Partida Rol por web

Escuché como el hermano de Yume hablaba de la utilidad de la academia de nuevo un poco defendiendo a Yuki sugiriendo que podía manejar su poder pronto, y escuché también a mi compañera Yume decirme que estaba siendo muy duro con el hacker. Yo seguía pensando en que la actitud de Yuki-san fue más allá de controlar sus poderes, pues su quirk no le obligó a filtrar información -Eso espero- dije con seriedad asintiendo levemente a sus palabras de que si le conociera me llevaría bien con él... pero de momento no podía. En fin, preferí dejar ya ese tema... habíamos venido a divertirnos.

Entonces preferí centrarme en mis cartas, las cuales parecían haber llamado la atención del grupo que desconocía mi poder, lo que me hizo sonreír. Escuché la pregunta del hermano de Yume y asentí -Sí, puedo dar vida a mis cartas además de usarlas... Si queréis os muestro un ejemplo- dije sonriendo. Aunque eso si, no usaría a mi monstruo pendrive, no mientras Yuki seguía delante en el local. Escuché a Shimaoka y me reí ante su comentario de que quería sacarme información -Jaja... creeme, de "ases bajo la manga" tengo de sobra, no me molesta hacer una pequeña demostración, sobretodo si tenéis curiosidad- le dije sonriendo, eligiendo la carta que les enseñaría.

Extendí mi Disco de Duelo y coloqué mi monstruo -Invoco a la Cría de Dragón Rautan- dije mientras utilizaba mi poder, y con eso invocaba a un dragón pequeño y rechonchete de color amarillo adorable como pocos, comiéndose algo de fruta. Era el mismo que invoqué en la primera reunión que tuvimos con la clase, y me parecía bien enseñarlo sin ningún problema.

Dejaría que el grupo mirase y jugase con él, mientras que Yume iba contando toda la historia de nuestra prueba de campo, no pudiendo evitar sonreír cuando Chika remarcó que yo fui de mucha ayuda para ella e Hiroshima, asintiéndole agradecido por sus palabras. La broma de Tatsuya sobre nuestro enorme parecido sin ser hermanos ni nada me hizo gracia... pero lo que provocó mi risa fue el comentario de Yume que nerviosa intentó solucionar lo que dijo de que éramos buena pareja -Trabajamos muy bien en equipo, todos juntos- terminé diciendo de forma simpática para ayudarla un poco.

Escuché con curiosidad la prueba de su clase, sin duda sorprendiéndome... ¿una bomba de verdad? Desde luego no podíamos quejarnos de Black Dragon por quitarnos un minuto de explicación para la prueba -Bueno, me alegro de que la terminaseis enteros- dije en broma al final. Ya con el juego decidido, sonreí escuchándoles animarnos a jugar, y como Yume prefería jugar con su hermano -Vale, entonces yo juego contigo... aunque te aviso que la puntería no es mi fuerte- le terminé diciendo a Tatsuya de forma simpática uniéndome a él, a ver como me iba.

 El vampiro no parecía esperar otra respuesta de tu parte, siendo que desde su punto de vista admitías conocer los límites que podías alcanzar, pero en lugar de conformarte esperabas superarlos en algún momento.

 -Supongo que entonces yo tampoco puedo quedarme atrás -opinó con una ligera sonrisa antes de asentir a tu conteo, preparado para empezar a esquivar las esferas de acero.

 Tal vez el chico te habría subestimado, pues la primera esfera que se dirigiría hacia él la esquivaría por muy poco, siendo que aunque su velocidad era sobrehumana no había dudas de que de haber tardado un poco más le habría dado de lleno. Esto seguramente le habría servido para despertar, pues viendo la otra esfera venir detrás no tardaría en esquivarla con un amplio margen de acción, manteniendo aquella sonrisa de confianza mientras te veía alzar y lanzar el resto de esferas, las cuales continuaría esquivando mientras te escuchaba.

 -¿Aún sigues pensando en eso? -preguntó el chico un tanto curioso, esquivando otra de las esferas. -. Fue una situación delicada, Koizuma-san hizo bien el papel de villano: en esas situaciones uno nunca sabe si el malo cumplirá su palabra de soltar al rehén, y tú te aseguraste de capturar a su compañera… Pero eso no es lo que quieres, ¿cierto? -añadió mientras esquivaba otra serie de esferas. -. Te interesa más la vida de un inocente que capturar a uno o más villanos… Es una excelente manera de pensar. Los villanos siempre se pueden capturar otro día: las vidas de las personas… persiguen a los héroes por el resto de su vida, o al menos algo así dijo mi padre una vez... -al mencionar aquello, la mirada del chico se ensombreció ligeramente al agachar el rostro, más aún seguía con la guardia alta para esquivar las esferas. -. Siempre te veo sonriendo, animando al resto… ¿Cómo lo haces? ¿Qué te permite seguir sonriendo en momentos difíciles donde las personas dependen de ti? -de un momento a otro, Ciel había empezando a tomar un tono más serio, con una expresión neutra. -. Honestamente, solo pensar que alguien perdería la vida por mi culpa me causa escalofríos… Pero por eso quiero ser héroe, no quiero sentirme responsable de una vida cuando pude haber hecho algo para impedirlo.

 El chico escucharía con atención tus indicaciones antes de poner en marcha el entrenamiento, siendo que ante tu primera caída no podría evitar sentirse un tanto apenado o culpable por la manera en la que te levantaste, asintiendo sin querer darle vueltas para continuar con el entrenamiento.

 Pronto la práctica empezó a aumentar su intensidad, con el uso de otras partes del cuerpo para dificultar al otro la movilización llevando a que, naturalmente, ambos recibiesen uno que otro golpe menor por parte del otro, sin llegar a nada grave o destacable, pero seria aquella prueba de voluntad lo que realmente marcaría el entrenamiento, con Akainu incapaz de contener aquel deseo de clavarte los dientes, momento en el que enfrentarias a tu naturaleza como un humano y no como un gato, realizando aquella patada que le perro se comería de lleno provocando que cayese hacia atrás mientras aterrizabas luego de aquel giro en el aire.

 Sentado en el suelo, Akainu jadearía ligeramente antes de que sus ojos empezasen a abrirse percatandose de lo que había hecho, siendo que su rostro se llenaría rápidamente de arrepentimiento.

 -L-Lo lamento, me deje llevar y… -pero para su sorpresa, no parecías habertelo tomado mal, al contrario: le parecía que querías motivarle a luchar contra sus instintos tal como lo habías hecho tú. Viéndote de aquella manera, no podría hacer más que levantarse sonriente y dirigirte la mirada. -. Está bien… -y dispuesto a continuar de inmediato, adoptaría una posición ideal para aquel entrenamiento. -. Supongo que baje la guardia un poco, pero ahora tendrás que esforzarte mucho más para quitarme la sonrisa del rostro…

 Y así, ambos nuevamente podrían retomar aquella práctica en aquel pequeño círculo donde se llevarían a cabo múltiples intercambios durante incontables minutos, siendo que el tiempo pasaría fugazmente desde que saltaron por la cuerda del otro hasta ahora, encontrándose ambos caminando hacia las habitaciones llevando en la mano la cuerda del otro: un empate indiscutible que dejaría a ambos satisfechos luego de haber demostrado ser capaces de controlar sus instintos durante un periodo considerable.

 -No me puedes negar que se te da muy bien el combate sin tus garras -comentó durante el camino con una sonrisa, alzando una mano para darte un par de palmadas en la espalda. -. Estás lleno de sorpresas, Eru-kun.

 En esos momentos, durante el atardecer, no parecía haber nadie por los alrededores; seguramente tus compañeros estaban en otras partes de la academia, o en sus habitaciones, por lo que tenían el camino despejado en la residencia.

 -Oye, creo que no debería preguntar esto, pero… Sabes que nos importas, ¿cierto? -preguntó el chico aprovechando que no parecía haber nadie para escuchar. -. Me refiero a la clase. Todos somos compañeros, y nos preocupabas con esas salidas repentinas -con una cálida sonrisa de confianza, el chico te daría un pequeño golpe en el brazo. -. Puedes contar con nosotros para lo que sea.

 -No se preocupen, no es como que lo vaya a dejar solo realmente, es prácticamente imposible que lo haga, pero Ryusei ha dependido toda su vida de mi para manejar su quirk a un nivel de poder más allá de simplemente calentar un poco su manos o crear una que otra explosión de llamas, siendo que actualmente solo es capaz de soportar y manejar un 5% por sí solo. Si quiere dominar su poder debe acostumbrarse a manejarlo él mismo y experimentar, incluso si tiene que equivocarse para lograrlo, y es por eso que intentaré no tomar el control cuando no sea necesario -explicó el Dios egipcio. -. En otras palabras, dejaré que se dore un poco antes de intervenir -añadió con un ligero tono bromista, siendo que parecía que esto último no lo decía enserio… no del todo.

 Finalizada la charcla con el Dios Egicio, Ryusei asentiría algo avergonzado a la sugerencia de Eby de hablar con Ra sobre su comportamiento reciente, preguntándose si de debía realmente a algo en particular o es que se había tomado confianzas con el grupo.

 En todo caso, vuestra atención se centraría en aquel entrenamiento donde, irónicamente, debían intentar acostumbrarse a atender otros asuntos como era una simple charla, con Ao asintiendo a las opiniones de Saori al igual que lo haría Ryusei sobre los temas mencionados por Eby.

 -¿Verdad? -remarcó la vasija de Ra ante el comentario de Saori sobre los pelirrojos, de modo que parecía que él había pensado lo mismo. -. Honestamente pensé que eran hermanos cuando los vi -opinó antes de que Ao mencionase a aquella albina de la cual, por sus miradas, nadie parecía tener información.

 -Bueno, creo que no he sido el único que la ha visto aparecer en lugares de un momento a otro, ¿no? -comentó Ao mientras miraba sus manos, intentando no perder la concentración. -. Creo que puede teletransportarse, o algo por el estilo…

 Entonces sucedería aquel accidente de control por parte de Ao, quién sin quererlo acabó abriendo un agujero en la slime antes de poder reaccionar y apartarse, siendo que Ryusei tendría que quedarse un poco más con Saori para ayudarla a evitar bajar su temperatura al punto de congelación.

 Ambos chicos parecían bien en términos físicos, pero ambos estaban preocupados por el estado de la slime, siendo que la ayuda de Saori le vendría genial a la slime para ponerse cómoda y no tener que hacer un esfuerzo mayor al que ya debía hacer. Al menos parecía que el daño no era algo grave, y todo aquello había servido para que Saori se sintiese más segura respecto a su poder, siendo que Ao le dedicaría un asentimiento de cabeza con una leve sonrisa a modo de agradecimiento por lo mismo.

 -Creo que ya hemos entrenado mucho por hoy, pero podemos seguir mañana y el resto de días hasta el festival -un tanto motivado, Ryusei enseñaría un pulgar en alto a Eby, así como una radiante sonrisa a todo el grupo. -. ¡Podemos con esto! -pero dejando de lado la motivación por progresar con la superación de sus límites, las palabras de Saori regresarían la atención del chico al estado de la slime. -. ¡C-Cierto! Akiyama-san, ¿necesitas algo? Podemos ir a buscar lo que necesites. ¿Necesitas agua… hielo…? -el chico tampoco parecía seguro de que podría ayudar a la slime en ese momento.

 -Tú también deberías descansar, Shikare-san. Nosotros ayudaremos a Akiyama-san -comentó Ao a la chica de hielo, sabiendo que la chica también estaba agotada como para estar usando más su quirk cuando podrían atender a la slime de otras maneras.

 El hermano de Yume parecía alucinar cada vez más al escuchar como la chica contaba los detalles sobre el entrenamiento, pero más pronto que tarde Yusio se ganaría su atención, y la de sus compañeros, con aquella pequeña y adorable invocación.

 -¡Genial! -ciertamente Kenzo estaba emocionado con todo aquello. Parecía feliz de ver que su hermana había conocido a buenas personas que fuesen sus amigos, y personas con quirks interesantes, además. -. Cuando dices “mis cartas”, ¿te refieres a que las dibujas tú? -dedujo el chico mientras el resto de su grupo observaba a la pequeña criatura, la cual de momento pasaba de todo para continuar con su fruta, siendo que tras el comentario de Yume sobre cómo hacían buena pareja el chico solo podría soltar una leve risa, incapaz de negar la dulce inocencia de su hermana. -. Que bueno saber que ha hecho buenos amigos.

 Por otro lado, cuando reaccionaron al asunto de la bomba real para la prueba, los chicos, incluyendo a Kenzo, se mirarían entre sí antes de hacer un gesto grupal de “tal vez” ante la pregunta de Yume, siendo que parecía que realmente ninguno parecía preocupado, siendo que la broma de Yusio les sacaría una ligera risa a cada uno.

 Pero entonces harían lo que todos iban a hacer en los arcades: jugar. Aquel pelirrojo de amplia sonrisa se apuntaría a ser de los primeros, tratándose de Yusio quién decidiese acompañarle en la primera ronda no sin antes mencionar su inexperiencia.

 -Tranquilo, ya verás que te acostumbras rápido -aseguró el chico antes de que pusiesen en marcha el juego.

 Los minutos pasarían fugazmente con ambos pelirrojos jugando a aquella máquina de disparos, siendo que aunque Komon tendría razón al decir que Yusio se podría acostumbrar rápido, no tendría oportunidad contra aquel chico que parecía completamente familiarizado con el juego: sus disparos eran veloces, precisos, sin un solo margen de error… La victoria del sonriente chico fue aplastante.

 -Nada mal para ser tu primera vez -tuvo que decirle a Yusio pensando que podría tomarse mal aquella derrota. -. Sucede que soy un amante de estas cosas, de haber sido otro seguramente le habrías dado problemas -aseguró.

 Y entonces, pasarían los hermanos que hasta el momento habían permanecido juntos, con Yume abrazada al brazo de Kenzo.

 -No me contendré, Yume-chan -comentó el chico con un fraternal.

 A diferencia del juego anterior, el de los hermanos seria mucho más relajado y hasta cómico, con Kenzo intentando empujar suavemente a Yume de vez en cuando para dificultarle el disparar, entre otras cosas, las cuales no evitarían que la chica se alzase con una agradable victoria en el último momento.

 -Bah, fue un golpe de suerte -se excusó el chico con claro tono bromista.

 Así mismo, el resto del grupo podría disfrutar de una sana competencia en el juego de disparos, a excepción de Yuki e Hiroshima que iban por su lado, uno concentrado en otros juegos donde parecía que se hacía uno con ellos, y el otro alucinando al verle conseguir aquellas puntuaciones desorbitadas.

 En vuestro caso, tras pasar por un par de juegos más, llegarían a una de esas amplias maquinas de baile, a la cual Shimaoka se acercaría para apoyar una mano en una de las barandas.

 -Oigan, ¿qué tal una ronda de esto? -invitó a todo el grupo.

 En ese momento, los pertenecientes a la clase 1-B desviarían de manera poco disimulada la mirada hacia otra parte, siendo que Komon se habría ido directamente a otra maquina cercana, gesto que provocaría un enarcamiento de ceja por parte de aquel que los había invitado, visiblemente indignado.

 -Vamos, no me los voy a comer… -aseguró, pasando su atención a ustedes. -. ¿Qué les parece? ¿Se animan a jugar un rato? Ellos no querrán, por lo que podremos jugar varias veces entre nosotros cuatro.

 -¡Yo si me animo! -saltó Chika emocionada, colocando una mano sobre el hombro de Yusio. -. Yusio-kun, ¿qué tal si vamos luego de Shunmyo-san y Koizumi-san?

 Casi como un cachorro suplicante, el chico de ojos verdes agacharía la mirada hacia la pelirroja esperando que se animara a jugar con él. En el caso de que Yume voltease a ver a su hermano, este solamente le dedicaría una sonrisa nerviosa junto a un gesto a modo de “diviertete”.

Tomando un momento para concentrarse, Sora lanzó algunos nuevos tiros, uno por debajo y otro por encima.

-Tome un mal juicio...pero realmente es complejo, había una alta chance de que sencillamente lo "mataran" al liberar a su cómplice y me atacaran ambos luego. Pude haber evitado suelo atraparon en primer lugar, pero decidí confiar en sus habilidades. Hmmm...en el final del día el accidente es lo que más me molesta, siento que quizá mis espectativas lo presionaron demasiado. Debería haber evitado que llegara a eso en primer lugar.

Tras esto, elevó más esferas a la vez y comenzó a acelerar el ritmo.

-¡Jum! No hay mucho que hacer ahora, como todos mejoraremos, será diferente. Aunque tampoco sumó que Akiyama tuviera un trauma asociado a la oscuridad...en el momento creí que era un engaño muy bueno, pero...ahhh, parece que de una u otra forma se tocaron muchos puntos sensibles en ese entrenamiento. Espero que pueda superar eso en específico, o...podría ser fácilmente explotado por gente mala. Le dije que podía tratar de ayudarla con entrenamiento pero supongo que se espantó lo suficiente esa vez como para no querer revivirlo.

Se golpeó las mejillas con ambas palmas, dos veces, y lanzó dos tiros juntos, haciendo una lente trayectoria espiral. Sentía que si la hacía más rápida,.perdería control, pero en general estaba añadiendo movimiento adicional para subir su dificultad un poco.

-¿Lo que me motiva? Hmmm...¡hmmm! -lanzó una esfera más, para proceder a levantar nuevas rápidamente, volviendo a subir el ritmo para hacerlo una lluvia de pelotazos constantes- Ser héroe tiene mucha negatividad asociada, no solo de lo que puede pasar en el día a día con villanos, sino las críticas de la gente y la prensa. Quizá un poco de positividad sea la diferencia entre soportar la presión y desmoronarse, eso creo yo. Todos necesitan ser fuertes por dentro también, ¿no? Pero no puedo construir un muro ahí, así que trato de hacerlo con palabras.

Las palabras del dios no me tranquilizaban, es más me enervaban y preocupaban más de lo que estaba por Ryusei. El pobre no tenía culpa de no saber manejar su poder, no por ello se le podría directamente dejar caldearse por su propio poder para que aprendiera a usarlo... Sin duda estaba totalmente en contra, pero por ahora me callaría pues imaginaba que Ra no le dejaría a su cuenta y riesgo

Ya pasando a temas de conversación más banales, intentaba estar concentrada lo más posible en mi cuerpo mientras hablaba - Igual se conocen... Son tan similares que, igual solo nos estan haciendo creer que son compañeros de ahora... - me encogí de hombros - Pero no necesariamente como hermanos... Aunque no sé si podriamos p-preguntarles como si c-cualquier cosa

Al hablar sin embargo de la otra chica, me encogí de hombros de nuevo esta vez con total desconocimiento - Bueno... Q-quizás n-no lo sepamos p-pero... Si somos c-compañeros ¿No deberiamos s-saber c-como apoyarnos? C-conocernos m-mejor digo... Igual d-debemos plantearlo - Pues era algo que sin lugar a dudas deberiamos hacer todos.

Más pronto que tarde surgió aquel accidente, uno que no me esperaba que pasase pues fue el primer dolor tan grande que sentí. Hacía mucho que no notaba como mi cuerpo se derretía o se congelaba. Y aunque sabía que no fue a posta, aquella zona ardía como el diablo, al menos hasta que Saori lo logró arreglar y luego de aquello caí al suelo. Ante tantas preguntas de preocupación dije lo más básico - A-agua... p-por favor... Cualquier l-liquido m-me vale - Pues notaba que estaba algo más seca de lo natural, incluso hasta pastosa.

Esperé pues a que me trajeran el agua - Gracias Saori-san... Te debo una - dije pues sonriente - Uff... ¿t-tu estás bien? - y cuando trajeron el agua tardé poco en empezar a bebermela hasta que no quedara nada, o bien hasta que estuviera mejor lo cual hizo que mi voz sonara más calmada ligeramente más aguda - Gracias... m-mucho mejor... A-aunque estoy que no puedo más - literalmente me tiré al suelo - Ha... s-sido u-un entrenamiento m-muy duro... y... - miré a Ryusei y empecé a volverme roja antes de reaccionar y esconderme detrás de Saori

-¡¿HE PEGADO A RA?! L-lo siento - habia vuelto en mi... o un poco más en mi, pues fui consciente de aquella bofetada bien merecida que le di - L-lo siento Ryusei, de veras.

Tras algunas rondas finalmente Koizuma y su compañero de sparring declararon un empate, terminar la práctica y regresar, Eru se sentía fatigado, le dolían un poco algunos músculos, pero fuera de ello reconocía que había sido un buen entrenamiento, incluso había dejado salir algo de adrenalina.

-Sonreír todo el tiempo no es fácil, pero fíjate en All-Might. 

Además te disculpas mucho a pesar de no haber hecho nada malo, no se el motivo, puede que lo hagas sin darte cuenta, al gritar ''control'' lo hacía para mí.

Por un momento Eru pensó en cómo lo hacía, All-Might era un héroe que era capaz de traer calma y seguridad a cualquiera, no era como si lo mismo no le pasara con Eraser Head, sólo que era más complicado, Aizawa era lo más cercano a un padre para Koizuma, algo que desesperadamente había necesitado.

-La verdad no hace tanto un tipo me lanzó al suelo como si no fuera nada, no tú, un desconocido.- y también estaba el demente del autobús... pensó- entrenamos para proteger a alguien o evitar que algo malo pase, así que en caso de fallar todo es difícil, creo que -decirlo era difícil- todavía me falta, pero en la próxima... 

No se oían más ruidos provenientes de la academia, tal vez lo del principio había sido sólo su imaginación, estaba con esa idea fija en la cabeza cuando Shizuriki mencionó lo del grupo y le dio un golpe en el antebrazo al que no supo como reaccionar.

-Yo... no pensé que fuera así. - Era verdad, no quería enemistarse con nadie, pero aparte de Ebby poco podía decir de haber iniciado conversaciones con el resto del grupo, y era más bien verdad que había provocado algunos incidentes. -Esto no estuvo nada mal.

Ehhhh...

Gracias por practicar conmigo, y por hacérmelo notar. -Se frotó el brazo del golpe, sólo por reflejo.

¿Estaba bien dicho? No sabía si el chico Inu esperaba algo más de él, tal vez debía decir que también podían contar con él, o que no debían preocuparse, ¿Era lo mismo que le intentaba decir Aizawa? 

Se iba a fatigar más si trataba pensarlo.

-Por hoy estoy demasiado cansado para perderme repentinamente, creo que voy a descansar ¿Tú qué harás?

Todo el mundo estaba bastante sorprendido por la creación de Muto-kun. Era una singularidad excelente, sin duda. Pese a que era bastante parecida a la mía, no pude evitar sentirme un poco celosa.

—¡Eh! ¡Yo también puedo hacer cosas parecidas! Puedo dar forma a mis sueños —afirmé, colocando mis manos en las caderas y entornando un poco las cejas. Entonces caí en la cuenta de algo. Me acerqué a Muto-kun y le reproché en voz baja—: Muto-kun, ¿no sabes que no podemos usar nuestros quirks fuera de la academia?

Observé el juego entre los dos pelirrojos, donde Muto-kun recibió una buena paliza. Tuve suerte de que no hubiese sido yo, porque le estaba dando una buena paliza. Yo tampoco habría tenido oportunidad. Luego, nos tocaría a nosotros. Me solté del brazo de Kenzo y tomé la pistola.

—Pues yo tampoco —le contesté con media sonrisa, en tono desenfadado pero desafiante a la vez. Me esforcé en hacerlo lo mejor posible, pues, aunque nuestra rivalidad era sana y lo importante era divertirse, no me gustaba perder—. ¡Eh! —exclamé cuando noté que me empujaba, pero no pudiendo evitar reírme. En respuesta, yo también lo empujé unas pocas veces con mi hombro, lo que hizo que él también lo hiciese más, con lo que al final parecía que era más una competición de empujones que de disparos. Pero al final gané yo—. ¡Ja! ¡Te he ganado! —clamé, triunfante, antes de levantar mi mano y revolverle el pelo.

Luego, Shunmyo-san nos desafió a otro juego, pero, por alguna razón, sus amigos no querían jugar… Miré a mi hermano, brevemente, quien no parecía querer decirme nada aparte de «adelante». ¿Sería que era muy bueno?

—Vale —contesté, volviéndome hacia el chico—. Te aviso que se me da bien bailar —dije despreocupadamente.

Debido a la expresión que puse cualquiera de los ahí presentes sería capaz de percibir el hecho de que apenas si entendí la explicación de Ra, esto porque ya me resultaba peculiar que dos personas distintas interactuaran en un mismo cuerpo y a la vez fuera consecuencia de una particularidad, pero ahora ante el plan del dios mis dudas se multiplicaban. “¿Acaso está dispuesto a lastimarse confiando en Hashirama-kun?, ¿o hace eso porque está al tanto de su capacidad mejor que nadie?” me pregunté. En cualquier caso al igual que Eby yo no podía agregar lo que parecía un asunto “personal”, así que lo dejé estar, sin embargo también miré al antiguo con mezcla de preocupación y hasta un poco de nervios.

— L-la verdad yo también llegué a pensar eso, me refiero a que eran hermanos… — en cuanto al asunto de los pelirrojos hice eco a Ryuusei un poco ruborizada, ya que reconocerlo me daba cierta vergüenza y más tras escuchar el razonamiento de la slime. ¿Cómo se lo tomarían los mentados si se daba el caso de preguntarles?

— Para nada — no mucho después respondí a Ao — Pero tomando en cuenta la cantidad de relojes que tiene en su habitación… ¿no será que puede detener el tiempo o “saltar” en él? Visto desde nuestra perspectiva podría parecer que se teletransporta… creo — y hasta tuve el atrevimiento de comentar mi perspectiva, si bien mi única “pista” era algo que perfectamente podría deberse a una afición de la chica o algo así, al fin y al cabo mi habitación no era una hielera...

— Eso se escucha bien, Eby-chan, y bien podría ayudarnos en el futuro... — por otro lado comenté emocionada de cara a la propuesta de la slime, e inclusive traté de mirar a los otros dos como queriendo que se unieran al plan, al fin y al cabo si el grupo entero había trabajado para acercarse a Eby, ¿por qué detenernos allí?

El accidente me dejó a la par nerviosa y cansada, pues ayudar a la más expuesta con mi no muy experto control fue sin duda difícil, además de que llevar rato practicando tampoco hizo maravillas para mis energías; en ese sentido entendía hasta cierto punto lo que podría haber llevado al descontrol de Ao. — Estoy de acuerdo con Hashirama-kun — por ende no tardé en asentir y hasta en corresponder la sonrisa del chico habitado por una deidad, así mismo respondí al que me había regalado el muñeco de felpa — No es nada, Shizune-kun, además no usaré más mi habilidad por hoy, solo iré por agua — le avisé acorde a lo que pidió la slime. Tanto si alguno me acompañaba como si no, yo iría hacia donde dejamos nuestras cosas a fin de tomar una botella del mentado líquido para dársela a la chica.

Claro que yo también estaba agotada, así que apenas hice eso relajé mi cuerpo y dejé salir un suspiro para liberar tensión. Estaba por sentarme, ya viendo a Eby bien, cuando sentí la repentina cercanía de esta — ¿E-eh? Ah, sí, antes… — solo de pensar en la razón me puse totalmente roja, sin embargo no por ello aparté a la que parecía querer usarme de escudo, ¿pero realmente podía la slime sentirse protegida tras alguien como yo?

— N-no te preocupes, Eby-chan, seguró Ra-san lo entiende, además no parecía enojado… ¿verdad Hashirama-kun? — pregunté al único que podía confirmarlo, no obstante pronto busqué con la mirada a Ao como si intentara buscar su apoyo también…

Escuché la deducción que Kenzo hizo dando por sentado que había dibujado yo mis cartas, a lo cual asentí sonriendo -Si, estas cartas las he diseñado y dibujado yo... y hasta ahí leeré. Jeje, algo me tendré que ahorrar para el festival, ¿no? Jeje...- dije con una sonrisa. Me reí cuando escuché a Yume explicar también su poder... la verdad es que ahora podríamos pedirles a los demás que nos dijeran algún poder suyo ellos... pero aunque me diera curiosidad no mostré mi poder para ganar ventaja ni nada, sino simplemente para divertir. Mientras andábamos, cogí al dragón para llevarlo sobre mi hombro mientras seguía comiendo su fruta y era mirado por la gente, contento de ver que les había gustado... hasta que escuché a mi compañera pelirroja -Hmm... es cierto... pero yo no diré nada si vosotros no lo decís, jeje- dije dándole la razón a Yume con respecto a lo de que no podíamos usar nuestros poderes fuera del instituto, se me había olvidado un poco... Pero también riendo levemente y guiñando un ojo.

Luego de eso, echamos la primera ronda de juegos... en la que al final Tatsuya me derrotó jugando; aunque si que me pude acostumbrar rápido y no lo hice mal -Vaya, guau, bien jugado- le felicité sonriendo sin que me pareciera nada mal haber perdido y afrontando el perder con una sonrisa -Si, se notaba de que estabas mucho más acostumbrado que yo, lo has hecho muy bien... Gracias- le terminé comentando, agradeciendo sus palabras de que lo había hecho bien para la primera vez. En la batalla de hermanos, al final la ganó Yume a la que felicité -Bien hecho- dije sonriéndole.

La siguiente máquina a la que nos dirigimos se trataba de una máquina de baile a la cual Shimaoka se quiso animar... y no pude evitar sorprenderme de que prácticamente todos sus compañeros enarcaran una ceja y se alejasen disimuladamente -Algo me dice que hay algo que no nos están contando sobre tus "habilidades de baile" que va a ser digno de ver, jeje- dije riendo a Shimaoka... no se porque asociando aquello con su posible quirk. Luego de eso, Chika se ofreció a jugar conmigo a eso luego de Yume y Shimaoka -Estoy desentrenado para bailar, seguro que doy hasta gracia de verme, ¡pero seguro que es divertido!- dije asintiendo a la chica de goma. Prestaría mucha atención al duelo de baile de Shimaoka y Yume para saber que sería aquello que "espantó" a los demás... y luego pues dejaría a mi cría de dragón en la barandilla de observador y bailaría con Chika.

 Más allá del entrenamiento físico, podrías decir que habías logrado entablar cierta relación de confianza con el chico perro, al menos mayor a la que tenían en los días anteriores, siendo que ahora escuchaba curioso tu opinión, así como la manera en la que aceptabas tus antiguas derrotas y lo que estos podían significar antes, ahora y en el futuro.

 -Supongo que tienes razón, pero es lo menos que puedo hacer si no soy capaz de controlarme: disculparme. -exclamó sonriente y convencido. -Pero viéndote tan motivado a mejorar y superar tus errores no puedo quedarme de brazos cruzados: ¡la próxima te seguiré el ritmo!

 Una vez en el complejo de habitaciones, el chico no se vería particularmente sorprendido por tu respuesta, como si ya hubiese supuesto que no era tu intención dar aquella impresión a tus compañeros, siendo que lo que verdaderamente le sacaría una sonrisa serian tus palabras, unas que decían por si solas lo duro que te resultaba decirlas naturalmente.

 -También iré a descansar, necesito dormir bien para estar energético mañana. Tal vez se nos pueda ocurrir algo para añadir a la práctica y todo -comentó ya con una sonrisa más calmada, dándote un par de palmadas en la espalda antes de acompañarte al pasillo donde compartían habitación, deteniéndose en tu puerta para despedirse con una sonrisa… Pero no se iría de allí.

 No eras un experto en temas sociales para poder decirlo con seguridad, pero algo en la mirada de Akainu hacía parecerle ansioso y curioso, algo que solo causaría en ti confusión por el hecho de haber llegado a esa deducción… En todo caso, no tardarías en abrir la puerta de la habitación, de la cual saldría un inusual olor a limpio: era innegable que mantenías tu habitación limpia, pero no recordabas haber limpiado tanto como para generar aquel olor, uno que también se mezclaba con uno que te resultaba muy familiar y agradable…

 Al abrir por completo la puerta, te encontrarías conque tu oscura y vacía habitación se había transformado por completo. Además de ahora encontrarse adecuadamente iluminada, el lugar había sido pintado y remodelado al punto de que no solo habían distintos muebles que cualquier persona querría en su habitación, como una cama con sábanas y almohadas, un escritorio, una estantería, entre otros, sino también varias decoraciones hechas especialmente para gatos: puentes, estructuras, lugares acolchados… Sitios en los cuales esconderse o pasearse libremente. Apiladas ordenadamente sobre una mesa, había un grupo de cartas con los nombres de cada uno de tus compañeros de clase, incluyendo a Akainu, en las cuales hablaban sobre cómo habían decidido darte una sorpresa para hacerte saber lo que sentían por ti, siendo que en cada una se describía lo que había hecho cada uno y sus motivos para ello, como Sora que te había conseguido una cama y un kokatsu por qué “¡Tu habitación es tu templo! Tiene que haber cosas suaves y calientitas en él.”, o Yume y Yusio quienes hicieron un rascador para gatos solo para ti. Entre todas las cartas, también había una de Aizawa, en la cual explicaba que le pidieron su ayuda y él únicamente les ayudó aprobando o negando algunas de sus ideas, siendo que aseguraba que en general todo el trabajo fue hecho por tus compañeros con un poco de ayuda de la U.A.. El olor familiar y agradable que habías percibido no eran otro que el de las fundas de las almohadas y la sabana de la cama, siendo que pertenecían a Eraser Head.

 Por supuesto, aún estaba tu cama para gatos y las vendas de tu profesor, pero habían tantas cosas para ver ahora…

 -¿Qué te parece? -preguntó finalmente Akainu, con una ligera sonrisa esperando ansioso tu reacción.

 Viendo que empezabas a subir el ritmo del entrenamiento, el chico empezaría a variar sus movimientos en un intento de estar preparado para improvisar, yéndole mal al primer intento de esquivar esa bola doble, saltando entre ellas para evitar ser alcanzado y poder rodar por el suelo antes de levantarse y estar listo para la siguiente ronda, pero a pesar de que una de las esferas pasó limpiamente por debajo de él la otra acabó alcanzando sus pies debido a que los levantó mucho para prepararse para el aterrizase, provocando que diese una extraña vuelta antes de caer al suelo.

 -Uff… -apenas se quejaría antes de levantarse, recuperando rápidamente la compostura para volver a  mirarte- Supongo que es cierto, Ryusei-kun se esfuerza mucho por impresionar al resto, pero no deberías sentir que es culpa tuya… Él también tomó su decisión de actuar, y el resultado seguramente le será de utilidad para futuras situaciones.

 Por otro lado, ante la segunda ronda de esferas el chico estaría más concentrado para ser capaz de esquivarlas, siendo que se movería velozmente de lado a lado para no ser golpeado.

 -Cada uno de la clase debe tener sus problemas… Y esos traumas usualmente no se superan fácilmente. En todo caso, tú te ofreciste, y ella ahora sabe que estás allí para ella si lo necesita. En realidad, creo que toda la clase sabe que si estamos en problemas podremos contar contigo -aseguró con un tanto de confianza, decidiendo intentar nuevamente aquel salto entre las esferas a ver como las otras dos venían girando en espiral, pero en lugar de saltar entre estas, dado que temía que no tuviese el espacio suficiente, saltaría y daría un giro en el aire en sentido contrario a la espiral, siendo que a pesar de que una de las esferas pasaría muy cerca de su espalda seguiría de largo y el chico aterrizaría del otro lado tras demostrar su destreza.

 Un tanto concentrado en la conversación, y tal vez pensando que a partir de ahora todos tus ataques serían más preparados, el chico no se esperaría que lanzases una única esfera así sin más, siendo que mientras esperaba tu respuesta se comería de lleno la bola en la cara.

 -¡Tsk…! Ay, ay, ay... -se cubriría el rostro con las manos tras soltar unos quejidos, apartándolas tras unos segundos para encontrarse con que ahora venían un montón de esferas volando hacia él, lo que le llevaría a correr nuevamente de un lado a otro esquivando y saltando, sintiendo que si se detenía se comería una lluvia de esferas.

 Aunque no diría nada mientras esquivaba las esferas, tras escuchar tus palabras el chico finalmente daría un gran acelerón en su velocidad que lo transformaría en un conjunto de imágenes de él mismo creando un rastro hacia ti, siendo que cuando finalmente desapareció de tu vista resultaría haberse detenido justo detrás de ti para darte una suave palmada en la espalda.

 -La positividad es precisamente lo que hace a All Might All Might, ¿no? Cuando las personas están en problemas él siempre aparece con una sonrisa y una carcajada. Supongo que en el fondo también soy así, al menos conmigo mismo: intentó olvidarme de mis problemas pensando en las cosas buenas, intentando sonreír siempre que puedo para convencerme de que no pasa nada malo… Pero diablos, como cuesta algunas veces, es como intentar hacer reír a Eru-kun -bromeó el chico soltando una leve risa, demostrando efectivamente que incluso tocando temas un tanto pesados mantenía esa actitud bromista y confiada. -. Creo que tienes razón, los héroes cargan con muchas cosas además de los villanos…

 Por supuesto, el chico volvería a tomar distancia para continuar con el entrenamiento, el cual tras unos minutos se vería interrumpido por vuestros padres, específicamente siendo Drácula quién dirigiría la palabra a Ciel.

 -Muy bien, hijo, creo que ya es momento de irnos -anunció el vampiro con una ligera sonrisa de satisfacción, muy diferente a la expresión de seriedad que llevaba tu padre.

 -Uhmp.. -se le quedo viendo durante unos segundos tu compañero de clases antes de devolverte una sonrisa. -. Supongo que podemos continuar otro día, ¿te parece bien, Sora-san?

 -Igual no deberíamos darle tantas vueltas, tal vez solo fue una pequeña coincidencia, o ya nos lo revelarán ellos más adelante… -opinó Ryusei sobre Yume y Yusio, antes de que se empezase a hablar un poco sobre la albina de la clase, sin ocultar su sorpresa ante la teoría de Saori. -. ¿Un quirk para saltar en el tiempo? Creo que sería la primera persona en tener algo como eso… -añadió, intentando hacer memoria al respecto.

 -No sería imposible, aunque me pregunto cuál sería la teoría correcta sobre las líneas temporales de ser ese el caso… Hay películas que hablan de que es la única línea que cambia y pueden suceder bucles, y otras de que son infinidades de caminos y esas cosas -comentó Ao un tanto pensativo. -. En todo caso, Akiyama-san tiene razón. Tal vez deberíamos preguntarle un día que la veamos libre.

 Poco después de que Saori fuese a por una botella de agua para Eby, está protagonizaría una escena que traería de vuelta al grupo los recuerdos de la situación sucedida hace pocos minutos, provocando que Ryusei compartiese ese rubor que inundaba la cara de Saori, a diferencia de Ao quién a pesar de también verse un tanto sonrojado parecía más molesto, o celoso, que otra cosa.

 -Se lo merecía un poco -opinó Ao sobre la bofetada al dios egipcio.

 -N-No te preocupes por eso, E-Eby-san -intento restarle importancia rápidamente Ryusei, haciendo gestos nerviosos con las manos. -. Saori-san tiene razón, Ra-san no se ha enojado ni nada. Tal vez algunas veces parezca muy orgulloso y terco, pero en el fondo es una buena persona, solo que últimamente ha estado muy pensativo y suelto -aseguró mientras poco a poco se le pasaba el nerviosismo. -. En todo caso, fue un excelente entrenamiento… Honestamente, cuando pasé el examen para entrar a la academia temía que luego no estuviese a la altura del resto, pero ahora veo que todos estamos aquí para mejorar -con una amplia sonrisa, el chico extendería el puño hacia el centro del grupo, como esperando que alguien lo chocase con él. -. Estaremos listos para darlo todo en el festival, ¿no es así?

 Aunque tras haber tocado el tema de Ra y esto le hubiese recordado lo que hizo Ryusei durante el entrenamiento, las palabras del chico eran unas que Ao simplemente no podría ignorar, mucho menos cuando había hecho aquel gesto que correspondería chocando su puño.

 -Por supuesto. De eso trata esto, ¿no? Superar nuestros límites… -comentó mientras en su rostro se dibujaba una ligera sonrisa, llevando su mirada a ustedes a la espera de que alguna dijese algo o decidiese unirse al gesto de compañerismo.

 -Fantástico, parece ser un quirk bastante abierto -opinó el pelirrojo cuando Yuso no tuvo problemas en confirmar su teoría, antes de escuchar a su hermanita celosa por el hecho de que todos prestasen atención a su compañero cuando sus quirks eran tan parecidos. -. Ya, ya, Yume-chan, no te pongas celosa -bromeó el chico con su hermana con una ligera sonrisa.

 El grupo parecía estar de acuerdo con no decir nada sobre el uso de Yusio de su poder, siendo que realmente no es como si hubiese hecho algo que podría resultar peligroso, pero rápidamente la atención paso al arcade en general llevándolos a jugar de una máquina en otra.

 En el juego de disparos habría un excelente ambiente entre competidores, especialmente entre los hermanos que parecían disfrutar de la compañía del otro como nunca lo habían hecho antes. Entonces, pasarían a aquel juego de baile donde Shimaoka parecía tener algo oculto bajo la manga como para poner de esa manera a sus compañeros.

 -Oh, vamos, no es para tanto, mis compañeros son unos exagerados -respondió el chico al comentario de Yusio con un tono bromista, dedicando entonces una ligera sonrisa a Yume ante su advertencia. -. Entonces no te vayas a contener conmigo.

 Así mismo, el comentario del pelirrojo a la chica de goma le sacaría una ligera risa, antes de que ambos y el resto del grupo observasen el juego de Yume y el chico de ojos verdes.

 Tan pronto como empezó a sonar la música, las flechas empezaron a aparecer en pantalla y ambos participantes empezaron a bailar. En inicio era una canción tranquila, pero poco a poco iba aumentado su ritmo, exigiendo más destreza y agilidad por parte de los participantes: en el caso de Shimaoka, poco luego de empezar sus iris cambiarían a un color verde-marino, para a continuación pasar a un celeste y más adelante a un azul intenso, todo según la canción se iba volviendo más exigente y él empezaba a realizar pasos de baile más estilosos. Llegando al final de la canción, prácticamente con una puntuación perfecta y considerablemente por encima de la de Yume, el chico acabaría con los ojos en un color púrpura.

 -Ahh, nada como calentar de vez en cuando el cuerpo -comentó el chico una vez acabado, dirigiendole una mirada a Yume. -. Realmente no se te da nada mal, pero tengo cierta ventajas en estas cosas -confesó soltando una leve risa mientras sus ojos volvía a cambiar de color, pasando en sentido contrario por los colores anteriores antes de volver a su verde original. Ciertamente la reacción de sus compañeros tal vez era algo exagerada, pero ahora sabían el porque era: si era así en todas las canciones, era prácticamente imposible sin sacar una puntuación perfecta y empatar…

 -¡Vaya, que genial! ¿El cambio en tus ojos tiene que ver con tu quirk, verdad? -preguntó Chika sin mucho corte, mirando al chico visiblemente sorprendida.

 -Algo así, digamos que es una manera de llevar la cuenta de mi poder -explicó el chico sin dar muchos más detalles. -. Seguramente en el festival deportivo puedan ver un poco más: voy por el primer puesto, después de todo -añadió con seguridad, dedicando al grupo un pulgar en alto con decisión.

 Entonces sería el turno de Yusio y Chika, el cual al igual que sucedió con los hermanos en el juego de disparos sería uno más relajado pero no por ello menos divertido, siendo que aunque a Yusio no parecía dársele demasiado bien el baile Chika tampoco es que fuese mejor, con pequeños momentos de uno tropezando causando que cayera hacia el otro, sacando una que otra risa. Al final, sería Yusio quién se hiciera con la victoria por algunos puntos.

 -Buuh, hiciste trampa -le abucheo la peli-azul como excusa, claramente en tono de broma, mientras le daba unos suaves golpecitos al chico.

 -Vamos, aún quedan muchos juegos por jugar -intervino el hermano de Yume con una ligera sonrisa. -. Aprovechemos la tarde antes de volver a la U.A.

 Y así, continuarían su paseo por el arcade, compartiendo juegos con los distintos pertenecientes del grupo sin que ninguno llegase a demostrar ser experto en alguno de los juegos, a excepción de los dos que ya habían demostrado lo bueno que eran en los primeros que jugaron. Hubo risas, chistes, un buen rato en general que pasaría volando luego de un día de estudios, siendo que finalmente llegaría el momento de regresar a la academia.

 -¡Woaah, miren todo lo que conseguí! -salía sonriente Yuki cargando con una bolsa llena de premios; todos habían conseguido boletos para canjear por algo, pero el albino claramente se había llevado el mayor botín por obvias razones… -. Tengan, para ustedes -de entre todas las cosas que había conseguido, el chico sacaría un par de peluches de los grandes que ofrecería a ambos. -. Los he visto jugar con el resto, ¡se les da muy bien el arcade! -a pesar de que técnicamente iba con la otra clase, realmente siempre estuvo por su lado en el arcade jugando aparte, siendo visto por un ilusionado Hiroshima que no perdía de vista sus inhumanas puntuaciones

-Las cosas malas pasan...lo malo es cuando te tiñen de forma permanente. Eru debe haber pasado algo bastante malo. Pero las tinturas se salen si lavas algo lo suficiente. Quizá no en uno o dos enjuagues pero...¡lo hará eventualmente! Quizá no todos, pero suficiente para que no sea definido por ese suceso. Espero que tu también tengas cuidado contigo mismo, ¿hm? Háblame si necesitas hacerlo.

Sonrió, para enfocarse en el ejercicio a mano.

-¡Vamos, vamos, estoy lanzando preciso pero si el objetivo fuese solo golpearte, te arrojaría todas a la vez! -le picó un poco, animada- Aunque eres un blanco bastante elusivo, heh.

Iba a disponerse a lanzar otra tanda, cuando escucho el apunte de Drácula y recobró una postura normal, moviendo los dedos casualmente para hacer girar las dos esferas que había levantado en el aire con cierta inconformidad.

-¿Ahh? ¿¡Tan pronto, señor Mushiro!? ¡Aún no pongo a Ciel en aprietos!  -puso una mano en la cintura- ¿Seguros que no pueden quedarse un poco más? Hmmm, pero tengo algunas ideas. La gente veloz me da problemas por ahora.

Picó la mejilla algunas veces, pensativa.​​​​​

-¡La próxima vez podemos incluir que patees o lances las que puedas de vuelta! 

Ante aquella pregunta bajita de Saori, yo aseguré - Como deje que le hagan daño, pienso cobrarselo a Ra - me cabreaba pues ese mismo hecho, y no quería que nada malo le pasara a Ryusei, aunque ya dejé claro que tampoco permitiría que le pasase nada a Saori y a los demás que consideraba amigos de mi misma clase.

Estaba claro que tanto el tema de los dos pelirrojos como el tema de la albina no se irían a resolver en este momento. Cada uno tenía su propia teoría, su propia forma de pensar y tratar de descubrir quienes eran para consigo mismos, pero la realidad podía llegar a ser que incluso solo estabamos pensando de más... Por el lado sin embargo de la albina me quedé pensativa ante la propuesta de Saori - La verdad, sería interesante un poder así... Si pudierais saltar atrás en el tiempo ¿que cambiaríais de vuestro pasado? - Yo lo tenía muy claro...

Lo que si que no me esperé es que todos estuvieran de acuerdo en lo que mencioné - S-supongo que entonces, debemos hacer algo para conocernos todos mejor... Aunque eso a mi se me da fatal ¿Se os ocurre alguna idea? - pese a que estuvieramos en el mismo edificio en cuartos contiguos, ni eso nos ayudaría a relacionarnos mejor... Había que hacer algo, pero mi forma de relacionarme socialmente era pésima, así que esperaba que alguno de los tres presentes tuviera una idea.

Cuando había logrado volver en mi gracias a rehidratarme y volver a mi composición más normal, fue cuando el miedo volvió a apoderarse de mi cuerpo, mostrando con aquel gesto de cobardía escondiendome tras Saori, que mentalmente estaba repasando todo lo que había hecho y maldiciendome por lo mal que hice. Por suerte Ryusei solo dijo palabras buenas, igual que Saori trató de animarme, así que en parte pude calmarme, aunque los nervios me traicionarían dejandome ver temblando todo mi cuerpo.

-V-vale... e-esto... a-aún así, l-lo siento... N-no sé p-por qué respondí d-de esa ma-manera - en realidad si lo sabía, lo que no podía explicarme es el por qué tenía una personalidad que aún no había descubierto... Quizás porque nunca entrené de esta manera.

Por suerte esto tan solo fue como un segundo plano, pues pronto empezamos a hablar del entrenamiento, aunque quien lo inició fue Ryusei - Ha... ha s-sido más gra-gracias a vo-vosotros... Y-yo... Apenas hi-hice nada... - si era sincera, estaba temerosa aún por el guantazo a Ra - P-pero eso si... m-me alegra de conoceros a todos - aún así, como Ryusei dijo, yo también me sumé a ello. Nunca pensé que llegaría a conocer a gente como la que tenía a mi alrededor, ni que sería la única en tan baja forma. A fin de cuentas, la clase 1-A se reconocía por lo buena que era, que llegara a entrar fue cosa de Joshua.

No obstante algo si que salió de toda aquella conversación en mi confusión - ¿Festival? E-eso significa que... ¿e-estaremos d-delante de mucha ge-gente mo-mostrando n-nuestros poderes? - TemblequEby en marcha de nuevo... el temor volvía a llenarme en todo mi ser y sin querer tocando a Saori estaba haciendola vibrar

Sin duda, tanto la chica de goma como yo nos quedamos bastante interesados en no solo los movimientos de Shimaoka-san, sino sobretodo en sus ojos cambiantes de color que parecían haberle ayudado a conseguir una puntuación perfecta en el juego de baile contra Yume. Desde luego me llamó mucho la curiosidad... y al final mi amiga de goma preguntó de forma directa, lo cual me hizo reír. Al recibir su respuesta en la que no dijo demasiado, hice un gesto de decepción -Jooo... vamos, ¿no nos vas a decir nada? ¿Ni siquiera a este pequeñín que te esta mirando?- le dije con un tono de pena que se notaba que fingía en broma porque al final no pude evitar reír, alzando a mi dragoncito para que le mirase a los ojitos y ver si era capaz de resistirse a los encantos del dragón rechoncho comefrutas -De todas formas... Creo que solo puede haber un primer puesto, por lo que lo siento porque si lo tengo yo no podrás ganarlo tu. perdón, jeje- dije con tono divertido... aunque también significaba que yo me esforzaría y trataría de conseguir para el festival y para mi clase el primer puesto. Nunca viene mal un poco de sana rivalidad.

Después de ello, nos tocaba a Chika y a mi competir en el juego de baile... Era gracioso porque a los dos se notaba que no se nos daba tan bien como a Shimaoka bailar mientras el pequeño dragoncito me animaba a mi, aunque no por ello dejé de reír y sonreír, porque era divertido -¡Bien, he ganado!- dije animado y sonriendo. Luego escuché a Chika y reí cuando dijo que hice trampa -Jeje... ya te gustaría- dije riendo, aunque en broma como ella.

Asentí al hermano de Yume y nos seguimos yendo por ahí a pasarlo bien en las máquinas que nos encontrábamos, donde ya parecía que los poderes no influian en nada y ya nos equilibrabamos en las victorias y derrotas. El tiempo al final se nos pasó volando, hasta que ya tocaría volver a la academia -¿Os lo habéis pasado bien?- pregunté en general sonriendo, aunque también miré a Hiroshima quien se había quedado viendo básicamente como Yuki-san conseguía puntuaciones perfectas -¿Te ha gustado la primera vez en un arcade?- comenté sonriendo, pues me dio la impresión de que fue su primera vez en un arcade.

Cuando nos tocaba volver... Yuki nos llamó la atención, empezando por presumir de los muchos premios que había conseguido canjeando los tickets que había ganado con sus puntuaciones perfectas. Realmente, me sorprendió bastante el gesto de regalarnos a Yume y a mi un par de peluches de los gordos... Fue algo que no me esperaba -Vaya... Gracias Hataka-san... es un detalle- le agradecí al chico... No se porque no me extrañaría encontrar una cámara en los peluches; pero eso ya lo comprobaría luego... y de momento, le daría al chico la presunción de inocencia y pensaría que es un regalo normal, esperando que fuera un intento de verdad sincero de disculparse con nosotros -Gracias... aunque tus puntuaciones obviamente eran mucho mejores- le comenté al chico... Pues obviamente sus puntuaciones perfectas y enormes nos superaban.

Eru se sentía avergonzado de tanta espontaneidad con la que Akainu le hacía conversación. -Si, entiendo lo de las disculpas, sólo trabaja en eso.

Yo ahhh... no te lo pondré tan fácil a la próxima, no... quería que fuese muy difícil para ti así que lo hicimos en tu mejor rango, pero en la próxima estaremos haciendo más área, así que te va a costar.

Sólo debes ser constante.- esto parecía que Koizuma se lo decía más a sí mismo que a Akainu, se sentía cansado y se pasaba la mano por la frente para limpiar el sudor, igual todavía sentía que su compañero se comportaba mucho más simpático con Eru de lo que llegaba a entender. 

¿No podía se que sólo necesitara tan poco para que la gente se mostrase amigable?¿O sí? No, algo se traía entre manos, no quería pensar mal pero... 

Sus sentidos le decían que había algo extraño en su cuarto antes de que entrase, algunos detalles eran distintos, y el aroma.

Sus ojos se abrieron desconcertados y sus orejas tiraron para atrás desconcertados y entró con pasos cortos en alerta, por un momento pensó que se había equivocado de dormitorio, entonces las cosas empezaron a encajar.

Miró a Akainu y le sentenció.

-Si te mueves de donde estás y me vuelvo un archivillano éste será el momento que debes contar para mi origen.

Caminó con calma recorriendo con la mano las bases de madera instaladas en las columnas, se acurrucó bajo la colcha, y sus ojos se pasaron por las cartas... 

Shizuriki, Himeko, Koizumi, Muto, Aizawa...- las cartas eran algo que examinó, aunque sólo pudo leerlas por encima mientras intentaba familiarizarse con todo lo nuevo.

En currucas caminó por la habitación y posó sus manos en los rascadores, con sus ojos fueron a las aperturas en túneles y andamios.

Hubo un instante en que quedó de espaldas a Akainu, y él no pudo ver su expresión, aunque a sus oídos llegaba algo como un suave gimoteo.

-Le... -Suspiró enderezándose, ocultando sus ojos con su cabello- le falta algo.

Si movieron todo de este sitio... entonces supongo que para cargar todo debieron usar... y si dejaron algunas en caso de que tengamos que mudarnos de nuevo entonces deberían estar por...

De uno de los armarios sacó una de las cajas en las que habían transportado todo y la ubicó en el centro.

Acto seguido saltó en ella cambiando a su forma felina con lo que encajó sin problemas ni ruido. 

Cuando todo parecía dicho, su cabeza gatuna asomó de la caja alzándose.

-¿Y qué esperas?

¿Vas a quedarte ahí o vas a pasar?

Decir que lo habían dejado sin palabras era muy poco, Koizuma no podía expresarlo.

O puede que sí, su compañero de Quirk Canino acababa de escucharle decir sus primeras palabras en forma felina.

—No… ¡No estoy celosa! —mentí—. Bueno… vamos a jugar —dije a continuación, tratando de cambiar de tema.

Sonreí a Muto con orgullo cuando me felicitó. Y luego, cuando comentó lo de las habilidades de Shimaoka, asentí. Estaba bastante claro que su quirk le daría ventaja en el juego. Pero no por eso iba a echarme atrás. Jugaría y lo haría lo mejor posible.

El juego empezó. Al principio fue fácil, pero la dificultad fue aumentando cada vez más. Por mucho que me esforzara, fallaba algunos movimientos de vez en cuando, mientras que mi contrincante lo hacía a la perfección. Me sentí un poco frustrada. Era evidente que no tenía ninguna oportunidad contra él.

—Ya me había dado cuenta —le contesté, forzando una sonrisa, haciendo lo posible por disimular mi frustración. Aunque estaba bien que aprovechase su quirk, el juego no había sido nada divertido. Y, por lo visto, iba a ser un fuerte rival durante el festival…

El juego entre Muto y Chika fue sin duda divertido de ver. Tuve que contenerme en varias ocasiones para no reírme. —Enhorabuena, Muto-kun —lo felicité al terminar, al igual que él había hecho conmigo.

El resto de la tarde transcurrió también de forma muy divertida. Me habría gustado que durase más, pero todo tiene que terminar… Antes de irnos, Hataka me hizo abrir los ojos de la sorpresa. Al igual que Muto, no me lo esperaba.

—¡Gracias, Hataka-san! —exclamé, sonriente, agradecida de verdad, antes de tomar el peluche. Estaba claro que en el fondo sí era un buen chico—. ¡Te lo agradezco mucho!

Me alegró también ver que Muto-kun dejó de lado su resentimiento hacia él, y le dio también las gracias. No debía de estar tan enfadado, después de todo.

Llegaba el momento de despedirse. Saludé educadamente a todos los de la clase 1-B. Y además le di un buen abrazo a mi hermano. —Espero que volvamos a vernos pronto —dije, algo triste. Era una pena que no nos hubiesen puesto en la misma clase.