Partida Rol por web

El inquisidor quedó absorto examinando las inscripciones junto a Liryia y Ishaya, reflexionando acerca de su significado. Desther era un joven fuerte pero ni los acertijos ni los juegos de ingenio eran, desde luego, su virtud. Se vió incapaz de juntar las piezas de aquel rompecabezas... sin embargo esa incapacidad le llevo a pensar desde otra vía ¿Cuál era la naturaleza de aquella inscripción?.

Aunque su ocupación como inquisidor había dado comienzo hace poco tiempo coincidiendo con la llegada de los vengadores a Ravengro, lo cierto es que durante los últimos años su difunto padre, el gran inquisidor Victori Redge, había puesto mucho interés en que aprendiera ciertas cosas... cosas que estaban relacionadas con la defensa contra lo sobrenatural y el sacrilegio de los muertos. Fue entonces cuando floreció aquel saber acumulado, que hasta ese día no había tenido ocasión de aprovechar.

Se alzó y miró con complicidad a Liryia creyendo que ella, dada sus dotes arcanas, también se había cerciorado de lo mismo. Después se giró al grupo que en ese momento planeaba el asalto a la chabola de Gibbs, y justo cuando Erzsen hizo su proposición, el inquisidor habló:

- Disculpad que os interrumpa... pero antes de marchar de aquí quisiera sugerir algo respecto al misterio del monumento. Debéis saber que existen zonas que quedan impregnadas por el tormento de espiritus, cuyas muertes en vida sucedieron de forma violenta. - hizo una leve pausa volviendo la mirada al monumento Hawkran - Estos embrujos suelen manifestarse sobre los vivos de muchas formas - se llevó una manó a la barbilla pensativo - encajaría que el monumento esté embrujado y que la inscripción sea una manifestación de espiritus que no han abandonado nuestro plano. En cualquier caso... ¿recodáis aquel conjuro que realice con mis amuletos sobre las tumbas de la falsa cripta de las Restlands? - bajó la mirada un poco, rememorando su torpeza al no haberse dado cuenta de que se trataba de una falsa cripta - me lo enseñó mi padre, me permite percibir la presencia de no-muertos. Como inquisidor me es un recurso muy útil y tal vez podria aplicarlo aquí -se giró a Ishaya - Si tu también lo conoces podríamos realizarlo ambos para estar más seguros de su resultado.

Luego se giró a Lyiria manteniendo pose pensativa - Si esta zona realmente está embrujada tengo entendido que pueden inhibirse mediante el uso de energías, aunque no lo tengo nada claro. Lyria, pareces dominar bien tu arte y seguramente ya habrás oído hablar de esto. ¿Se te ocurre algo?

Lyria observó la exposición y las elucubraciones de Desther sin decir palabra. Pero cuando este se dirigió a ella intervino en la conversación:

- Los embrujos se pueden neutralizar antes de que se manifiesten. Bien con los frascos que habían en el cofre, o bien con energías positivas que contrarresten la energía negativa que los creó, como por ejemplo la canalización que realiza nuestro hermano Ishaya, o con conjuros de curar. - hizo una pequeña pausa para añadir a continuación - Pero de esta forma sólo los neutralizas por un periodo de tiempo. Luego se vuelven a manifestar. La única forma de eliminarlos es solventando la causa que los generó. - volvió a realizar una pausa, como cabilando entre sus conocimientos y añadió - También podríamos sortearlos usando conjuros de tipo invisibilidad o esconderse de los no-muertos.

Dicho esto volvió su mirada en dirección a la cabaña de Gibs:

- Pero dudo que el monumento esté afectado por un embrujo. Las huellas del suelo parecen indicar que ha sido un ente corporeo el que los ha llevado a cabo.

Lyria volvió la vista de nuevo a Desther y añadió sus últimas palabras:

- Me temo que los embrujos nos los encontraremos si llegamos a pisar la prisión de Harrowstone. Allí sí que ocurrieron los suficientes hechos macabros como para que se concentren dichos embrujos. Pero por asegurarnos podrías utilizar dicho conjuro de detectar dicha presencia para terminar de asegurarnos.

Ishaya escuchó atentamente todas las intervenciones de sus hermanos. No podía tener a su lado a nadie mejor que ellos. Todos y cada unos de ellos era un diamante en bruto que se iría puliendo con el paso del tiempo y de las experiencias, pero la materia prima era de una calidad excepcional.

Los acontecimientos de la taberna estaban ya muy lejos, todos habían recobrado su papel en aquella historia. Sic demostró que no era solamente violencia y brutalidad, su aportación sobre los descendientes de los guardias de Harrowstone podía ser un cabo que atar en el futuro. Jarik volvió a mostrarse frío y apaciguador sobre la opción de ir a la cabaña de Gibs de forma cautelosa. Lyria pareció encontrar un aliado marisabidillo en Desther en materia de embrujos, su esencia, forma, habitat y forma de combatirlos... demostrando que en el campo del saber no tenía rival. Erszen también reclamaba prudencia y proponía acercarse de forma sigilosa para investigar antes de avanzar...que lejos quedaba aquel chaval frío y desapasionado que mataba como el que respiraba y dejaba a un lado todo rastro de humanidad cuando un objetivo se ponía enfrente...

En fin, que Ishaya se sentía enormemente orgulloso de aquella familia, con sus defectos y sus virtudes... una familia que ya no necesitaba tanto su guía pues ya estaba madurando...

Creo que cada uno de vosotros ha aportado cosas muy importantes para nuestra misión en Ravengro, pero empezaremos por lo primero..... Un visita a Gibs. Creo recordar que fue una de las primeras ideas que nos surgió cuando todo esto empezó pero que por una cosa u otra hemos tenido que ir demorando.

No olvidaré tu idea, Sic, es posible que tengamos que investigar si hay conexión con la descendencia de los guardias de Ravengro...

Estoy de acuerdo con Erzsen y Jarik, debemos mostrarnos muy cautelosos pues no sabemos que podemos encontrarnos en el escondrijo de Gibs... y también tendremos que estar dispuestos a frenar nuestra sed de venganza en pos de intentar sonsacarle información sobre todo lo que está pasando en Ravengro, además recordad que puede existir la posibilidad de una posesión y de que Gibs solamente sea una víctima más de toda esta maldad que nos rodea...

En cuanto al tema de los embrujos, las explicaciones de Lyria y Desther han sido de lo más concisas y extensas. Por mi parte no puedo añadir más ya que mis estudios no alcanzaron tales extremos. Si quieres mi opinión Desther, si Lyria está convencida de algo hazle caso, es preferible ahorrar los dones que disponemos por si en una ocasión ulterior fueran necesarios...

Se acercó a Erzsen y le puso la mano sobre el hombro...

Ve, hermano, ten cuidado y que Pharasma sea contigo...

Después que Ishaya tocase su hombro, Erzsen se disponía a desaparecer cuando recordó un detalle. De sopetón, sus labios se fruncieron, y como de la nada, un trino agudo, musical y compuesto de tres tonos surgió del muchacho. Aquellos que conociesen bien tales asuntos reconocerían con jocosidad el canto de un verderón. Con una animada sonrisa, Erzsen explicó:

 - Si al llegar a las cercanías de la casucha de Gibs no encuentro nada sospechoso, o todo está más o menos tranquilo, silbaré de este modo, vale chicos?

Acto seguido, ya totalmente concentrado, el chico de pelo de fuego se sumergió en la tupida zona de matorral donde el alguacil hallara las huellas, y avanzando con la levedad del viento, Erzsen desapareció en dirección a la choza del loco.

Estaban en marcha. Y se habían puesto manos a la obra sin tensiones.

Es curioso, pensó Jarik, como en un momento en el que es necesrio que nuestras habilidades salgan a la luz, dejamos de lado nuestros problemas y nos ponemos manos a la obra.

Se  acercó por a la vereda por donde se alejaba el bueno de Erzsen. Se acuclilló allí observando como se alejaba el muchacho.

Tal vez deberíamos acercarnos poco a poco detrás de Erzsen. No sabemos a ciencia cierta a que distancia está la cabaña de Gibbs…

Se gira y mira al resto de sus hermanos. Al volver la cara hacia donde se aleja el joven conde, este ha desaparecido… Jarik sonrie para sus adentros.  La habilidad del chico era asombrosa.

Por otro lado. Si realmente el señor Gibbs nos está esperando, puede que si dejamos mucho espacio entre nosotros , dejemos al chico en dificultades. Yo creo que mejor sería ir detrás, dejando un margen de seguridad razonable..

El joven pícaro se desvaneció como si de una sombra alargada se tratara. En lo que tarda en espirarse una bocanada de aire, Erzsen había desaparecido para el asombro de sus hermanos. El joven conde poseía años de experiencia en tales menesteres, y era un verdadero as del subterfugio, no en vano, hasta hacía poco se ganaba la vida así...

Tras caminar durante unos minutos de forma cautelosa, pues debía evitar cualquier ruido que delatara su posición, llegó hasta la chabola de madera, chatarra y paja que servía de morada al viejo Gibs. El lugar permanecía en silencio, molestamente en silencio. A pesar de ello, Erzsen tenía claro cual era su cometido, y con unos saltitos realizados con sus puntillas fue ganando la distancia que lo separaba, de forma rápida, tenaz y gélidamente silenciosa...

La puerta de la chabola estaba entreabierta. El pícaro se escurrió como una ráfaga de viento y comprobó que el lugar era una verdadera pocilga. Todo estaba desordenado y decuidado. El lugar rebosaba suciedad, y en el ambiente se podía percibir un fuerte olor a sangre. Erzsen miró a un lado y a otro, y entonces lo vio...

Escrito en la pared con sangre, con una letra quebrada y de trazos ansiosos, se podía leer:

... Me duele la cabeza. Mucho...

... Oigo su voz y me duele... No quiero ser su esclavo

... Me obliga a cumplir sus órdenes.

... Me duele la cabeza...

Mas sangre hecha tinta en las parades. Mensajes desconcertantes. Y el tono que estos transmitian apenaba a Erzsen más que si hubiese visto a Gibs realizando actos funestos. Así que el viejo era victima y no verdugo. Maldita secta y malditos sus metodos. Una ira sorda pugnaba por salir de las entrañas del joven, pero apeló a la firmeza de la que hacía gala Jarik y prosiguió con la inspección de seguridad de la chabola, ya preparado para avisar a sus hermanos, pues no parecía que nadie estuviese en casa.

El joven pícaro rebuscó entre los jirones de ropa, odres rotos y restos de animales como gallinas, conejos y algún pequeño lechal de cochinillo degollado. El olor a podredumbre y sangre seca, era demasiado intenso como para poderlo camuflar. De repente miró bajo un desvencijado catre, y  lo que allí vio consiguió revolverle los higadillos...

La cabeza de Río Viejo, el perro abandonado que solía pasar las horas en la plaza central, yace bajo el catre junto a un pellejo que contiene sangre semiliquida y una navaja de combate impregnada de tan rubro humor...

Que desatino era este? Animales muertos, degollados, eviscerados... para que? Para obtener un amplio suministro de sangre con la que escribir aquellos macabros mensajes? O un simple y brutal acto de malvada locura? Que tormentos aguijoneaban la mente del pobre Gibs? El pobre Gibs... le sonaba extraño en su propia cabeza tratarlo de ese modo, pero tras ver la indirecta forma de pedir ayuda, a Erzsen ya no le cabía duda de que el viejo había sucumbido a un poder contra el que no pudo oponerse. Aquello tenía que acabar... CUANTO ANTES!! Sin más demora, el chico asomó la cabeza por la puerta cochambrosa y el canto del verderón rompió el trágico silencio que reinaba en la choza del horror.

Mientras aguardaba la llegada de sus hermanos, Erzsen buscó alguna manta o trozo de tela grande para cubrir de algún modo el cadaver del pobrecito Rio Viejo, mientras sostenía con cierta repulsa la navaja ensangrentada. Quizás Lyria, Desther o Ishaya podrían averiguar algo mediante sus dones en relación a aquel objeto maldito.

La espera resultaba nerviosa para algunos integrantes del grupo. Erzsen hacía ya unos minutos que se había adentrado en el sendero, con lo que a buen seguro ya se encontraría en la chabola del loco Gibs. De repente el trino que anteriormente imitara para sus hermanos, resonó lúcido. El canto del verdarón. La señal estipulada.

La espera se hace larga para los sentidos de  Jarik. En realidad no está nervioso. Es solo la sensación de que algo está mal. De que están jugando con ellos.

Al escuchar el canto del pájaro que ejecuta el pequeño compañero, Jarik se pone en pie y comienza poco a poco a caminar por el sendero. Se gira tranquilamente y comprueba que todos hayan oído el trino.

Vamos?- Comenta. Parece ser el momento de arreglar cuentas con el aparentemente desalmado de Gibs.

Será realmente todo como ellos creen?  Solo pueden ir hacia delante, intentar no cometer más errores y esperar castigar a la Senda…

Lyria oyó el canto del verderón tal y como hacía un momento lo había realizado Erzsen. Jarik fue el primero en tomar la iniciativa y dirigirse por el sendero que llevaría a la chabola de Gibs. Lyria esperó a que el resto de la primera línea de ataque del grupo, Desther y Sic, también pasasen al camino, ya que ella no se podía permitir el lujo de que la sorprendieran en primera línea.

Mientras esperaba que ellos iniciasen su marcha tras Jarik, Lyria recurrió a sus energías internas para desvelar posibles auras mágicas hostiles, y estar mejor preparados ante estas. Cuando hubo terminado de tejer el encantamiento sus ojos adquirieron el clásico leve fulgor azulado ....

La señal de Erzen indicaba que el camino estaba despejado, pero aun así era hora de la cautela, de cumplir su papel de escudo humano y de no dar motivos a Jarik para que le echara en cara nada. Así pues embrazó el escudo, ocultó tras él la espada corta y comenzó a avanzar con paso pesado y seguro, sus maneras eran las de un punta de lanza que abre la marcha antes de la carga en la batalla, protegido y amenazante.

Tal vez nadie era capaz de detectar al hábil conde, pero tal vez no le esperaban a él solo, tal vez esperaban a atacar al grupo. No había que olvidarse de que Gibs era un veterano de guerra y que seguramente no operaba solo. Cautela ante una posible emboscada, serenidad y a verlas venir.

Una vez dentro del sendero Sicarius giró su cabeza hacia atrás para asegurarse que la retaguardia estaba cubierta y de que todos le seguían. Comprobado el terreno y comprobada la columna el guerrero prosiguió la marcha en silencio, atento a su entorno y con una única cosa en su mente.

Gibs

El paso a través del sendero, condujo al grupo hasta una pequeña loma en la que descansaba una destartalada y herrumbrosa chabola de madera. El lugar se hallaba en completo silencio. Frente a la puerta entreabierta, Erzsen esperaba la llegada de sus hermanos. En una mano, sostenía algún tipo de arma de filo, similar a una gran navaja, pero cuya hoja medía aproximadamente 30 cm y estaba manchada de sangre reseca. La cara del joven conde era seria y sombría...

Poco a poco todos los integrantes de los Vengadores fueron entrando en las cercanías de la destartalada chabola que debía pertenecer a Gibs. Lyria observó en silencio la pose sombría de Erszen para luego recalar en la especie de navaja con la sangre reseca. Parecía evidente que aquella arma era la que se había utilizado hace dos días para realizar sendos tajos en las muñecas a Bereth. Pero ante la pista que apuntaba a Gibs, ahora se formaba otra pregunta: Dónde está Gibs?

Lyria se acercó a Erszen:

- Y bien? Tenemos el arma pero no al asesino? - hizo el comentario en espera del relato de Erszen.

Erzsen miró a sus hermanos cuando irrumpieron frente a la chabola. Sus ojos esmeralda estaban más opacos de lo habitual, y su brillo hermoso había perdido intensidad. La voz de Lyria le devolvió al mundo actual, y la miró fijamente, y sus ojos destilaban una especie de compasión, como si fuese la joven la que había sufrido el horror del interior de la barraca.

- No se si asesino es la palabra más indicada, hermana... - respondió Erzsen en tono lúgubre - ... Gibs... temo que sea más víctima que verdugo...  - finalizó la frase alzando la navaja y mirando el parsimonioso fluir de la sangre ya espesa por la agudisima hoja. Luego, con un gesto de la mano libre, indicó que entrasen a la choza. - Lo que hay ahi dentro no es agradable a la vista, hermanos, y tampoco al olfato... - luego, como sacado de un sueño, recordó la pregunta de Lyria - ... y no, Lyria, Gibs no está aqui... - sentenció mientras se adentraba en aquel oscuro lugar.

Lyria avanzó detrás de Erszen hacia el interior de la chabola, preparándose para contemplar una escena nada agradable .....

Tras las elocubraciones sobre embrujos y espiritus que habían compartido, Desther siguió al grupo una vez recibieron el sutil aviso de Erzsen. Afortunadamente la intriga y el movimiento constante mantenían alejado al inquisidor de la sombra de su derrota personal, que constantemente trataba de hacer mella en su esperanza de vencer al mal que se cernía sobre Ravengro.

Después de que Erzsen mostrará el arma ensangrentada y que Lyria se adentrara en la choza el inquisidor fue el siguiente en entrar, con paso firme y decidido, apenas temeroso de la advertencía del conde.

Durante el tiempo que pasó desde que se fue el último conde de Anactoria hasta que se oyó la señal convenida el clérigo enano estaba con el corazón en un puño. Confiaba plenamente en las habilidades de subterfugio de Erzsen pero cuando se añadían fuerzas del mal la ecuación se complicaba. Dio un suspiro y se movió tras Jarik y Sic, su primera línea... Al parecer habían dejado a un lado sus diferencias personales por un bien mayor para el grupo... Pero Ishaya sabía que entre ellos se había germinado la semilla del odio y tarde o temprano volvería a aflorar...

Dejó sus elucubraciones de lado cuando llegó ante el desvencijado escondrijo de Gibs. Erzsen les dio las novedades y con decisión se dispuso a penetrar en aquel insalubre lugar, esperando encontrar el macabro espectáculo que les había indicado el joven conde....

Si existía una palabra capaz de definir la morada del raro y majadero Gibs, era despropósito. El interior de la barraca era un culmen de caos, desperdicios, ropa hecha jirones y comida semipodrida. Había cientos de insectos proliferando por cualquier rincón del lugar, mientras que las moscas volaban envueltas por una fétida neblina amarillenta. Sobre la única mesa del lugar, cuerpos degollados de gallinas, conejos e incluso un cordero despiezado. Sobre el suelo junto al catre, una ensangrentada sábana cubría un cuerpo de pequeño tamaño sin vida. Erzsen se apresuró a destaparlo, y el grupo pudo contemplar el cadáver decapitado de Río Viejo, el perro errante de Ravengro...

Todo estaba manchado de sangre reseca, haciendo que la atmósfera del lugar casi se pudiera cortar. El joven conde señaló hacia una de las paredes. Allí, Gibs había escrito en sangre unos mensajes nada tranquilizadores...

 ... Me duele la cabeza. Mucho...

... Oigo su voz y me duele... No quiero ser su esclavo

... Me obliga a cumplir sus órdenes.

... Me duele la cabeza...