Partida Rol por web

Mmmmmmmmmmh... no sé qué hacer... Me dirijo hacia ellos cruzando la acera y pasando por delante de la tienda. Espero que mi manto y mi aura esten a la altura y trato más que nunca... de ser nadie, desaparecer, a pesar de que es de día... Echo un vistazo a través del cristal tratando de observar qué cara tiene Laura. Después, con suma curiosidad hacia la chica de ojos azules y pelo casi blanco, me dispongo a seguirles a una distancia prudencial.

Me lamo el dedo y trato de sentir desde dónde viene el viento. Después me lo seco y sonrío. ¿Qué hora es?
 

Dentro de la tienda está Laura de pie; parece como distraída, mirando algo que tiene en la mano.

Al poco que los dos Changelings salieron del local, otro Changeling se cruza por delante de Mar y Hieronymus; un chico pálido, de pelo albino y cubierto por una sudadera negra. Aunque se dirige indiferente a la tienda y mira hacia dentro a través del escaparate, Hieronymus se dio cuenta de que el chico no acababa de aparecer, sino que llevaba enfrente de la tienda un rato.

El chico te suena de algo. Estaba en la rave del día anterior, en la que estuviste con Selene.

Al pasar junto a ellos Theo miró primero al tipo de bombín con inocencia y después a la chica escarchada a la que dirigió una sonrisa y remató con una inclinación de cabeza dirigida a ambos. Le hubiese gustado saber como saludar, pero pese a su tiempo libre poco tenía que decir, más le preocupaba Laura. En cuanto mirase por el escaparate haría su siguiente movimiento.

Lo reconoció unos instantes después de que el muchacho saludaba, lo había visto en una de sus salidas nocturnas no hacía mucho tiempo atrás, el extraño sueño había alterado de algún modo su percepción y no podía precisar si había sido la noche anterior o la otra.  Devolvió el saludo con un gesto de su cabeza y una sonrisa que, como todas las suyas, resultó involuntariamente hosca y continuó caminando.

Observo a la persona que nos saluda con una inclinación de cabeza cuando vamos saliendo y como mi compañero hace una hosca al pasar por mi lado, yo me limito a devolver la inclinación de cabeza mas que nada por cortesía, aunque mi rostro no se dibuja ni una sonrisa. Espero a que nos alejemos de el por el camino y vuelvo mi atención a Hieronymus.

-Bueno, ha salido bien - Digo aligerando un poco el tono de voz, dándole un tono un poco mas simpático - No solo hemos podido completar el encargo - Que al final no fue una trampa como lo esperaba, o al menos aun no lo parece - Sino que también has pido flirtear con la hermosa doncella - Esbozo una pequeña sonrisa - Bueno, debemos informar a la cotilla que hemos completado su encargo, a ver si ahora te da la información que necesitas para ese duelo.

Terminada la tarea que Lily les había encargado, los dos Changelings se dirigieron al lugar que les había mencionado la Cortesana Ónice para reunirse. La discoteca Paramour llevaba ya varios meses cerrada; la Corte de Otoño se encargó de diseminar varios rumores acerca de la calidad de las bebidas y la poca seguridad de aquella zona cuando averiguaron que una de las puertas traseras servía como puerta al Seto. Varios humanos habían desaparecido sin dejar ni rastro a través de aquella puerta, y la Corte consideró necesario mantenerlos alejados de ella.

Sin embargo, en el callejón que daba a la puerta trasera, no se encontraba Lily, sino otra Changeling. Era una chica delgada, de miembros largos y ágiles; era mona pero parecía que sus incisivos eran demasiado pronunciados, lo que la afeaban un poco. Un par de orejas peludas asomaban de su cabeza, tenía sus ojos azul hielo rodeados por lo que parecían lágrimas congeladas, y su rasgo más destacable era su cola enrosacada cubierta de pelo rojizo, como la de una ardilla. Llevaba a la espalda una funda de guitarra grande

Mar ya la conocía; había tomado algo con ella la noche anterior, pero para Hieronymus era una desconocida.

La chica se acercó a los dos Changelings, con paso directo y confiado

- Lily me ha pedido que la disculpe en su nombre; tenía prisa y no podía esperar más. Me ha dicho que queriais entrar en el Seto, ¿no?

El Bacoa era un restaurante de carnes a la brasa que gozaba de bastante popularidad en al Ciutat Universitaria. Frecuentado sobre todo por estudiantes, debía su fama a las enormes raciones de hamburguesas a la brasa que servía a precios bastante asequibles para la economía de un universitario. A aquella hora el local estaba bastante animado; los estudiantes salían de clase y hacían una parada allí para comer, antes de volver a sus casas o seguir con las clases por la tarde.

Laura aún no había llegado, pero aún faltaban diez minutos para la hora acordada

Que no estuviera quien debía estar le provocaba desconfianza -Es cierto, le pedimos acceso para ir al Mercado Goblin, pero también debía darnos cierta información- respondió con un tono seco y cortante.  -¿Eres tú quienes nos brindará ambas cosas?-

Saludo con la cabeza y una sonrisa cordial ha Natalia, yo la reconozco aunque mi compañero no lo haga, y aunque no pudiese decir que confió en ella por lo poco que la conozco, creo en sus palabras cuando dice que fue enviada por Lilly, me limito a escuchar ha Hieronymus mientras habla, esperando a ver que le dice, cuando noto que ni uno de los dos se presenta suprimo el instinto de encogerme de hombros, pero no hago ni un comentario, me limito a quedarme contemplando y esperando la respuesta de la chica, después de todo, mi compañero fue al grano directamente, y lamentablemente no podemos perder más tiempo, ya que el tiempo sigue transcurriendo, y cada vez se acerca mas el momento del duelo. 

- Así es. Mi trabajo consiste en vigilar las sendas del Seto, así que seré vuestra escolta. Es fácil perderse si no lo habéis visitado antes, y los que se pierden no suelen regresar. En cuanto a la información, dice que necesita un poco de tiempo. Esta tarde se volverá a poner en contacto con vosotros para comentaros que ha podido averiguar

La chica se dio media vuelta y se aproximó a la puerta trasera de la discoteca abandonada

- Bueno, ¿listos?

-¿Listo?- dijo, respiró profundamente y agregó -No, no lo estoy, pero creo que nunca lo estaré así que... ¿Para qué perder el tiempo?- luego miró a Mar y le tendió la mano, no es que tuviese miedo, no tanto, pero prefería sentir la compañía de alguien en aquel viaje que estaba por emprender.

Natalia sonrió ante la respuesta de Hieronymus; era cierto que nunca se estaba listo para un paseo por el Seto, si bien uno podía llegar a acostumbrarse como había hecho ella. El problema es que no estaba segura de si eso era bueno o malo.

La Changeling puso su mano sobre la puerta de la discoteca, y al instante un leve resplandor verdoso se vió por entre las rendijas de la puerta. Natalia abrió la puerta e invitó a los dos Changelings a seguirla.