Partida Rol por web

La mañana llega al Mercadona de la calle Prosperidad. El ya familiar "Mercadooona... Mercadona... " musical suena en la megafonía, programado, como cada hora de apertura. Junto al hilo musical, comienzan a ser recitadas las ofertas de la semana. Ofertas que nadie aprovecharía en aquel día aciago, pues no habría cliente alguno que pudiera atravesar las puertas del supermercado, que permanecían cerradas a cal y canto.

Una vez más, los pasos del Bulldog, junto a los de sus armarios, que siempre van con él cual complemento de guerra cuando decide presentarse ante vosotros, resuenan entre los pasillos cargados de mercancía, que a estas alturas comienza a estar desordenada, y además en parte hecha una masa informe debido a la humedad acantonada de hace dos noches. El pasillo de los congelados parece ya una pista de hielo debido al frío aplicado sobre la breve lluvia mercadonil proporcionada por los detectores de incendios.

Llevándose una mano a la cabeza, y con mayor cara de perro que nunca, Enrique Muñoz mira a empleados y clientes con expresión de muy pocos amigos, y con los ojos a punto de salírsele de las órbitas- ¡¿Alguien me puede explicar qué es esto?! - grita, señalando un nuevo cartel situado en la frutería, delante de las lechugas empaquetadas.

- ¡Sois una panda de inútiles! - vuelve a gritar, y la reverberación de su propia voz, hace que deba sostenerse la cabeza con las manos, haciendo un claro gesto de dolor- Por eso no me extraña que dos más de vosotros estén en la calle. No os dais cuenta de nada, no hacéis caso de nada y pensáis que todo os va a venir caído del cielo. ¡Pues estáis equivocados!- dice, señalando a unos cuantos de vosotros, al azar.

- La limpiadora y el chico ese, el tal Joel, han sido despedidos, por vuestra dejadez. ¡Seguís negándoos a confesar! Y mirad lo que os hacen esos que se llaman vuestros compañeros. ¡Os venden! Mientras vosotros no paráis de armar escándalo y de destrozar este supermercado, que durante años ha tenido una reputación intachable y unos precios insuperables. Y por si fuera poco, los vecinos no han parado de llamar esta noche. ¡No he podido pegar ojo! ¡Y tengo una migraña espantosa! ¡ESPANTOSA! 

A medida que iba hablando, el Bulldog apretaba los dientes. Cuando parecía que su boca no podía soportar más presión, un estornudo resonó en el supermercado, y toda su dentadura rechinó. Akinlabi entonces se llevó las manos a la nariz, apurado, mientras Pepe, aquel misterioso empleado de mantenimiento le dedicaba un ¡Salud! quizá una octava más alta de lo debido. 

Y la reacción del encargado no se hizo esperar- ¡FUERA! ¡FUERA! ¡LLEVÁOSLOS DE AQUÍ!-grita, con la cara enrojecida de rabia, mientras los armarios agarran a Pepe y a Akinlabi, conduciéndolos a la salida de almacenes- ¡Y MÁS OS VALE QUE VOSOTROS ESTÉIS HOY CALLADITOS SI QUERÉIS CONSERVAR EL TRABAJO! - dijo, y del bolsillo de la chaqueta, sacó, con un gesto despreciativo, un par de blocks de notas y unos lápices- ¡CRÍOS, QUE SOIS UNOS CRÍOS! ¡PANDA DE VAGOS!- airado, sosteniéndose la cabeza y con pasos agigantados, se acerca a una de las estanterías del supermercado, en la que al parecer había dejado una urna igual que la del día anterior- Ya sabéis. - la señala, con ira- Y si no queréis, puerta. Y ya os adelanto que podéis olvidaros del finiquito. Aquí las ofertas del día terminaron. ¡TERMINARON!- tras arrancar un cartel de cacao soluble Hacendado en oferta de su sitio, vuelve a dejaros con la palabra en la boca, marchándose.

Mientras, tras las puertas, parece estar reuniéndose un grupo considerable de gente. Sin embargo, no sois capaces de saber qué es lo que está ocurriendo ahí fuera. Durante unos instantes, os miráis los unos a los otros, y no podéis evitar preguntaros en quién podéis confiar realmente tras aquella criba inesperada. Alguien dentro de Mercadona es la Mano Negra que amaña productos y despide a los compañeros mientras descansan entre cajas de detergente Bosque Verde, ignorando el sino aciago que les espera, pero la cuestiones ¿cuál de entre vosotros puede tener semejante sangre fría?

La música empezó a sonar por los altavoces, que se encontraban dispuestos de forma estratégica por todo el Mercadona, despertando a Sara. Ésta abrió los ojos y una mueca se formó en sus labios, cuando al ir a moverse, sintió un tirón en la espalda. Se incorporó y miró a su alrededor, parecía que las cosas seguían igual. La persiana estaba bajada y ellos continuaban allí encerrados. Bienvenidos al Mercadona. Se dijo poniendo cara de asco.

Se levantó y se dirigió al baño ya que necesitaba vaciar urgentemente la vejiga. Sacó un cigarrillo y mientras estaba sentada en la taza del váter, lo encendió y le dio una buena calada. Buah! Que bien sienta el primero. 

Salió de la cabina del váter, tras haber tirado de la cadena, y se fue a lavar las manos. Sujetando el cigarrillo con los labios, se llenó las manos de jabón y las frotó, mientras miraba su reflejo en el espejo. Necesito lavarme como sea. Si hoy no nos dejan salir hablaré con Eva para hacer turnos y bañarnos aunque sea aquí. Empezó a enjuagarse, cuando le pareció escuchar la voz del Bulldog. Joder... 

Se secó rápidamente las manos y apagó lo que le quedaba de cigarrillo en la suela de su zapato, guardándolo de nuevo en la cajetilla para poder fumárselo más tarde. No sabía cuántos días permanecerían allí encerrados y no quería quedarse sin tabaco. 

Salió de los servicios y se acercó, de puntillas, a la zona donde Enrique estaba vociferando. ¿Han echado a Joel? Sus ojos se abrieron como platos ante esa noticia e, inconscientemente, lo buscó entre la gente. Iba a quejarse, a decirle cuatro cosas al Bulldog, cuando Akinlabi estornudó y fue expulsado, tanto él como Pepe. Consciente de que si decía algo podía correr la misma suerte, prefirió morderse el labio y guardarse sus comentarios hasta que Enrique estuviera fuera.

- Cago en la puta, ¿quién ha echao al Joel y a la Asun? ¿Ahora quién limpiará? - La pobre estaba desquiciada, pero era la que intentaba mantener aquello medianamente limpio. - Yo nunca me he metio con nadie. Si queréis boicotear, pues haced lo que os de la puta gana. Pero si os pillan, encima no jodáis al personal. Hostia - . Hablaba sin mirar a nadie en concreto, paseando su mirada entre todos los que estaban allí presentes. 

Me despierto una nueva mañana de encierro. Lo que antaño fuese un supermercado relativamente ordenado y limpio, es ahora un auténtico campo de batalla hecho un auténtico desastre.

Y de igual modo, los que aquí permanecemos presos en contra de nuestra voluntad, comenzamos a denotar las evidentes carencias de una vida civilizada normal.

- Joder que puto asco - musito al apoyar la mano en algo viscoso que había en el suelo mientras intento levantarme.

Y entonces aparece el Txakurra entonando su peculiar canción mañanera.

- Hijoputa... - murmuro entre dientes, para el cuello de mi camisa, mientras lo observo desde el otro lado del pasillo con el ceño fruncido y la mirada severa como si quisiera matarlo con mis pensamientos.

En cuanto vuelve a desaparecer tras la puerta, sus palabras se asientan en mi cerebro.

- ¿Joel? ¿Asun? -

Pienso al tiempo que desesperadamente miro a mi alrededor.

- Joder - comento en voz alta - ¡Se están ventilando a los reponedores y trabajadores de servicios! -

Caigo como un saco sentándome en el suelo.

- Nos están diezmando desde abajo... -

Nadie pareció haberse dado cuenta, pero Hipólito, entre el brownie especiado y los tranquimacines que usaba para dormir. ¡Se había pasado todo el día durmiendo! Un tanto colocado fue vagando por el súper hasta quedarse dormido tras una bonita pirámide de latas de lentejas.

Abrió los ojos con dificultad y la boca pastosa, preguntándose donde estaba. Hasta que hizo memoria. La poca que le quedaba. Se dio cuenta de que seguía encerrado en el Mercadona.

Se acercó hacia donde se encontraba la mayoría de la gente. Lo que vio por el camino le dejo patidifuso, trozos de pescado estallados desde dentro, olor a pólvora, el suelo empapado y la manguera antiincendios aun tirada en el suelo. ¡Que cojones ha pasado aquí! Pensó hacia sus adentro aun adormilado.

Llego a la zona donde se encontraba el resto de personas encerradas. Y agarrándose la cabeza, mareado pregunto:

-¿Qué demonios ha pasado? Llevo todo el día durmiendo, y la Asun? ¿Y los jóvenes reponedores? ¿Hay algo de desayunar? ¿Es esto aún un sueño?

- Es que sois unos críos, y además de verdad. - repitió la Sholi el sermón del Bulldog con su voz de cabreada permanente que no dejaba entrever si intentaba ser irónica o echaba la segunda bronca del día a los presentes.

- ¿y lo de Asun qué? ¿una especie de venganza callejera cutrona? Ala despedía por delatar al Vlady, ni sangre ni navajazos ni llaves desolladoras? - dio un par de palmaditas a su hijo durmiente - di que si niño, no aprendas eso, mejor duerme. 

siguió refunfuñando y deambulando por el super mirando las estanterías en busca de algo interesante, algo, lo que fuera, pero que fuese interesante, uno de esos productos que no sabes que quieres hasta que los ves y sientes que has encontrado lo que buscabas.

- ¡hay que joderse! - gritó con la misma rabia y dolor explosivo de quien pisa una pieza de Lego - ¡¿El carrefur es más barato?! verás como se entere la Morena, ¡verás!

Carmen se levanta por la musiquilla del Mercadona. Había sido una noche corta, y dormir entre dos cajas de cartón con olor a pollo pasado, no era un sitio donde descansar suficientemente bien. Se dirige a los vestuarios para lavarse la cara y luego vuelve a la zona de cajas, donde están todos reunidos. Llega justo para escuchar a Enrique salir y gritarles.

Mae mia... Si lo llego a sabe me quedo en la carniseria.

Arquea una ceja al ver el cartelito del Carrefour, y luego se sorprende más al ver la cantidad de despedidos que van sacando de golpe. Cuando este se va gritando se gira a los demás.

-Amo a veh... Eto empiesa a pasase de ca'taño ojcuro. Tenemo que empsar a centra'nos en lo que no toca. Tenemo que decubri quiene son esos infiltraos. -busca a Lourdes con la mirada.- Lourdes, ¿ha' podido decubri algo del ruso?

Pero bueno, es que no puede una despertarse con un poco de alegría?. Otra vez tenemos que aguantar al indeseable de Enrique Muñoz. Me levanto dolorida quejándome como una anciana por haber dormido sobre los cartones al lado de la carnicería. Ay, con lo malo que es el frio, se ve que me ha penetrado en el lumbago. Miro a Carmen y Damian. Estaban medio adormilados. Chiquillos, ey, despertad!. Inmediatamente me llevo la mano al bolsillo para comprobar si la llave del cuarto de mantenimiento sigue ahí. Ufff… no me la han robado ni tampoco me han despedido. Gracias a dios, en cuanto nadie me vea me escapo a rebuscar entre las cosas de Vladimir.

Cuando escucho al bulldog gritando desde la frutería me doy cuenta de que esto no ha hecho mas que empezar. ¿Mas malas noticias?. Pues si. Joel y Asun despedidos. Akinlabi y Pepe, desterrados del super. No entendia nada. Me acerco al barullo a ver que pasa. Cuando veo al encargado todo sofocado enseñando un cartel de la competencia me pongo a gritar como una histérica. AY, AY! Pero que despropósito es este?! Las lechugas no están mas baratas en el Carrefour, mentira cochina!. Y si lo están es porque no tienen la misma calidad!. Que salgan ya los culpables!. No queria decirlo en alto para que no cundiera el pánico pero ese cartel malicioso del carrefour me desconcertaba muchisimo. Habrian infiltrados de distintos supermercados?.

Cualquier otra persona en la posición de Shakiro hubiera pensado, sin más, que es que estaba perdido. Shakiro no, él considera que la vida es una aventura y cualquier desgracia, material para twitter. Y con esas, dos cojones y un palito, abrió lo que iba a ser una cuenta documental. Youtube, twitter, correo electrónico (shakirolodatodo@gmail.com)... las redes sociales iban a estar on fire.

Y además, tenía papel y boli. Bueno, ya que estaba aquí, intentaría al menos tener algunas experiencias intensas que poder plasmar en sepia.  Fue al baño y se lavó con el agua de la cisterna, poniendo en el móvil su música de ducha y haciéndose fotos a sí mismo:

Una vez terminó de higienizarse, fue a la sección de productos para el cuidado de la piel, cogió lo que hacía falta, fue a bricolaje, instaló una estantería en el baño de hombres y plantó sus productos básicos. Tendría los días siguientes para fabricarse sus propios potingues, pero por hoy necesitaba lo elemental.

Después se vistió.  Escribir las notas podía resultar útil, pero Shakiro lo que quería era vivir EXPERIENCIAS. Y si podían ser HEKXPERIENSIAS mejor que mejor. Escribió sus tres notitas y las dejó en los lugares donde había visto dormir a los correspondientes destinatarios.

El día anterior y el abuso no consciente de drogas dejan a Kanaka con una horrible sensación de malestar al despertarse.

También le dejan con algunas lagunas de memoria y con algunas imágenes traumáticas que por más que quiera no podrá borrar de su cabeza mientras viva. La mayor parte de esas imágenes protagonizadas por el madelman mulatito.

Sea como sea avanza por el pasillo de las aguas con una garrafa de fontvella de 6 litros bebiendo a morro para evitar la boca pastosa con la que se podria hormigonar un estadio de futbol.

Escucha voces y se dirige hacia ellas. Al llegar descubre al tipejo amargado metiéndose en el despacho. Detrás de él ha vuelto a dejar la urna del sorteo y una libretica para que nos dejemos notas.

Kanaka piensa un instante y se acerca al bloc de notas. Escribe tres (número totalmente aleatorio que nada tiene que ver con el límite impuesto) mensajes y se loa guarda en el bolsillo.

Con esto seguro que resuelvo el enigma

Aicha se despierta y al no tener la resaca que tuvo el día anterior, rápidamente se va a las neveras donde el día anterior había puesto leche par que estuviese fresquita. Se fue a por vasos de cubalitro y luego a por el Nesquick, el cual volcó a ojo, para luego echar la leche. "¿Alguien preparará algún desayuno hoy? Bueno de momento me comeré unas magdalenas."
Mientras, apareció el asqueroso aquel a gritos y Aicha se sorprendió al enterarse de todos los que se iban a marchar. "Ala..espera, la urna, la urna....¡Mierda!" Aicha se fue corriendo buscando a alguien.
-Ah,ahí estás, tu Manuel, te tengo que decir una cosa. Ayer en realidad no te voté a ti, pero en las votaciones salió eso, alguien debió cambiarlo.

Nota para Carmen González.

Inevitable es

el momento ecléptico,

la sinestesia .

Sin condensación

tautología terminal.

Que si follamos.

Nota para Kanaka:

Desubicado.

País lejano, hogar

disociativo.

Yo tengo un hot-dog

con el que empalarte bien (*)

¿Apetece, ladrón?

Nota para el Lejía:

Sé lo que hiciste

las noches solitarias

en la legión.

Sé lo que hiciste

roncas, sé lo que anhelas.

Te lo propongo.

Inevitable es

el momento ecléptico,

la sinestesia .

Sin condensación

tautología terminal.

Que si follamos.

Desubicado.

País lejano, hogar

disociativo.

Yo tengo un hot-dog

con el que empalarte bien

¿Apetece, ladrón?

Sé lo que hiciste

las noches solitarias

en la legión.

Sé lo que hiciste

roncas, sé lo que anhelas.

Te lo propongo.

La sintonía del Mercadona a todo volumen despertó a Maricarmen.

Las pastillas de la circulación le provocaban somnolencia a Maricarmen.. y acidez de estómago también. Se despertó rodeada de yogures Hacendado, porque se durmió bebiéndose uno de los petitsuisse líquidos. Que vale que podía ser de una edad interesante, pero aún le gustaban los peritsuisses, ¡leñe!

Vió pasar al chino de los bigotes congelados* con una garrafa de agua de marca. Nada de Hacendado, este chino era un pijo, en el fondo, algo como el del tupé y el móvil pegado a la mano**.

-¡A los buenos días! ¿Ya vino el señor que muerde? -dice, somnolienta- Esta noche me dormí donde los yogures.. Sigo entumecida. Necesito un masaje de esos sensual. ¿Algún hombretón buen mozo que me lo de?***

Paquito de despertó tirado en medio del pasillo de Limpieza del hogar,abrazado a un Spray y rodeado de esponjas,water shares y ambientadores.En ese momento se juro a si mismo que nunca volvería a comer nada que ofreciera Manuel,esa cosa le había echo alucinar,pero ahora el dolor de cabeza era insoportable y las escenas que venían a su mente eran bochornosas y algunas como la del monstruo de tres patas,aterradora (sobretodo al darse cuenta que esa tercera pata no era una pata exactamente).

Se arrastro por los pasillos en dirección al alboroto,no porque quisiera escuchar lo que pasara si no porque quería mandarle callar,pero antes que pudiera decir nada los armarios roperos echaron a un par que apenas habían abierto la boca,se callo atónito por la reacción del Bulldog.

Al escuchar lo de Joel y Asun miro a su alrededor,no podía ser ¿ahora con quien hablaría de videojuegos?¿quien haría de madre y limpiaría todo el desastre? miro a los presentes con cierta rabia,iba a vengar a Joel,era un capullo si pero era su capullo y nadie jodia a un amigo de Paquito y salia indemne.Cogio papel y lápiz y mientras miraba de manera inquisitoria a el grupo escribió algo en un papel que luego se metió en el bolsillo,esto era la guerra.

Han echao a la Asun porque al ser una maniática de la limpieza iba y venia y se daba cuenta de muchas cosas,haz que vuelva.Si lo haces yo te daré ánimos para que tu poder se recargue,así de paso podremos echar a algún infiltrado mas.