Partida Rol por web

 Así pues, tras aquel incidente que marcaría la historia de la U.A., pasaron exactamente tres días, tres días que la academia utilizó para preparar el proyecto que mejoraría la seguridad de sus alumnos y sus días de estudios, pero no solo eso, pues aquellos estudiantes que estuvieron decididos a que aquello no les detuviese aprovecharon para prepararse para un nuevo comienzo...

 Los héroes patrullaban la ciudad más que nunca, asegurando la seguridad de los estudiantes involucrados en el accidente sin llegar a intervenir en sus rutinas; por otro lado, el resto de personas no perdían ninguna oportunidad para abalanzarse sobre estos estudiantes para aplastarlos mayormente en preguntas y ánimos: si de por si ser estudiante de la U.A. era algo admirable, haber luchado contra villanos en sus primeros días les daría un salto a la fama...

 Pero así como todos se preparaban para continuar, todos tuvieron que pasar por la visita de algún profesor de la clase de héroes que llevaría a sus familiares el comunicado de lo que se haría: a partir de ahora, los alumnos dormirían en unas habitaciones que fueron construidas en el terreno de la U.A., asegurando así la mayor cercanía posible con los profesores y aumentando la seguridad lo más posible. Algunos fueron visitados por Aizawa, otros por Black Dragon: ambos dispuestos a dejar claro que era vuestra decisión continuar adelante, pero que de hacerlo la U.A. dedicaría todo su esfuerzo en hacer que ninguno se arrepintiese...

 Los tres días pasaron, y finalmente todos se reunieron delante de aquella nueva estructura de la academia...

 Ver a la mayoría allí presente solo significaba una cosa: ninguno quería rendirse, todos tenían algún motivo para mantenerse en pie y querer continuar luego de lo sucedido...

 -Hmph... -llamó vuestra atención el profesor Eraser, quién hasta entonces había permanecido oculto tras unos arbustos, saliendo entonces con su saco de dormir. -. Los que están aquí son todos los que han aceptado, con permiso de sus padres, continuar sus estudios mientras viven aquí... No falta nadie.

 Tal vez fue ese el momento en el que la ausencia de Takumi se hizo más que notable. El día del accidente se le había visto muy alterado, pero... Ninguno hubiera pensado que alguien no se presentaría.

 -Todas las clases sufrieron bajas de algunos alumnos que prefirieron permanecer seguros, y no hay porque culparles... Pero ustedes están aquí porque, a pesar de lo sucedido y de que pueden poner sus vidas en riesgo, siguen queriendo proteger a los demás y llevar ante la justicia a los villano: ese ha sido vuestro primer paso como futuros pro-héroes... -el profesor Eraser sabía bien que, incluso tras tres días, algunos seguirían afectados por lo sucedido, por lo que intentaría cuanto estuviese a su alcance subir los ánimos de todos. -. Por lo ya mencionado, las clases de Estudios Generales se unificaron en una sola, siendo que un alumno consiguió demostrar el mismo espíritu que ustedes y se ganó un lugar en la clase de héroes: él, y otra estudiante que no había podido asistir por problemas médicos, esperan adentro por nosotros... ¿Hay algo que quieran preguntar o decir antes de entrar...?.

 Habían pasado ya varios días desde que lograste completar la prueba de admisión para la clase de héroes, más hasta el día de hoy no habías podido poner otro pie sobre la U.A.. Hasta entonces, estuviste informándote con las constantes noticias que emitían a toda hora en la TV, noticias que terminaron siendo un aviso para lo que sucedería... La visita de Eraser Head en busca de tu aprobación para que te mudases a la academia. Como alguien que conocía tu situación, no te presionó mucho, más entre sus comentarios y los ánimos de tu hermano, terminarías aceptando aquella oferta...

 El último día paso, y finalmente recibiste el alta de los doctores, siendo que el pro-héroe conocido como Black Dragón te esperaba afuera del hospital para escoltarte de inmediato a la U.A.: tu salida había sido muy justa, y debían apresurarse a la academia si querían llegar antes que se hiciese la presentación del proyecto...

 Finalmente, ¡finalmente te había llegado la propuesta!

 Habías pasado un mal rato al enterarte de que solo lograste entrara a la clase de Estudios Generales de la U.A., lo que te impediría convertirte en el héroe que soñabas ser, pero tras todo el desastre que hubo hace unos días la academia empezó a llevar protocolos. Ante el retiro de varios de tus compañeros, las clases de Estudios Generales se unificaron en una sola, más para tu sorpresa un profesor terminó yendo a tu casa para hablar contigo y tu familia...

¿Quieres ser un héroe...?

¿Conoces los riesgos...?

¿Estás de acuerdo entonces...?

 El héroe profesional conocido como Eraser Head fue a anunciarte tu traslado a la clase de héroes, traslado que seria inmediato y te haría empezar el día de la inauguración de las habitaciones. Así pues, bien temprano al 3° día luego del ataque a la U.A., una copia de Ectoplasm esperaba frente a tu casa para llevarte a las residencias; después de todo, querían que llegases antes que el resto por simple comodidad a la hora de hacer las presentaciones...

 Así pues, ambos terminaron llegando a tempranas horas al territorio de la U.A., siendo escoltados por dos de los profesores hacia las estructuras formadas en la parte trasera...

 Los primeros en llegar fueron Yusio y Ectoplasm, quienes entraron a la residencia de la clase 1-A mientras esperaban al resto. Pronto se les unirían Yume y Black Dragón. Obviamente a los héroes los reconocían con tan solo una mirada, pero entre ustedes dos no había ningún tipo de relación más allá de la que pudiesen formar mientras esperaban...

 -Muy bien, el resto de la clase esta afuera... -comentó Black Dragón asomándose a la ventana, varios minutos luego de que llegase con Yume. -. Yume, Yusio, no se vayan a sentir nerviosos, ¿okey? Sus compañeros pasaron una mala experiencia recientemente, pero si están aquí es porque quieren superarla y volverse héroes, al igual que lo quieren hacer ustedes... -justo entonces, el profesor mostró una amplia sonrisa. -. ¡Vamos, recibamos al grupo con nuestra mejor sonrisa!

Más al fondo de la sala de espera, que era donde se encontraban, Ectoplasm permanecía recostado a una pared, suspirando un poco al ver a Black Dragón intentando mantener los ánimos en alto desde el primer momento...

Por fin... ¡Por fin el plan de aquellos villanos se tambaleaba y me dejaba ver la luz de mi auténtico destino! Los muy ilusos... ¡trataron de invadir la U.A! O algo de eso... Pero no se esperaba que nosotros, los futuros héroes, les repeliéramos... Bueno en realidad yo no estuve... Ni he estado en ninguna clase de futuro héroe... ¡y eso era porque los villanos amañaron mi acceso y me dejaron estudiando Estudios Generales! Seguramente con el objetivo de no convertirme en mi destino... Pero eso es lo bueno del destino, ¡siempre se abre camino! Y después de la cagada de los villanos... ¡ahora mi oportunidad aparecía ante mi y mi familia!

Ahora, en estos momentos, era cuando los héroes más unidos debían de estar... ¡y con ello me refería a los compañeros que habían luchado contra ellos! Así que, durante estos tres días, me encargué de preparar mi equipaje y diseñar un nuevo mazo, uno para cuando me encontrase con mis compañeros... ¡para que me recibieran con una gran sonrisa y pudieran olvidar el mal trago! ¡Sería el héroe que les trajera una sonrisa

Yo y Ectoplasm llegamos a la U.A, a un edificio impresionante... ¡Esa sería mi casa ahora mientras me convertía en superhéroe! ¡Enseñado por superheroes como Ectoplasm y Black Dragon! ¡Y espero que Ms. Joke me firmase un autógrafo si la veía alguna vez! -Hola, soy Yusio, ¡mucho gusto!- saludé a la chica que vino con Black Dragon con una sonrisa... no la conocía, pero si estaba aquí sería mi compañera, ¡y si era mi compañera nos llevaríamos bien!

Esperábamos con ansias a nuestros compañeros, los que se enfrentaron a los villanos... ¡unos héroes vamos! Estaba muy expectante, jugueteando con mi baraja de cartas barajándolas entre mis manos con práctica, hasta que Black Dragon nos indicó que ya estaban fuera, lo cual sin duda me aceleró bastante -¡No estoy nervioso señor!- le dije al héroe con mucho ánimo, mientras que él nos comunicaba que habían pasado una mala experiencia y querían que superarla, por lo tanto debíamos de recibirles con una gran sonrisa -¡Así lo haré, y justo he diseñado un mazo para la ocasión! ¡Trataré de animarles con una sorpresa para ellos, para recibirles como se merecen por su labor!- le asentí al hombre sonriendo desde ya, desplegando aquel aparato rojo y extraño de mi brazo, mi Disco de Duelo, metiendo un mazo de cartas en una ranura, listo para recibirles... obviamente no voy a realizar un duelo contra ellos... ¡sino que usaré mis cartas para animarles! -¿Tu también estas lista compañera? ¡Hay que hacerles sonreír!- le termino preguntando a Yume con una sonrisa.

Los días pasaban, y yo seguía tumbada en la cama, recuperándome. Al principio, temí que no me permitiesen hacer el examen de entrada en la U.A. Pero por suerte, gracias a mi rápida recuperación y a mis constantes y enérgicas súplicas, acabaron por acceder a dejarme asistir al examen.

La prueba fue bien, y eso que aún no me había recuperado del todo. Al parecer ayudar a ese chico a escapar de aquel aterrador robot gigante me había dado muchos puntos. No cabía en mí de alegría cuando me dijeron que había sido admitida. Y cuando Kenzo me dio la noticia de que él también había entrado me alegré aún más. ¡Los dos íbamos a ser héroes, como siempre habíamos soñado! ¡Papá y mamá iban a sentirse muy orgullosos de nosotros!

Lo que no me hizo ninguna gracia fue que no me permitirían incorporarme a la escuela inmediatamente, pues aún no me había recuperado del todo. ¡Qué rabia! ¡Con las ganas que tenía de empezar! Pasé aquellos días de espera dibujando, leyendo y viendo la tele.

Me quedé desconcertada cuando vi la noticia de que unos villanos habían atacado a los alumnos en plenas instalaciones de la U.A. ¿Cómo era posible? ¿Ya no estábamos seguros ni en la mejor academia de héroes? Los recuerdos del asalto sufrido en mi casa me invadieron y me llenaron de rabia. ¿Serían del mismo grupo?

Al poco de aquello, uno de los profesores vino a visitarme. Querían que los alumnos pasaran a hospedarse dentro de la propia academia. La idea no terminaba de gustarme, porque visto todo lo ocurrido últimamente, ¿quién sabía si mis tíos no recibirían un ataque en cualquier momento?

Pero mi hermano estaba allí para apoyarme, como siempre, y me animó a aceptar mudarme a la academia. Después de todo, pese a los motivos por los que se tomaron esas medidas, iba a ser una experiencia fantástica. ¡Iba a estar conviviendo con multitud de futuros héroes! Finalmente acepté. Ni siquiera llegué a pasar por la casa de mis tíos, pues otro de los profesores estaba esperándome para acompañarme directamente a la academia. Mi academia de héroes.

Me introduje en los terrenos de la U.A. con los nervios a flor de piel. ¡Por fin había llegado el día con el que siempre había soñado! ¡Iba a estudiar en la U.A.! ¡Iba a convertirme en una heroína! Estaba muy feliz, pero también muy nerviosa. ¿Cómo serían mis compañeros? ¿Y mis profesores? ¿Y qué clase de lecciones me esperarían?

Pronto llegamos al edificio en el que viviría mientras estudiase allí. Me decepcionó ver que en el edificio sólo estaríamos los de la clase 1-A. Eso significaba que mi hermano y yo estaríamos en edificios separados. Pero aún así seguro que nos veríamos a menudo.

Dentro nos esperaba otro héroe profesional: Ectoplasm, quien, según ya sabía, tenía el poder de multiplicarse en muchísimos cuerpos. Junto a él había un chico pelirrojo que debía de ser uno de mis compañeros.

—¡Hola! Me llamo Yume Koizumi. ¡Encantada de conocerte! —saludé, con una agradable sonrisa.

Mi pie repiqueteaba en el suelo sin parar. Estaba a punto de conocer mucha gente nueva. Por sacar un tema de conversación mientras esperábamos, decidí presentarle a mi amigo. Hice un pequeño movimiento con la mano y una adorable criatura apareció de la nada, recorrió la habitación, y se subió de un saltito a mi regazo.

—Yusio, te presento a mi amigo, Totomi. Totomi, este es Yusio, mi nuevo compañero —dije, mientras le acariciaba la cabeza.

—¡Hola!, amigo de Yume. Me alegro de conocerte —exclamó la pequeña criatura con voz chillona.

A los pocos minutos, Black Dragon anunció que los demás compañeros ya estaban afuera. Yusio dijo no estar nervioso, pero yo lo estaba incluso más que antes. No entendí muy bien a qué se refería Yusio con el mazo, pero supuse que tendría que ver con su singularidad. Seguro que estaba a punto de averiguarlo.

Cuando los demás hablaron de sonreír para animar a nuestros compañeros, yo esbocé una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Pues claro! Haré todo lo que pueda para animarles —exclamé.

Había sido un día duro para el chico, por lo que tras hacer la cena y comerla junto a Aizawa, por primera vez no hubo pelea a la hora de darse un baño aunque por dejar descansar sin demasiado estrés a Eru , el profesor le permitió que fuera una ducha rápida cosa que el gato agradeció profundamente. De normal el era el primero en irse a dormir pero ese día su amo le acompañó y de manera extraña pues le abrazó, de forma inmediata el gato se acurrucó entre ronroneos para dormir. Por primera vez en meses, no se había transformado en gato al dormir. Aquello pasaba pocas veces pues descansaba muchísimo mejor en su forma animal, el hecho de que Aizawa se hubiera colocado así fue lo que le hizo decidir no cambiar su forma. No pasó mucho rato antes de que Eru se girara, encarando a su amo para acurrucarse entre sus brazos, sintiendo aún más su calor... 

Ese sentimiento agridulce le daba miedo, deseaba, desde el fondo de su corazón que el amor fuera así de cálido, así de hermoso y deseable pero sabía que eso era un sueño. El amor era dolor, desesperación y tristeza constante... Por eso el jamás querría ser amado, jamás amaría a nadie, eso implicaba muchas cosas pero le daba igual. El recuerdo de su madre cruzó su mente mientras intentaba dormir, se le hacía difícil visualizar a su progenitora dejar tan fácil de luchar por el pero por otro lado, ¿Que era lo que realmente sentía su madre por el? ¿Le odiaba, le amaba? ¿Que diferencia había entre ambos sentimientos? Para Eru eran igual, eran lo mismo, ¿Entonces, qué debía sentir en ese momento? ¿Que era la calidez y hormigueo que sentía en su interior?

Nervios, felicidad... El gato estaba enamorado pero no lo sabía, era todo un mundo por recorrer junto a una persona que cuidaba de el como nunca jamás nadie hizo.

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Los días siguientes fueron un tanto movidos para Eru, sabía que ya no podría ir por las mañanas a casa de su madre para prepararle el desayuno y la comida. ¿Como se tomaría eso la mujer? Fue hacia el lugar mientras Aizawa tenía la obligación de visitar casas de alumnos y realmente hubo drama del gordo, culpó al profesor por alejarlo de ella, luego agradeció por ello ya que así no vería al asqueroso rostro que tanto odiaba, rogó por que volviera, rezó por que se fuera, odisea sucesiva de palabras que acabó en llantos y platos rotos, vasos lanzados y varios cortes y heridas superficiales pues... Había aprendido a defenderse mucho mejor y aunque muchos dieron de lleno a causa del respeto que tenía por su madre creyendo que debía dejarse dar, instintivamente comenzaba a comprender que debía defenderse de aquello que le hacía daño.

Al final volvió a su hogar, un lugar donde aquella persona le trataba como a un ser vivo con sentimientos y siguió con su rutina diaria como si fuera fin de semana con la diferencia de que en esas tres noches antes de hacer las maletas para mudarse hacia la residencia, no durmió en su forma felina ni una sola vez más que para tomar siestas. 

Había llegado antes que nadie a la academia, era muy temprano y llevaba consigo una triste mochila pequeña en la que solo cabría ropa y no demasiada tampoco. Estaba sentado en una de las ramas del árbol que daba sombra al Aizawa oruga, desde donde saludó con una tímida mano pero ningún gesto facial a todos los compañeros que fueron llegando y quedando en la entrada, señalándoles en silencio que estaba ahí el profesor para que no se fueran muy lejos tampoco. Le extrañó muchísimo no ver a Takumi, pero quizá... ¿No le habían dejado ir? O habría dejado por si mismo la academia, de cualquier modo no eran amigos, solo eran desconocidos haciendo una misma cosa. Debía mantenerse más alejado que nunca de todos si no quería repetir los errores del pasado, volver a sentir ese dolor era algo que no deseaba...

De un toque calibró su collar para que su ropa fuera absorbida correctamente y entonces se transformó en gato dejando la mochila apoyada en la rama y se tumbó mientras Aizawa hablaba. Siendo tantos, habría preguntas e inquietudes así que tras un maullido y un estiramiento antes de tumbarse, cerró los ojos y se quedó escuchando los acontecimientos, entreabriendo uno de sus ojos cuando alguien decía algo curioso. Solo en el momento en que Aizawa ordenara ir hacia la residencia, bajaría del árbol así que de momento disfrutaría de estar en la rama descansando. 

Al final las palabras de Black Dragon me supusieron una gran ayuda, tanto en forma de impulso hacia mi más reciente determinación como a manera de calma hacia mis inseguridades, al fin y al cabo no era lo mismo luchar por algo sola que sabiéndose acompañada por cada vez más gente. El camino a seguir, pues, estaba decidido al menos en su dirección más inmediata, pero dependía de mis pasos atravesarlo…

— Muchas gracias por sus palabras, Black Dragon sensei, me ha ayudado mucho — al llegar a nuestro destino físico y antes de bajarme del transporte le dije al mayor, haciendo luego una reverencia cuando ya estuve fuera. En mi cara era obvio que intentaba sonreír con todas mis fuerzas o al menos recuperar un mejor semblante así fuera poco a poco, pero al menos ya no sentía tanto “frío” y de hecho tenía ganas de mirar a la cara a otras personas. Tras decir eso hice una reverencia menos pronunciada que la anterior y me despedí del mayor, quedando firme en mi intención de corresponder los ánimos que me había dado con algún tipo de progreso.

Al encontrarme con mi familia adoptiva me conmovieron las reacciones que tuvieron, pues aunque no estuviera muy unida a ellos siempre era bueno saber que se preocupaban por ti, así pues, correspondí hablándoles de lo que había pasado y tratando de no ser un carga para ellos, pero lejos de encerrarme en mi misma como antes, lo hice mostrando un lado más optimista que duró hasta que estuve a solas, pues entonces esa actitud fue reemplazada por una más tranquila, pensativa…

En los días subsecuentes aproveché el tiempo principalmente para meditar, conversando mucho conmigo misma y buscando ser capaz de mantener mis emociones y mi concentración centradas en diversas situaciones, también practiqué un poco el control sobre mi quirk aunque al no estar en instalaciones especiales eso solo limité un poco, pues no quería poner en peligro a terceros; durante todo el proceso de “entrenamiento” al que me sometí, la imagen de Makuro imperaba como una meta en mi pensamiento, pero así también las del resto de personas importantes para mí. Sabía que a pesar de todo las cosas no cambiarían de la noche a la mañana, que todavía me faltaba mucho por recorrer (ya que las situaciones hipotéticas no lo eran todo) pero por algún lado debía empezar… ¿no?

Cuando en casa llegó el momento de hacer pública mi decisión sobre el futuro, no dudé en defender mi postura ante cualquier inquietud que pudieran tener mis padres adoptivos…

Llegado el día de regresar a la escuela desperté temprano con tal de estar lista lo antes posible, y así partí hacia lo que esperaba fuera un nuevo capítulo en mi vida… no, me esforzaría porque así fuera. Obviamente el nuevo edificio fue lo primero que llamó mi atención nada más llegar, siendo símbolo del cambio que ansiaba, pero también implícito baluarte erigido a partir de consecuencias pasadas. No mucho después, al acercarme a donde se veían ya varios de mis compañeros, me alegre al ver varios ya ahí, sin embargo me provocó algo de curiosidad no ver a Takumi, que con tanta energía en su interior solía ser de los primeros siempre ¿acaso se le había hecho tarde?

Independientemente de lo anterior saludé a Eru con un ademán cuando le vi, ya que estaba sobre un árbol señalando hacia algo que no pude distinguir, sin embargo conociéndole debía estar relacionado de alguna manera con Aizawa-sensei.

Conforme pasaba el tiempo busqué a Eby y a Ao para saludarles también, sin embargo mi preocupación aumentaba aunque de manera discreta al seguir echando en falta a Takumi; eventualmente Eraser-sensei confirmó de manera indirecta la triste verdad, pero quizás al final el que algunos hubieran decidido quedarse al margen era lo mejor, o al menos una decisión que podía entenderse.

— L-los que decidieron no estar aquí se encuentran bien… ¿verdad? — de forma instintiva cuando el profesor dio espacio para preguntar alcé la mano y dije, pues primero que nada quería estar totalmente segura de que Takumi no estaba aquí por decisión propia, más allá de cuáles fueran sus razones…

Más rápido...

Más calidad...

Más grosor...

Más dureza...

A pesar de que su padre le sugirió descansar, realmente Sora estaba que no podía estarse quieta. No había sufrido daños, y tenía toda la energía que normalmente volcaba a clases para hacer retrospectiva culposa de que podría haber hecho mejor. Ocupó el amplio espacio de gimnasio deportivo para desatar su potencial creador, con la premisa de poder construir "Más rápido, mejor, y más fuerte" en mente. Usualmente su material por defecto era piedra: era sencilla de hacer, fuerte, y no disminuía el hierro de su organismo demasiado rápido. Pero, en esos días trató de mejorar su respuesta con elementos mas pesados. En general tenía, al igual que su madre, problemas extremos en generar minerales preciosos. En teoría drenaba demasiado para un resultado muy pequeño debido a la complejidad para crearlos correctamente, y siendo que el dinero no era un problema, afortunadamente no tenía por que dedicarse a ello en absoluto, excepto quizá en algún día muy a futuro cuando hubiese dominado otras texturas.

Así que, se dedicó a construir si, pero exclusivamente usando hierro. Estuvo haciendo una lista de durezas de materiales para ponerse escalones a superar, y ordenó unos cuantos botes de suplementos de hierro de absorción rápida. No solo estuvo midiendo su destreza construyendo, sino que tan efectivo era reponer su hierro con estas píldoras y cuanto tardaban en hacer efecto.

Su parte de quirk magnético claramente funcionaba mejor en bases completamente metálicas, así que testeo cual era su alcance de distancia para imantar cosas, y cuanto podía soportar con su barrera magnética dejándose caer cosas encima. Definitivamente sería mejor con el traje metálico que tenía, pero debería esperar a retornar a clases para eso.

Realmente invirtió prácticamente todo su tiempo hasta la noche previa de la vuelta a la escuela en esto. Hubiese invertido la noche también, pero eventualmente su padre le encontró en el suelo boca arriba y tratando de parecer muy casual, con las píldoras de hierro a medio metro, pero tan debilitada que no podía mover ni un músculo para llegar a ellas.

Sora apareció en el patio entre los primeros en llegar a clases, y hasta que el profesor entró en escena, parecía estar frita en sitio: tenía la cabeza baja y el rostro parcialmente cubierto por el cabello, con los lentes fuera del rostro a un lado del asiento exterior, y los brazos flojos cual marioneta a la que le cortaron los hilos. Estuvo así hasta que escuchó la voz del profesor Aizawa, y se enderezó de golpe, inspirando profundamente como retornando a la vida. Había dormido bien, pero aún estaba algo agotada. Pero, hoy desayunó con café a diferencia de otros días, así que este estaba comenzando a despertarle propiamente. Incluso tenía un vaso de este café super popular con su nombre escrito, junto a los lentes, vacío.

-Uhm...si no falta nadie de la clase...¿Mizushima ya no es parte de la clase?

Diciendo esto, se colocó los lentes propiamente por si estaba viendo mal, pero efectivamente no veía al presidente de clase por ningún lado.

Aquella mañana me costaba avanzar siquiera por el camino hacia la academia. Llevaba tan solo una bolsa con todo lo importante para mi y una mochila la cual mantenía las cosas de la misma academia junto a algunas cuantas cosas más. En una mano libre mientras todo mi cuerpo cargaba lo ya dicho, llevaba una botella grande de agua que estaba terminando de beber según ya más cerca estaba la academia, y es que para mover aquello necesitaba mucha energía.

Cuando al fin llegué vi a la mayoría de la clase allí, cosa que me hizo suspirar de alivio y medio sonreir un poco. También vi a Eru, recuperado al parecer, pero aún distante a la distancia. Salude a todo el mundo sonriendo especialmente a Saori y a Ryusei*, además del propio Eru.

Fue entonces cuando Aizawa pareció reaccionar y entonces hablarnos de todo lo que pasaría de ahora en adelante. La verdad quedaba bastante claro, así como la ausencia de Takumi, que nos dejó una sensación triste a más de uno seguro.

Cuando entonces mencionó el profesor si teniamos algo que preguntar, a la cabeza se me vinieron los tres días cavilantes que tenía en mi mente y aquello a lo que no dejaba de darle vueltas:

-Aizawa, Ra/Ryusei, Sora, Eru, Joshua y... Él... Debo... Pero igual... L-lo consultaré primero con el sensei a solas - Levanté la mano y miré esperando mi turno ante lo cual fui bajandola lentamente - S-sensei... Y-yo tengo algo que consultarle, p-pero m-me gustaría consultarselo en privado s-si es posible... - Dije con mi habitual tembleque mientras la bolsa al estar parada ya hacía mella en mi cuerpo amenzando con atravesarmelo.

 -¡Ese es el espíritu! -exclamó Black Dragón al ver como ambos se preparaban para recibir en grande a sus compañeros. -. Pero se vayan a agotar solo por querer darles una enorme bienvenida, ustedes también están aquí para aprender a usar sus poderes y volverse héroes, así que sentiros en casa y sin presión...

 Dicho eso, Black Dragón se apartó de la ventana y fue a tomar lugar junto a Ectoplasm, quién justo se había acercado a ustedes para estar a sus espaldas, todos mirando hacia las puertas que daban con la entrada...

 Y tras una breve espera, las puertas fueron abiertas finalmente...

 El hecho de que incluso aquellos que salieron más heridos durante el accidente se encontrase allí en buen estado era algo tranquilizador y motivador, siendo que prácticamente todos parecían emocionados por aquel reencuentro y ver que todos estuviesen bien.

 -Hmph... -por supuesto, mientras Aizawa aún no hacía su aparición, Ciel no pudo ignorar el estado de "vacío" en el que estaba Sora, parándose dante de ella durante unos segundos para pasar una mano por delante de su rostro, como quién busca una reacción de algún tipo. -. Oye, ¿estas bien...?

 Luego de saludar a todos, Ryusei se uniría a Ciel para comprobar el estado de Sora, pero tan pronto como ambos chicos intentaban hacer reaccionar a su compañera, el profesor despertó para intervenir y llamar la atención de todos, haciendo que los otros temas quedasen en segundo plano.

 -El que no se encuentra aquí -corrigió Aizawa la pregunta de Saori, siendo que realmente solo faltaba una única persona de la clase, persona por la que luego Sora preguntaría. -. Ha decidido, junto a su familia, que debería tomarse un poco las cosas con más calma y pensar mejor su futuro... -concluyó el profesor, afirmando la duda respecto al paradero de Takumi. -. Takumi dijo que iba a continuar sus estudios como héroe en una academia menos famosa, por lo que si todo va bien es muy probable que lo vuelvan a ver algún otro día intentando alcanzar su sueño...

 Con eso dicho, el profesor llevó su mirada hacia la temblorosa Eby, observándola durante unos segundos antes de responder.

 -Espera a que estemos adentro y haga la bienvenida. Todos tendrán tiempo para explorar la residencia y preguntar lo que quieran, ya sea en público o en privado.

 Cuando Eraser vió que no parecía haber nadie más con dudas, se dio la vuelta dispuesto a ir hacia las puertas de aquella estructuras. Durante ese momento Ryusei se acercaría por detrás de Eby para sujetar por debajo la bolsa que la chica slime llevaba, dispuesto a ayudarle a que se la acomodase y evitase que le atravesase sin más.

 Una vez todos estuviesen listos para entrar, Aizawa abriría las puertas...

 Llevando doblado en su brazo derecho el saco de dormir, el profesor Eraser Head abrió las puertas principales de aquella estructura, permitiendo la entrada a él y los estudiantes que esperaban afuera. Eby, Eru, Saori, Sora... Todos acompañados por los otros estudiantes de la clase A, quienes no dudarían en dar un paso dentro de aquel lugar que seria su nuevo hogar.

 Tal como Eraser había dicho, ya habían dos personas esperando dentro: se trataban de un chico y una chica, ambos pelirrojos, acompañados por Ectoplasm y Black Dragón.

 -¡Bienvenidos, alumnos! -les recibió bastante emocionado el segundo profesor de la clase con su mejor sonrisa de ánimos. -. ¡Siéntanse como en casa! ¡A partir de ahora pasaran sus noches en este lugar, lo que les dará más tiempo para duros entrenamientos y superaciones personales! ¡Vamos con todo, vamos!

 -Vas muy rápido... -le criticaron a la vez Ectoplasm y Eraser Head, provocando un pequeño chispazo en el orgullo del animado profesor.

 Tras suspirar, Aizawa decidió dirigir la palabra a los alumnos que venían con él.

 -Los dos pelirrojos son sus nuevos compañeros: Yume Koizumi y Yuso Muto -tras haberles presentado, el profesor empezó a dirigir la palabra a todos. -. Como parte del proyecto de residencias, todos cuentan con su propia habitación que podrán decorar a gusto; la academia se encargará de traer el resto de sus cosas. La estructura esta divida en dos partes, una para chicos y otra para chicas, pero comparten la sala de estar, la cocina, la entrada... Los profesores principales de cada clase nos estaremos mudando a casas a cinco minutos de las residencias de su clases, por lo que si hay problemas estaré aquí a más tardar en dos...

 -Dicho ya todo lo técnico... -dispuesto a que la bienvenida que tenía planeada no fuese arruinada por el humor de los otros dos profesores, Black Dragon alzó el puño emocionado. -. ¡Bienvenidos todos a su nuevo hogar!

 La entrada estaba conectada a una sala de estar con varios muebles cómodos, así como una mesa libre y otra con un televisor. Al fondo se podía ver una barra que dividía la sala para dejar al otro lado una pequeña cocina equipada con su horno, refrigerador, lavaplatos, así como también varios cajones; cualquiera que fuese a revisarlos se daría cuenta de que todo estaba prácticamente vacío. Si en lugar de seguir al fondo se iba hacia la izquierda o derecha nada más entrar se podía ir a la zona de chicos o de chicas, respectivamente, lo que consistía en unas salas más pequeñas, con algunos muebles, que terminaban llevando a los pasillos de habitaciones.

Cuando mi compañera me devolvió la presentación, la verdad es que me sorprendí muy positivamente -¡Mucho gusto Yume!- la saludé mientras veía lo que hacía... lo cual me sorprendió y me hizo sonreír enormemente -¡Guau, que amigo más chulo!- dije viendo a la criatura con curiosidad y asombro -Hola Totomi- la saludé... ante lo cual, me volví a sorprender cuando me devolvió el saludo -¡También habla! Como mola- le dije con una sonrisa, antes de pasar a mirar a Yume -Creo que tenemos un quirk parecido... ¡Ahora cuando lleguen los demás verás el mio!- le dije a mi nueva compañera pelirroja sonriendo, contento de ver que también estaba animada para levantar la moral de los compañeros, a lo cual Black Dragon también parecía contento de nuestra actitud -No se preocupe, ¡será un placer hacerlo!- le dije al profesor para que no se preocupase, que no me cansaría demasiado.

Esperé con expectación a que las puertas de la residencia de estudiantes se abriera... lo cual sucedió, abriéndolo Eraser Head... ¡ya estaban todos aquí! Desde luego se me podía notar la ilusión y la impaciencia por que llegaran, emocionado por recibir a los compañeros que se enfrentaron a los villanos, queriendo presentarme, hablar con ellos y empezar a animarles de forma inmediata... aunque esperé a que los profesores terminasen de hablar -¡Mucho gusto!- les saludé con una sonrisa y ondeando la mano dejando que también vieran el Disco de Duelo que llevaba en el brazo, aunque esperando luego a que terminaran de explicarse los profesores.

¡Bienvenidos!- acompañé el vitore de Black Dragon con emoción, dando un paso adelante después de ello... ¡pues eso me lo tomaba ya como mi señal para actuar! -¡Hola nuevos compañeros! Como me ha presentado el profesor, me llamo Yusio Muto. Se que todos pasasteis por una experiencia con villanos, ¡pero la aguantásteis como héroes! ¡Y ojalá estando con ustedes lo sea yo también!- les dije sonriendo con admiración a mis compañeros, mientras desplegaba el aparato de mi brazo -¡Así que permitidme agradeceros la oportunidad de estar con ustedes y vuestro esfuerzo!

Dyueru! Dorou!*- exclamé, mientras me veían robar del mazo que había en el aparato cinco cartas que desplegué en mi mano, sonriendo -¡Para animaros, dejad que os presente a unos amiguitos!- les dije a los presentes, mientras iba colocando las cartas encima del aparato -Invoco a Tiggy el Diablillo Tigre, Hamgel, Cría de Dragón Rautan y Donut el Ratoncito Alado- iba diciendo... a la vez que utilizando mi poder... los dibujos de mis cartas iban apareciendo como cosas de verdad, haciendo que esas criaturitas que decían fuera apareciendo.

Y como sois muchos más que cuatro... ¡Carta mágica, Multiplicación en Masa! Con esto, puedo sacrificar los monstruos de nivel 1 que quiera... ¡para invocar más copias de ellos!- dije metiendo la carta en mi Disco de Duelo, ante lo cual pudieron ver con una pequeña explosion de humo, como donde había una criatura ahora había cuatro de cada una aunque más pequeños ... si había hecho bien los cálculos, ahora debería haber uno para cada alumno -¡Ahora mis pequeñines, ayudadles a animarse!- les terminé diciendo, enviando a mis criaturitas a ser lo más monos posibles con mis compañeros para que jueguen y se diviertan con ellos, dejándose mimar y acariciar... ¡eso era el recibimiento más animado que podía darles y esperaba que lo disfrutasen!