Partida Rol por web

Sus planes son sencillos. Aniquilar a todo vuestro pueblo. Suerte, valerosos guerreros
Como vino, la dama se esfuma

Debemos volver a la feria y parar los planes de este tipejo...

Sí, Soker. Démonos prisa, un ser feérico como el que se nos ha descrito tiene un sentido de la justicia que no es el que dicta Iomedae precisamente...

Bueno, pues volvamos entonces. Esperemos que tengamos pocos problemas, y que nos dejen acabar con el mal que pueda acechar al pueblo. Es posible, por lo que ha dicho Syntira, que los propios lugareños se vuelvan en nuestra contra, así que es posible que nos veamos obligados a hacer cosas que no nos gusten...

Os apresurais a regresar a la feria. La luna ya esta en lo alto del ciclo y su luz brilla sobre el hielo como fantarmas den la oscuridad. En la superficie del lago los aldeanos festejan y bailan al ritmo de los violines tocados por unos feriantes. Un gong suene en el escenario y montones de cohetes estallan en miles de colores.
Todo está cubierto por una extraña niebla que se va disipando con el viento. Y, de repente todo cambia. Los feriantes ahora son duendes, y ya no tocan una alegre tonada. Su música es lúgubre y siniestra, mezclada con pena y crueldad
Mientas tanto, una lluvia de sanguijuelas cae del cielo y se pegan a la piel de los espectadores.
Os llama la atención, todos los feriantes yacen muertos aquí y alla. La gente no parece darse cuenta y van y vienen por los tenderetes como si no pasara nada. Solo que ahora son crueles duendes los que controlan los lugares...

El hada estaba en lo cierto. Cada momento la situación es peor...

Será mejor no perder tiempo...

Os dirijís a toda prisa al laberinto, apartando a la gente que no parece estar mirando a ningún lado. Sus sonrisas de oreja a oreja os causan auténtico escalofrío.
Los transeuntes entran y salen del laberinto de hielo que ahora tiene las paredes teñidas de rosa. En algunos trozos llegais a ver cadáveres descuartizados encerrados en las paredes. Escuchais ruido de risas en el interior, como si la gente disfrutara siendo asesinada.
Entrais en el interior hasta que alcanzais un corredor con una señal en la que pone. "Cuidado con el diablo de hielo canibal". Bloqueando el pasaje hay un grotesco y jorobado humanoide de cuatro pies de alto y con piel azul pálido y alas de murciélago. Está encadenado por el cuello, gruñe y ladra.

¡Mierda, qué coño es eso!

Doy un salto hacia atrás, apartándome de las garras del monstruo.

Está claro que esta feria se está corrompiendo por momentos...

El demonio lanza un aliento helador que os golpea a todos. A Rumuk le da de lleno y el frio le hace toser.

Tiritando durante unos segundos debido al ataque de aquel ser, cojo una flecha presto para atravesarle la garganta mientras doy un paso para ponerme en línea. Casi se me cae, pero en el último momento agarro la pluma y llevo la saeta al arco. Tenso y la clavo en un hombro.

¡Maldición!

Con paso firme, Rumuk aferra su hacha y se enfrenta al engendro.

El diablillo no aguanta los disparos y los golpes. Soys un rival más duro que los pobres aldeanos.
Aún escuchais ruidos en el interior del laberinto congelado.

¡Rápido! Parece que todavía hay problemas.

Rumuk se encamina hacia el lugar del que provienen los ruidos.

Soker sigue a Rumuk sin descargar la ballesta.