Partida Rol por web

Tras meses de preparación, superaron la prueba de ingreso y recibieron su carta que los convertiría en estudiantes de la mayor academia de héroes de japón. Aquello por lo que os habéis esforzado por fin se haría realidad, y este solo era el comienzo de vuestra vida como aprendices.

El momento había llegado, y todos se dirigieron a la entrada de aquellos muros, donde detrás esperaba la famosa edificación con forma de H. Muchos otros estudiantes iban llegando; algunos se iban conociendo en el camino, algunos se reconocían del a prueba de admisión, otros directamente iban a sus salones de clase sin mirar atrás... Tantas personas diferentes, tantas peculiaridades, tantas diferencias... pero un mismo objetivo: volverse un héroe.

La carta había especificado el horario de clases y el salón que les había tocado: Clase 1-A. Los pasillos tenían varios indicaciones, así que no era difícil ir hasta allí.

Aparte de los estudiantes, también habían algunos periodistas en la entrada para hacer noticia del comienzo del nuevo año escolar de la U.A. Y hasta el momento ningún profesor se había presentado; tal vez estuviesen esperando en sus respectivos salones y oficinas.

A pesar de despertarse bastante temprano, ya estaba solo en aquella casa. Se dedicó a descansar unos cinco minutos más entre las sábanas antes de levantarse y empezar las tareas del hogar, limpió la habitación, hizo dos platos de desayuno, fregó su plato y utensilios sucios después de comerlo... se dio una ducha rápida y se puso el uniforme de la U.A.... ¿Comenzaba una nueva vida? Tomó el platillo sobrante de comida y cerró con cuidado la puerta de la casa, corriendo dos calles hasta entrar en otro hogar. Era muy temprano por lo que su madre aún dormiría y así lo estaba haciendo, intentó no hacer ruido y le dejó el plato de comida sobre la mesa del comedor con una nota.

                                     " Comienzo las clases como héroe... No te decepcionaré nunca más, mamá. "

Tras eso no dudó en tomar un atajo por los tejados de la ciudad, se había demorado algo más de la cuenta en dejar el platillo preparado con la nota... Por suerte la academia estaba a unas pocas calles también y eso lo aliviaba. Cuando entró por el arco principal de la academia, accediendo a los jardines no pudo si no maravillarse pues allí estudiaría durante mucho tiempo, lo que no le agradaba era que sería junto a otras personas, no tenía confianza realmente en los demás... El joven gato parecía buscar a alguien con la mirada mientras pasaba olímpicamente de los periodistas y al no encontrar lo que buscaba sencillamente se fue directo a la clase, usando un pequeño mapa dibujado y escueto para encontrarla, aunque no fue demasiado difícil al final pues estaba todo bien señalizado. 

-Con permiso...

Su voz era suave y calmada, abrió la puerta del aula mirando quién habría dentro ya.

Había conseguido entrar en la U.A. Lo había logrado, y todo gracias a Joshua... Por eso al llegar el día y sonar el despertador, salí corriendo de la cama directa para arreglarme. Tardé poco en el baño. Un tiempo en la ducha me era suficiente para poder estar reluciente como siempre. Tras la ducha salí directa a la cocina. Allí me puse manos a la obra para preparar el desayuno para ambos, aunque yo me tomaría el mio sin esperar a Joshua pues era normal que el se despertara más tarde.

-Duchada, comida. Solo falta prepararse para salir - Me dije mirandome al espejo y notando mi cuerpo temblar de los nervios que sentía. - No puedo temblar... hoy no... - me dije temerosa. Me fuí a mi cuarto y una vez allí, traté de calmarme y concentrarme en mi cuerpo. - Solo tengo que hacer un ligero cambio. Conozco el uniforme de la UA, y si no fuera una Slime me lo pondría, pero al final solo puedo hacer esto - Poco a poco y como si fuera una capa de ropa, aparecía el uniforme de la UA sobre mi. Me di una vuelta y ahora estaba incluso más ilusionada, y por ende, más nerviosa y temblorosa. 

Salí entonces dejando medio despierto a Joshua después de zarandearle y decirle que me iba. Iba corriendo con una sonrisa infantil en la cara. La UA no quedaba demasiado lejos, pero quería llegar de las primeras para tratar de evitar temblar a cada paso que daba y que todo el mundo me viera, sin embargo, no fue así.

Al llegar a la calle de entrada a la UA había un montón de gente haciendo fotos. - ¿P-p-periodistas? - pensé temblando por momentos un poco más. Me detuve en seco antes de seguir avanzando mientras pensaba como abordar el entrar sin temblar. Después de unos minutos, vi que ya estaba entrando gente y cada vez mi preocupación era mayor. Al final decidí entrar lentamente mirando al suelo de manera tímida y concentrándome en no temblar. Una vez ya estaba casi dentro empecé a correr temblando sin para hacia clase. Por suerte no me iba a perder. Y al entrar por la puerta de la clase me tropecé con un chico haciendo al mismo tiempo que me callera al suelo.

-¡Ay! - me quejé, a el no le habría hecho nada - L-lo siento - dije sollozando un poco. Al mirarle vi que era un chico con orejas de gato - N-no veia por donde iba. L-lo siento - De inmediato y con una cara triste y asustada me deslicé por su lado, levantándome y yendo hacia un sitio aleatorio esperando que el chico gato no me hiciera nada por chocarme con el.

El día en el que recibí la carta de la UA en la que se me informaba de que había pasado el examen fue el más feliz de mis últimos dos años. Fui junto a mis padres adoptivos a comprar el material necesario para mi nuevo curso en la escuela de héroes y, aunque me entristecía pensar que después de empezar a congeniar con ellos tendría que separarme de su lado por un tiempo, que estuviesen tan orgullosos de mi era algo que me hacía muy feliz.

El tiempo pasó volando hasta la mañana en la cuál empezaba el nuevo curso y tras desayunar con ellos me despedí llena de nervios. Ellos estaban logrando que empezase a sentir lo que era vivir en familia, aunque aún me costaba mucho abrirme a ellos. Este año sería diferente pues por fin aprendería a controlar mi quirk.

De camino a mi nueva escuela pude ver a otros estudiantes de diferentes cursos que caminaban hacia allí. Todos parecían muy interesantes y motivados y vestían el mismo uniforme que yo*, a cada paso que daba me sentía más y más inquieta. ¿Quiénes serían mis compañeros de clase? ¿Haría amigos en la escuela?

Al llegar por fin a la entrada principal me encontré que se encontraba llena de periodistas. - No sabía que la UA tuviese tantísima fama... Está repleto de fotógrafos y cámaras de la televisión. - Intentando pasar desapercibida me puse tras un grupo de chicos de un curso mayor y me adentré por fin en la escuela evitando el tumulto.

Estando frente a las enormes instalaciones de la UA mis nervios se acrecentaron aún más. - Ojalá estuvieses aquí, Makuro. - Llena de ilusión entré al edificio principal para buscar la clase 1-A.

- 1-A, 1-A... - Siguiendo las indicaciones de los pasillos alcancé una enorme puerta junto a la cual se encontraban un chico con rasgos gatunos y una... ¿Masa rosa viscosa? Me quedé asombrada viendo como aquello se movía por el suelo disculpándose para entrar en la clase.

- Esto... ¿Hola..? - Dije un poco extrañada ante la escena que estaba viendo.

-Vamos mamá, ya hablamos de esto...¡estaré bien!

Tratar de salir por la puerta de casa se había vuelto una odisea esa mañana. Su madre había preparado un desayuno extenso, con toda clase de cosas que sabía podían tentar a Sora a llegar tarde o no ir directamente, y estuvo insistiendo en servir más de todo y tomar largo tiempo en charlas y degustar todo. Podía haber mandado a empleadas a cocinar, pero que lo estuviera haciendo por su propia mano, obligaba a su hija a no ser descortés con sus esfuerzos. En el fondo, la mujer entendía que no iba a disuadirle, pero trató hasta el final  y no quería dejarle ir de ese último abrazo en la puerta de casa. Se despidió con actitud animada, y salió con prisas dispuesta a gastar en un taxi esa vez ya que si no iba a llegar tarde, ya que "misteriosamente" no había ningún chofer donde deberían estar.

Cuando bajó del transporte, aún tenía unos minutos libres, por lo cual se acercó a curiosear lo que decían los periodistas de la academia, siendo nada discreta en ser fisgona. Algunos naturalmente le pidieron que se alejara, pero uno de estos pareció reconocerle, e incluso le permitió decir unas palabras para el reportaje.

-¡Soy Sora Himeko! ¡Me toca el aula 1-A! -dijo con una sonrisa ámplia, contenta- ¡Hola papá, mamá, estoy bien! ¡Y hola a quien esté viendo! Esperen con ansias mi participación en el festival de deportes de este año y con algo más de paciencia, a cuando me gradúe. 

Hizo un gesto de paz con la mano derecha y guiñó un ojo.

-Los protegeré a todos. Pero, si no me voy ahora se me hará tarde. ¡Hasta otra!

Saludó con la mano y se alejó hacia el interior del edificio en forma de H, directo hacia el aula. Llegó justo cuando alguien saludaba, y respondió auto-invitándose a la charla con tono enérgico:

-¡Buenos días, compañeros! -una mano levantada y agitándose levemente en gesto de saludo le precedió. Su tono de voz era alegre y amigable, realmente parecía estar encantada de estar hablándoles aunque fuera de trivialidades, quizá demostrando que era una persona un tanto efusiva- Mucho gusto, soy Sora Himeko. ¡Llevémonos bien y no duden de pedirme ayuda si necesitan algo y puedo asistir!

Ojeó la distribución de la clase brevemente, y eligió un asiento justo en medio de toda el aula y el "mar" de pupitres. Se tomó tiempo de observar las caras presentes en el salón que estaban e iban llegando, aunque fijó su vista en Eby tras poco examinar, mirándole con gesto amable.

-¡Hola ahí, chica de gelatina! ¿Cual es tu nombre para poder decirte de una forma más apropiada? ¿Por qué esa cara? ¿Te sientes mal? ¡Ven, siéntate cerca! ¡Ya tienes una amiga si la quieres!

Takeshi se sentía como si volviera a estar en primaria, aquel iba a ser su primer día de escuela, aprendería a ser un héroe y a…bueno, hacer cosas de héroe aquello no importaba demasiado más allá de ello. Después de pasar la noche en vela y de practicar sus habilidades para no pifiarla el primer día, salió de casa, despidiéndose de sus padres, incluso el abuelo salió para despedirse y desearles un buen día, pero sobretodo advirtió sobre meterse en problemas. Takeshi sabía bien a quien se refería, por lo que tendría que vigilarla bien, solo faltaba que se metiera en algún lio...el era el hermano mayor y tenía que cuidar de su hermanita, como debía de ser. 

Al principio el camino iba bien, como siempre alguna que otra persona se le quedaba mirando con algo de temor, a lo que el chico respondía bajando el rostro y escuchar a su hermana cotorrear, hasta que al final, la susodicha se cansó de caminar...y Takeshi tuvo que arrodillarse para que ella pudiera encaramarse a su espalda, nuevamente emprendiendo la marcha y siguiendo el recorrido hacia la academia.

No le molestaba, es más, apenas notaba que estaba ahí, pero de todas formas…a veces resultaba algo vergonzoso, todo el mundo miraba a la armadura gigante y a la chica subida en sus espaldas, desde luego era algo diferente y extraño, ¡pero ese día no importaba, era el día de convertirse en un héroe!

-Hmmm…creo que era el salón 1-A,-Le comentó a su hermana mientras entraba al edificio, notando como un escalofrío recorría su armadura.-¿Nos irá bien?.-Preguntó de soslayo antes de encontrarse un pequeño revuelo. Había una chica en el suelo, un chico, otra chica que parecía estar algo extrañada…y luego otra chica que no tardó en presentarse con una energía digna de su hermana menor.

-Creo que esa es nuestra clase.-Susurró para si mismo mientras avanzaba con pasos pesados, haciendo que aquel pesado y truculento ruido metálico estuviera retumbando por el pasillo, hasta que se detuvo frente a la puerta junto a todo el resto.

-Va…¿va todo bien?.-Preguntó con voz profunda, incluso con algo de eco desde el interior de la armadura. Tal vez resultaba algo terrorífico, a fin de cuentas era una enorme armadura, de casi dos metros de altura y con una luz rojiza que aparecía ahí donde se encontraban los agujeros de su casco.-¿Necesitáis ayuda?

Tamaki había despertado esa mañana a gritos para no perder la costumbre (al ser una chica tan movida apenas dormía por la noche y por la mañana era horrible levantarla). Al menos hoy se levantaba a gritos con un motivo: ¡Llegaba tarde a su primer día!

-¡Estoy despierta! -Exclamó la muchacha levantándose, literalmente de un salto para correr de aquí para allá cogiendo su uniforme, sus cosas, peinándose...

Su madre siempre decía que era un "punto perdido"; su padre que para pesar posiblemente 150 kilos menos que su hermano montaba tanto escándalos como si hubiera tres Takeshis en la habitación; y su abuelo que algún día se le agotaría la pila...

-¡Pero ese día no es hoy! -Exclamó Tamaki emocionada mientras saltaba fuera de la casa y se subía a una valla.

La joven peliblanca escuchaba a sus padres hablar con su gemelo mientras ella sólo podía "buscar" la mejor ruta para llegar a la escuela donde se convertiría en heroína. Había oído algo de meterse en problemas. ¿Meterse en problemas? ¿Tamaki? ¿Cuándo? Mejor dicho... ¿Cuándo no?

-Takeeeeeeeeshi. ¡Vámonos! -dijo impaciente, despidiéndose con la mano de todos mientras ambos mellizos echaban a andar

El camino fue... "tranquilo". Tamaki saltaba, subía vayas, corría en círculos alrededor de su hermano... Y al final le obligó a cargarla, para variar, le encantaba ser cargada.

Cuando llegaron al enorme edificio su hermano sabía perfectamente el aula y le preguntó si les iría bien.

-¿Ir bien? ¡Claro! ¡Solo ten cuidado de no resbalar con una piel de plátano o las lágrimas de emoción de alguien! -Le dijo Tamaki que de ir colgada del casco de su hermano ahora prácticamente iba arrodillada en su hombro mientras observaba su destino, encontrándose a un chico gato en el suelo y a una... ¿Gelatina rosa blandita y apetitosa deslizándose?- ¿Ves? ¡No tienes que hacer lo que ha hecho este! -Exclamó señalando al gato

Tras meses de preparación, superaste la prueba de ingreso y recibiste tu carta que te convertiría en estudiante de la mayor academia de héroes de japón. Aquello por lo que tus padres tanto te habían insistito por fin se haría realidad, y este solo era el comienzo de tu vida como aprendices.

Muchos tal vez se habrían esforzado grandemente en llegar temprano para estar listos para el primer día, pero tu te lo tomabas con más calma, después de todo, aquel que hacía una aparición a último momento era quien conseguía la mayor atención. En todo caso, aunque no quisieses forzar mucho el tema, hubo un trafico terrible de camino a la academia, lo que te llevo a llegar un poco más tarde de lo esperado. Por suerte, para cuando llegaste, aún habían uno que otro estudiante entrando, y habían unos pro-héroes en la entrada intentando apartar a los periodistas quienes insistían en que se les permitiese quedarse un poco más.

-Por favor, los estudiantes ya están en clase, vuelvan en otro momento -indicaba uno de los profesores, quien al verte llegar se dirigió a ti. -. ¿Acaso se puso de moda llegar tarde? ¡Hoy muchos estudiantes han tenido problemas para llegar aquí! ¡Pero de eso se trata todo, de superar las dificultades y llegar a nuestros objetivos! ¡Yeah!

Era el mismísimo Present Mic quien te hablaba, un héroe profesional con una potente voz que se podía escuchar por su propia señal de radio.

-Nosotros nos encargaremos de los reporteros y demás, Oh Yes. Tu ve a tu salón, el profesor debió haber empezado la clase ya, pero seguramente tomará en consideración que es el primer día y que ha habido problemas para muchos otros en llegar.

Había sido un inició bastante... peculiar. Al momento de llegar al salón, el chico gato fue chocado por una slime que rápidamente se apresuro a irse a un asiento intentando no recibir la mirada de todos los presentes; para sorpresa de lo que uno se esperaría, el muchacho cayo con mucha destreza colocando las manos en el suelo cual gato que siempre cae de pie. Poco después llego una chica que se quedo observando la escena mientras otra más entraba con todo ánimo encima. No paso mucho cuando una gran armadura entró al salón cargando a una chica en sus hombros, igual de activa que la anterior.

El resto de estudiantes presentes también tenían sus cosas llamativas. Algunos se comentaban cosas por lo bajo, otros os saludaban amable o alegremente, algunos simplemente pasaban de todo y se quedaban viendo a alguna parte con cara de poco interés... Entre todos ellos...

-Hacen mucho alboroto... Deben aprender cual es vuestro lugar, y aprender a ser un poco más ordenados...

Un chico que se encontraba sentado en una de las esquinas del fondo, de cabello largo y erizado color marrón oscuro, los miraba fijamente con sus brillantes ojos anaranjados. No se veía contento, y su comentario lo había hecho con un tono frío; parecía que fuese a devorarle el alma a alguien con su mirada inexpresiva, pero antes de que pudiesen siquiera decirle algo, alguien más entró al salón.

Tenía un cabello largo, negro y descuidado... Unas notables ojeras y una pequeña barba y bigote. Su vestimenta constaba de una camisa negra de manga larga, un pantalón del mismo color, un cinturón para cargar herramientas, botas negras y unas largas vendas sobre los hombros, rodeando su cuello.

-Por una vez que logro dormir un poco, me toca venir temprano a la academia... -fue su primer comentario antes de entrar al salón y luego cerrar la puerta. Luego se volvió a dirigir a ustedes. -. Soy Shōta Aizawa. Seré vuestro maestro...

Aquellos que habían oído hablar de él lo podían reconocer a simple vista, pues su vestimenta de héroe era básicamente la que llevaba puesta.

-Todos... -haciendo una muy breve pausa, llevo su mano derecha a sus vendas para sujetarlas mientras sus ojos tomaban un brillo rojo; su cabello empezó a levitar, y las vendas intentaban escapar de él. -...Tomen asiento...

Eraser Head entro en escena...

Estaba algo despistado mirando a ver qué sitio tomar dentro del aula por lo que no se dio cuenta de la Slime quien al empujarlo lo tiró al suelo, aunque la reacción de Eru fue bastante rápida y sencillamente acabó de cuclillas con las manos en el suelo.

-Por poco...  Miró a la chica slime y negó ligeramente mientras se levantaba. - No fue nad... a Ya se había largado corriendo a buscar sitio, al parecer algo asustada... ¿Pero de que? Bueno, no importaba la verdad... Al parecer justo cuando lo hacían caer habían llegado en tropel algunos alumnos más y estaban o bien preguntándole su estado o bien animando a la slime en un acto de compañerismo. " Supongo... que es lo normal..." - Estoy bien... no ha sido nada. Aún así estaba sonrojado pues ya había alumnos sentados que habían podido presenciar esa tontería de empujón y su despiste propio. " ¿Que pensaría si me hubiera visto?... que vergüenza..." Se apuró a tomar asiento en primera fila, justo en el hueco que daba cara a cara con el atril del profesor, pasando del comentario que hacía el chico del fondo pues... tampoco había hecho nada malo realmente. 

Entonces sus colores se encendieron y movió ligeramente las orejas, acababa de escuchar no solo una voz familiar si no para el, un halago. " Entonces... consiguió descansar... que bueno. " Se quedó mirándolo fijamente mientras este tomaba sitio tras el atril de profesor y le dedicó una muy leve sonrisa antes de volver a su mirada neutral, a sabiendas de que no podía comportarse como cuando uno va por la calle sin más...  Por contrario, sus orejas de gato estaban levantadas y direccionadas completamente hacia el profesor, lo que indicaba una clara total atención hacia el mismo. 

- ¡TARDE! ¡LLEGO TARDE EL PRIMER DÍAAAAAAA!

Tras bajarse del dichoso y tardón autobús, Takumi corría por las calles de la ciudad, cuesta arriba hacia su nueva academia.

- ¡SI MAMÁ SE DA CUENTA ME VA A MATAR, SEGURO! - gritaba para sí mismo, perdiendo aire en un esfuerzo inútil por recortar la distancia que lo separaba de la UA lo suficientemente rápido como para no llegar tarde a clase.

Cuando se cansó de correr, Takumi decidió que era más apropiado reconsiderar su vida de héroe. ¿Iba a salir todo mal porque llegaba el primer día? Quizá no… ¡O quizá le castigaban nada más llegar! Oh, ¡qué desastre!

Bueno, llegados a ese punto ya llegaba tarde seguro… Total, no le iba de perderse quince minutos de clase. Era eso o tropezar mientras corría y morir.

- Cálmate, bobo - se riñó a sí mismo mientras se daba una palmada en la frente -. Venga, que si te haces esperar seguro que molas más. Todos dirán: ¡eh! ¿quién es ese tío tan guay al que le da igual la clase?

Ya más tranquilo, Takumi siguió su camino.

- Sí, seguro que dicen eso… - se reafirmó, aunque no muy decidido, mientras andaba el trecho final del camino.

Por suerte, parecía que no era el único estudiante que llegaba tarde. Suspiró fuertemente mientras se acercaba a la entrada, en una última carrera a trote.

Allí había un profesor, que lo recibió bastante bien para ser uno de los que llegaba tarde el primer día.

- ¡Eres Present Mic! - gritó Takumi, emocionado, mientras agarraba con fuerza la correa de su mochila y se acercaba al héroe profesional -. Buah, ¿me firmarás un autógrafo después de clase?

Pero el profesor le instó a seguir su camino. Cierto, ¡demonios! ¡Llegaba tarde a clase!

- ¡Un placer haberte conocido, Present Mic! ¡Soy super fan! ¡Hasta luegooooo! - gritó mientras se alejaba corriendo, con la mochila dando saltos sobre su espalda.

A medio camino se detuvo de nuevo, abrumado por la enormidad de la academia. Se giró hacia Present Mic y, usando las manos a modo de altavoz, gritó una última vez.

- ¿¡Dónde está la clase 1-A!?

A pesar de que el chico gato hablaba para pedir perdón, yo no le hice ni caso y me recluí en uno de los pupitres que me senté, esperando que no ocurriera nada peor. Por suerte o por desgracia y mirando por encima de mis brazos, no dejé de ser el centro de atención. La armadura y la chica que estaba colgada encima vieron como me tropecé y también la chica más calmada. Sin embargo me sorprendí cuando la chica del pupitre de al lado, que se presentó como Sora Himeko, me miró y al cruzar mi mirada con la suya empecé a temblar de nuevo.

Efectivamente me habló y yo di un pequeño sobresalto, pero por suerte no fue a mal - ¿E-eh? - Me quedé sorprendida ante su manera de iniciar una conversación - ¿Y-y-yo? Me... Me llamo Eby - Dejé un silencio un tanto incomodo, todo el mundo se presentaba con apellido pero yo solo usaba el de Joshua por los temas legales, entonces es cuando empecé a pensar si debía de usarlo - Aki-yama - dije tratando de acordarme como se pronunciaba correcamente el apellido de Joshua. Entre el silencio y la forma de decirlo junto a mi expresión pensativa, cualquiera podría pensar que no me sabía mi apellido - Eby Akiyama. - Repetí ahora más rápido tratando de evitar el fallo

Según seguía preguntando cada vez mi cara iba a peor, hasta el punto de casi llorar - Yo... Bueno... Yo no... - No sabía que decir, y que temblara no ayudaba nada, así que bajé mi tono de voz como hablando para mi misma - Yo no quería llamar la atención... así que evité llamar la atención de los periodistas pero... corrí hacia la clase porque tenía muchos nervios. Con nervios "buruburuburu" - hice la onomatopeya mientras mostraba mi mano, y piel, temblar. - Entonces "Tap, tap, tap". Luego "Pum" con el chico gato. - El resto ya lo sabía todo le mundo ya que me vieron - No quería chocarme y menos que me odien.

Pero al oir sus últimas palabras levanté mi mirada un poco dejando de temblar. - ¿De... verdad? ¿Q-quieres ser mi amiga? - pregunté un tanto ilusionada y mirándola poco a poco a los ojos. Pero entonces el profesor llegó y de nuevo me pegué otro sobresalto procurando estar calmada, aunque no podía evitar temblar. Temblor que según se puso con esa cara de miedo, creció mucho e inconscientemente mengüe un poco mi tamaño para evitar ser el foco de atención de la mirada asesina del profesor - _{Da miedo} - Dije muy por lo bajo esperando que si me escuchara alguien solo fueran los del pupitre de al lado.

Present Mic le indicó muy amablemente las direcciones. ¡Qué tío! Esto se lo tenía que decir a sus padres cuando volviese a casa. Takumi anduvo por los pasillos de la UA, al trote ligero, mientras buscaba con ansia el letrero de su salón.

- 1-A... 1-A... 1-A... ¡Ahí está!

Una vez vio su destino, Takumi aminoró la marcha y comenzó a andar de puntillas. Cuando estuvo junto a la puerta escuchó en completo silencio. Sí, ahí dentro había alguien. Era el momento de su entrada triunfal. Respiró hondo y se serenó. Tenía que dar una buena primera impresión, pese a llegar tarde. Se puso recto, cuadró los hombros y llamó a la puerta.

Cuando Takumi entró, lo hizo con calma. Con una mano aguantaba la correa de su mochila, mientras que la otra reposaba sobre su cadera. Pose de chico guay, ¡sí! En sus cejas y en sus ojos se leía una poco fingida expresión de preocupación, pero su leve media sonrisa lo delataba.

- Buenos días, y perdón por el retraso - dijo, dirigiéndose al profesor sin mirarlo realmente -. El tráfico y esas cosas... - se justificó vagamente mientras se encogía de hombros -. Pero vaya, que no pasa nada y me voy a sentar a mi sitio y eso, ¿no?

Entonces, se cruzó de brazos y ladeó la cabeza lo justo para encararse al resto de estudiantes.

- Me llamo Mizushima Takumi*, es un placer - se presentó mientras guiñaba un ojo, haciéndose el interesante. Parecía seguro de sí mismo, como si ya supiese cómo iba a acabar aquello.

Casi como si fuera un torbellino, una chica de pelo rosado llegó y saludó animadamente a los que estábamos en la puerta. Su simpatía y su sonrisa contagiosa le hacían irradiar un aura de alegría. No pude hacer más que devolverle el saludo con la mano mientras seguía su camino a clase. - ¡Espero poder hacerme amiga suya! -

Pensaba entrar tras ella y tomar un sitio a su lado, pero entonces unos continuos golpes metálicos me hicieron dar la vuelta. ¡Una persona montada sobre alguien con armadura venían hacia la clase! - ¿D-dejan venir con una vestimenta así? - Una voz hueca habló desde su interior, dándole un aspecto aún más tenebroso si cabía. - ¡Estamos bien! - Me apresuré a decir para no causarle ningún problema a un chico de unos 2 metros con armadura.

- No parece que sea el profesor... pero si tiene 16 años ha pegado el estirón bastante pronto. - Entré rápidamente a clase y busqué un sitio vacío en el que sentarme, por si desagradaba a aquel chico. El profesor no tardó mucho en llegar, aunque tenía un aspecto demacrado y también tenía una mirada temible. Bajé la mirada asustada y esperé a que comenzase la clase.

-De verdad -reafirmó en respuesta a Eby, levantando un pulgar para redondear su idea, sin borrar la ámplia sonrisa del rostro- ¡Hey, tranquila, parece que te encoges...no, no parece, te encoges realmente! No tienes que tener miedo de un héroe, excepto que seas una villana. ¿No eres una villana, verdad? ¡Entonces un héroe, profesor o no, siempre estará para ayudarte!

Naturalmente, volcó su atención en el profesor, conteniendo sus deseos de prestar más atención al resto de sus compañeros, que de a poco iban mostrando rasgos de personalidad en sus gestos. Habría tiempo de conocerlos mejor, por lo que hizo su mejor esfuerzo por contener su impaciencia.

-¡Woah! ¿Eraserhead realmente es nuestro profesor? -dijo en voz alta, con tono entretenido al reconocer su particular vestimenta, mirando al docente sin perder un ápice de ánimo, e incluso se "atrevió" a hablarle directamente- ¡Esa es una gran presentación para un héroe de su estilo, y una demostración así es una gran forma de comenzar el curso! ¡Buenos días!

Sacó una sencilla libreta evidentemente con motivos del héroe Selkie (aunque no precisamente una toma heróica del mismo) y un par de bolígrafos increíblemente lindos por su parte superior gatuna de la cartera que portaba a continuación. Suponía que debería tomar algunas notas hoy. De hecho, abrió automáticamente la libreta y anotó algo, que perfectamente era visible para quienes estuvieran adyacentes: Primera lección - ¡Sé cool! (Pero, ya sabía esto...).

Luego de esto, permaneció con su expresión aparentemente usual de alegría, pero en silencio. Aunque su mente estaba tan ruidosa como quería estarlo en el exterior.

¡No perdemos tiempo ni en los primeros segundos! Puedo sentir lo intimidante que es, y eso me hace sentir muy feliz. ¡Si fuera un villano estaría pensando que tengo un gran problema ahora mismo! ¡Es una lección en sí misma, que inteligente! ¡La UA sabe como comenzar las clases a tono!

Desde luego notó alguna que otra mirada inquisidora con aquella enorme armadura que portaba, pero al escuchar a Eraser Head, no se lo pensó ni dos veces, entrando rápidamente y tomando asiento, pero no sin antes bajar a su hermana de la armadura.

-Tienes que ir a tu sitio y estar atenta…que no te llamen la atención, venimos a ser héroes.-Le advirtió con tono serio antes de…bueno, fijarse en la silla y la mesa donde debería sentarse el resto del curso. La enorme armadura que debía de pesar aproximadamente casi tanto como un coche y medía sobre dos metros de altura, observó aquella sillita de madera y el pupitre.

No quería montar una escenita el primer día y menos quejarse…así que con cuidado retiró la silla y se sentó, escuchando como crujía bajo su peso, pero al menos no llegó a romperse, un autentico alivio.

Con la llegada del profesor la caída y todo el espectáculo se fueron de repente. Sin duda Eraser Head daba bastante miedo así que Tamaki no dudó en bajar de su hermano con ayuda de éste y sentarse a su lado, haciéndole una señal de aprobación.

-Tranquilo, Nii, sabes que siempre soy buena y nunca me meto en problemas. -Dijo la peliblanca, sentándose en su silla. Una vez en esta miró a un lado y a otro y luego debajo de la mesa- ¿Alguien me deja un folio y un bolígrafo? -Pidió en voz alta aunque al fijarse bien en la mirada del profesor tragó saliva y sonrió- B-bueno, no importa, tengo buena memoria

Luego de que todos tomasen asiento, el profesor se fue hasta su atril y luego dirigió una mirada hacia todos individualmente, como si los estuviese examinando...

-Muy bien... En primer lugar...

La puerta se abrió de nuevo, interrumpiendo así al maestro. Todos dirigieron la atención al chico que acababa de llegar.

Cuando Takumi entró, lo hizo con calma. Con una mano aguantaba la correa de su mochila, mientras que la otra reposaba sobre su cadera. Pose de chico guay, ¡sí! En sus cejas y en sus ojos se leía una poco fingida expresión de preocupación, pero su leve media sonrisa lo delataba.

- Buenos días, y perdón por el retraso - dijo, dirigiéndose al profesor sin mirarlo realmente, razón por la que no fue encarado por la mirada fulminante de Aizawa -. El tráfico y esas cosas... - se justificó vagamente mientras se encogía de hombros -. Pero vaya, que no pasa nada y me voy a sentar a mi sitio y eso, ¿no?

Entonces, se cruzó de brazos y ladeó la cabeza lo justo para encararse al resto de estudiantes.

- Me llamo Mizushima Takumi, es un placer - se presentó mientras guiñaba un ojo, haciéndose el interesante. Parecía seguro de sí mismo, como si ya supiese cómo iba a acabar aquello.

Luego de que Takumi tomase asiento, el profesor se quedo en silencio durante unos segundos, dirigiendo una leve mirada hacia la puerta. Al comprobar que no parecía que nadie más iba a llegar tarde, continuó con lo que les iba a decir.

-En primer lugar, debo decirles que veo mucho material para héroes... Material que se esta desperdiciando irracionalmente... -confeso mientras volvía a verlos a todos rápidamente. -. Dejemos de perder el tiempo, y empecemos: vayan a los vestidores y colóquense su uniforme de deporte, los cuales encontrarán en los casilleros con vuestros nombres. Los espero en el campo en Diez minutos...

Entonces, el profesor fue hasta la puerta y se retiro del salón. Era alguien directo que no perdía el tiempo, tiempo que ustedes tampoco deberían perder para llegar a tiempo al campo y no descubrir lo que pasaría si llegaban tarde; esta vez ni siquiera Takumi podría poner excusa alguna.

Estaban por empezar cuando otro alumno entró llegando claramente tarde, al no ser algo que le importara realmente solo hizo caso de lo que Eraserhead pedía y se levantó del sitio yendo directamente a su casillero, donde encontró un traje amoldado a el, es decir, tenía una raja de unos 10 centímetros atrás sobre la rabadilla con un botón para abrochar. Sonrió aliviado de ver aquello pues así no tendría que cortar la tela para no hacerse daño en la cola y decidió irse sin decir nada ni mirar a nadie a los vestuarios, donde se cambió con una parsimonia digna de gato antes de aparecer en el campo donde buscó con la mirada a Aizawa y al encontrarlo empezó a caminar hacia el sin poder evitar una sonrisa, le encantaba ver que sería su profesor, le hacía feliz que todos esos meses entrenando hubieran tenido tal recompensa... " Quizá deba hacer algo especial para cenar..."  No tardó en volver a su cara de neutralidad en cuanto escuchó a algún que otro alumno salir de los vestuarios, aunque no pudo esconder un sonrojo que duró unos leves segundos, antes de que sacudiera la cabeza. 

-Mmh... ¿Que haremos sensei? 

"Que raro se me hace llamarle sensei..." Se quedó esperando con paciencia aunque... con el sol que hacía no pudo evitar sentarse en el suelo apoyando su cabeza entre sus brazos en posición fetal sentada y disfrutar del calorcito del mismo, empezando a ronronear con gusto. La cola se había enrollado de atrás hacia adelante escondiendo parte entre sus piernas mientras la punta salía por el otro lado de estas. 

-N-no soy una villana... pero su cara da miedo... - Susurré a Sora. Realmente sí estaba encogiendo y era normal que me encogiera por miedo pero... con sus palabras traté de meditarlo y cerré los ojos fuertemente - Está bien, trataré de calmarme - Poco a poco pensé en otras cosas y detuve mi menguamiento - Vamos simplemente estate tranquila. Piensa en otra cosa

Por suerte los siguientes sucesos hicieron que me calmara más rápido. Entre el chico que llegó tarde y que ibamos a salir a hacer deporte, me relajé un poco. Todos fuimos poco a poco yendo hacia los casilleros aunque para mi fue un tanto en balde. Pese a que tenía uniforme tenía un gran problema directamente en mi. Agarré el uniforme y seguí hacia el vestuario. Una vez allí busqué algún sitio donde no me viera nadie. De nuevo no quería llamar la atención, pero en los vestuarios era muy dificil encontrar un sitio apartado, así que al final me arrodille con el uniforme pegado a mi y poco a poco cambié mi imagen del uniforme normal, al de deporte.

Acto seguido salí corriendo para el patio sin esperar siquiera a mi nueva amiga. - ¡HE LLAMADO DEMASIADO LA ATENCION! - Una vez allí me encontré al gato a solas junto al profesor. - ¿Eh? - Miré de lado la escena mientras me acercaba - I-igual debí haber esperado a alguien más... - Sea como fuere ya estaba allí. - H-hola... - Me senté en el suelo imitando al chico gato, pero más alejada de ellos. Ya no temblaba como antes pero aún seguía nerviosa y asustada. Por un lado el profesor que ponía una cara que daba miedo. - ¿Como puede asustarme aún siendo un heroe? - Y por otro lado el primer compañero con el que me tropecé... Me quedé allí quieta y en silencio esperando a los demás