Partida Rol por web

Camille

Acto 2, escena 2: Fantasmas de óleo y especias

Cargando editor
11/02/2020, 23:39
El Guardián de los Arcanos

El rostro de Vytauras permaneció imperturbable, congelado en una máscara de incomprensión. No obstante, en sus ojos podía percibirse algo muy humano: terror. 

Se separó del inspector, que cayó desplomado, y empezó a retroceder. La nube de polvo que levantó LeGrille con su caída  todavía flotaba a pocos centímetros del suelo, meciéndose lentamente como en un sueño. Todo parecía demasiado irreal.

¡No! —bramó Vytauras, señalándoles de forma dramática—. ¡¿Osáis pronunciar el nombre del usurpador, invocar su presencia, convocar a sus siervos?! ¡Traidores! ¡Marionetas!

Poco a poco, entre alaridos, su antiguo compañero siguió alejándose hasta que su contorno se difuminó, dejando nada más que jirones de niebla, un pesado silencio y demasiadas preguntas.

Marionetas…

Cargando editor
20/02/2020, 20:26
Patrick Tanka

Las terribles palabras seguían resonando sin control en la cabeza de Tanka. Y a la vez él mismo era incapaz de evitar que las mismas salieran por su garganta al igual que las palomas salen aterradas cuándo un niño intenta atraparlas en el parque. Las luces se fueron tornando a sus ojos de un color rojizo, amoratado y finalmente verdusco. Un tono tan excesivamente intenso que le provocaba ganas de vomitar. Pero su esfinter estomacal ya había utilizado ese recurso con breve anterioridad y aún se dolía por la violencia con la que lo había hecho. De rodillas, con los ojos casi fuera de sus órbitas, la voz de Patrick se vuelve cada vez más rasgada y seca. El sabor de la sangre recorre su boca tras haberse desgarrado alguna cuerda vocal en tan terrible proceso de invocación.

—¡¡¡Ïa ïa Hastur. Hastur cf'ayak vulgtmm vugtlagn vulgtmm. Ai ai Hastur!!!

¡¡¡¡Ïa ïa Hastur. Hastur cf'ayak vulgtmm vugtlagn vulgtmm. Ai ai Hastur!!!!

¡¡¡¡Ïa ïa Hastur. Hastur cf'ayak vulgtmm vugtlagn vulgtmm. Ai ai Hastur!!!!!—

El aire de los pulmones de Tanka se vuelve ardiente y el calor le está matando por dentro. No tiene suficiente oxígeno en el cuerpo y su cerebro lo sabe. Las venas palpitantes ahora forman parte perpetua de su obesa cabeza. Su piel se ha transformado en una mole casi azulada. En un último grito, por fin es capaz de coger algo de aire, y darle vida de nuevo a los pulmones que tan maltratados han estado siempre. Ahora toca pasar factura. Alcohol, comida, mujeres, arte, alcohol, comida, mujeres, arte, alcohol..... La vida de Tanka está pasando delante de sus ojos y es incapaz de recordar el momento exacto en el que su cuerpo se convirtió en el adalid de la dejadez. Un escombro humano viviendo una falsa vida de opulencia y plenitud.

Si solamente hubieras salido a correr en vez de tomarte aquella lasaña. Si solamente no hubieras repetido el mismo ritual de desayuno cargado de grasa.Si hubieras hecho caso a tu médico, o a tus amigos. Una vez que has creído en el dinero, y te has centrado en tu vocación has dejado de lado a los que eran realmente amigos tuyos. Te has creído por encima de los demás por ser medianamente inteligente y ahora, toca pasar factura.

Con un último aliento Tanka sigue murmurando las palabras, que poco a poco se transforman en un susurro continuo. Finalmente las cuerdas vocales han dejado de estar tensas y ahora son nada más que colgajos que bailotean al son de un viento fétido que emana del interior de Tanka.

Ïa ïa Hastur. Hastur cf'ayak vulgtmm vugtlagn vulgtmm. Ai ai Hastur
Acurrucado sobre si mismo, intentando encontrar la comodidad de la posición fetal, yace en el suelo susurrando.

Cargando editor
21/02/2020, 04:12
Tristán Poincarde

 De alguna extraña forma los gritos que Tanka había proferido y que fueron acompañados por el eco pagano de sus compañeros (salvo el siempre impoluto Padre Mathieu) habían logrado acabar con con aquel ser. O por lo menos alejarlo de sus vidas durante un tiempo. Si es que el tiempo pasaba en ese condenado lugar. Tristán se incorpora y mira el lugar, pasando del miedo absoluto a un poco de resignación e irritación. Una vez que el peligro inminente desaparecía, aquel subastador volvió a ser el molesto hombre que sus compañeros conocían.

- Bueno, esto es... simplemente horrible... ¡Oh, Padre, discúlpeme por lo de antes! Jamás me hubiese visto diciendo todas esas palabras paganas de no ser porque... porque... bueno, porque funcionaban.

 Sacó su distintivo pañuelo y se lo pasó por la frente. Sus manos temblaban y era evidente que no se recuperó del todo, pero si de algo sabía Tristán era de intentar seguir adelante. Sus lágrimas sse secaban lentamente en sus mejillas, y él debía seguir adelante. Su amada estaba muerta y la mujer a la que perseguía le estaba costando todo, pero él debía seguir adelante. Era lo único que no podía perder: la voluntad de seguir.

 Y le interesaba que sus compañeros tampoco la perdieran. Se acercó a Tanka y lo frotó la espalda, esperando alguna respuesta del perturbado compañero.

- Nuestro compañero Tanka... está en muy mal estado. Monsieur Desmond, usted es el que más congenió con Patrick, ¿qué cree que deberíamos hacer?

Cargando editor
23/02/2020, 18:15
Padre Mathieu Regnard

El sacerdote no se relajó hasta que Vytauras, o el ente maligno que habitaba su cuerpo ahora, hubo desaparecido de allí. A pesar de que todo el grupo se había sumado a aquella cantinela pagana que entonaba Tanka, sus oraciones habían sido más poderosas. Por esta vez, al menos. No sabía que sucedería la próxima vez si alguno más de sus compañeros caía preso de aquella maquinación babilónica. Tristán, aún encima, tuvo la desfachatez de acercarse a decirle que había invocado al demonio con aquel cántico pagano porque vio que funcionaba.

-¿Qué funcionaba? - Le respondió el padre Mathieu a Poincarde visiblemente molesto por semejante afirmación. -¡Si no llego a rezarle al Todopoderoso y a los siete Arcángeles a saber que hubiera sido de nosotros!

Cargando editor
28/02/2020, 21:04
Aurélien Desmond

- ¡Abra los ojos, padre! No estamos en ningún lugar creado por ese dios al que le reza. Este lugar no pertenece a ningún infierno terrenal ni la realidad es igual que en nuestro hogar. Esto está más cerca de la imaginación de artistas como Redon o Allamand, que de alguna forma vieron lo que nosotros hemos visto. Pero no se confunda ni peque de soberbia al creerse instrumento divino; ha sido esta conjura de Tanka la que ha hecho huir a esa criatura. Estaba aterrada. Aquel a quien convoca tiene mucho más poder. Más que cualquier falso dios que obra a través de charlatanes como usted, padre. Ese es su único poder, hacer creer a los demás que ustedes los del clero son intérpretes de lo divino. Es como aquella anécdota de los dos monos mirando al sol... seguro que la conoce.

Desmond comprueba rápidamente su revólver y lo vuelve a guardar. Se detiene unos segundos a mirar las estrellas, como intentando orientarse y acaba acercándose a su viejo amigo Patrick, cuya mirada transmite una lucidez que está más allá de todo proceso mental consciente.

- Patrick, ¿quién te enseñó ese cántico? ¿Has estado antes aquí? ¿A qué se refería con lo de "marionetas"?

Notas de juego

Uso Astronomía, gasto punto si es menester.

Cargando editor
01/03/2020, 00:43
El Guardián de los Arcanos

El murmullo del lago de Hali estaba siendo opacado por la discusión que tenía lugar a pocos metros de su orilla. Bajo la sombra de los monolitos, Tanka trataba de tranquilizarse recitando los salmos que habían alejado a su antiguo compañero. Patrick estaba destrozado por dentro. Todas sus creencias parecían tambalearse, y lo peor es que recordaba aquel lugar de forma nítida. Había estado en Carcosa antes. En sueños, cuando había tocado el cuadro, cuando charlaba con Camille… Pudo presenciar la lenta decadencia de aquel mundo.

Al fondo del lago, cuando una pesada e inmensa nube de polvo dejó de cubrir los soles, negros como los ojos de una lechuza, se alzaba la ciudad de Carcosa. Lo que antaño debió haber sido un vergel rebosante de vida, ahora parecía el esqueleto de un titán olvidado. Torres en ruinas, murallas carcomidas por vegetación oscura y mantos de herrumbre. La viva imagen de lo que habían visto plasmado en el cuadro. Solo faltaba un elemento muy importante.

¿Dónde estaba Camille?

De pronto, un sonido dulce, como proveniente de una flauta, flotó hasta ellos. Sonaba ahogado, distante, y parecía llegar de la propia ciudad.

Cargando editor
01/03/2020, 01:04
El Guardián de los Arcanos

No es la Tierra. No es vuestro mundo. La bóveda celeste es completamente distinta o, por lo menos, tiene un orden totalmente inverosímil. Por la posición de las estrellas, dudas que el sistema binario que os ilumina sea Sirio. Tal vez se trate de una zona similar… ¿Alguno de los sistemas de la constelación de Tauro, tal vez? ¡Pues claro! ¡Y ese conjunto de estrellas tan brillantes deben ser las Pléyades! 

De pronto reconoces más pruebas en el extraño cielo de Carcosa. Los brazos en forma de V que forman las Hyades, una inmensa orbe escarlata que debe ser Aldebarán*. Sin embargo, sigue chocándote que el sistema binario esté formado por estrellas negras. ¿Será algo relacionado con la atmósfera?

Notas de juego

Efectivamente, esta información amerita un punto de Astronomía.

*La estrella, no el conjunto de cenizas que flota en una galaxia muy lejana (aunque suenen muy parecido).

Cargando editor
01/03/2020, 18:08
Padre Mathieu Regnard

El padre Mathieu extendió el brazo hacía Desmond y lo dejó caer en señal de exasperación. Las últimas palabras del profesor le habían ofendido seriamente, al referirse a él como un vulgar charlatán de tres al cuarto e insultar, no sólo a su persona, sino a su Dios, a su religión y a su labor como sacerdote, que iba mucho más allá de lo que Desmond insinuaba.  

-Solo estás diciendo sandeces, Desmond. - Le dijo con los dientes apretados. - Ese galimatías pagano no tiene ni pies ni cabeza, pero si tanto te gustan las historias te recordaré la fábula de la zorra, el oso y el león. Más nos vale colaborar juntos; faltándome al respeto e insultándome no ganaremos nada. Pero no te preocupes, hijo, a pesar de todo rezaré por ti.  

Cargando editor
02/03/2020, 16:24
Tristán Poincarde

 Las palabras del profesor no hacían otra cosa más que ofender al eclesiástico, haciendo que la pobre matriz de elaboración y compañerismo que había entre aquellos cuatro hombres se resquebrajara aún más. Tristán, también ofendido pero más que nada decidido a no dejar que el grupo decaiga, se mete en la disputa.

- ¡M-monsieur Desmond! ¿Cómo puede decir semejantes cosas? ¡No le haga caso, Padre! ¡Al igual que nosotros, está un poco tocado por la situación y dice cosas de las que luego se arrepentirá!

 Y en ese momento escucha aquella mística flauta proveniente de la ciudad. No sabía por qué, pero el subastador supuso que ese ruido tenía alguna significancia para ellos. Era algo importante. Algo tenía que ser...

- Hay que ir... hay que ir a la ciudad, ¿no? Dios, que miedo que tengo...

Cargando editor
04/03/2020, 19:09
Patrick Tanka

Si Tanka se viera en un espejo a duras penas podría reconocerse a sí mismo. La figura del fornido y obeso hombre a su mente solamente dejaba el reflejo de una carcasa vacía. Pieles colgando de músculos como pellejos. Sus cuencas una vez llenas de vida albergaban la triste y oscura figura de unos ojos que habían perdido todo el brillo que antes albergaban. Sus ojos llenos de pequeñas venas estalladas ahora formaban una densa matriz carmesí. Un pequeño hilillo de sangre salía de su lacrimal producto de toda la tensión liberada en un sólo golpe. Boqueando a duras penas y con la garganta inflada y dolorida casi no podía vocalizar palabra alguna. El aire que entraba a sus pulmones era seco y sabía al fuego más incandescente. Al dolor hacía tiempo que se había acostumbrado y se había amoldado a él como un compañero de viaje que no te puedes quitar de encima por mucho que lo intentes. Ese compañero tenía nombre y Tanka lo había aceptado de buena gana. Todo para salvar a una mujer que nunca había visto antes y que solamente pudo conocer en sueños. Parka era su nombre. Temibles los relatos que acompañaban a semejante figura y de la que todo el mundo tenía miedo de hablar.
—Yo....he estado aquí antes. Con la miel....Delfos.....—
El sonido de la flauta sumió a Patrick en un trance fatal del que parecía no poder salir. Un sonido tan incomprensible, armonioso pero tan aterrador que hizo que el obeso hombre se sumiera más en su interior.
Ya no escuchaba a sus amigos. No sabía lo que pasaba. Solo estaba el hambre. Un vacío tan indescriptible que ni el más voraz de los carnívoros podría saciar ni aun predando millones de presas.

—Tengo tanta hambre....— dijo con un sonido gutural y tosco.

La cabeza seguía palpitando al ritmo de su acelerado corazón que mantenía el ritmo a duras penas y quien sabe por cuánto tiempo más.

Una mirada bastó. No había nada más cercano. Sin dudar ni un segundo Tanka desató los vendajes de su mano herida.

La carne putrefacta y purulenta se abultaba de formas y ángulos imposibles sobre si misma formado un segmento de carne, arterias y tendones imposibles de retratar salvo en las fotografías actuales.

—Tengo tanta hambre....— su voz emitía un siseo extraño.

Las fuerzas flaqueaban y el frío era terrible, aunque sudaba a raudales.

En un movimiento fugaz, los dientes se hincaron violentamente donde una vez hubo dedos y uñas, arrancando de cuajo un enorme trozo de masa disforme de carne y pus. Ni siquiera le dio tiempo a sentir el atroz dolor antes de volver a meterse otro bocado. La sangre emanaba inparable mientras la boca voraz de Patrick asestaba un bocado tras otro allá donde la quemadura continuaba. Los huesos crujían emitiendo  un sonido seco y peculiar que sus amigos jamás llegarían a olvidar.

Empapado en sangre Tanka acabó por completo con lo que quedaba de su mano antes de caer en la cuenta de que no había más que llevarse a la boca.

Tristán estaba cerca con una mano apoyada en su hombro, viendo incrédulo lo que sucedía.

—Tengo tanta hambre....— dijo con la mirada perdida en el vacío antes de percatarse de la presencia de su amigo.

Cargando editor
04/03/2020, 23:58
Aurélien Desmond
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy tirando por lo de Tanka

 

Yyyyyyy a mamarla la estabilidad! 

Esto pinta chungo

Cargando editor
05/03/2020, 01:24
El Guardián de los Arcanos

Por un instante, todos ignoraron la flauta que provenía de Carcosa y se quedaron absortos ante los ojos de Tanka. Podían ver un hambre inhumana en aquel par de pozos de demencia. Hambre por su propia carne chamuscada.

Todos fueron capaces de intuir lo que iba a suceder. Era una certeza, algo inevitable. A menos que alguien se abalanzase a detenerle, Tanka comenzaría el festín más terrible que hubiesen presenciado jamás.

Notas de juego

El efecto. Hacedme todos una tirada de Estabilidad. Por supuesto, sentíos libres de interferir en la acción de Tanka.

Cargando editor
10/03/2020, 00:27
Tristán Poincarde

 La escena era completamente morbosa y macabra. Salida de un cuento de terror de los que Tristán jamás pudo leer. Ver a su compañero de viaje, antes un hombre culto y refinado, terminar en aquella situación era de lo más aberrante que había en la vida. Tan aberrante debía haber sido, que el subastador melodramático no pudo llevarse a si mismo a intervenir en la situación. Solo pudo mirar con el espanto inyectado en los ojos. Con una mueca de asco. Y unas ganas tremendas de darse vuelta y correr. Correr hacia lo desconocido, y olvidarse de una vez por todas de Camille.

 Mas ese no era el camino que seguiría el caballero. Si bien no tuvo la capacidad de actuar a tiempo para ayudar, ayudo a su compañero a limpiarse. Con su viejo y gastado pañuelo, le empezó a quitar la sangre de la cara. Las mejillas, la barbilla, intentando borrar el rastro del horripilante canibalismo. Todo con una profunda pena en el alma, ante la mirada de un amigo al que estaba perdiendo en la locura.

- Ya no hay... ya no hay más nada para comer, mon ami. Vayamos... vayamos a la ciudad, ¿vale? Allí encontraremos algo para tí...

 Una escueta sonrisa se formó en el rostro del subastador, que miraba a Tanka de forma fraternal. Pero las lágrimas que empezaban a acumularse en sus ojos revelaban la falsedad de la sonrisa que solo existía para tranquilizar a Patrick.

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
10/03/2020, 11:15
Padre Mathieu Regnard

-¡Por San Rafael Arcángel!* ¿¡Pero qué haces, desgraciado!? - Exclamó el padre al ver como Tanka había comenzado a devorar su propia mano. Tras un primer impulso de repugna ante tan grotesca imagen, el párroco se lanzó sobre su compañero con intención de detenerlo, alejando su mano de su propia boca y reteniendo al orondo hombre ante la pasividad del resto de sus compañeros, tan estupefactos como él mismo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Patrón de los mutilados, o algo así XD

Cargando editor
11/03/2020, 01:37
El Guardián de los Arcanos

Y así, todos observaron cómo Tanka se desplomaba sobre la arena, con restos de lo que ahora era un muñón sanguinolento entre los dientes. Su rostro se había congelado en una expresión de satisfacción. Al fin y al cabo, había saciado al fin su hambre.

Para los presentes todo había sucedido demasiado deprisa. Se habían quedado paralizados, incapaces de actuar. Solo podían quedarse mirando cómo su compañero se automutilaba de nuevo. Esta vez, de una forma mucho más truculenta y surrealista.

El padre Regnard se persignaba a gran velocidad, como si su mano fuese un colibrí desquiciado que no sabía dónde posarse. Desmond y Poincarde trataron de ganar una batalla perdida contra las arcadas y terminaron derramando bilis sobre sus zapatos.

Tanka yacía hecho un guiñapo, a pocos metros de ellos, con una desquiciada sonrisa de felicidad*.

Notas de juego

A excepción de Tanka, perdéis todos 3 puntos de Estabilidad (acordaros de anotarlo en la ficha).

*Dada tu descripción, lo suyo es que todo culmine en un desmayo. Toca tocará una última tirada de Estabilidad para tu personaje. El manual establece que los actos de canibalismo suponen una pérdida de 6 puntos, por lo que te quedarías irremediablemente loco (y tus compañeros tendrán que cargar contigo). Puedes elegir hacerla ahora (y el desmayo será definitivo si fallas) o cuando despiertes.

Cargando editor
14/03/2020, 00:48
Patrick Tanka

El ansia de carne se había apoderado del obeso hombre que era de alguna forma consolado por su compañero. Las ganas de hincarle el diente al él también eran sublimes. Superiores. Pero en algún lugar muy escondido de su cabeza, entre neuronas, venas, y sinapsis eléctricas, había un pequeño rincón que albergaba un pensamiento diminuto en comparación con la majestuosa y desproporcionada hambre que le obligaba a querer devorar todo  su paso. En ese rincón había un pensamiento pequeñito, que se revolvía y se aferraba a estar ahí a pesar  de que lo que estaba sucediendo era inevitable.
Esa idea, ese atisbo de esperanza era el caer rendido, el no hacer daño a sus amigos, el no tener más fuerzas y aunque el dolor le pudiera acompañar durante el resto de sus días, no permitiría hacer nada al bueno de Tristan.
El hambre cesó de repente.
La mano apoyada de Tristan en el hombro de Tanka adquirió el peso de toda una vida de dudas, de dificultades, de tormentos y entonces comprendió que no estaba sólo.

Bajo la atenta mirada de su amigo, Tanka perdió todas sus fuerzas de golpe mientras le dedicaba una última sonrisa. Su cuerpo cayó inerte y frío al suelo. Por un momento su corazón se paró, y si en esa fracción de tiempo entre latidos decidió volver a funcionar, fue solamente porque el destino había escrito que Tanka viviría  hasta el último de sus días en una constante agonía física y mental. Estaría atrapado en un cuerpo que no podría volver a mover.

Sus ojos se cerraron y el hambre cesó.
Patrick quedó tendido en el suelo mostrando una respiración pausada y lenta. Algún espasmo involuntario movía de vez en cuando uno de sus dedos de la mano intacta. Los chorretones de sangre negruzca seguían emanando imparables por su destrozado muñón que ahora tenía marcas de dientes, carne desgarrada,  zonas de piel ennegrecida y venas amoratadas que mostraban una necrosis en proceso de avance. El olor era vomitivo.
Tanka sintió el frío tacto del suelo contra su cara. Solamente pudo atrapar una palabra en su cabeza antes de caer en un profundo coma.

—Camille—.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Bueno, pues creo que mi pj llega hasta aquí. Seguiré viendo vuestras hazañas desde mi posición astral.

Pdta: Hacía tiempo que no me jugaba un pj tan ricamente. Gracias a todos!!!

Cargando editor
24/03/2020, 01:52
Aurélien Desmond

El profesor aprieta el mango del revólver con tanta fuerza que se le comienza a agarrotar el brazo. Por su mente pasan muchas ideas sobre lo que podría hacer ante esta situación, ninguna de las cuales podría cambiar nada ni mejorar nada.

Camille

Por un instante percibe su dulce perfume, pero sabe que es imposible, que nunca ha olido antes ese perfume y que todo esto no es más que un mal sueño. Pero su amigo Patrick está tirado en el suelo cubierto de sangre y ni el pellizco más potente podría borrar esa imagen que no pertenece a ningún sueño, sino a la realidad absoluta. Una realidad que está más allá de toda comprensión y que, sin embargo, es más real y certera que todo lo que el profesor pudo vivir jamás.

El guiñapo sanguinolento de su camarada es ahora un recordatorio de la gravedad y el peligro que queda por delante.

Desmond se arrodilla junto a Tanka y le sujeta la cara. Sus ojos vidriosos están salpicados de las estrellas reflejadas y su mandíbula se tuerce de forma estúpida y grotesca mientras sus labios parecen pronunciar sin moverse ese nombre maldito que les ha traído hasta aquí.

Mientras abraza su cabeza, Desmond recuerda las últimas horas desfasando en el bar con él y Tristán puede ver la voluntad quebrada del profesor a través de la lágrima que cae hacia la punta de su nariz.

- Si en algún lugar volvemos a vernos, seguro que tendremos a mano una botella sin abrir de The Macallan o un buen Brandy. Adiós, buen amigo. Ya no debes turbarte más con lo que pueda venir a continuación.

El disparo resuena en el aire como si estuviesen bajo una enorme bóveda. El profesor se levanta con la punta del revolver aún humeante y coloca su chaqueta cuidadosamente sobre la cabeza abierta de Tanka.

- Siento no haberle dado tiempo a la extremaunción, padre.

El profesor guarda su revolver y saca de su pitillera un cigarrillo arrugado y a medio fumar. La luz del fósforo ilumina suavemente la caja de cerillas del local donde se suponía que debían estar ahora mismo, partiéndose la cara contra unos fornidos guardias de seguridad.

Desmond sigue la trayectoria del humo con la mirada mientras da la espalda al cuerpo sin vida de su amigo.
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro estabilidad de nuevo por lo que acaba de pasar. 

 

Cargando editor
24/03/2020, 02:21
Tristán Poincarde

 La escena de el profesor despidiéndose de su amigo era desoladora y dejaba en el aire un cierto aire de melancolía; siendo bien sabido que aquellos dos hombres compartieron una gran afinidad durante la investigación. En esos días en donde buscar a Camille era un interés inocente e ingenuo; a diferencia de ahora, en donde ya habían perdido a dos compañeros en la locura y la desesperación.

 Pero aquella escena de amigos diciéndose "au revoir" uno al otro no era tal. Puesto que en el momento menos pensado, el profesor pone a dormir definitvamente a Tanka con el poder de su revolver. En un acto que dejo a Tristán conmocionado por unos segundos, para luego largar un grito descomunal ante la locura de aquel acto que había realizado Aurélien.

- ¡ARGHH! ¡OH MON DIEU! ¡Dios querido! ¡¿Pero qué ha hecho, monsieur Desmond?! Usted lo ha... lo ha... ¡lo ha matado! ¡Que horripilante! ¡Merde!

 El subastador dio un par de pasos para atrás, poniendo un poco de distancia entre él y el profesor. Evidentemente estaba asustado, aunque algo le decía que no había una ira asesina en el alma de Desmond. Aunque ese pensamiento fuera en sentido contrario a todas sus creencias religiosas.

- ¡P-p-padre Mathieu! ¡Dígale algo! ¡Acabo de matar! Acaba de... de... ¡de violar un mandamiento!

Cargando editor
24/03/2020, 02:35
Aurélien Desmond

- Considérelo la misericordia del escudero de Saúl. Aunque yo, señor Poincarde, no pienso arrojarme sobre la espada y no creo que lo terrible que nos acecha más adelante sean filisteos. No sabemos dónde estamos ni a dónde nos dirigimos. No sabemos qué nos depara ni siquiera el futuro más inmediato. Pero no se preocupe, tengo al menos una bala para cada uno y espero que haga lo propio cuando me llegue la hora.

El profesor da una última larga calada al cigarrillo hasta llegar al filtro y lo deja caer al suelo, despidiéndose de los últimos ápices de nicotina casi con la misma aflicción que al despedirse de su compañero.

Cargando editor
25/03/2020, 03:47
Tristán Poincarde

 La falta de arrepentimiento o duda en el accionar de Desmond inquietaba a Tristán. Era un hombre de una filosofía completamente diferente a la suya. Y lo peor es que, de los dos hombres, el que tenía un arma era él. Solo esperaba no encontrarse del otro lado de aquel cañón en el futuro.

- No confíe en mi para hacer semejante cosa, profesor... lo que acaba de hacer es altamente... ehm, err... ¡pecaminoso! Jamás tomaría una vida de la forma en la que usted lo ha hecho. Y le pido, por favor, que usted no lo haga con la mía... Ahora, vayamos... vayamos al pueblo...

 Un nuevo sentimiento de miedo invadió el ser de Tristán. Hasta el momento no se lo había planteado; pero él podría ser el próximo en caer en la desgracia... ¿Cómo sería eso? ¿Qué era la locura? Lo único que el Sr. Poincarde podía creer es que el lugar en el que cayeron Vyaturas y Tanka era un hoyo de pecado. Pero las explicaciones religiosas se quedaban cortas para explicar todo aquello. Y eso provocaba una nuevo miedo en Tristán. El miedo de no saber que sería de él.