Partida Rol por web

- Joder. Envíame un mensaje de inmediato si esos dos vuelven sin haberla encontrado y me pondré a buscarla por mi cuenta si no ha aparecido, ¿vale? Lo que nos faltaba sería que le hubiese pasado algo o que estuviera haciendo alguna locura. - mierda, Laura. Aquel no era el mejor momento para un ataque de rabia y desaparecer del mapa... umh. ¿A quién le recordaba eso? - Te dejo ya: voy a avisar de la reunión. Estamos en contacto si pasa cualquier cosa. Un abrazo, Chris. -

Tras colgar aprovechó para acercarse al Iridium ya que estaba en Tucson. Era una tontería hablar con Drew por teléfono cuando podía dejarse caer por el local si es que estaba abierto ya a esas horas. De no ser así le llamaría.

El local estaba abierto, aunque todavía no había música sonando. Las luces eran algo más claras y la clientela más escasa. Apenas había un par de personas ocupando el lugar. Una mujer pelirroja y de sonrisa encantadora acudió a la entrada de la misma forma y con los mismos modales que había hecho Drew en su primera noche.

-Buenas noches, señor. ¿Desea una mesa para cenar, o solamente cócteles por ahora?

Pensó en un principio que el Iridum estaría cerrado, pero parecía ser únicamente una especie de restaurante/coctelería antes de que el sol se pusiera y Raven y su séquito rondaran por la zona. Entró sin mucho interés hasta que aquella mujer se plantó delante de él ofreciéndole mesa. Tuvo que parpadear un par de veces antes de poder contestar. Wow. ¿Dónde se había metido los otros dos días que había estado allí?

- Buenas noches... querría tomar algún cóctel, gracias. ¿Dónde puedo sentarme? - le preguntó con una sonrisa agradable

-Donde más le plazca, señor. Si tiene intención de quedarse a cenar le sugeriría que junto al tablado, si es de su gusto. Más tarde empezará una pequeña sesión de jazz.

Con una coqueta sonrisa, como si nunca antes alguien la hubiese mirado de aquel modo, esperó su respuesta y cogió una carta antes de guiarle al sitio escogido.

- Sí... supongo que me quedaré a cenar, así que aceptaré esa mesa junto al tablado. - ahora mismo no tenía demasiada hambre, pero nada que una copa no solucionara - También venía buscando a Drew: tengo un mensaje para Roxane Ogden y pensé que iba a encontrarle a él... -

Miró de reojo a la mujer y no pudo evitar sonreir divertido. - No es que me queje del cambio el absoluto, pero quería saber si hoy estará aquí o tendré que contactar con él de otra manera. -

La mujer le tendió la carta de cócteles y escuchó.

-Drew entra a trabajar a partir de las ocho, señor. Sin embargo, todos somos de la confianza de la señora Ogden y puede transmitirme con total confianza si no desea esperar. De igual manera, puedo comprobar si nuestra anfitriona se encuentra ya disponible. Como más le guste, señor.

- Oh, entiendo... nunca había venido antes de esa hora, pero creo que tendré que empezar a hacerlo. - dijo el ghoul medio en serio medio en broma. Se sentó en la mesa que Rose le indicó y abrió la carta para elegir rápidamente uno de los cócteles que le parecía interesante - Si estuviese disponible para hablar con ella sería mejor, sí, pero aunque puedo esperar agradecería que lo comprobaras. Y pediré un Bloody Mary, por cierto. -

Rose emitió una suave risa que ocultó tras su mano. Después recogió la carta rozando -intencionadamente juraría Darryl- su mano.

-Atenderé ambas cosas de inmediato. Me llamo Rose Sweard y hoy seré su camarera. Y espero que otro día entres preguntando también por mi -añadió en un tono más quedo.

Se retiró primero hacia la barra y después hacia el pasillo que ya le resultaba bastante familiar. ¿Estarían allí todos al tanto de lo que se escondía en la cámara refrigeradora? Sin embargo, la calma y apacibilidad del Iridium hicieron que se deshiciese poco a poco de todas aquellas preguntas y preocupaciones. Un par de minutos más tarde, Rose regresó de la zona privada y recogió su pedido que llevó presta a su mesa.

-Aquí tiene, señor Emerson. Lamento decirle que todavía tendrá que esperar un poco antes de ver a Roxane Ogden, pero me ha pedido que le transmita su amabilidad por venir a notificarle en persona. ¿Puede hacer algo más por usted?

Sonrió con claras intenciones cuando recogió la carta y asintió una vez. - Muchas gracias, Rose. - fue todo lo que dijo antes de que se fuera, pero la mirada que le lanzó el ghoul dejó bien claro que se aseguraría de volver preguntando por ella. Además, si Drew entraba a las ocho eso significaba que ella seguramente saldría a esa hora.

Esperó pacientemente hasta la vuelta de la pelirroja, cogiendo el Bloody Mary y dándole un breve sorbo para probarlo mientras atendía a sus palabras. Joder: hacían mierda de la buena en aquel sitio. - No pasa nada, me gusta este lugar y estar un rato aquí relajado no es nunca un problema. - exceptuando cuando una vampiro aparecía para hacerle un interrogatorio en primer grado o cuando secuestraban a un hermano - Creo que es todo por ahora, Rose, gracias otra vez... te avisaré si necesito algo. -

No iba a negar que había cosas que ella le podía ofrecer que echaba de menos entre tanta tensión, pero si la chica estaba trabajando él no iba a tirar más de la cuerda así que sólo le sonrió dejando que se retirara cuando quisiera.

Profesional, Rose se retiró con una encantadora sonrisa hacia otra mesa que requería sus servicios. No había mucho movimiento en aquel momento, aunque conforme los minutos pasaban la afluencia iba aumentando lenta pero gradual. Pusieron algo de música en una gramola antigua, que emitía un sonido muy peculiar del que Darryl solo había oído hablar. Poco después de que se acabase el Bloody Mary, Rose se acercó para pedirle que la acompañase a ver a Roxane Ogden.

El camino fue exactamente el mismo hasta la misma sala donde la había visto la primera vez. De no ser por aquel momento en que se había encaminado fuera hacia la cocina, Darryl podría haber dicho que Raven solamente existía en aquella pequeña dimensión desde la que aún lograba afectar en su vida. Rose llamó y abrió la puerta: lo primero que vio fue la espalda de Al ocupando la butaca que él solía, y después se fijó en Raven, quien permanecía de pie junto a una estantería. Parecía estar buscando algo.

-Señora, señores -dijo Rose con una leve inclinación-. Estaré a su disposición afuera. Buenas tardes.

El vampiro se volvió hacia la puerta con una educada sonrisa.

-Buenas tardes, Darryl. Solo estaré aquí un momento, no te preocupes -dijo mientras se levantaba abrochándose la chaqueta del traje, como si necesitase ofrecerle una excusa-. Ya me han comunicado las nuevas. Imagino que será todo un triunfo para ti.

Por alguna razón le sonó a broma, pero su actitud y voz parecían tan francas que solo pudo pensar que lo sentía de verdad. Aunque sabía perfectamente que podía no ser así.

Raven les miró de soslayo pero no dijo nada. Estaba repasando varios volúmenes de una estantería. Vestía de granate con un vestido sencillo y llevaba una toalla sobre los hombros donde escurría el pelo mojado. Tampoco llevaba maquillaje, algo que Darryl consideraba innecesario en ella, pero que Raven solía usar a menudo. Al menos la Raven que él conocía.

-Sé que está por aquí. Anthony era muy organizado para estas cosas... -comentó cogiendo un libro y revisando algo con detenimiento-. Este es. Creo. Deberías poder encontrar todo lo que necesitas aquí.

Al llegar cruzó el umbral de la puerta y se apoyó en la pared junto a ésta, observando a la pareja de vampiros con rostro serio. Al le parecía posiblemente el más peligroso de los tres subordinados de Raven: posiblemente era el más inteligente de todos y por tanto el que más fácil podía apuñalarte por la espalda si así lo quisiera.

- Buenas tardes, Al. No te preocupes: no tengo prisa. Y gracias. - fue todo lo que dijo, ignorando la posible burla en su tono de voz. Observó atentamente el intercambio entre ambos sin intervenir aunque se moría por preguntar de qué se trataba

-Gracias. Lo miraré con cuidado. Buenas tardes a los dos -repitió antes de marcharse con el volumen bajo el brazo.

Raven se despidió con un "hasta luego" y esperó a que cerrase la puerta antes de cruzarse de brazos y apoyarse en la estantería imitando a Darryl. Algo que hacía tiempo que no hacía.

-¿Hay trato, entonces?

- Sí, aunque las condiciones son algo diferentes. Paul, el alfa, ha dicho que quiere hablarlo contigo cara a cara. Vosotros dos, Mark Islander por su cargo como President y Christopher y yo como mediadores. Ha pedido que sea en la frontera del terreno, en la carretera I-30 nada más pasar Lake Atwood. La hora la que a ti te venga en gana. - paró ahí para observar su reacción y darle tiempo a contestar

Raven se quedó pensativa mirando a un punto indeterminado y asintió. Tiró de la toalla, ladeó la cabeza y empezó a frotarse el pelo para secarlo.

-Supongo que nada de armas ni trucos... Ellos tienen ventaja en campo abierto -comentó sin acritud, sencillamente remarcando lo evidente-. Las nueve parece una hora razonable para todos. Creo que hay un diner en esa zona donde podríamos reunirnos, o en cualquier otro local de la zona. Espero que no piensen que me voy a reunir en medio de la nada con dos hombres lobo.

- Lo sé. - fue lo primero que dijo, asintiendo un poco y adelantándose para dejarse caer en uno de los sillones y encenderse un cigarro antes de volver a mirarla - Sólo hay que mantener el ojo en Paul: yo respondo por Christopher, no hará nada si no hay cosas raras. Imagino que no tendrán mucho problema en que la reunión se mueva a un local cercano... pero que el punto de encuentro inicial sea la carretera. Así ambos podréis ver que no hay nada extraño... todo depende de lo claros que seáis ambas partes: los perros están dispuestos a cooperar pero entiende que estén con la mosca detrás de la oreja después de que hayas decidido devolverles todo de la noche a la mañana. -

Ella volvió a asentir mirándole. Esbozó una sonrisa cansada.

-No lo hago por ellos ni por los míos. Lo hago por ti. No es tan difícil de comprender.

Hasta ahora se había mantenido seria con ella: no por nada en especial, sencillamente era cautela... una cautela que se vino abajo en apenas dos frases. Tuvo que cerrar los ojos y respirar hondo: aunque las palabras de Raven habían calado muy hondo en él, había algo que todavía le preocupaba.

- Y no sabes cuánto te lo agradezco, de verdad. Y me gustaría seguir confiando en ti, así que... - se tomó un segundo para continuar, como buscando las palabras - ¿Qué ha ocurrido con Travis Preston? Podrías haberme dicho que era tu ghoul: no me iba a sentir dolido ni nada al respecto si era ese el motivo para que me lo ocultaras. -

Intentó que ese 'ocultaras' no sonara como un ataque, pero ella de algún modo se lo había ocultado al tratarse de un antiguo miembro del club y alguien con quien tenían un trato estrecho... hasta ahora.

La mención de Travis Preston la dejó helada, y pudo leer en su rostro el terror que aquello le causó. Intentó articular palabra, pero le costó más de lo que se hubiese considerado una respuesta rápida.

-No sé cómo te has enterado pero no tiene nada que ver contigo -replicó levantando el tono. Después suspiró y se pasó las manos por el pelo echándose la melena sobre los hombros-. No fue lo que parece, y no sé qué es lo que os habrá dicho. Anthony lo acogió como ghoul no mucho antes de morir. Preston tiene muchas tierras y recursos que le interesaban, y cuando murió yo lo usé para seguir los pasos de Mayhem. Era una fuente sencilla y directa, pero cuando ayer cambié de parecer le hice llamar para decirle que esto se había acabado y que ni necesito ni quiero de sus servicios más. Podría haber sido honesta contigo, pero sé lo que les pasa a las ratas en vuestros Clubs. Quería darle una oportunidad de salir limpio de esto... Fue un golpe duro para él, e intenté hacerle entrar en razón pero los ghoul... Los ghouls no atienden a razones cuando se trata de la sangre, ya lo sabes.