Partida Rol por web

André  se marcha junto con James dirección a Gary. Ahora quedáis los tres mosqueteros y la pista de los sectarios del bosque, que podría ser un buen título para una película. Con el mapa que encontrasteis en la guarida de Lodin y con el coche robado al sheriff de chicago os dirigís a explorar esta última pista.

El mapa os lleva por varias pistas forestales hacia el interior del bosque. A pesar de lo recóndito del lugar el camino se encuentra en perfectas condiciones y con marcas de ser transitado a menudo.  Finalmente llegáis a una valla de alambres y una puerta, la puerta de la verja está abierta y en un lateral del camino hay aparcado un lujoso todoterreno. En el interior de la verja el camino se estrecha, siendo imposible seguirlo con el coche. El pequeño camino se pierde en el interior de la propiedad. 

Sebastian era una persona inteligente, aguda y sobre todo precavida...pero ultimamente todos sus actos habían sido estúpidos, torpes y temerarios, así pues cuando vio la verja, la puerta y la niebla no pudo evitar volver a sentirse como en una pesadilla, por lo que echo mano del revolver y miro el contenido del tambor y esbozó una sonrisa

"por lo menos sera divertido"

cuando vió el todoterreno esbozó una sonrisa y miró a los demás

-parece que no estamos solos-dijo burlón esperando a la replica de James.

El camino conduce a la entrada de una pequeña cueva, en la que solo puede entrar una persona medio agachada. La cueva esta escavada directamente en la tierra con las paredes reforzadas por tablones de madera, varas bombillas situadas a espacios regulares constituyen toda la iluminación.

Tras recorrer unos cuantos metros del túnel, con la únicamente compañía de las ratas corren entre vuestros pies, llegáis a una estancia más amplia. La estancia tiene unos dos metros de alto y está llena de estanterías, baúles, cajas de cartón y una silla de madera profusamente tallada.

Sentado en una silla de madera esta un hombre mayor que os mira. Os estaba esperando. Dice con cara relajada y voz monocorde, pero terminada la frase os vuelve a mirar de arriba a bajo y estalla en gritos. ¡¿Pero quién cogones sois vosotros?! Luego volviendo a un tono monocorde y conciliador vuelve a hablar. Bueno, da igual ¿Por qué habéis venido?

¿No queréis contestar? ¡No queresas contestar! Grita enfurecido. Pues bien, los muertos tampoco contestan y por muertos me refiero a los montones de cenizas. En ese momento el hombre se levanta y desaparece tras una sombra, después se escucha una terrible carcajada que inunda la sala.

Sebastian permaneció en silencio a la espera de que alguno de sus compañeros iniciara la conversación ya que ni siquiera el sabía lo que buscaba.

El viejo se había vuelto loco y se había fundido con las sombras, con el revolver todavía en mano pensó una manera de hacerle frente.

-¡Espere! vamos a hablar tranquilamente...quien es usted y que hace aquí-luego recordando los modales y la falta de ética añadió-nosotros estamos buscando a Lodin.

Desde las sombras llega la voz estridente del viejo. ¿Quién soy yo? ¡JA! Esa pregunta se la deberías de hacer a Lodi. Eso, si no estuviera ya más muerto que vivo. Ese estúpido engreído nunca fue capaza de acordarse de mi nombre. ¡Nunca fue capaz de recordar el nombre de su leal servidor! ¡Nunca! ¡Nunca! ¡NUNCA!

Si buscáis a Lodin, ¿Qué me impide mataros ahora? ¿Sois acaso amigos de mi más grande enemigo? Eso os sitúa como mis amigos o como mis enemigos…. 

Miro al viejo con cara de pocos amigos. A mi no me amenaza nadie, eso es algo que dejo claro con la mirada. Pero está claro que no comprende nuestra situación, a mi que sea su enemigo, amigo, amante bandido, lo que sea, me da exactamente igual. Es una auténtica pérdida de tiempo seguir por este camino. Doy un par de pasos adelante.

-A ver, ¿A ti nadie te ha dicho que es de muy mala educación contestar con otra pregunta? ¡Contesta de una vez! No es ni nuestro amigo, ni nuestro enemigo. Es sólo alguien que nos puede sacar de la mierda en la que nos hemos metido gratuitamente. ¡Ahora contesta, viejo!

Miro a los lados, tratando de ver si hay alguien más con nosotros o estamos nosotros solos, empiezo a necesitar la seguridad de mi arma en mi mano... Este puto viejo me pone los pelos de punta, pero aun así, si tengo que darle de hostias para que nos diga donde está Lodin, lo haré.

De entre las sombras apareció de nuevo el viejo, esta vez con la cara desencajada en una mueca de odio. ¡Malditos! Venís a ayudar a Lodin. Por culpa de él yo lo perdió todo. ¡Todo! ¡Morid Bastardos, MORID! Las unas del viejo habían crecido hasta ser casi tan largas como sus dedos, y se abalanzo sobre Resse. Anqué el ataque consiguió dar al duro policía, este fue demasiado impulsivo y solo rasgo superficialmente la piel del policía.

Ante la sorpresa del ataque del viejo maldigo entre dientes y saco mi arma

Markus es el único que reacciona al ataque del viejo, desenfundando lentamente su pistola pesada. El viejo continúa ensañándose con Resse, quien le había provocado, lanzándole dos peligrosos garrazos que laceraron la piel del policía. A pesar de la avanzada edad que aparentaba el viejo, este se movía con impresionante velocidad.

¿pero que coño le pasaba a Resse? esa no era para nada su forma de actuar, siempre complaciente y mas tierno que un corderito

las tonterias del rubio iban a hacer que lo mataran y eso era algo que no podía (se) permitir...

levantó el revolver y comenzó a disparar al viejo

Me cago en tus muertos puto vegestorio . No puedo impedir que salga esa maldición y sin mas acudo a mis habilidades para aumentar mi velocidad y disparo mi arma

A pesar de la probabilidad de dar a Resse, los disparos alcanzan al viejo que comienza a sangrar abundantemente. ¿Cómo era posible? A un vampiro las balas simplemente le habrían rozado. De las heridas de bala manaba la sangre que empezaba a empapar las ropas del viejo. El olor de la sangre era dulzón y penetrante, su olor era tan penetrante que empezó a embotar vuestros sentidos y a despertar a la bestia que dormía en vuestro interior.  

El viejo enfurecido dio un par de pasos hacia atrás, alejándose de Resse, mientras se tocaba una de las heridas. ¡Malditos! Pagareis por esto. 

El olor dulzón y penetrante de la sangre te es muy familiar, ya lo has olido en otras ocasiones. Es el mismo olor que desprendían los viales de sangre que encontrasteis en el sótano del 7-eleven; y el mismo olor que tenía la sangre del “hombre-murciélago” que encontrasteis en la guarida del cazador, al que Sebastián diablolizo. 

El olor dulzón y penetrante de la sangre te es muy familiar, ya lo has olido en otra ocasión. Es el mismo olor que tenía la sangre del “hombre-murciélago” que encontrasteis en la guarida del cazador, al que diablolizastes.

Actualmente estas en estado de salud “Tullido” (-5 dados a la reserva de todas las acciones), puedes eliminar temporalmente este penalizador durante un turno gastando un punto de Fuerza de Voluntad.

El olor que salpicaba en el ambiente hizo sonreír a Sebastian quien disfrutaba del momento.

-viejo...si te calmas y nos dices quien eres firmamos el armisticio-a estas alturas ya no le importaba mucho pero si el viejo cantaba unas notas en vez de morir como un idiota senil...

mientas esperaba la respuesta del viejo continuaba disparando.

Me vuelve a embargar el olor de la sangre pero a duras penas consigo contenerme, esta reaccion provoca el fallo del primer disparo pero con mi velocidad aumentada consigo realizar otro disparo que impacta en mi objetivo

A pesar del ofrecimiento de paz por parte de Sebastián, ofrecimiento de paz aderezado con un par de balazos, el viejo volvía a la luchando. Se abalanzo con renovadas fuerzas sobre Sebastián con las garras por delante, pero lo dos tiros de Marcus hicieron que se desplomara, agarrándose el estómago y emitiendo un leve quejido. Qué raro, un vampiro simplemente se habría quedado rígido como una piedra. Un vampiro habría caído en letargo, pero el viejo parecía que se estaba muriendo como un “humano”.

El viejo estaba muerto y con él todas las respuestas. Entre sus ropas solo había un pequeño diario, un teléfono y la fotocopia de la portada de un libro sacada de internet. El libro que aparece en la fotocopia es “El diario del Almirante Tourney”, el mismo libro que encontrasteis en el refugio de Lodin con la nota escrita con el propio puño de Lodin “Dedicado a Roarke, un estupendo criado que sacrificó su vida para traerme un libro sin valor”.

Rebuscando por la sala encontráis, entro los montones de cajas, también encontráis un ataúd de aspecto andrajoso. Dentro del ataúd envuelto en una lona negra, está el cuerpo de un hombre de unos treinta años con el pelo largo rubio y unos penetrantes ojos azules. Se encuentra inmóvil con una estaca clavada en el corazón. ¿Sera este Lodi, el príncipe de Chicago?