las estudiantes transferidas a mi clase, Leticia García, según los rumores y sus propias palabras, ha sido víctima de abuso escolar.  Me gustaría poder ayudarla.

Aunque ese era uno de los asuntos, el otro fue;

-También veo que todos están mas animados este día, aprovechando me gustaría para pedir permiso con el cual se nos permita formar un grupo extra clase, serviría para estudiar o incluso planear eventos, como la ceremonia de graduación o una fiesta.

Quería darles un regalo a sus compañeros y si podía organizar algo así, tal vez ellos podrían vivir una vida escolar que valga la pena recordar.

No habían dudas en Jaycee, ya se había percatado por si mismo de la mayoría, y por ello actuó como si todo a su alrededor fuera una vida más sin pensar o hablar directamente del tema.

- no veo inconveniente, más allá de no escuchar a Ilify tengo todo lo que podría pedir. Solo me preocupan los habitantes de la dimensión de Aberrant, también han podido rehacer sus vidas?

Aquella buena gente merecía vivir con calma, aunque sus recuerdos seguramente serían muy distintos.

  se acercó a la pequeña Leticia.

-Me llamo Katherine, un placer-sonrió para tranquilizarla y sacó una bolsita de galletas que su madre dijo haber horneado la noche anterior para ella-... espero te gusten.

​Oigo a esa chica que se presentaba y me daba galletas... -¿...?- las galletas estaban recien hechas y olían muy bien... y de pronto mi estomago que hizo ruido me recordó que tenía hambre... -Hola... soy... Leticia................. gracias... Katherine...- y las empecé a comer... y estaban buenas...

Se acercó a ella sacando lo justo para que pagara un pan de melón en la cafetería con un zumo y dejó esas monedas sobre el libro - debes almorzar, no es bueno pasar ham... - frenó la frase dando un paso atrás como si se hubiera sorprendido - vaya, lo siento, eres igualita a un par de personas que conozco,... - puso su mano en la cabeza y sonrió - bueno, no eres quien creía, pero por las molestias te invito a ese almuerzo - decía alejándose con calma acercándose a Katherine 

...Entonces me detengo y guardo las galletas al ver y oir a un señor de apariencia lucubre que llega a mi... -........ yo... no lo conozco a usted... Señor...- se veía intimidante, por lo que no le respondo mas y agacho la cabeza mirando a otro lado... solo lo dejo que deje su dinero en mi libro, y luego lo miro irse... su apariencia me daba desconfianza, habían rumores de que hijos de los yakuzas estudiaban en ésta escuela, y quizas sean los mismos que me quitaban el dinero...  

No quería problemas con nadie, por lo que... cuando ese señor se aleja, dejo sus monedas en la banca donde me encontraba... y me fui de ahí lo mas pronto posible, sin mirar atrás.

Misaki alegre y haciendo el vago por ahí, se encontró dinero. -¡que buena onda! éste es mi día de suerte. Dicen que si encuentras en la calle algo que no te pertenece, debe de ser de alguien mas; pero yo digo que, si te lo encuentras es tuyo, jajaja, dinerito dinerito.- lo recogió y se lo echó al monedero. -¡ésto hace mi día 20% mas genial!.- 

Y se acercó a la chaparrita nerd de los libros y cara de pocos amigos que dice "soy alergica a la gente, y no me cuesta trabajo encontrar alguien que me agrade, si no alguien que me entienda" y la saludó con una gran sonrisa. -Hola Amiga, soy Misaki y tu eres Leticia, ¿Lo ves? ahora ya no somos desconocidas; no soy adivina, pero por tu aspecto, veo que tu misma lavas tu ropa... por tus manos, tus uñas descuidadas, y tus ojeras, de seguro trabajas y no duermes mucho... tienes cara de que no tienes Madre ¿verdad?... jaja ¿sabes? yo tampoco tengo Madre, me abandonó desde yo que era una niña, y al no tener madre, pues me digo que ¡que poca Madre!, jeje.- le hizo un guiño con un pulgar arriba señalando la cafetería. -¿sabes? es extraño, pero como que, hoy amanecí con deseos de volver a empezar, y me siento bien por ello... venga, vamos a la cafetería a almorzar algo, yo te invito; y como ya no somos desconocidas, puedes recibir lo que te ofrezco.- 

Hikari es sorpendió por la respuesta de Leticia. Al parecer no era la única que no recordaba nada. Pero ese asunto del bullying lo preocupaba. Deseaba explicarle que no tenía intención de robarle su dinero, que podía defenderla si otros la molestaban, tantas, tantas cosas... Pero eso tendría que esperar. Aimi quería que la acompañase al salón de arte. Allí se reunió con todos los sobrevivientes a la batalla final. Era cierto. Todo había sido real y todos habían vuelto a su vida normal, sólo que a los muertos no se les permitió recordar. Tal vez sería mejor así. No podría hablar con Leticia de aquella experiencia, pero si estuvieron juntos durante dos vidas, no había razón para creer que no podría haber una tercera oportunidad. Tendría que empezar de cero, pero sabia que podría hacerlo.

Mientras hablaba Chidori no podía evitar llevarse las manos a la boca que tenía realmente abierta mientras balbuceaba:

Enton… entonces… no me he vuelto loca y…

Decía mientras los ojos se le llenaban de lágrimas por recordarlo todo, saber que era lo que había pasado quizás era más duro sobretodo sabiendo que todos los que habían estado con ellos ahora no recordaban nada, en su mente se formó la imagen de todos los presentes en la clase, pero sobretodo de Storm, no pudo evitar suspirar profundamente y decir:

Entonces… ellos no… recuerdan nada

Se queda unos segundos mirando y levanta la cabeza y dice:

Creo que es lo mejor… si recordasen… seguro que sufrirían demasiado

Mira a los allí presentes y suspira profundamente, se sentía realmente triste, pero en su interior también sentía que eso era lo mejor, suspira de nuevo y mira a Mariko mientras añade:

Nosotros les protegeremos… ayudaremos a que puedan volver a comenzar sus vidas y ser felices… pero dime, ¿Por qué no soy capaz de comunicarme con Platinium?

Las explicaciones otorgadas por Mariko y Shiro fueron simplemente para reafirmar algo que Katherine venía sospechando desde la mañana con los encuentros que tuvo. La sonrisa afable de la pelinegra fue revelando poco a poco aquello que intentaba ocultar: tristeza, melancolía, frustración. A sus memorias evocaron los momentos en que Arjimae y Scarlet fallecieron a causa de una Storm influenciada por la oscuridad, revelándose que se vieron afectados por una maldición que provocaría que muriesen una y otra vez, por lo que la joven inglesa bajó más sus ánimos al notar que el poder de los líderes no alcanzaba a corregir tales eventualidades. También pensó en Edwin, un titán que debió pasarle lo mismo y su muerte, la cual estaba segura no tuvo que ver con los guerreros draconianos o andelivianos, fulminó incluso su propia existencia; ¿Y Reimu? Si recordaba bien, Platinium y Storm Angel acabaron con ella... era una lástima, pues Katherine consideraba que debían tener el mismo destino de una segunda oportunidad.

Obviamente las preguntas de sus compañeros no se hicieron esperar y percatándose del ensimismamiento de Umino, se acercó a él colocándole una mano en su hombro. Katherine habría tenido una reacción similar o peor si estuviera en los zapatos de él o de Chidori, tan cerca y a la vez lejos de las personas que guardaban en su corazón. Se permitió suspirar y miró a la dueña de los ojos rojos manteniendo su sonrisa melancólica.

-También yo pensé que todo había sido un sueño, pero afortunadamente no fue así-miró a Mariko y a Shiro agradecida por esa nueva vida-. Les aseguro que si se repite estaremos aquí para ayudar, cueste lo que cueste.

Cuando Chidori empezó a llorar, Katherine se acercó más a ella para darle apoyo, recordando cuando Platinium le brindó auxilio a Animae al salir de esos espejos que los aprisionaron por un tiempo.

-Como dices, es mejor que no recuerden algunos-Leticia, Irisu, Hikaru, Mamoru, Shiro... todos fueron víctimas de circunstancias apremiantes que pusieron a prueba sus voluntades: confusión, asesinato, traición, manipulación, dolor... era mejor que ellos tuvieran una vida tranquila. Por supuesto, ellos (Aimi, Chidori, Jaycee, Umino y su servidora) también sobrellevaron sus dolencias y le reconfortaba poder recordar-... También quisiera saber eso. ¿Qué les pasó a los demás? Animae, Nereida, Ilify, Platinium, Calíope... y el resto... ¿Por fin.... por fin tienen la paz que tanto anhelaban?

De corazón deseaba que fuese así. Animae, junto a los otros, merecían un descanso luego de tantos sacrificios.

-Mencionaron que... nos mantuvieron las memorias por si algo pasaba... ¿A qué se refieren exactamente?***-cuestionó curiosa y preocupada, porque si ese escenario era real significaba que toda la lucha anterior no habría sido suficiente-.... ¿Aún tenemos nuestros poderes?-y así, Katherine tocó su medallón esperando que Aimi formulase su pregunta o respondieran sus inquietudes.

—Esto.....si—dijo Mamoru extrañado, ciertamente conocía a Koichi pero no hablaba mucho con el.

Entre sus palabras oyó del grupo Red Stones lo cual lo hizo sonrojarse, se acordó de aquella vez que había ayudado a Ruka durante el incendio en su concierto pasado y esta lo recompensó con un beso.

—¡¿En serio tocan hoy?!—pregunto sorprendido—¡¡Dios mio!!

Rápidamente saca su móvil antiguo con potencia de un portátil-patata y marco al servicio de boletos*. Una operadora le dijo que se habían agotado lo cual hundió a Mamoru en la desesperación. Agacho la cabeza derrotado y exclamó:

—¡¡¡¿por que me persigue la desgracia?!!!.

La actitud de Katherine logró reconfortar, en parte, a un Hikari con el corazón roto.

-Entonces mis sospechas son ciertas. La reina nos dejó volver a nuestras vidas. Habría estado de acuerdo con que los que murieron no recordaran nada pero... Leticia... Bueno, no importa -dijo esta vez un poco más decidido- Ella está bien y eso es lo más importante. Intentaré acercarme a ella más tarde. Si otros chicos la molestan, necesitará de un aliado que la defienda. Puedo usar eso como excusa.