Partida Rol por web

Acarició a Gracia mientras esperaba que Evan preparase la manta y luego le tomó de la mano para sentarse en ella, acomodándose las faldas. Tardó en soltársela, atesorando cada momento que podían tener a solas para aquellos pequeños contactos que entre los muros no podían tener lugar.
—¿Siempre vais tan bien preparado?

Lord Rhys después del encuentro que tuvieron en los pasillos del castillo y al quedarse solo con el maestre le hizo una señal para que le siguiera. Entonces se dirigieron a la Sala del Consejo.

Cerró la puerta e invitó a su maestre a que tomase asiento con una señal de la mano y después se sentó en una de las sillas. Era un salón con sus pequeñas y profundas ventanas y sus lámparas de cristal que colgaban del distante techo. Las dos grandes aberturas al lado de la gran puerta delantera estaban orientadas para recibir la luz del sol en cuanto se alzaba sobre el brazo más oriental del puerto. 

Maestre Caelus, sin lugar a dudas le he encomendado esta misión de orientar al joven Evan para que así pueda conocerle mejor. Es un hombre de buen ver, y mis hijas no han visto varón más allá de mi reino. Tampoco me han expresado su deseo de desposarse situación que me produce cierto desasosiego. Quiero asegurarme si el hecho de que mis hijas no quieran comprometerse se debe a mi Consejero, por ello le he encomendado esta misión de que el muchacho pueda asistir a la fiesta y poder hablar con mis hijas. Será vos el que esté atento por si ve en alguna de ellas los gestos del enamoramiento, que son fáciles de distinguir cuando hablen con mi Consejero Evan. No seré pues el que esté atento pues todos los asistentes estarán pendientes de mí. 

Antes de que vos interviniese le pregunté al joven por sus padres, su procedencia y su fe. Y lo encontré esquivo no dándome la información requerida. Cuestión que me hace ver que si desconocemos la procedencia, la parentela y la fe de un hombre que es Consejero, Mayordomo y Jefe de Caballos estamos en el error de darle poder a un muchacho que lo único visible es su nobleza interior. 

Por eso me veo en el deber de darle a vos esta misión, que con su saber pueda hacerse con la amistad del joven y sin que vea en vos mi mano poder hacerse con la información que tan celosamente se guarda.

El mozo se acercó a Tyler casi sin aliento. Su expresión era de preocupación.

-Por fin os encuentro Sir Tyler - dijo algo entrecortado por las pausas para coger aire - Se trata de Austin, Evan me envía a buscaros con urgencia, él se está ocupando pero es importante que os acerquéis a la zona de los establos -

Ser Mordred Rowain sin duda se encuentra vos algo perdido. Los aquí presentes son miembros de mi Consejo y tienen cargo superior a vos. Así que si vos quiere dar órdenes diríjase a los mozos de cuadra y palafreneros que estarán encantados de prepararle su montura. 

Todos los miembros de mi Consejo tienen la orden de obedecerme solo a mí, y no están bajo el mandato de ningún caballero vasallo. 

Aclarado el asunto diríjase a mis tierras y vea si se hallan libres de cualquier amenaza tales como bandidos, animales salvajes y espías. 

-Sólo cuando albergo la esperanza de tener vuestra compañía - le dijo sonriendo.

No tuvo prisa por que Alyra le dejase ir la mano, le parecía perfecto que ella le atrapase, de hecho eran gestos que apreciaba muchísimo.

Cuándo ella le dejó ir se volvió a acercar a las alforjas para sacar la comida y bebida y servirla a la dama. Cuando todo estuvo bien dispuesto tomó asiento junto a ella y le acarició la espalda. 

- Sois como una ninfa aquí en mitad de la naturaleza.-

Sebastian asintió a Evan -como gustéis- y esperó paciente a que el resto hablase o más gente llegase.

Se sonrojó ligeramente con una amplia sonrisa. Le besó en la mejilla y, tras beber un poco, se recostó. Apoyó la cabeza sobre las piernas de Evan y le miró.
-Sois parte de su consejo, aunque no seáis noble. No creo que se niegue o que os expulse, y si no... Ya se me ocurrirá algo.

-Siempre podemos huir juntos y llevar una vida sencilla- Sonrió, lo dijo tranquilo aunque no parecía hablar muy en serio.

- O quizás en la fiesta aparezca un joven guapo, simpático, divertido y de aura magnética. Un hombre al que reconozcáis como vuestro verdadero amor y todos vuestros miedos se disipen. - Sonrió con aspecto bromista y empezó a acariciarle la frente y los cabellos - Por ahora disfrutemos del ahora, no pensemos más en ello, no lo podremos solucionar ahora ni hoy. Gocemos el uno del otro, quiero memorizar vuestra figura para poder soñar con vos esta noche imaginando cosas prohibidas...- mientras terminaba la frase deslizó lentamente su dedo índice por el perfil de Alyra, resiguiendo su frente, su nariz, sus labios, su barbilla y deteniéndose peligrosamente poco después de su clavícula.

John estaba en desacuerdo con los efectivos, siempre le parecían pocos pero jamas llevaría la contraria a su señor.- Se hará como ordenáis, mi Lord.- aseguro con una suave reverencia.
- Si me dispensáis, debo proseguir con las tareas.
Miro de reojo al mayordomo. Que su señor le diera la oportunidad de asistir a la fiesta como invitado le había dado una gran idea. Por lo pronto, buscar la forma de meter a Evan en una tina de agua caliente hasta quitarle el olor a cuadra, asi tuviera que restregarle el mismo detrás de las orejas. Si iba a codearse con la nobleza tenia que oler como si el sudor le fuera algo completamente ajeno y si quería tener oportunidad de contraer matrimonio, habria que buscarle una ropa mejor.
Tal vez su madre guardara algo de ropa de su difunto padre en algún arcón. La idea de que Evan terminara convertido en el futuro señor de la casa le agradaba ya que era de los pocos hombres que consideraba nobles y merecedores de tal honor.

- Ser puntual es parte de mi obligación.- gruño John, aun lamiéndose las heridas de su deshonrosa degradación de maestro de armas a ayudante de mayordomo.
- Nunca he esperado premios por cumplir mi cometido ni preciso de niñeras a mi edad.- asevero irguiendo se cerca del fuego. Su figura aun parecía mayor por el efecto de las sombras y su semblante serio se mantuvo observando a aquel muchacho con fijeza mientras el agua se deslizaba por sus rasgos toscos sin que hiciera nada por evitarlo.
- Lo que tengáis a bien decir, podéis hacerlo ahora.

Detuvo su mano al notarla en la clavícula, sintiendo el corazón desbocado ante aquel roce. Le miró un tanto nerviosa, deseando para sus adentros que continuara, pero sabiendo que no podía. No hasta que pudiera desposarse con él.
-No digáis tonterías. Debería robarme el corazón para que me fijara en él, y sois vos quien lo tiene. Y pronto, espero, me tendréis en vuestro lecho como la entregada esposa que deseo ser.
Tuvo que incorporarse un tanto para poder besarle, tomándole con suavidad de la mejilla.
-¿Soñáis conmigo de esa manera?

Este observó al chico con cierta preocupación. Quizá no tanto por el mensaje, sino porque parecía que se le iba la vida en la desesperación de transmitirlo.

Bueno, a ver, respira un poco. Me pones nervioso de solo verte jadeando como un animal. Vamos, Bernard, acompáñame a ver que ocurrió.

Este siguió al mozo hasta los establos.

Bernard se encontraba conversando con su hermano entre un tono de seriedad y a su vez algo de nostalgia. Una conversación trivial y a su vez parecía ser importante.

...Sí, no puedo creer la muerte de la mano del rey. ¿Recuerdas que serví en su hueste una vez, cerca del Nido de aguilas? Era un perro grande, pero tenía mucha destreza con la espada. Es una lástima que semejante hombre muriera a tal patético destino.

Sin embargo cuando Tyler llamó la atención del mozo se silenció. Escuchó el intercambio de palabras de estos, haciendo memoria tras escuchar el nombre del caballo. Nunca se acostumbraría a que el nombre de su sobrino se degradara al de un animal, pero tampoco tenía tanto interés en el asunto como para realizar una protesta al respecto.

Siguió a Tyler en su camino hacia los establos.

RELACIÓN LORD RHYS VAELYS Y TABITHA

Siempre que puede intenta escaquearse de sus clases de trabajos domésticos y protocolo; no es tan así con su padre, con el que tienen muchas idas y venidas debido al carácter protector y celoso con sus hijas de uno, y el carácter libre y ansiosos de emociones y conocer gente de Tabitha.

Padre es un hombre fuerte, no solo físicamente, también de fortaleza. Nuestras opinions coinciden muy poco (en realidad, no coinciden nunca) él siendo tan hermético y tan cabeza cuadrada y yo deseando tanto la libertad... Pese a eso no solo lo quiero, sino que lo admiro. Conozco la historia de la familia Vaelys, y por mucho que digan no creo en la maldición. Nunca haría nada que pudiese dañarlo, y en las últimas semanas me he vuelto algo más cariñosa con él. 

Es bueno saberlo xd, y lo has ejemplificado en un estupendo párrafo lo que es mi carácter y tu actitud. Me alegro que hayas hecho mención a nuestra relación. De esta forma cuando tengamos que rolear será mucho más fácil. Gracias :).

Evan asintió ante las palabras de John. No podía evitar angustiarse al verle con las ropas enganchadas al cuerpo e imaginar el frío que estaría colándose hasta sus huesos. Lo había sentido en sus propias carnes en más de una ocasión, y siempre era agradable deshacerse de aquellas prendas para ponerse otras secas y entrar en calor. No sabía cuánto podía alargarse aquella reunión, suponía que tenía el poder de acortarla todo lo que desease, pero la intención era conocer a sus subordinados y sus habilidades para poder ejercer mejor su nueva labor. No podía desperdiciar la ocasión de tenerlos todos juntos por un hombre terco que no quería cambiarse. 

Menudo carácter tiene mi ayudante, desde luego hará muy bien su papel. Aunque no estoy seguro de si está enfadado o es así de serie. 

Evan  vio en John su fuerza y ese valor y poder de superar cualquier obstáculo que a veces pueden arrastrarte hasta la estupidez pero que normalmente te llevaba a la superación. Un hombre que no se rendiría ni desmoronaría por dura que se pusiese la cosa. Le agradó tenerlo a su lado, aunque temía que sería de trato difícil.

- Esperemos un poco entonces, creo que aún falta gente por llegar -

Evan le correspondió el beso y asintió.

- Dicen que los sueños son una prolongación de nuestros miedos y deseos. Cuándo sueño con vos no debo detenerme, y cuándo despierto .... John no me dice nada, pero un día podría sacarle un ojo... - sonrió pícaro.

Cuándo los dos hermanos llegaron a los establos vieron a Evan paseando de la mano al caballo de Tyler. Le había colocado una cabezada y le hablaba con voz suave y tranquila, tratando de transmitir calma al animal e instarlo a caminar.

Cuándo se acercaron Evan les saludó pero no se detuvo para hablarles, comenzó su explicación en marcha.

- Veo que el muchacho os ha encontrado finalmente Ser Tyler. Cuándo esta mañana entramos en los establos me avisaron de un comportamiento curioso en Austin. Se miraba los flancos sin cesar. Enseguida imaginé de que se trataba y el verlo me lo confirmó. Padece un cólico, por suerte creo que es leve. Quizás debido a tragar aire durante la noche, cosa que me sorprende, pues no suele tener manías de mordisquear las cosas, pero nunca se sabe. Quizás ha tragado arena bebiendo en algún río o comiendo hierbas del suelo... son cosas complicadas de controlar siempre y en muchas ocasiones ocurren fuera de nuestra vista... - El animal trataba de detenerse de vez en cuándo, pero Evan le animaba a seguir sin dejarle parar. -Sea como sea  la situación es que he escuchado su vientre y sin duda se escuchan ruidos propios a un cólico por gases o una pequeña obstrucción... Lo único que debemos hacer es animarle a caminar para que sus tripas se muevan y todo lo que hay salga. Es decir, el objetivo es que defeque. Ya os digo que confío en que todo irá bien, pero he mandado avisaros, dado que si se complica ... - Obvió terminar la frase, creía que Tyler ya habría adivinado en qué podía derivar y prefería no decirlo directamente, si Tyler apreciaba tanto a su montura como imaginaba no querría ni planteárselo.

-He creído oportuno que debíais saberlo-

Odiaba dar malas noticias, sin embargo los cólicos se llevaban más caballos que las guerras, así que era mejor que Tyler estuviese al corriente desde un principio. A pesar de todo Evan estaba casi seguro de que todo iba a ir bien.

¿Estás hablando en serio? ¿Cólicos?

Tyler se había realmente preocupado cuando observó a su caballo. Parecía estar normal, pero claro, los animales tampoco es que puedan hablar y decirle a uno si se sienten bien o mal.

¿Cómo se enferma de eso?

Este llevó su mano a la boca para escuchar la explicación de Evan. Sin dudas le otorgaba toda la autoridad a este sobre el tema. Evan era un verdadero sabio respecto a los caballos, y nadie sabría mejor de lo que estaba hablando que él.

Espera, espera, ¿dices que lo único que debo hacer es hacerlo caminar? ¿Y eso hará que terminé haciendo lo suyo? ¿Eso es todo? ¿Tan simple?

Ser Mordred Rowain sin duda se encuentra vos algo perdido. Los aquí presentes son miembros de mi Consejo y tienen cargo superior a vos. Así que si vos quiere dar órdenes diríjase a los mozos de cuadra y palafreneros que estarán encantados de prepararle su montura. 

La cara de ser Mordred se tornó curiosa, y frunció el entrecejo.

Todos los miembros de mi Consejo tienen la orden de obedecerme solo a mí, y no están bajo el mandato de ningún caballero vasallo. 

Una chispa de ira pasó por los ojos del caballero, pero no dijo nada.

Aclarado el asunto diríjase a mis tierras y vea si se hallan libres de cualquier amenaza tales como bandidos, animales salvajes y espías. 

Por fin, el caballero respondió.

- Me temo que no le entiendo, señor. He sido invitado por usted y Lady Myriah a la fiesta, ¿ahora me priva de ella y me manda a patrullar? ¿A mí en lugar de a sus guardias? 

- Ser Mordred le estoy ofreciendo un puesto en mi casa, acéptelo o recházelo, en cuanto a mis soldados son todos de a pie, y en cuento a la fiesta estoy seguro de que sabrá volver antes de que empiece.

- La guerra ha terminado y le eximo por tanto de su obligación como comandante de mis tropas. Los nuevos puestos en la casa se irán otorgando a lo largo de la fiesta. 

A lord de Rhys no se le pasó la mirada de su caballero vasallo pero la mirada del señor podía bien lidiar con la de Ser Mordred. En la mirada del caballero vio a un hombre que había dirigido a sus tropas, y ahora se encontraba tras una larga ausencia de que el señor se mostraba contrario a la actitud de su vasallo hacia sus criados. Se mantenía a la espera de la reacción de su caballero con su traje impoluto, y tras el gesto de afirmación que le hizo a su antiguo maestro de armas para que prosiguiera con sus tareas. A su lado estaba la figura de su maestre que por cierto también le había hecho un gesto al anciano pero esta vez era para que se quedara.

El sol brillaba a esas horas del día y una brisa matinal provocaba que fuese agradable el paseo. Además de que las tierras del señor presentaban un digno espectáculo al mezclarse la visión del ancho mar con el campo y los bosques. Era por tanto unas tierras que serían muy codiciadas tanto por su posición estratégica como por la belleza de los alrededores que envolvían a la fortaleza.