Partida Rol por web

La cocina se encuentra justamente debajo del Gran Comedor, bajando por unas escaleras. Tiene mesas idénticas a las que hay en el Gran Comedor justo debajo de ellas; la comida se pone en las mesas de la cocina y luego las suben al Gran Comedor. Tiene techos altos y una chimenea en un extremo de la cocina, hay montones de ollas y cacerolas que se apilan en las paredes.

En una de las paredes hay tres botellas pegadas a modo de decoración, están a la altura del pecho dos y la tercera a la altura de la cabeza formando una especie de triángulo.

La mayoría de repisas están repletas de jarrones llenos de agua fresca con hermosas flores que visten de gala la cocina. La verdad que todos los detalles están cuidados al máximo y luce muy hermosa.

John entró a las cocinas algo apurado, allí se encontraban Gwen, Sebastián, Sloth y el cocinero Jevic; les dedicó a todos un saludo con la cabeza apenas imperceptible y se acercó a este último. - ¿Hay algo de comer? Me estoy muriendo de hambre y me gustaría volver a mis quehaceres lo antes posible?.- Dijo con su característica seriedad de manera contundente, pero sin sonar agresivo o maleducado.

Si le ofrecían un plato de cualquier cosa lo aceptaría y se pondría a comer mientras hablaba un poco con los presentes. - ¿Sabéis del olor que circula por el castillo? ¿Podría salir de aquí?.- Al fin y al cabo la cocina era de donde se esperaría que surgiesen diversos olores.

Poco después Marvin entró también en la estancia, posiblemente buscando algo con lo que llenarse el estómago al igual que él. John se puso de pie y le saludo respetuosamente siguiendo las normas de etiqueta.

Bastante famélico, un tanto preocupado y algo agobiado, Marvin se personó en las cocinas. Observó al conjunto de personajes allí presentes, suspirando. Todavía no encontraba a quién estaba buscando desde las noticias sobre Fiona. Por lo menos, pensó que podría encargarse de algunos de los asuntos que le habían pedido realizar. Justo antes de hablar, escuchó a John mencionar el tema de los olores, por lo que dedujo que todavía no se había solucionado el asunto. Siguiendo la costumbre, realizó los saludos de cortesía a todo el mundo.

- Buenas tardes. Se me ha pedido que baje para organizar el turno de almuerzo, ya que se está acercando una buena hora para comer, ¿todo bien por aquí?, ¿se servirá pronto? - preguntó con cierta curiosidad. No era muy habitual que el castellano se encargase de esto, pero se lo habían ordenado y debía hacerlo lo mejor posible -. Tenemos un trabajo extra para con los invitados presentes. Hemos de mostrar lo mejor de las cocinas Vaelys y extasiarlos con nuestra cocina.

Esperó un rato, para saber cuales eran las expectativas de tiempos de cocción y cuando se empezarían a servir los platos. También se le ocurrió preguntar otra cuestión. Tal vez alguno de los presentes conociese la respuesta.

- Disculpad de nuevo, ¿alguno ha visto a Ginevra? me urge encontrarla para organizar el turno de noche tras el pequeño accidente de Fiona. 

Parecía que tampoco nadie en las cocinas conocía la ubicación de Ginevra. Resultaba complicada de encontrar la ama de llaves, otro nuevo contratiempo. Si todo seguía así, cosa muy factible, se vería desbordado por todo. Solo era un hombre, no tenía capacidad para hacer todo.

Marvin se acercó hacía Kalhan, quien había hecho mención a algo que al castellano interesaba. Sus intenciones, poder hablar con él de una forma un poco más privada. En su rostro se veía un poco de contrariedad.

Por supuesto, esperó a que el hombre fuese servido y comiese antes de interrumpirlo. Sería tremendamente incorrecto molestarle cuando estaba almorzando. 

Lo siento señor marvin, pero la ama de llaves Ginevra no ha estado en las cocinas Gwen , retiraba los bollos del horno, y el olor a pan inundo toda la sala, el olor a pan crocante y un casi imperceptible olor a queso gratinado generaba hambre a cualquiera que los viera

- No veo a Ginevra desde esta mañana temprano.- La verdad es que a él también le gustaría verla y terminal la conversación que habían empezado. - Pero si la encuentro le diré que la estás buscando.

John rápidamente se había terminado su plato y cuando se disponía a retirarse de las cocinas para retomar sus deberes Marvin se acercó a él para decirle algo, a lo que obviamente el hombretón no puso ninguna pega, a la vez que Gwen sacaba el pan del horno; acababa de comer pero aún así el olor que se adueñó de la cocina era exquisito y no hubiera rechazado uno de esos bollos.

Después de un breve intercambio de palabras con Marvin John se despidió del castellano y tras dejar su plato ya vacío donde correspondía se dispuso a salir de allí.

- Y ya habéis oído a Marvin, los invitados tienen hambre y la comida no se va a servir sola.- Dijo antes de salir en tono imperativo hacia el servicio que hoy, estaba a su cargo.

De nuevo se hallaba sin saber donde podría encontrar a la ama de llaves, a quién necesitaba comunicar el posible reemplazo de Fiona. Por ello, contrariado, suspiró tras hablar con John de una manera un poco más privada.

- Os lo agradezco la información a ambos - mencionó a Gwen y al antiguo hombre de armas, justo antes de que éste se fuese a ausentar, con respecto a lo de desconocer la ubicación de Ginevra -. Si la llegaseis a ver antes que yo,  Gwen, hacedme el inmenso favor de comunicarle que he de hablar con ella urgentemente.

Retomó su intención original, la que le había llevado a las cocinas, la de volver a pedir un poco de prisa para servir la comida, tal y como se le había ordenando realizar, pero el propio John lo hizo por él.

- Bien, he de ir a comunicar a los invitados que pronto se servirá el almuerzo. Lamento haberos importunado en el momento tranquilo de vuestra comida, John - expresó.

Un poco famélico, aún más acentuado por el olor del pan recién horneado, el castellano se dispuso a salir de las cocinas.

claro señor Gwen no aguantaba el hambre y mientras despachaba los panes a las distintas canastas donde debian servirse saco para ella , jevic , sebastian y sloth. deberíamos comer un poco, ya esta todo listo o no? miro a sebastian con respeto, mirando en que podia ayudar, mientras masticaba lentamente uno de sus bollos rellenos

Gwen decoro la mesa que se subió para que la gente no esperara mas, se sorprendió que sus compañeros aun no se habían apurado tras recibir la orden. Comió 4 bollos de pan relleno en el proceso y dejo la otra gran cantidad para los comensales de arriba. ubico las bebidas correspondientes. y dejo casi todo preparado para recibir la orden de sebastian para subirla

Sloth tenía hambre. Podría comerse un caballo entero asado si se lo ponían delante. ¿Cuánto tiempo llevaba en la cocina? ¿Y por qué no se había servido nada? Se sentía como si se hubiera despertado de una larga siesta. Se sentía… un vago. Sloth, ¡no has hecho nada de nada esta mañana! Tenías tantos planes, tantas tareas… Y tantas personas contaban con su ayuda.

Se llevó las manos a la cara, lleno de vergüenza. Él siempre trabajaba, él siempre estaba activo y hacían lo que le pedían. ¿Por qué hoy, el día más importante de todos, había fallado? Tal vez, después de todo, no mereciera un puesto especial en la familia. Tal vez solo mereciera ser el bufón. Los invitados ya habrían llegado, todos esos caballeros con pretensiones y ganas de "cazar" a una de las preciosas hijas de Lord Rhys. Y Sloth no estaba para protegerlas, no estaba para ayudar en los preparativos, no estaba para escuchar las órdenes de sus señores…

Una lágrima rodó por su mejilla izquierda cuando recordó que ayer Lord Rhys le había hecho ayudante del maestre. ¡Era tanto honor! ¡Al fin le confiaban con algo tan importante! E iba a estar a solas con el maestre. ¿Y qué había hecho él? Nada. No había hecho nada. El maestre le había invitado a acompañarlo, pero él se había quedado rezagado. Iba a aprender a criar cuervos. Los cuervos eran tan inteligentes, mucho más que la mayoría de las personas. A él le gustaban los cuervos, las águilas, las golondrinas… Sloth envidiaba a los pájaros. Podían volar libremente, pero nunca se separaban de su bandada, pues se protegían los unos a los otros. Se secó la lágrima con un suspiro triste. Sloth no podía seguir así, tenía que espabilar y ponerse manos a las obra.

- Gwen, Sloth va a coger unos panecillos de estos que acabas de hacer. Huelen muy bien, ¿sabes?

Se sirvió la comida. Cada cucharada le sabía a amargo fracaso; cada mordisco, a vergüenza. Pero se obligó a comer, porque solo con un estómago lleno podía conseguir ponerse al día. Y sabía por dónde iba a empezar. Tenía que encontrar a Ginevra. Todo el mundo la estaba buscando, así que sería él quien la encontrara e hiciera algo útil. Si alguien podía conseguirlo, era él.

- Sloth va a seguir con sus tareas –les dijo a los que estaban en la cocina antes de salir. ¿Dónde podría estar Ginevra?

La cocina se encuentra justamente debajo del Gran Comedor, bajando por unas escaleras. Tiene mesas idénticas a las que hay en el Gran Comedor justo debajo de ellas; la comida se pone en las mesas de la cocina y luego las suben al Gran Comedor. Tiene techos altos y una chimenea en un extremo de la cocina, hay montones de ollas y cacerolas que se apilan en las paredes.

En una de las paredes hay tres botellas pegadas a modo de decoración, están a la altura del pecho dos y la tercera a la altura de la cabeza formando una especie de triángulo.

La mayoría de repisas están repletas de jarrones llenos de agua fresca con hermosas f

Sloth tenía que darse prisa, Lady Vaelys tenía un encargo importante y urgente y no podía perder el tiempo. Y Sloth se tomaba las órdenes muy en serio, así que no se anduvo por las ramas. En cuanto entró en la cocina, se dirigió a los criados.

- Sloth tiene un mensaje de Lady Vaelys. El almuerzo se va a servir en los jardines. El olor a estiércol de caballo es demasiado fuerte en el comedor y molesta a todos. Sloth tiene otro mensaje, de Lady Alyra. La dama quiere que pongáis todas las flores que podáis y que los ramilletes de esta mañana servirán –Hablaba rápido, pero con claridad-. Hay que preparar la mesa y servir la comida cuanto antes. Gwen, ¿crees que puedes encargarte de que todo se haga rápido?

Sloth respiró profundamente antes de pasar a la segunda parte del mensaje-. Lady Vaelys está buscando a Ginevra y a Lord Vaelys. ¿Alguno de vosotros los ha visto? –Esta última pregunta la hizo con tono casi suplicante. Nadie los había visto desde hacía un buen rato y Sloth se preocupaba por su familia y amigos.

La cocina se encuentra justamente debajo del Gran Comedor, bajando por unas escaleras. Tiene mesas idénticas a las que hay en el Gran Comedor justo debajo de ellas; la comida se pone en las mesas de la cocina y luego las suben al Gran Comedor. Tiene techos altos y una chimenea en un extremo de la cocina, hay montones de ollas y cacerolas que se apilan en las paredes.

En una de las paredes hay tres botellas pegadas a modo de decoración, están a la altura del pecho dos y la tercera a la altura de la cabeza formando una especie de triángulo.

La mayoría de repisas están repletas de jarrones llenos de agua fresca con hermosas flores que visten de gala la cocina. La verdad que todos los detalles están cuidados al máximo y luce muy hermosa.

Gwen miro su mesa, ya estaba armada para subirla , y la frustración que le género esto fue mucha.

Sin ver dos veces a sloth empezó a llevar las cosas afuera y señaló a Sebastián y a Javi que estaban muy callados para empezar a moverse.vamos chicos debemos terminar de acomodar , la mesa debería estar servida rabiosa y arreglada Gwen empezó a juntar cosas en la bandeja y se disponía a salir. lo siento no he visto a ginevra

La cocina se encuentra justamente debajo del Gran Comedor, bajando por unas escaleras. Tiene mesas idénticas a las que hay en el Gran Comedor justo debajo de ellas; la comida se pone en las mesas de la cocina y luego las suben al Gran Comedor. Tiene techos altos y una chimenea en un extremo de la cocina, hay montones de ollas y cacerolas que se apilan en las paredes.

En una de las paredes hay tres botellas pegadas a modo de decoración, están a la altura del pecho dos y la tercera a la altura de la cabeza formando una especie de triángulo.

La mayoría de repisas están repletas de jarrones llenos de agua fresca con hermosas flores que visten de gala la cocina. La verdad que todos los detalles están cuidados al máximo y luce muy hermosa.

Entró en la cocina con el paso lo suficientemente firme para no tropezar ni doblarse otra vez el tobillo. El tratamiento del maestre y el reposo que había hecho en su habitación fue efectivo y gracias a eso Fiona podía volver al trabajo con la normalidad necesaria. - Buenas tardes. - dijo saludando a los presentes. 

Miró a Ginevra especialmente por si tenía que darle alguna orden que no supiera y fuese urgente. - Ya me encuentro mucho mejor Ginevra, estoy a la orden. - después sonrió levemente a Sebastian y Gwen a los que hacía unas cuantas horas que no veía desde el desayuno y por último a Sloth y Merol. Había pasado tanto tiempo enfrascada en sus pensamientos que ya no sabía en que asuntos estaría metido cada uno.

Era la hora del amuerzo y aún no había comido nada así que se acercó a la mesa. Cojeaba levemente según el momento, pero cualquiera que la viese tenía que fijarse bastante en los andares de la sirvienta para detectarlo o ver en su rostro una pequeñita mueca de incomodidad y dolor debido al roce del apoyo en su pie. Se sentó en una silla libre sin hacer el menor ruido y observó a Jevic con una sonrisa. Entrecerró los ojos después y disfrutó del olor delicioso a comida recién hecha. 

El ánimo de Sloth no mejoraba. Había entregado su mensaje, pero solo Gwen le respondía. ¿Ningún otro criado iba a trabajar para que todo saliera bien? ¿Cómo podían humillar de esa forma a los Vaelys? Los invitados iban a pensar que la casa era un desastre o que los Vaelys eran tan pobres que solo tenían como criado a Sloth… Y, por si fuera poco, Gwen tampoco sabía dónde estaba Ginevra.

Sloth se giró para salir y seguir buscándola a ella y a Lord Vaelys, cuando se topó de bruces con Fiona y ¡Ginevra! La pobre Fiona iba cojeando y Sloth, aunque preocupado por la salud de la criada, fue primero a saludar al ama de llaves. ¡Sloth había estado tan preocupado por ella! ¡Sloth no había parado de buscarla y al fin la encontraba!

- Ginevra, al fin Sloth os encuentra. Lady Vaelys os busca. A vos y a Lord Vaelys. ¿No sabréis dónde está el señor? –Sloth se acercó un poco más y, mientras los criados preparaban el almuerzo y Fiona comía, aprovechó para decirle algo que solo ella pudiera oír-. Lady Vaelys también ha dicho que el almuerzo hay que servirlo en los jardines, que el comedor huele muy mal y los invitados están incómodos.

Luego fue a la mesa donde comía Fiona-. ¿Qué te ha pasado en el pie? ¿Has tenido un accidente? –preguntó, esperando que no fuera nada grave-. Sloth está apenado por ti. Sloth espera que te recuperes pronto.