Partida Rol por web

Supongo que habrá tiempo para prepararse algo mejor, ¿no?- comenta Alexander. La idea de entrar en un sitio sin llevar un buen "equipo" en caso de enfrentamiento no le gustaba. Era mejor estar preparado para la ocasión y que mejor manera que prepararse antes de pasar a la acción.

A mi parecer la chica era un rato estúpida, algo que me reconfortaba puesto que la sospecha de que pudiera estar parandonos una trampa se hacía extremadamente difícil de creer de una chica que era tan tonta que revelaba un crimen frente a media docena de personas.

Pensé un momento en nuestras posibilidades y luego me decidí a hacer mi movimiento.

- Quisas sería más fásil que diéramos la vuelta, entráramos de nuevo a esta sala y destapáramos la trraísión de una de sus fieles. Creo que ladrrón y daga le contentarrán mas que solamente el segundo objeto

Hice una pausa dramática clavando la mirada en la chica. Aquella insinuación significaba un claro cambio de roles entre nuestro grupo y Patricia.

No había motivos para que el príncipe dudara de nosotros si desvelabamos el crimen tal y como proponía ¿Cómo podríamos de otra forma saber sobre el robo de la daga y peor aún: su paradero? Además podría comprobarlo yendo él mismo a buscar dicha daga. Lo único que nos podría poner en un compromiso era que la daga no se encontrara allí; pero si este era el caso seguiríamos en problemas al irla a robar por nuestra cuenta de todas formas.

- Sin embarrgo no nos gustaría perder una aliada en nuestra suchen de vengansa. 

Dejé que respirara aliviada antes de seguir con el refinado chantaje:

- Puesto que vamos a ser discretos porque a todos nos conviene - hice enfásis en el uso de la primera persona del plural - tu nos acompañarás a buscar la daga ...por lo que pudiera pasar

Aquello no era ninguna pregunta y valía más ser precavidos; la ayuda de otra vástaga más experimentada no nos vendría mal teniendo en cuenta que los secuaces de Lebronch podrían estar allí a fuera y quien sabe que otras trampas se interpondrían entre la daga y nosotros.

Por otro lado, habría que ir pensando en una tapadera que contarle al príncipe si finalmente recuperabamos la daga. ¿De dónde le diríamos que la habíamos sacado? ...habría tiempo de plantearse aquello. Lo primero era recuperar dicho objeto.

Desde mi algo alejada posición me volteo levemente para amedrentar al resto de compañeros pero me contengo un momento al ver que Zimbardo está intentando persuadir a Patricia.

"Tiene agallas el tío. Yo no trataría de molestar a quien nos ha quitado la espada del cuello porque fáclimente puede volver a ponernosla, aunque también es comprensible que, una cosa es entender que estamos en deuda con esa mujer, y otra muy distinta, que nos tome por unos inocentes agradecidos que harán cualquier cosa con tal de hacerse con el favor de su estúpido Príncipe hasta el punto de ser usados como cabeza de turco.

Esperando emocionado a ver la reacción de Patricia apoyo la espalda en el marco de la puerta y, cruzándome de brazos, observo paciente aunque no sin antes aportar una simple pero importante observacion moral.

-No vamos a "robar" nada. Esa daga pertenece al Príncipe y nosotros se la recuperamos. Robar a un ladrón no nos hace de su condición. Y espero que así se nos presente a "su Excelencia" cuando la traigamos de vuelta, y no como a los ladrones originales.-

—Estoy totalmente de acuerdo con Nkrumsh, en esas series de acciones irán impreso nuestros nombres, así que la sutileza de la palabra será altamente importante en cada rasgo del mismo.

Me detengo y de pronto siento cierta simpatía por Christoph, fuera del arriesgado comentario que hizo, tenía un muy buen punto, y tener una aliada como ella nos ayudaría engrande, pero no era lo que me hacía encantarme por dicho plan, sino, el hecho de que si era maravillosa actriz para hacernos creer que es tan descuidada para revelar el plan viendo los riesgo, el acompañarnos implicaría seguridad de la meta, ella misma no se metería en la boca del lobo sino es porque realmente allí sucede lo que dijo.

—También secundo lo que ha dicho Christoph, ¿porque no nos acompaña? —pronuncio dicha oración pero con una cara de picardía, como si entre dientes supiera el compromiso que adquirirá si se rehúsa, de tal forma solo mostraría que hay algo más oculto que no nos ha dicho, la prueba comenzaba.

Patricia, desde su posición, giró la cara hacia Salvatore

La daga no debe estar protegida absolutamente por nadie. No hay vigías ni guardias. Debería ser tan sencillo como ir allí y cogerla.

Pero la expresión de su cara se volvió fría como el mármol, y acercándose hasta que estaba frente a Christoph, cara con cara, le dijo sin levantar la voz

Eres un imbécil. ¿De verdad crees que os voy a confesar esto sin estar preparada? ¿Te crees que acabo de llegar a la ciudad como tu, estúpido? Adelante dijo apartándose y señalando la entrada a la habitación de El Príncipe. Entrad y contarle qué he hecho y qué os he contado. Moriréis ante tal insinuación... No, mejor todavía. Convencerles de que os devuelvan a Roberto no me costará mucho. Vamos, inteligente, firma tu sentencia de muerte

Algo en su expresión os demostró que no parecía tirarse ningún farol. Había conseguido con unas pocas palabras que El Príncipe no hiciera caso a toda su corte, quizá que os pudiera entregar a Roberto no era tan descabellada.

Vuestras amenazas no funcionan dijo mirando ahora a Roy. Os llevo años de ventaja en cuanto a esta ciudad y a sus complicaciones políticas. 

Y por último, se acercó a Nkrumsh. Su rostro volvió a cambiar y en él sus labios se curvaron alegres y sensuales.

No sólo no se os presentará como ladrones, si no que seré testigo fiel de vuestro hallazgo. No voy a ir con vosotros... No al menos de la manera que queréis. El Príncipe sabe que debo espiaros durante un tiempo, por si existe la posibilidad de un ataque contra él.

Seré vuestra sombra... Aunque vosotros dos deberíais vigilar vuestras espaldas. Un favor devuelto con una amenaza no es un buen plan para los negocios dijo refiriéndose a Christoph y Roy

¿Sin vigilancia ni protección? Suena demasiado fácil. ¿Qué nos estará ocultando?

Mientras Patricia discute con mis compañeros, mi cerebro trabaja frenético analizando lo que nos ha contado.

Puede que la daga esté fuertemente protegida y que nos dirijamos directamente a una trampa, pero, en ese caso, ¿que ganaría ella?. Si quisiese vernos muertos, hay formas mucho más sencillas de conseguirlo. Otra opción es que nos haga detener en cuanto consigamos la daga, alegando que somos los ladrones originales, pero esa historia no se sostiene. Por último, puede que nos intente utilizar como distracción para que, mientras los guardias de la daga esten distraidos, robarla ella misma, pero en ese caso, ¿por que dejarla ahí en primer lugar?. Solo tendría sentido si toda la historia ésta es mentira...

Está bien. No puedo hablar por los demás, pero yo voy a confiar en tí y robar esa daga. Solo espero que esta confianza sea merecida y no nos hayas mentido.

Creo que tampoco tenemos ahora mismo mucha elección de movimiento, ¿verdad?- dice- nos han metido en ese lío y ahora nos vemos obligados a salir de él como sea. No nos queda otra de confiar en ella- suspira. No le gustaba la situación, y mas teniendo en cuenta que el no la controlaba. 

Tendremos que recuperar esa daga, al menos yo también iré.

Contad conmigo. No creo que haya más posibilidades que seguir adelante. Está claro que o robamos la daga o estaremos como al principio. Con una mano delante y otra detrás en cuanto a Roberto se refiere. Así que confiemos en ella.

Patricia danos la dirección de la iglesia, iremos para allá inmediatamente.

Patricia os sonríe y os comunica que tiene que decir a El Príncipe que os va a seguir para averiguar vuestras intenciones. Os seguirá en las sombras. Además, os informa que la mejor forma de entrar en la Catedral es por la Puerta del Reloj

Alexander guía al grupo hasta la Catedral de Toledo. La Catedral de Santa María es un edificio de arquitectura gótica

Alexander os guía hasta la puerta de la que os ha hablado Patricia, la Puerta del Reloj

Al entrar, podéis contemplar la majestuosidad de la Catedral Toledana, espectacular pieza de la arquitectura y el arte español. Es fácil ver huella de todos los estilos artísticos predominantes en la Historia de España: Estructura gótica en su construcción, yeserías y techos de traza árabe en la sala capitular, influencias del barroco en su Transparente... Las paredes están abiertas con ventanales y rosetones que lucen hermosas vidrieras, que de día seguramente otorguen una gran visión al interior

Un silencio absoluto recorre la atmósfera del lugar, sólo se escuchan vuestros pasos al andar. Tenéis que encontrar el altar mayor, pero... ¿dónde se puede encontrar?

- ¡Seguirme a mi! Soy un experto antropólogo y se donde podemos encontrar el Altar Mayor de la Catedral. No es muy dificil. Si os fijáis bien, como su propio nombre indica el altar mayor, debe estar en la Capilla Mayor. Y eso es fácil de encontrar. Normalmente se encuentra en el centro la catedral.

- Venga esto no parece demasiado difícil. Podemos llegar hasta allí facilmente, además no os preocupéis por entrar, Patricia nos dijo que esta iglesia estaba construida por hijos de Caín.

Venga, adelante, a qué esperamos?

No hace falta que te des esos aires de grandeza. Todo el mundo sabe que el altar mayor de una iglesia es el que esta en el centro entre la nave principal y el crucero. No hace falta tener un doctorado para eso. Y ahora baja la voz y espera un momento. A pesar de lo que ha dicho Patricia, puede que haya vigilancia, así que debemos ir con cuidado.

Dicho eso, me concentro en observar mi alrededor y en escuchar, buscando cualquier cosa fuera de lo normal.

Asiente en silencio ante las palabras de Salvatore:

Bueno, alguien con dos dedos de frente- piensa. Ahora debían de ir con cuidado. Desconocía si habría vigilancia o no -uno nunca puede bajar la guardia bajo ninguna circunstancia- pero debían estar preparado para todo.

Será mejor que continuemos- susurra- haced el menos ruido posible.

De buenas a primeras no consigo divisar el altar que buscamos al entrar en la catedral. Como llevo haciendo la mayor parte del viaje me dedico a seguir a Alexander, conocedor de la zona donde nos encontramos y, en este preciso momento, a Omar, al cual me dirijo brevemente.

-Encontramos el altar, cogemos la daga y nos vamos. No hemos venido a la catedral de visita cultural.-

No sin abandonar un impulso infantil de encontrar el altar y gritar "¡Eh! ¡Esta aquí!" antes de que lo haga Omar, me centro más bien en permanecer alerta a los alrededores y detectar antes posibles vigilantes o peor aun, guardianes inmortales y altamente capacitados para dificultarnos el robo blanco.

Seguía detrás de los chicos, escuchando el susurro de sus voces y el transitar de sus pasos, la catedral transmitía un aire demasiado cómodo para mí de alguna manera, la conocía, sabia de ella, o quizás eran solo pensamientos distantes, sea como sea, sabía dónde ir, y los chicos también, así que solo continuaría, alerta a los posibles peligros y con entusiasmo para alcanzar la meta

Definitivamente podíamos haber puesto a aquella vástaga contra las cuerdas, no me importaba lo que dijera. Sin embargo ella parecía no querer dejarse intimidar asi que simplemente aparté la mirada y seguí al grupo en silencio.

Vuestros pasos retumban en cada rincón de la catedral. Se alternan la luz y las sombras, provocadas por la leve iluminación del lugar y por el paso de los rayos de la Luna por los distintos ventanales. 

A pesar de que la Catedral fue construida por los hijos de la Noche, hay cierto ambiente santo que carga el lugar y os hace sentir incómodos.

Y, aunque os dijeron que el altar debía estar sin protección, notáis unos pasos silenciosos y unas miradas clavadas en vuestras espaldas. Aunque miráis en todas direcciones, no conseguís distinguir dónde pueden estar aquellos que os vigilan.

Al final, llegáis a la Capilla Mayor, donde podéis ver el altar

Las palabras de Patricia os decían que la daga estaba incrustada en el altar.

Anubis se sentía ofendido ante los comentarios y miradas de sus compañeros. Tan solo quería ayudar con sus conocimientos. Allá donde antes había sido flaco en fuerzas ahora quería impresionar al grupo y por lo visto le salió el tiro por la culata. Parecía que de nada servía el setita en este grupo tan perfecto, fuerte e inteligente. A pesar de todo estaba ahí metido como lo estaban todos. Le habían escogido a él por algo especial, quizá fuera más importante de lo que todos pensaban.

Después miró al altar, su primer instinto fue el de ir corriendo a tomar la daga y salir de allí. Pero fue cauto una sensación horrible indicaba que estaban siendo vigilados y por supuesto la sensación del Hijo de Dios no ayudaba en nada a mejorarla.

Simplemente se quedó mirando a sus compañeros a la espera de que alguno de ellos diera el primer paso. Si alguien pudiera meter la pata mejor que no fuera él.

Al llegar al altar, dedico unos segundos a apreciar la belleza del retablo. Se trata de un gran retablo tallado en madera que ocupa toda la pared del fondo. No soy ningún experto en arte, pero, viendo lo recargadas que son las tallas, parece ser de estilo barroco.

La mayoria de las pinturas muestran escenas de la pasión  de Cristo, así como su resurreción, pero en la parte baja, no tan visibles aparecen tambien algunas escenas sobre el pecado original y la expulsión del Edén. Una pequeña sonrisa aparece en mi rostro al posar la vista en la ultima de las pinturas, que muestra lo que parece ser Caín asesinando a su hermano y bebiendo su sangre.

Parece que Patricia no nos mintió en cuanto a que la catedral fue contruida por vampiros. Esperemos que el resto de la historia tambien sea cierto.

Conforme me acerco al altar, la sensación de que alguien nos observa se hace cada vez más fuerte. Es posible que solamente se trate de algún agente de Patricia que nos observa para asegurarse que se cumplimos el trato, pero tambien podría tratarse de algun vigilante.

Alexander, Nkrumsh, ¿Por que no vigilais mientras busco la daga?

Dicho eso, me dedico a buscar la daga por la zona del altar y el retablo.

Salvatore se dirige hacia el altar mientras los demás se quedan vigilando. Tras un minuto investigando el cuerpo del altar, descubre que la daga está allí, "incrustada". Aunque de lejos parece un adorno más, para un ojo observador es obvio que no lo estaba.

Coge la daga sin problema y se la enseña a sus compañeros, cuando unos pasos se acercan a vosotros...

Una niña rubia sale de detrás de unas columnas y camina hasta el pasillo central, quedando en frente de vosotros.

Empieza a reir, y es una risa de todo menos agradable. Con cara de inocente os dice

Siempre me ha gustado las catedrales. La gente piensa que no les puede pasar nada malo dentro de ellas

Su rostro cambia, la furia alumbra su mirada, cuando dice Qué ingenuos. Vais a morir

Chasquea los dedos y cuatro vampiros salen corriendo a su lado, dispuestos a acabar con vuestras no-vidas