Partida Rol por web

El calor estaba siendo terrible ahí en el centro, sentía como su cabello en cualquier momento prendería fuego por el mero hecho de tan alta temperatura. -Por qué... Haces esto... Cerró fuertemente sus ojos aún manteniendolo agarrado del brazo izquierdo. - ¡EBY ALÉJATE Y NO DEJES DE ROCIAR CON EL AGUA! La temperatura estaba bajando, aunque poco a poco el agua ayudaría a que el ambiente se humedeciera lo que con el paso de los segundos ayudaría a todos, sobretodo a Saori, Chika y Eby quienes posiblemente lo estuvieran pasando realmente mal. Sabía que con esas palabras se arriesgaba a que el tipo intentara escapar liandola algo más, pero... ¿Qué debía hacer? No podía seguir en esa situación.  Fue entonces cuando Takumi empezó a patinar y para ayudar a que el tipo no pudiera escapar de lo que fuera que quería hacer el chico, le hundió las garras de ambas manos en ambos brazos y cerró las manos en los brazos, quedando así clavado o al menos intentándolo pues la idea era que, de quererse librar de aquello tuviera que desgarrarse la piel cosa que nadie haría aunque para eso... debía hacerlo con éxito. Sabía que el golpe de Takumi o lo que fuera que quisiera hacer también le afectaría a el pero... Si eso lograba contener al villano le valía completamente. 

Las altas temperaturas apenas le permitían pensar: si hacía algo se arriesgaban a salir heridos, pero si no actuaban rápido terminarían derrotados por el calor. Apenas tenían tiempo para planear algo... Pero no se podían quedar de brazos cruzados.

Dispuesta a intentarlo nuevamente, como había estado haciendo durante todo el día, Saori tomó aíre e intentó hacer algo respecto al círculo de fuego; por las altas temperaturas del círculo formado por el villano era casi imposible que lograse congelar algo, pero durante el descuido del villano pudo extender el hielo a través del agua de Eby, creando una plataforma gélida que se extendería hasta los pies del encapuchado y Eru, manteniendoles en sus posiciones durante al menos unos instantes. Ese tiempo que había ganado Saori inmovilizando al villano seria bien aprovechado por Takumi, quién se abría paso a través de las llamas con la estructura hecha por su compañera, Sora. Ya en el airé y habiendo tomado una altura considerable, se tomó un segundo en realizar un giro y empezar a caer directo hacia el villano. Durante este tiempo, Ra cambió su trayectoria y descendió hacia la calle, volando a escasos centímetros del suelo girando alrededor de los restos de escombros: cuando Takumi estuviese lo suficientemente cerca, se lanzaría se frente contra el villano.

Con los brazos atrapados por las filosas garras de Eru, los pies congelados por el hielo de Saori, la temperatura afectándole la cabeza, y la veloz aproximación de un chico con una llama en su cabeza, el villano alzó la vista desesperadamente. La capucha se removió solo unos instantes, permitiendo que el villano tuviese un muy breve contacto visual con Takumi, el cual finalmente dejó caer su pierna sobre la cabeza del encapuchado. Por si no fuese suficiente, Ra había llegado al mismo tiempo que su compañero, siendo que en su lugar él atacaría con un poderoso puñetazo al estomago.

-¡Argh...!

Luego del ataque en conjunto, todos fueron testigos de como el chico encapuchado se empezó a zarandear de un lado a otro en brazos de Eru. Poco a poco la temperatura empezó a descender considerablemente. Ustedes, que conservaban sus cuerpos aún calientes, sentían el cambio de manera drástica, siendo que las simples brisas de aíre que habían a esas horas se convertían en la mayor frescura que habían sentido en sus vidas.

Mientras el villano aún era era encarado por Takumi y Ra, teniendo a Eru sujetándolo detrás, fue una de estas corrientes de aíre la que terminó por remover lo suficiente la capucha descolocada del chico para así revelar su identidad.

De cabello negro y piel clara, parecía ser un chico de vuestra edad. Conservaba la vista agachada, siendo que aún se estaba recuperando del ataque. Pero entonces, antes de que alguien decidiese hacer algo más al respecto, el chico alzó la cabeza, enseñando un rasgo muy particular que petrificaría a más de uno.

En su expresión de temor, tristeza y pánico, resaltaban un par de ojos cristalizados en un delgado hielo. No se extendía más allá de sus ojos y medianamente por sus pestañas, pero la manera en la que los cristales de sus ojos se derretían de manera similar a lágrimas era verdaderamente impactante.

-Y-Y-Yo he fallado... É-El vendrá... V-Vendrá por mi... Vendrá por nosotros... -sus palabras, llenas de nerviosismo, fueron un anunció para ustedes de que lo que sea que estuviese pasando... No había acabado.

Desde alguno de los edificios cercanos, una enorme figura saltó desde lo más alto de esté. Cubierto por una túnica y una capucha, el individuo misterioso planeaba aterrizar cerca o encima de la posición actual del chico de ojos de hielo. 

-¡Cuidado! -gritó Ra a modo de alerta mientras se apartaba, esperando que Takumi hiciese lo mismo sin necesidad de ayuda. Eru, que en ese momento empezó a sentir como todo el cuerpo del chico aumentaba de temperatura monstruosamente, también se vio obligado a apartarse, siendo que lo próximo que todos vieron fue a la figura levantar una nube de humo tras su aterrizaje junto al villano.

Nadie bajó la guardia, todos estaban preparados por lo que sea que pudiese suceder...He allí, parado junto al chico de ojos de hielo, se encontraba aquella figura de dos metros cubierta por su túnica y capucha. De alguna manera le pudieron reconocer, pues se trataba del mismo que rescató al villano que les atacó luego de la visita a la guardería.

-... -el hombre no dijo nada. Dirigió una leve mirada al chico que manejaba la temperatura, el cual se encontraba intentando controlar desesperadamente sus lágrimas. Entonces, el encapuchado se fijó en ustedes, y alzó una de sus manos para enseñarles como se quitaba uno de sus guantes y lo dejaba tirado en el suelo. Aquello apenas acababa de empezar...

Luego de la aparente derrota del villano pudiste tomarte un respiro, fijándote por mera curiosidad en la apariencia del chico que les había dado tantos problemas. Entonces, al ver su rostro, tu corazón se quedó paralizado: fugases recuerdos de tu infancia pasaron por delante de tu mente. Un orfanato, un amigo, un accidente... Tal vez su apariencia había cambiado un poco, pero al ver sus ojos ahora cristalizados por hielo podías asegurar de que se trataba de él...

"Vive, Saori..."

La aparición del nuevo villano lo cambió todo. Justo cuando Takumi pensaba que la maniobra combinada de todos había logrado cambiar el rumbo del combate…

El joven chico de los ojos de hielo lloraba. Aquel aspecto tan extraño incomodaba a Takumi, aunque no era extraño ver a gente con mutaciones provocadas por sus singularidades. El joven aprendiz de héroe casi sintió pena por él, pero no podía despistarse.

Tras apartarse con un rápido salto, siguiendo la indicación de Ra, Takumi flexionó las piernas y cerró los puños.

- ¡Es el villano de la otra vez! - gritó a sus compañeros, aunque seguramente también era evidente para ellos -. ¿¡Qué es lo que quieres!? - le exigió sin achantarse -. ¡Has venido al lugar equivocado! Entre todos… ¡podemos contra ti!

Takumi quería lanzarse a lo loco, atacar de frente, pero por mucho que lo pensaba no lograba recordar si sabían algo más de aquel villano. ¿Qué singularidad tendría? Atacar de frente podía ser peligroso si no tenían más información, pero… ¿Cuánto se podían permitir estar quietos sin hacer nada?

Por su actitud, no parecía muy dispuesto a dialogar. Se quitaba el guante. ¿Iría su singularidad por contacto?

Con un rápido acelerón, Takumi se dejó caer al suelo y se deslizó para propinarle una patada baja al nuevo villano, con intención de atacar lejos de sus manos.

A pesar de la maniobra conjunta de Sora y Takumi poco pude hacer para ayudar a Eru y a Eby, o al menos así lo veía mientras el resto daba todo de ellos; quizás se debía a los errores anteriores que se habían ido apilando como ladrillos hasta formar un inmenso muro ante mi, por la naturaleza de la particularidad enemiga o por mi propio pesimismo, pero aquella pelea sin duda estaba causando más convulsión en mi interior que cualquier otra…y aun así no me podía rendir, no debía hacerlo.

Para cuando la temperatura descendió a causa del ataque conjunto y pude encontrar algo de fuerza para volver a pararme, el choque término logró afectarme, pero ni de cerca comparándose al sentimiento que germinó en mi cuando la capucha del enemigo fue apartada, revelando su rostro ante mi mirada curiosa…

Me quedé petrificada, esa sería la única forma de describirlo, mientras que en mi interior la determinación y la esperanza caían a trozos, tal y como el extraño cristal de los ojos ajenos; las palabras de aquel no me podrían entonces importar menos, pues incluso las escuchaba lejanas como un zumbido o un eco en peligro a difuminarse entre la inmensidad de la incertidumbre, ay de mi, que en ese momento sentí a mi corazón partirse…

— ¡NOOOO! — y enseguida grité horrorizada y casi enloquecida, ciega a todo lo que sucediera paralelamente a mi aldedor; la maraña de sentimientos encontrados agolpándose en mi superaba por mucho a cualquier cosa que hubiera experimentado antes, o casi, haciendo que mi alma ardiera pero mi cuerpo se enfriara peligrosamente; me quité el segundo guante incluso, tirándome de rodillas al piso no para concentrada intentar dirigir un ataque estratégico hacia un punto fijo, sino para soltar toda la desesperación que me embargó en una explosión de gélidas estalagmitas, teniendo como principal objetivo…todo, siento decir, y no por elección ni ganas de afectar al resto, sino porque mi poder hablaba por un alma que se cuarteó cual perecedera capa de hielo…

¡Yo conocía a aquel que torturado apareció frente a nosotros luego de derrotarle!

Tras el veloz movimiento de Takumi, el chico pudo meterse nuevamente de lleno al combate, iniciando con una patada baja hacia el encapuchado. A pesar del gran tamaño, se pudo ver su perdida de equilibrio momentánea ante la patada de vuestro compañero, pero...

Entonces, en un inesperado giro de eventos, Saori estallo: su poder empezó a emanar descontroladamente a través del suelo y del aire mismo, provocando que lo que antes eran brisas de aire refrescante se volviesen gélidos soplidos que anunciaban una nevada, solo que, esta vez, en vez de nieve seria hielo lo que cubriría a altas velocidades el suelo que conformaba las calles. El mismo hielo empezaría a escalar por los edificios, luces, escombros... Todo lo que estuviese al alcance se vería rápidamente cubierto. Y por si no fuese poco, del mismo surgirían incontables picos helados capaces de causar graves daños a quien tuviesen cerca. La detonante de todo, Saori, desgraciadamente también se vería afectada por su propio descontrol, pues el hielo empezaría a subir poco a poco desde sus pies... ¿Se congelaría primero el escenario o ella misma...?

Por su parte, el villano encapuchado levantó al chico de ojos helados para subirlo a sus hombros. Su gran tamaño no parecía ser el indicado para huir del hielo, y es que apenas pudo subirse al chico que manejaba la temperatura antes de que el ataque de Saori le alcanzase, provocando que sus grandes pies quedasen atrapados en el hielo; además, varios picos se formarían a su alrededor, llegando alguno a clavarse en su cuerpo. Aquella acción provocaría que en villano encapuchadose se viese inmovilizado... ¿Pero podrían ustedes aprovecharse de ello cuando debían defenderse también del mismo ataque que le dejo así?

De calor intenso a frio congelante, mis dos extremas debilidades presentes en menos de una hora...

Mi cuerpo dejó de derretirse por suerte al bajar la temperatura, pero tras el ataque atroz de Saori el ambiente se congelaba y con ello también mi cuerpo - N-no... S-Saori - grité, pero empecé  a ver la pura realidad de la situación - Hielo no por favor. - dije para mi misma en voz altas retrocediendo un paso segúns e iba expandiendo. Iba a correr pero entonces mi cuerpo empezó a endurecerse y con ello a dolerme un tanto mientras temblaba. - ¿P-por qué ho-hoy t-tiene q-que haber u-un combate d-de t-tempera-t-tura? - el frio para mi, era mayor que para el resto.

Mis piernas decían: corre, e incluso mi razonamiento me pedía huir, mantener el calor... Pero no podía dejarlo así. Era Saori, una amiga que tener en cuenta... Ella podía correr peligro también. Me agarré como pude a mi misma para guardar calor - S-Sora, R-Ra, S-Shizune-san... S-Saori ne-necesita n-nuestra a-ayuda

Si bien era cierto que tan solo Ra y Shizune podrían derretir el hielo de alrededor, Sora era más necesaria para contener quizás una pequeña estructura para que el hielo no afectara a Saori - T-tenemos que ha-hacer q-que Sa-Saori se c-controle... O n-no resis-ti-tiremos mucho... - hablaba también más por mi que por los demás - D-dejad q-que el re-resto combata. A-así n-no puedo lu-luchar, p-pero os a-ayudaré con Saori - Mi cuerpo grita que corra... Pero mi corazón y las enseñanzas de Joshua me hacen ir hacia Saori. No puedo dejarla sola

Me fui acercando pues a Saori esperando que mis compañeros me ayudaran para llegar a por ella - S-Saori. D-dentete por favor. T-tienes que templarte. N-no se que ha pasado p-pero lo solucionaremos. T-te ayudaremos a solucionarlo. S-somos tus amigos, c-confia en nosotros. N-no dejaremos que sufras, y v-venceremos al villano, p-pero si sigues así n-nos congelarás a todos. Incluso a t-ti. Por favor, c-concentrate

-¡No se precipiten...!

Sora no llegó a completar su pensamiento. Había algo muy preocupante en que uno o dos sujetos se mostraran ante una clase entera de personas con singularidades. Si, eran novatos pero había que tenerse confianza...en general, a Sora se le antojaba que debían tener más plan que solo mostrarse a ser enfrentados en desigualdad numérica. Por no mencionar que el chico no se veía precisamente contento de estar allí.

Sin embargo, Sora reaccionó inmediatamente observando el patrón de hielo voraz. Por un momento observó con una expresión inusualmente fiera y concentrada el panorama. La ubicación de sus compañeros, el avance del hielo. De clases pasadas era obvio que Saori no controlaba del todo su singularidad aún. Que perdiera el control ahora era un tanto contraproducente pero, ¡los héroes afrontan las dificultades que se sucedan!

-¡Espera, Eby-chan, eso es muy peligroso ahora mismo! -dijo preocupada. De todos, Eby era a quien probablemente más dañara el hielo por su cuerpo, y ya le estaba afectando.

El borde inferior del escudo que portaba dio contra el suelo y una pared surgió del suelo. Desearía poder defender a todos, pero algunos estaban muy cerca y muy fuera de posición. La pared creó un domo semi-circular alrededor de quienes tenía en cuenta en el cálculo solo un momento de arenisca, suficiente para que la oleada de hielo pasara por encima y protegiendo el interior. Cuando esta pasó, la construcción inmediatamente perdió consistencia, volviéndose fina arena y algunos trozos de hielo quebrado. Quizá, si era lo suficientemente resistente, cada uno tendría su propio iglú aún sin la base de piedra. Pero era seguro asumir que podrían salir de una buena patada en tal caso.

-¡Saori-chan, por favor, toma un respiro profundo! ¡Ra-san, por favor! Eby-chan necesita calor. -Sora volvió a la vista con el escudo levantado momentáneamente para cubrir  la caída de arena y hielo en su espacio personal, sencillamente para no tener arena en el cabello.

Estaba agotado, por fin habían conseguido que el chico bajara la temperatura pero el chico gato seguía a a la defensiva. Estaba ahora justo al lado del chico, con Takumi quien se le había echado encima para acabarlo, ¿Por qué lloraba? Sabía que lo que le habían hecho dolía pero... ¿A caso no estaba dispuesto a mucho más el mismo?  Cayó de culo a causa de la aparición tan sumamente cercana a el del enorme tipo que de pronto agarró al chaval y se quitó un guante, aquello provocó que tuviera un tiempo de reacción reducido pues en cuestión de milisegundos sonaba el grito de Saori y pronto se vio atrapado en el hielo el cual no solo lo atrapó si no que estando en el suelo le hirió en un costado con una de las estacas de hielo que se estaban formando, no la podía esquivar de cualquier modo y se mordió el labio para evitar gritar del dolor pues sabía que si lo hacía empeoraría el estado emocional de su compañera. Por el ángulo en el que estaban posicionados era probable que nadie hubiera visto que estaba herido, solo lo verían atrapado en el hielo a pocos centímetros de los villanos a los que empezó a bufar y a mirar amenazadoramente mientras orejas y cola se le erizaban y crispaban, mientras enseñaba los colmillos en señal de que como se acercara alguno sería peligroso, aunque la realidad era que estaba herido, agotado y tan dañado que era su último recurso de supervivencia en ese momento. Solo le restaba dejarle a sus compañeros hacer, hasta que no fuera liberado del hielo que se le incrustaba hacia el interior de sus costillas no podría hacer mucho más.

Mientras se deslizaba por el suelo y asestaba una rápida patada, Takumi oyó a sus espaldas un extraño sonido de cristalización. El hielo emergió de Saori con rapidez y cubrió el campo de batalla de peligrosos estalagmitas de hielo.

Debido a su anterior maniobra, Takumi lo tenía complicado para separarse del suelo con la suficiente rapidez. Trató de desactivar su singularidad para poder aferrarse de nuevo al asfalto y levantarse de un salto.

Pero el hielo lo alcanzó sin dificultad.

El joven dejó escapar un grito de dolor a medida que el hielo recubría parte de su cuerpo y las afiladas estacas arañaban su piel, dañando su traje de transmisión de fricción e hiriéndolo.

Aquellos con singularidades para volar, como Ra e Hitoshi, las utilizaron para escapar del hielo, observando desde las alturas el escenario que se estaba formando. En un lado, una Saori fuera de control que terminaría congelada a ese paso; justo en el otro, Sora creando una estructura que evitaría que el hielo se propagase más y, con suerte, salvaría a varios de sus compañeros de ser alcanzados. Por último, los villanos en el medio de todo, siendo el más grande el que llevaba al chico de ojos congelados sobre sus hombros.

Ciertamente, a Eby no le afectarían los picos helados, pero el frío en si endurecería su cuerpo de una manera peligrosa que incluso le dificultaría andar. Por otro lado, Eru apenas tuvo tiempo de apartarse, buscando una manera de huir: al ver volar el hielo hacia él pudo incluso sentir como uno de los picos perforaba sus costillas, pero entonces, antes de que sucediese, la estructura de Sora se levantó ante él, provocando que el hielo pasase por encima y siguiese su camino sin haber tocado al gato. De igual forma, al detenerse, los ojos de Takumi reflejaron los picos creciendo hacia él; de no ser por la misma estructura hecha por su compañera, habría terminado con su traje y cuerpo alcanzados por el hielo. Hideki pudo alcanza un edificio al dar un gran salto, quedando colgando de una ventana a la espera de una correcta oportunidad para bajar. Por último, Ao, que era básicamente el que estaba más cerca de Saori al momento de la "explosión", no hizo ni el más mínimo intento por evitar el hielo: su cuerpo se encontraba perforado en distintas partes por los picos, y el hielo recubría casi todo su cuerpo, pero también se encontraba recubierto por aquellas llamas azules, las cuales ardían intensamente en un intento desesperado de derretir el hielo y los picos que le tenían empalado...

-¡Eby, no! -haciendo caso a Sora, Ra se lanzó en picada hacia la slime rosa, aterrizando junto a ella para atraparla entre sus brazos desde atrás; ahora que estaba fría era más fácil abrazarla. -. ¡No puedes moverte así! -entonces, el chico empezó a emitir una cálida luz desde las palmas de sus manos, las cuales empezaron a recorrer todo el cuerpo de la slime en busca de distribuir el calor por su cuerpo gelatinoso.

Una vez el hielo se detuviese en cierto punto, la estructura de Sora caería hecha polvo, y el hielo sobré está pequeños escombros cristalinos. Toda la cuadra había quedado cubierta por una gruesa capa de hielo en el suelo, edificios, faros... El viento continuaba helado, y ciertamente el hielo no se había detenido, solo que ahora avanzaba mucho más lento; aún así, las piernas de Saori se veían prisioneras de su propio poder.

-N-No... -el chico sobre los hombros del encapuchado se abrazó a si mismo, con la mirada perdida hacia el suelo. -. T-Tengo frío... M-Mucho frío... -aunque fuese mínimo, pudieron sentir como la temperatura aumento en pequeñas cantidades.

Por otro lado, el gran hombre encapuchado hizo demostración de su fuerza bruta y resistencia al sacar sus pies del hielo y, con su mano enguantada, arrancarse los picos. Su respiración se hizo visible a causa del frío que había, y entonces el villano realizó una rápida mirada a todos los presentes desde debajo de su capucha. Ahora que el hielo no le retenía podría continuar... 

-Sa... Ori... -dijo un débil Ao, que en esos momentos se encontraba empalado por el ataque de su compañera. Aún así, hizo el esfuerzo por alzar la vista y mostrar una forzada sonrisa. -. Esta... Bien... -claramente, el fuego que generaba su cuerpo le descongelaría muy pronto, pero el estado del chico era preocupante...

-Sa-Saori... P-p-para por-por favor... - intentaba incluso hasta suplicar mientras notaba como la rigidez se extendía por mi cuerpo, incluso cerré los ojos tratando de concentrarme solo en mis piernas para moverme, pero era dificilisimo. Tanto así que poco podía hacer en ese momento salvo hablar - Sa-Saori, eres mu-mucho más c-capaz de controlar t-t-tu poder interno de l-lo que crees. T-tu puedes c-con esto - el día anterior lo conseguí, conseguí que confiara en si misma, y sin estar borracha. ¿Por qué no podría ser diferente ahora?

Ya creí que iba a morir como una estatua hasta que los brazos de alguien me rodearon y empezaron a darme calor... Ni siquiera escuché su voz llamandome - ¿Joshua? - pensé siendo el único que me cuidó la primera vez que me congelé, pero al estabilizarse mi temperatura pude moverme mejor y no solo eso, ver y oir a quien tenía detrás. Le miré girando la cabeza siendo que el color rojizo se hizo presente en mi cuerpo - ¿Ra? Yo... - no sabía que decir, ni que hacer. No pensé que fuera tan bueno el ser que estaba dentro de Ryusei

-Gracias Ra... Pero no puedo salir de aquí. Saori nos necesita. Tengo que ayudarla. No puedo dejar que se congele a si misma. ¿Que clase de heroina sería si dejara a Saori en ese estado. - pese al daño que provocó en Ao y pese a lo que estaba originando el hielo de Saori, solo me preocupaba rescatarla como rescatariamos a cualquiera. - Ra por favor... Ayudame a sacarla de ahí. Ayudame a salvarla.

El explosivo ataque de Saori había cubierto el campo por completo. Si no fuese por la ayuda de Sora, Takumi seguramente habría salido más herido.

El poder de su compañera era temible, pero en aquel momento no tenían tiempo de preocuparse por aquello.

Sus enemigos estaban ante ellos, y no habían caído derrotados por el ataque de Saori.

- ¿Qué es lo que queréis? - trató de indagar Takumi mientras se reincorporaba y recuperaba su postura de combate -. ¡No podréis vencernos a todos! ¡Y los profesores deben de estar ya en camino! - dijo con decisión, confiando en que fuese cierto.

Pero quedaba el misterio de cómo habían creado aquellos reflejos del campo de entrenamiento. ¿Había otro villano oculto?

Impotente lugar disolviéndose entre fieras llamas propulsadas por la tragedia, gritos de niños, llanto de adultos, ominoso resplandor que tiñó la noche de rojizo horror y un terrible calor que podría chamuscar la piel de cualquiera; al centro de ello el chico más amable que alguna vez existiera en el mundo, digno de ser ejemplo, ofertó su vida en pos de salvar a la que importaba, sacándola del infierno ardiente solo porque a pesar de que ella poseía la habilidad perfecta para contrarrestar al siniestro, su miedo fue mucho mayor que su determinación, y así también se impuso la pesadumbre.

¿Por qué el mundo parecía castigar con sufrimiento a los que menos lo merecían, dejando vivir a quienes eran defectuosos?, ¿Era aquello una burla ácida del destino, sorna inhumana desinteresada de la vida? Lo peor es que más allá del estereotípico averno llameante aguardaba un erebo estéril y helado, oscuro desde las profundidades de donde salió, cruel como el ya mentado destino, pero de este la inútil chica que antes fue salvada no podía escapar, pues estaba ligado a ella como la esencia misma de su vida, de su alma…

— A…A-o… n-n-no… — súbitamente musité, apenas con un hilillo de voz mientras el crujir del hielo formándose lentamente prevalecía a mi alrededor; a esas alturas podía mover mis ojos y apenas la boca, pero el resto de mi cuerpo lo notaba con justa razón entumecido, frío al estilo de cuando se está cerca de la hipotermia, cuando no totalmente dormido como se encontraban mis piernas entonces, solo sostenidas en vertical gracias a la capa gélida y cristalina que las rodeaba.

Para ese momento lo que pasaba más allá se sentía como lejana pesadilla, ecos disonantes que retumbaban en mi mente pero dicha se mantenía en tal estado de caos que apenas si podía procesar lo más básico e inmediato, no por ello menos importante; quería llorar, pero mis lágrimas no salían y aunque lo hicieran seguramente se volverían gotas vidriosas al instante, arañando mis ojos y mejillas, que no lo notarían hasta que fuese muy tarde pues las sensaciones físicas se iban volviendo desconocidas en el estado de enfriamiento que me acosaba; ojalá lo mismo se aplicara para el alma, para la mente…pero estas sí que dolían.

Noté además a Eby-chan, a Ra, ambos acercándose pese al peligro inminente y sufriendo en sus respectivas medidas, así como también a Takumi y Eru a lo lejos, por suerte ayudados gracias a la pericia de Sora, eso sin contar al ya mencionado Ao que era el que la estaba pasando peor.

¿Cómo podía yo ser tan inútil incluso queriendo mejorar?

Si antes ya tenía cierta tendencia a los pensamientos negativos, poco optimistas, luego de atestiguar mi propio descontrol la cosa empeoraba mucho más, pero es que incluso si quería pensar en cómo revertirlo, fuera de solo torturarme, dicho proceso mental me llevaba una y otra vez a la visión de aquel que en una primera instancia creí enemigo, pero que ahora dudaba que fuera tal cosa, y en lugar de querer detenerlo ansiaba ayudarlo, salvarlo.

Makuro…

¡Él debía estar muerto! ¡Su sacrificio me salvó! ¿¡Acaso había vuelto del otro mundo para torturarme!? No… de entre todas las personas que alguna vez me estimaron, él ocupaba el lugar en la cima, pero si no era una venganza personal y encima se le veía sufriendo tanto, significaba que alguien lo estaba usando para fines terribles, inhumanos; si no hubiera estado tan congelada, en mi rostro habría sido obvio un gesto de indignación desesperada dedicado específicamente hacia el maldito que sostenía a aquel responsable de la remembranza, pero quien pusiera atención (y estuviera lo suficientemente cerca) podría notar extremo enojo ardiendo en mis ojos a la par que una tristeza tan profunda como el más negro abismo; con la incertidumbre el dolor venía de la mano, así como la ansiedad. Ni con un golpe fulminante y directo podrían haberme hecho tanto daño…y lo peor fue que pese a saber que debía ayudar a mis compañeros y a que yo misma tenía importantes razones para tratar de recomponerme y avanzar, la progresiva pérdida de fuerzas en mi ser se estaba imponiendo, eclipsándome.

¿Y si solo me dejaba morir? Al fin y al cabo, aquel día del pasado, entre el ominoso incendio, quien debía haber quedado sepultada era yo…

-¡Vamos Saori-chan, haz un esfuerzo y espabila! -dijo Sora con ánimos. No sabía exactamente que historia tenia o dejaba de tener con el chico, pero este había dicho su nombre así que estaban relacionados de alguna forma. Lo que tenían que hacer estaba claro- Si tienes el mínimo deseo de salvar a ese chico...¡necesitas ser fuerte ahora y aislar la tormenta en tu cabeza!

Observó la situación un instante.

-¡Bien! ¡Quien esté dispuesto: la prioridad es separar a ese chico del adulto! Debería poder ocuparme del resto si pueden con eso. -habló directamente a uno de los ¿enemigos?, que parecía estar bastante asustado de la situación actual- ¡Y heeeey! ¡Quien quiera que seas con los ojos cristalinos, trata de alejarte por tus medios también! ¡Las cosas mejorarán si podemos separarte de ese sujeto!

Se había salvado por los pelos, Sora le había protegido de un modo magistral y ahora se encontraba en una situación algo peliaguda pues el enorme villano había logrado zafarse con fuerza pura pero había algo que no le encajaba. Ese chico estaba llorando por miedo a represalias por parte de los contrarios, no solo eso, Sora había tenido la misma reacción que el tuvo en el autobús cuando se partió por la mitad lo que solo quería decir una cosa... Tenían cierto lazo ella y el chico de las llamas al que tanto daño había hecho. Eso le hizo sentir fatal pero también le hizo ser rápido y clavarle con furia y fuerza las garras en la parte trasera de las rodillas al enorme villano, quería inutilizar sus piernas, provocarle un daño en la articulación para que no se pudiera llevar a ese niño del lugar... Si tenía algo que ver con la vida de Saori, esta debía tener una oportunidad para saber qué pasaba.

Sora parecía haberse dado cuenta también, eso le hizo sonreír a pesar de que con un pisotón del tipo podía acabar mal, se le terminaban las energías, definitivamente estaba en desventaja. 

-¡NO DEJARÉ QUE TE LO LLEVES!

De alguna manera u otra, todos intentaban ayudar a Saori a recuperar la cordura o mantener controlados a los villanos, o al menos al más grande, pues varios llegaban a la conclusión de que el chico sobre sus hombros tal vez no era tan malo como pensaban... Pero la situación de vuestra compañera era terrible: sin importar las palabras, no parecía llegarle ninguna de ellas, casi como si se hubiese rendido ante su propio poder destructivo, dejando que el hielo escalase más y más sobre ella...

-Eres terca... -comentó sin corte alguno Ra ante la valiente petición de Eby. -. ¡Esta bien! ¡Pero si terminas vuelta un cubo helado o una sopa mal preparada será tu culpa! -y con eso dicho, se aferro mejor a su compañera antes de dar el primer paso por fuera de las piernas de ella, intentando guiarla a avanzar poco a poco para que ambos pudiese llegar a Saori sin separarse uno del otro, pero... ¿Llegarían a tiempo para hacer algo?

Por otro lado, Takumi intentaba conseguir respuestas de los villanos, uno de los cuales no le respondió en lo más mínimo, mientras el otro, el chico, se sostenía la cabeza de manera desesperada; su única reacción fue cuando Sora le gritó para ayudarle, más no pudo decir nada antes de que Eru aprovechase la situación y se lanzase a por las rodillas del más grande. Un quejido, seguido del sonido de su cuerpo cayendo arrodillado luego de que su carne y musculos fuesen desgarrados por el gato, el villano lanzó entonces su mano desenguantada hacía atrás dispuesto a agarrar al gato de una vez por toda, pero tras tanto movimiento, el chico de los ojos helados gritó:

-¡No! -y antes de que su compañero alcanzase a Eru, él tomaría al villano de la cabeza y le provocaría otro grito de dolor; aquellos más atentos, podrían ver un irregular tono rojizo en las manos del chico, similar a cuando el cuerpo humano alcanzaba altas temperaturas.

Un único grito fue suficiente para el villano, quién tomo a su compañero con su mano enguantada y lo lanzó sin cuidado alguno hacia atrás. El joven gritaba, temeroso de donde podría ir a caer, pero por suerte Hitoshi llegó a toda velocidad para atraparle en el aire.

-Tranquilo, todo esta bi-¡Ay, ay, quema! -lo que antes parecía una escena heroica, se convirtió en una más cómica cuando Hitoshi peleaba por intentar conseguir una manera en la que poder sujetar al chico. Sin más remedio, aterrizó forzosamente un par de metros detrás de Sora, dejando al chico en el suelo.

-N-No pueden... É-El vendrá... -temeroso, el chico se llevó nuevamente las manos a la cabeza, subiendo las rodillas al pecho para adoptar una posición fetal mientras seguía emitiendo un intenso calor de su cuerpo que derretía lentamente el hielo a su alrededor; además, sus manos ya no estaban rojas, si no quemadas intensamente...

Si el encapuchado se había quitado a chico temperatura de encima era para que no le resultase una molestia, y es que ahora podría intentar nuevamente tomar al gato que tenía detrás, llevarlo hacia adelante de él y estamparlo contra el gélido suelo, todo esto con su mano enguantada mientras usaba la otra para sujetarse del piso.

Mientras tanto, Saori empezaba a perder la consciencia a causa del hielo que empezaba a cubrir todo su cuerpo... Pero entonces, unos lentos pasos se fueron acercando hacia ella, acompañados por el sonido de cristales cayendo al suelo y un intenso goteo de sangre. Con las pocas fuerzas que tenía, Ao había alimentado sus llamas para liberarse del hielo que le tenía estacado, o más bien, para romper las partes que le unían al suelo, pues seguía llevando consigo varios picos que le atravesaban y evitaban parcialmente una hemorragia más severa. Con esas pocas energías, el chico avanzó por detrás de Saori, y una vez cerca de ella, se dejaría caer un poco sobre su cuerpo con un cálido abrazo.

-Saori... -aún con su cuerpo atravesado, el chico había encontrado fuerzas para acercarse a su amiga y darle el apoyo que necesitaba. -. No te rindas... Vive... Saori... -mientras decía esto, subía una de sus manos hacia los ojos de la chica para cubrirselos; quería que se concentrase únicamente en sus palabras y no en el escenario actual, y es que el resto que podía ver lo que Saori no, eran testigos de como el cuerpo de Ao estaba sufriendo de serias quemaduras, seguramente a causa de usar prolongadamente su singularidad... -. Vive con todos nosotros...