Partida Rol por web

Cançó d'Alós

Escena VIII: Dies Irae

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13/11/2019, 19:58
Clara de Mormont

Notas de juego

Tranquilo, no pasa nada.

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14/11/2019, 17:53
Magister

https://youtu.be/f5QzroijYfY

 

Algunas personas sólo quieren ver el mundo arder.

Mientras te escondías entre la marabunta, escuchaste un grito, y sentiste la conmoción general: los caballeros de Alós, comandados por ese cafre de Roger d'Erill, se precipitaron contra el estrado con las espadas desenvainadas, sin decir palabra. Pero esta vez el pueblo no se lo iba a permitir. Una lluvia de tejas, piedras y jarrones cayó sobre los caballeros, encabritando los caballos. Algunos de los caballeros cayeron al suelo y la gente se echó sobre ellos. Los guardias pontificios del legado papal se cerraron sobre él, para protegerle.

Con todo, aquella dramática escena no duró más de un minuto. Pronto Daniel de Livonia alzó los brazos, y la gente paró. La división montada de Alós había sido derrotada, pero ahora intentaban montar en los caballos y recoger a los heridos con cierta dignidad. Entre ellos, se encontraba el propio Roger d'Erill, que no podía levantarse. Un trozo de teja parecía haberle alcanzado en la cabeza, y de una de sus sienes manaba sangre negra. Lo llevaban en brazos entre algunos de sus hombres.

Sin decir palabra, Daniel de Livonia montó en su caballo y, junto con su flamante guardia, se dirigió al paso hacia el castillo. Era como si él mismo escoltase a los hombres que habían venido a escoltarle a él.

A lo lejos, sin entrar en el mar de personas y sangre y gritos, la figura de Vicenç contemplaba la escena, montada en su caballo.

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14/11/2019, 18:00
Magister

https://youtu.be/f5QzroijYfY

 

Algunas personas sólo quieren ver el mundo arder.

Mientras te escondías entre la marabunta, escuchaste un grito, y sentiste la conmoción general: los caballeros de Alós, comandados por ese cafre de Roger d'Erill, se precipitaron contra el estrado con las espadas desenvainadas, sin decir palabra. Pero esta vez el pueblo no se lo iba a permitir. Una lluvia de tejas, piedras y jarrones cayó sobre los caballeros, encabritando los caballos. Algunos de los caballeros cayeron al suelo y la gente se echó sobre ellos. Los guardias pontificios del legado papal se cerraron sobre él, para protegerle.

Con todo, aquella dramática escena no duró más de un minuto. Pronto Daniel de Livonia alzó los brazos, y la gente paró. La división montada de Alós había sido derrotada, pero ahora intentaban montar en los caballos y recoger a los heridos con cierta dignidad. Entre ellos, se encontraba el propio Roger d'Erill, que no podía levantarse. Un trozo de teja parecía haberle alcanzado en la cabeza, y de una de sus sienes manaba sangre negra. Lo llevaban en brazos entre algunos de sus hombres.

Sin decir palabra, Daniel de Livonia montó en su caballo y, junto con su flamante guardia, se dirigió al paso hacia el castillo. Era como si él mismo escoltase a los hombres que habían venido a escoltarle a él.

A lo lejos, sin entrar en el mar de personas y sangre y gritos, la figura de Vicenç contemplaba la escena, montada en su caballo.

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14/11/2019, 18:00
Magister

https://youtu.be/f5QzroijYfY

 

Pronto llegaron a la puerta del castillo las noticias del tumulto y la agitación en Villegat, mientras que, a lo lejos, una pequeña comitiva de caballos parecía dirigirse hacia la ciudad. 

Cuando se hubieron acercado, pudo comprobarse que a la cabeza iba un muchacho alto, imberbe, descalzo y vestido sólo con una sotana negra. Detrás de él, flamantes, regios, inmaculados, cabalgaban una decena de guardias pontificios con los estandartes en alto. Y, tras ellos, como siendo escoltados de vuelta, una quincena de caballeros de Alós, algunos de ellos compartiendo caballo, con armaduras manchadas en sangre, cascos perdidos, ojos en blanco. La viva imagen de una derrota.

Entraron en el patio de armas en silencio y, una vez dentro, los caballeros que pudieron procedieron a descabalgar y trataron de dar una imagen de dignidad que poco se correspondía con la realidad. Bajaron de su caballo al pobre Roger, que estaba malherido por un trozo de teja que le había dado en la sien. Cuando lo depositaron en el frío suelo, su semblante era blanco y no hacía más que mover los labios sin emitir ningún sonido.

Uno de los caballeros se acercó a la señora de la casa y, de manera apresurada, le dijo:

-- Mi señora, este diablo ha azuzado a las masas en nuestra contra --dijo, señalando al muchacho joven que, por su parte, no daba signos de comprenderlo--. Cuando nos dirigimos hacia su posición, se nos tiraron encima con piedras y tejas. Han malherido al señor d'Erill.

>> Debemos apresarlo, ahora que le superamos en número. Mi señora, por favor.

Sin embargo, parecía que ninguno de sus compañeros compartía su entusiasmo.

Notas de juego

Cuando me respondáis, tiradme Descubrir o Percepciónx3 o lo que sea más alto.

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14/11/2019, 18:17
Clara de Mormont
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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14/11/2019, 18:32
Magister

Y, tras ellos, como siendo escoltados de vuelta, una quincena de caballeros de Alós, algunos de ellos compartiendo caballo, con armaduras manchadas en sangre, cascos perdidos, ojos en blanco. La viva imagen de una derrota.

Todos menos Vicenç, claro está, que está impoluto.

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14/11/2019, 19:45
Maria d'Olot

Observé aquel patético espectáculo que se había congregado en el patio, largo rato antes de decir nada, para luego salir a recibir a aquella extraña comitiva. ¿Estos eran los valientes hombres con los que contaba Alós? ¿Les había dado las intrucciones en latines, acaso? -Poneos en pie, y dejad de poneros en ridículo, caballero d'Erill.

-¿Diablo? Yo aquí no veo ningún diablo, veo un hombre, -Apenas un niño, en realidad, pensé -un enviado papal, ¿acaso además del juicio se os ha nublado la vista y no veis los estandartes? -solté, claramente enfadada, una buena reprimenda a aquel joven caballero. Y aunque así fuera, tendría que estar fuera de mis cabales para mandar apresar un legado del Santo Padre con su guardia delante, o en absoluto.

-Mi señor, -dije, modulando el tono para recibir a aquel joven con aspecto de mendicante -yo soy quien os ha mandado buscar, Maria d'Olot, esposa del Barón de Alós, Carles de Mormont -me presenté. -Tanto nuestro párroco local como mis hombres os acusan de haber sembrado el caos entre las buenas gentes del valle, por lo general pacíficas. ¿A qué se debe todo este barullo? ¿quién sois  y qué os trae a Alós?

Justo en ese momento, me percaté de algo, de cierto detalle...

- Tiradas (1)
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14/11/2019, 20:06
Magister

Y, tras ellos, como siendo escoltados de vuelta, una quincena de caballeros de Alós, algunos de ellos compartiendo caballo, con armaduras manchadas en sangre, cascos perdidos, ojos en blanco. La viva imagen de una derrota.

Todos menos Vicenç, claro está, que está impoluto, como si no se hubiera metido en la refriega en absoluto.

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14/11/2019, 20:32
Daniel de Livonia

A medida que Maria se acercaba al lugar donde yacía Roger d'Erill, se sorprendía al comprobar que quizá el caballero d'Erill no estuviera fingiendo, después de todo. 

No obstante, antes de que pudiera decir algo a ese respecto, le interpeló una voz tranquila, suave, aterciopelada, como la sensación que pervive en las manos tras enterrarlas en la arena de la playa. Una voz proveniente de un muchacho, alto, hermoso, que acababa de descabalgar y ahora se mostraba a sí mismo en toda su estatura, con su figura escuálida, pero esbelta, en mitad del patio de armas. La diferencia con el rechoncho, aristocrático y recio Rodrigo de Astorga no podía ser más pronunciada. Rodrigo era un hombre ambicioso, inteligente; la clase de hombre que podría llegar a ser un papa. Aquel muchacho, en cambio, era la clase de hombre que podría llegar a ser un santo.

-- Mi señora, me presento. Mi nombre de Daniel, y dicen de Livonia porque he trabajado allí evangelizando a aquellas pobres gentes --sí, pero ¿cuándo? Si parecía no tener más de 17 años--. He venido a petición de un buen amigo, porque a Roma han llegado noticias sobre la presencia de un mal en este valle, un mal que no duerme y que pervierte las mentes.

>> En la villa, sus caballeros se han lanzado contra nosotros sin provocación alguna, y las buenas gentes de Villegat se han lanzado contra ellas presas de la cólera del Señor --dijo esto mirando al cielo. No sabéis por qué, pero justo en este momento un rayo de luz apareció entre las nubes, pero sólo fue un instante--. Cuando me di cuenta de lo que sucedía, calmé a las masas. Pero ya era demasiado tarde.

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14/11/2019, 20:41
Magister

https://www.youtube.com/watch?v=DK_a73LC7_k

 

Mientras huías del pueblo, te encontraste con el niño al que habías enviado a espiar en aquel cementerio. No lo habías visto desde entonces, pero por lo que ves no parece que se haya dado la gran vida. Está solo, asustado, sentado en una ventana. Cuando te acercas, te cuenta lo que vio. Y a primera vista no puedes creerlo.

Aquel día, Clara y el heredero de Empúries fueron al cementerio, y comenzaron a hacer cosas impuras. En ese momento, Vicenç disparó dos virotes hacia el heredero, que cayó al suelo. Manel apareció, y entre los dos acabaron de matar al joven Ponç, cercenando su cabeza. 

Hasta aquí, no dabas crédito. ¡Tú mismo viste al heredero aquella misma noche, bien vivo, anunciando su boda! Pero el relato continuaba: en ese momento, todos se dieron cuenta de que había un jinete rojo mirando la escena. Nadie lo había visto llegar; sencillamente, ya estaba allí. Una densa niebla rodeó el claro, y... Aquí el relato del niño se quebró. Habló de unos ojos rosas oteando desde la bruma, habló de demonios y habló de una señora. Habló una rosa. Y de un cuerpo que, de repente, ya no estaba.

Notas de juego

Perdona, se me olvidó contarte todo esto.

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14/11/2019, 23:03
Pèire

Seguí a mi señora, hasta el lugar y escuché atentamente los delirios de ese tal Daniel. Me parece interesante lo que dice, pero solo veo un hombre ambicioso, que busca poder. No tarde mucho en responder a sus insinuaciones, en un tono alto. Para que todo el mundo me oyera.

Curioso, lo que decís. Joven, pero en todo este tiempo. No he visto a esa mala gente, que usted dice. Pero como todos los lugares hay gente de bien y gente de mal. También están aquellos, que usan sus malas artes, para llevar a la gente hacia el mal, con bonitas palabras. Y eso es un crimen atroz. Me le quedo mirando con severidad, unos segundos, mientras recobro el aliento.

Además, ya que se hablan de rumores, a mis oídos, también han llegado rumores de otros pueblos y pequeñas ciudades. De cierto grupo de vándalos, que se hacen pasar, por gente del clero e incitan a las masas con su carisma, para hacer revueltas y con disfraces y viejas triquiñuelas, hacen aparecer demonios por la noche. Para tener mayor credibilidad y luego sacaban hasta el último centava a los aldeanos, antes de irse sin dejar rastro.

Pero, es solo eso un rumor y como hombre de fe, no debería cerciorarse, con exactitud de esas acusaciones. Antes de gritarlo a los cuatro vientos, eso solo me deja una cosa clara.

Me quede callado y manteniéndole la mirada severa, para mí. Ya tenía un veredicto sobre ese joven y no era precisamente bueno.

Aquellos, que me conocen bien, de dentro del castillo, saben que estoy arremetiendo contra él. Porque me da mala espina; pero para la gente de Alos. Le estoy poniendo la misma cara, que le pongo a los niños de la ciudad, antes de regañarles, y luego curarles alguna herida que se han hecho haciendo algo imprudente.

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14/11/2019, 23:06
Clara de Mormont

Miraba la escena, en silencio mientras seguía en un rincón, apartada de todo. Después de todo sabía que estaba moviendo los hilos y no servía de nada hacer nada, después de todo el tiempo y Dios pondrían a cada uno en su lugar...

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15/11/2019, 07:58
Director

Notas de juego

Tirame Suerte

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15/11/2019, 09:50
Pèire
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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15/11/2019, 16:04
Daniel de Livonia

Daniel se quedó mirando a Pèire durante un instante, perplejo. Entonces, de improviso, dijo algo en un idioma que no conocíais:

-- Aquelas montanhas que tan nautas son m'empachan de veire mas amors ont son.

>> No temáis, anciano. Giulio, enséñales el sello.

Aquel que respondía al nombre de Giulio, descabalgando, os enseñó un emblema ricamente adornado con las llaves de San Pedro: el emblema del Papa. 

-- Los aldeanos se quejan de desapariciones de bebés, del comportamiento errático de sus rebaños, de la corrupción del poder. Se quejan de ataques de bandidos y de los males que les han acontecido desde hace unos meses. Y aún si no hubiera recibido la noticia de una persona en quien no puedo sino confiar, eso me bastaría para intentar aliviar el sufrimiento del rebaño temeroso de Dios, ya que su párroco parece estar más ocupado bebiendo como un puerco que siendo un pastor.

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15/11/2019, 16:10
Magister

Aquellas palabras, pronunciadas en occitano, tu lengua materna, te helaron la columna. Por supuesto, pensaste, ha reconocido mi acento. 

En cualquier otro contexto, unas palabras en la lengua materna serían recibidas con calor y amistad. Pero los occitanos no guardaban un buen recuerdo de la Santa Madre Iglesia... Sabías que, a partir de ahora, Daniel te iba a vigilar. Y tenías bastante que esconder.

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15/11/2019, 16:12
Rodrigo de Astorga

-- Tiene razón.

Las palabras rompieron el incómodo silencio tras las declaraciones de Daniel. Rodrigo salió, engalanado, y abrazó y besó al muchacho.

-- Yo mismo mandé llamar al inquisidor.

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15/11/2019, 16:13
Magister

La mención a la desaparición de niños te hace recordar (¡como si pudieses olvidarla!) la visión de aquella pobre mujer...

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15/11/2019, 16:28
Clara de Mormont

Permanecí como hasta ahora, quieta, en silencio, oculta en las sombras sólo un pensamiento venía a mi mente

<<Debo hablar con él... >>

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15/11/2019, 21:46
Manel de Mormont

Daniel de Livonia, por favor, informad de lo que ha pasado en la villa y no os dejéis ningún detalle. Me acerco hasta donde se encuentra Roger.

Pues si algo no soporto es a los embusteros. Hago una señal para que se lleven a Roger a sus aposentos.

He luchado con Roger d'Erill en incontables batallas y nunca lo he visto cargar contra alguien que no haya dado señales de hostilidad antes.