Partida Rol por web

Raven, o Rose, o como quiera que se llamase se apartó de la farola para pegarse a Darryl. Tenía que dar pasos de más para lograr seguirle el ritmo.

-Gracias. Puedes dejarme en algún motel a las afueras. Nadie se dará cuenta de que estabas conmigo -aseguró, aunque después de haber cruzado el descampado Darryl confiaba más bien poco en que nadie hubiese reparado en su presencia.

No dijo nada mientras caminaron hasta la moto. Una vez allí cogió de una de las alforjas de la moto y le dió el casco del acompañante que llevaba siempre ahí, por si las moscas.

Una vez se lo puso se colocó el suyo propio y se subió a la moto, con demasiadas cosas dándole vueltas a la cabeza. No encendió la burra ni hizo ningún gesto durante por lo menos un minuto hasta que por fin, superado por todo aquello, apretó el manillar con ambas manos y habló.

- ¿Quién era él? - luchar por el club y matar a un tipo era algo distinto. Pero tapar un cadáver era algo distinto

Raven se puso el casco al mismo tiempo que él, pero aguardó de pie hasta que Darryl volvió a hablar. No parecía ir a dar un paso sin su consentimiento, lo que estaba bien en cierta medida dado que el peso de aquello iba a caer sobre él.

-Él... No era nadie -Baciló un momento al alzar la mano para tocar con los dedos el manillar-. Lo conocí hace una semana. Me trajo hasta aquí y creo que se hizo la idea equivocada. No tenía que haber sucedido así.

- Quizás no lo fuera, pero ahora sí lo es: un marrón y bien gordo. - se quejó, todavía mirando la tierra y las piedras del aparcamiento. Al fin giró la cabeza parar mirar a la cara a la chica y negar despacio con la cabeza - ¿Y qué harás ahora, Raven? ¿Te llamas así siquiera? -

Ya no sabía qué pensar de aquella chica y necesitaría largos minutos de preguntas y respuestas como para empezar a entender ligeramente lo que pasaba con ella. ¿Cómo había podido matar a ese grandullón? ¿La habría visto alguien? - No me gusta que me tomen el pelo... quiero que lo tengas bien claro. -

Darryl vio como sus pupilas temblaban. Agachó la cabeza ante la regañina mordiéndose el labio inferior y deshaciéndose del casco. Lo sostuvo bajo el brazo mientras se movía incómoda ante sus acusaciones, vigilando todos los flancos posibles sin darle la espalda a Darryl.

-Yo no... Él nunca dirá que he sido yo, pero me va a buscar y... no tengo cómo largarme de aquí. Necesito irme lo más lejos posible. 

¿Eso significaba que no estaba muerto? Se aguantó un largo suspiro de alivio y su gesto se calmó notoriamente. Quizás no se viera tan enmarronado por aquello como creía.

- Deja de lamentarte por eso: te ayudaré a buscar una solución, ¿vale? Nos iremos de aquí y ya veremos qué hacer, pero quita esa cara larga, por favor, me estás matando. - dijo con un suspiro, pasando el pulgar por el restregón de sangre de su barbilla - Cuanto antes salgamos de aquí mejor será para los dos, Raven. -

Ella esbozó una sonrisa azorada cuando le rozó la barbilla. Sacudió la cabeza para echarse el pelo a un lado y se volvió a poner el casco saltando después a su espalda, agarrándose a su cintura como en las películas. Notó su mentón sobre el hombro y su aliento acariciándole la oreja. Le pareció que iba a decir algo, pero nunca ocurrió. Sólo notó sus brazos le estrechándole un momento antes de retirarse dejando únicamente las manos aferradas a su chaleco.

Darryl arrancó con un rugido calentando el motor para largarse de allí.

Motel a las afueras de Tucson

17 de Abril, 1995 - 03:12

Dejando atrás los últimos edificios de la ciudad habían encontrado un motel tomando un desvío que podía ajustarse a lo que buscaban por aquella noche. Estaba apartado, tenía aspecto destartalado y en su cartel luminoso y verde se leí -OT-L. Tampoco se veía una afluencia de gente que pudiese desembocar en problemas, pero aun así Darryl pidió una habitación en la planta baja desde donde pudiese controlar su moto. Solo por si a algún gilipollas borracho se le ocurría la majadería de ponerle las manos encima. Raven había pagado al contado por dos noches sacando el dinero de algún lugar escondido de su bota, cogió las llaves y no le despachó al entrar en la habitación. El lugar olía a algo difícil de identificar, una mezcla entre viejo y rancio que echaría para atrás a cualquiera, pero tampoco se podía pedir más después de la miseria que había costado. Ella musitó algo así como 'Home, sweet home' y comprobó que la radio funcionaba después de darle un par de golpes. Sonaba Bruce Springsteen, lo que no estaba nada mal.

Darryl había decidido esperar mientras ella se limpiaba los restos de sangre con la puerta entornada del lavabo. Por la forma en que canturreaba imitando al 'Boss' pudo intuir que el susto se le había pasado, al menos en parte. Pero cualquiera sabía lo que se le pasaba por la cabeza a una mujer.

-Oye... sé que esto va a sonar fatal, pero no me acuerdo de tu nombre. Era algo como Darrel, o Declan. ¿Daniel? -comentó desde el baño. El agua del grifo dejó de sonar y ella salió secándose las manos y con el mono colgando desde la cintura para abajo. Llevaba una camiseta de tirantes escotada-. Lo siento... Debes de querer matarme ahora mismo.

Después de todo lo que había pasado volver a coger su burra y acelerar por aquellas carreteras y sentir el aire frío de la noche golpeándole en el rostro. La tensión que se había acumulado en toda aquella noche fue disminuyendo a cada kilómetro que recorrían sus ruedas. Consiguió olvidarse de la presencia de la muchacha pese a estar abrazada a él y sólo recordó a dónde iba cuando vió la primera indicación del motel a donde se dirigía.

Aminoró la velocidad para tomar la salida y pasar a un camino de tierra que hizo que la moto botara durante un par de minutos, hasta llegar al aparcamiento, ya asfaltado, de aquel antro apestoso. Se bajó y acompañó a Raven a la recepción más para entrar en calor que otra cosa, pues pese a que era abril y la temperatura era agradabe, seguían siendo las 3 de la mañana e ir en moto no era la mejor manera de entrar en calor.

Una vez en la habitación y tras aquella primera impresión, se sentó en el sillón apestoso de la misma mientras cogía el mando y pulsaba varias veces. Tras veinte segundos como un gilipollas aceptó que no tenía pilas y lo lanzó contra el colchón, frustado. Fue entonces cuando, a ritmo del 'Boss', Raven soltó su perla. Su rostro no pudo fingir una cara de perro que pudo verse a kilómetros a la redonda.

- Puedes llamarme Jesucristo, viendo del lío en el que te he sacado. - refunfuñó, encendiéndose un cigarro que sacó del paquete que siempre llevaba en el interior de la chupa.

Se quedó parada con los ojos clavados en él durante varios segundos, pero al ver que su verdadero nombre no iba a salir de sus labios alzó las cejas y se volvió hacia la ventana arrojando la toalla a un lado.

-De acuerdo, Jees... -comentó más bien por lo bajo mientras la bajaba al tope y echaba las cortinas. Hizo lo mismo con la ventana del lado opuesto y después se dejó caer sobre la cama desabrochando las botas y empujando con la punta del pie contrario para sacarlas. Se sentó cruzando las piernas como los indios de frente a él con las manos sobre las rodillas-. Yo soy Raven. De verdad. Raven Parr. Debe de haber algún cartel de 'Desaparecida' en un par de estados del norte.

Encogió ligeramente los hombros como si tuviese más bien poca importancia. Alzó la diestra para peinarse el pelo que parecía no querer mantenerse en su sitio por más que insistiera.

-Lo siento de veras, Jees -dijo apartando el tono casual-. Creo que puedo apañármelas por ahora. Gracias.

- Psé. - dijo mientras la escuchaba y se levantaba del sillón para cruzar la estancia, incómodo. Desaparecida, le dijo ella.

Le dió una calada larga la cigarro y lo apagó en el cenicero que tenía cerca, en la mesa destartalada de la habitación. Se quejó por dentro al no poder mirar por la ventana para comprobar su moto y después fue hasta  la puerta, pues Raven había terminado de hablar y ya había quedado claro que poco le quedaba allí por hacer.

- Yo soy Darryl. Darryl Emerson. - dijo tras abrir la puerta, donde se quedó uno segundos. Hizo una caida de ojos sin que la mujer la viera y giró la cabeza lo suficiente como para enfocarla - ¿Desaparecida? -

Raven le siguió con la mirada y cuando se acercó a la puerta se colocó en el borde de la cama con los pies rozando el suelo.

-Me marché de casa. Fugué, más bien. Llevo en la carretera un par de meses, y no tienes por qué irte, por cierto. Quiero decir, es tarde y no sé si tu Club tiene pensado... Bueno, es igual. Me marché y no quiero volver. -Finalmente se levantó de un brinco y caminó con pasos largos y lentos que recordaban al movimiento de una bailarina hacia él-. ¿Me das uno de esos? -Apuntó al cigarrillo imitando la forma de una pistola con la mano.

Lo estaba haciendo otra vez; esos gestos y esa mirada intensa y glauca. Casi helada. Esa mueca enigmática en la comisura de los labios. Ya no quedaba nada del pintalabios o el resto de maquillaje, y Darryl se dio cuenta bajo la luz de lo pálida que era su piel. Y también de unas quemaduras de aspecto espantoso en la parte de atrás del brazo derecho.

Lentamente cerró la puerta y se giró para apoyar la espalda en ella, escuchando el breve relato con curiosidad. - Muy bien tienes que saber defenderte como para llevar dos meses en las carreteras y estar bien. Normalmente a una chica con tu cuerpo ya la habrían intentado raptar una docena de veces. - dijo sin pensar, no como un cumplido sino como un hecho, hasta que observó de nuevo el reloj y lanzó un soplido. Era jodidamente tarde y si volvía, posiblemente no hubiera nadie donde la fiesta estuviera tomando lugar. El club estaría por la carretera y pillarles era casi imposible. Además, se había helado de frío en el camino, quizás por el bajonazo del alcohol, y realmente no le apetecía mucho sufrir lo mismo para la vuelta

- Bueno. Supongo que podré dormir encima de la chupa. No será la peor vez. - dijo recordando aquella vez que tuvo que dormir sobre un suelo de rejilla. Se acercó a ella sacando de nuevo el paquete y una vez frente a ella, lo abrió en su dirección, dándole un golpecito a la base de la caja para que los cigarrillos sobresalieran un poco y fuese más fácil cogerlos - Sírvete. -

-Hago lo que puedo. No soy una niña y ha ido bien hasta... hoy -dijo muy resuelta robando el cigarrillo y sosteniéndolo con los dientes a la vez que sonreía. Pero lo cambió pronto a los dedos, todavía sin encender, poniendo el hombro contra la pared y ladeando la cabeza hasta apoyarla también-. Nunca se lo había dicho a nadie. ¿Fuego?

Volvió a llevarse el pitillo a los labios y le sostuvo la mirada, quizá tratando de averiguar si sería capaz de delatarla o no. Parecía sincera, segura de todo lo que decía. Pero algo se le escapaba y era su instinto el que se lo estaba susurrando al oído.

- Bueno, puedes estar tranquila. Salvo que hayas asesinado a una docena de bebés y te hayas comido sus corazones frente a las madres no tengo motivos para decírselo a nadie. - dijo mientras sacaba el mechero y lo lanzaba al colchón - Ya no funciona, apenas he conseguido encender el mío antes. -

Redujo aquella distancia de seguridad para apoyar una mano en la pared que comenzaba junto a la puerta y se inclinó hacia el rostro de Raven con el cigarro entre los labios.. Paró cuando la punta de su cigarro se encontraba a unos pocos centímetros de la de Raven, lanzando una mirada a la joven y después a su cigarro para que lo encendiera ayudándose del suyo. No separó ni un segundo los ojos de los suyos, como si buscara descifrar con ello todas las preguntas que se le pasaban por la cabeza.

Entendió perfectamente su intención e hizo lo que sugería perdiendo la mirada un momento en los cigarros antes de volver a él, compartiendo la intensidad del momento sin hacer nada por romper la proximidad. Se preguntó si de verdad había agotado el gas del otro mechero sin esperar respuesta alguna. Era más divertido con la duda. Se limitó a aprisionar el humo en su boca mientras buceaba en sus pupilas buscando respuestas a la infinidad de preguntas que se formulaban sobre él, y tras unos segundos de silencio giró la cabeza lo justo para soltar el humo sin crear una nube entre ambos.

-Al final has venido a salvarme, Darryl -susurró en tono quedo aunque nadie fuese a escucharles allí, estirando de más las sílabas de su nombre.

Él soltó el humo por las fosas nasales y éste se fue diluyendo mientras ascendía hacia el techo, emborronando muy levemente el espacio que había entre ambos una vez Darryl se había echado atrás tras encenderse el cigarro de Raven.

El motero se encogió de hombros mientras negaba con la cabeza. - No es nada. Tampoco quería quedarme parado ante algo así. No soporto a la gente que trata así a las mujeres. Está bien que haya recibido su merecido. - dijo torciendo el gesto para luego mirarla de nuevo a los ojos - ¿Por qué, Raven? ¿Por qué no me avisaste antes de que ocurriera nada? Hubiera sido diferente, no habría habido tanto problema y podría haberte sacado de allí igualmente. -

Bajó el cigarro tras darle otra larga calada y se apoyó directamente en la pared, mirando en dirección al baño y la cama, rompiendo el contacto visual. - Ha sido una estupidez. -

Raven se escurrió flexionando las rodillas hasta dar con el suelo. No parecía tener muy clara la respuesta así que dilató el momento de hablar aplicando los labios al cigarrillo.

-Estaba bromeando cuando te lo dije. No... -Hizo un mohín, como si algo en su memoria le molestase-. No esperaba que se volviese tan, tan posesivo. No me había pasado antes, esa obsesión. Pero he aprendido la lección: no más g... -Fue a decir algo pero cerró la boca de golpe, y para cuando encontró una palabra por la que sustituirlo Darryl ya se había dado cuenta de la confusión-. Juegos. No más tonterías ni desconocidos. Así que, Darryl, vas a tener que contarme algo comprometedor o tendré que echarte al felpudo. Y ni siquiera estoy segura de que esto tenga un felpudo sobre el que echar el parche. Así que...

Levantó la cabeza para mirarle y le tiró de los bajos del pantalón para que se sentara también.

- Mi madre siempre me ha llamado 'Bebé' y me lo sigue llamando a día de hoy. - dijo mientras se dejaba caer pesadamente contra el suelo. Estiró una la pierna que estaba junto a Raven para doblar la otra y apoyar su brazo en la rodilla.- Me caí en mi primera ruta con los Brothers of Mayhem y estuve unos meses con un brazo roto. No sé, ¿te parece poco? -

- ¿Qué más cosas me ocultas, Raven? - le preguntó con un tono de curiosidad a caballo entre la desconfianza y el interés

Ella soltó una sonora carcajada con lo de la caída, aunque probablemente no tuviera nada de gracioso para él, y se volvió para mirarle con una mueca divertida.

-Todo lo que una buena chica lista y precavida debería ocultarle a un completo desconocido -Alzó el codo para apoyarlo sobre su hombro y ladeó la cabeza en su dirección sin perder la sonrisa-. No podrías imaginártelo ni en cien años, Dar. Pero ya lo sabrás... -Volvió a ocupar los labios fumando un momento y añadió-. Si quieres.