Partida Rol por web

Macario miró sorprendido a Natalia y Hieronymus.  ¿No son comunes estas cosas por aquí?  No, no lo eran si la cazadora con mayor experiencia del Feudo no había sabido cómo actuar frente a esta.  Más información esto nos da sobre lo que enfrentamos. Estaba como atolondrado aún.  Iba a comenzar a explicarles más de lo que sabía cuando Miriam lo interrumpió y luego lo llevó a un lado a platicar.  Ahorita les digo más, se disculpó ante los demás al ir a conferenciar con ella. 

Miriam querida.  Actuaste maravillosamente, y te reconozco cómo mi mentora, guía y amiga de verdad, pero hice una promesa ante el Wyrd que entraría a buscar a Laura, la niña.  Y que no saldría de aquí sin ella.  Imaginatela con el miedo, y la posibilidad de convertirse en una aberración como esta. -dijo señalando a los restos de las espinas.  ¡Vean si pueden recuperar algo de los aceites esenciales de las ramas quemadas, ya vimos que son flamables!, les dijo alzando la voz a sus compañeros que estaban más atrás, acordándose de estar preparados.  Volvió a bajar el tono y prosiguió. 

Tu tono me dice que estás amenazada de regresar sin mí.  Lo siento mucho, y me duele que me pongan entre dos de mis máximas lealtades: a mi amiga de corazón y los niños del orfanato. ¿Puedo liberarte de esa responsabilidad con algún ritual o algo así?  No quiero que sufras, pero sabes que, de decidir, el peso de una niña-gorrión es mayor que el de toda la luz de una ciudad.  En estas palabras ya hilvanaba las cláusulas y causales.

Dime de Botas si quieres, para ayudarlo más, si puedes.  En eso, chasqueó los dedos como que encontrando algo que buscaba.  Pero antes, déjame hacer algo.  Le dijo a manera de explicación y regresó rápido hacia los demás, guiñandole un ojo al pasar junto a la chismosita de Lily, tan buena ayuda para traer ayuda. 

Macario regresó rápido con los demás.  Perdón, perdón, ahorita les digo más, pero antes se me ocurrió algo.  

Tu me dices luego "mono", ¿verdad? -le dijo a Hieronymus.  ¿Y éras, o fuiste, cirquero, verdad?   Mono<-->cirquero -dijo señalándose primero a él y luego al cortesano de Otoño.  ¿Que te parecería si me avientas al aire como saltimbanqui y desde la altura alcanzo a ver a Pietrus y los demás del otro lado, para lograr comunicarnos?  Además, quizá desde la altura algo más del laberinto alcanzaría a ver. Quizá. 

Miró los brazos del payaso.  Con esos, seguro me lanzaras bastante lejos. Y con esto, tomó una rama aún encendida, escribió algo en un papel y lo enrolló sobre una piedra.  Se puso en posición de ser lanzado por los aires.  

Listo para volar. -dijo sonriendo.  

Aquel hombre lo sorprendía, parecía haber perdido la torpeza social que había demostrado en el sueño, parecía como si su esencia hubiese cambiado, como si fuera otro.  Cuando dijo lo de mono Hieronymus se sintió algo avergonzado, no se arrepentía, pero comprendía que quizás se había apresurado, sin embargo, acostumbrado a defenderse respondió.  -Bueno, te comportaste como un mono en aquel baile, le faltaste el respeto a mucha gente.  ¿Qué pretendías?- Pensó en lo que le dijo Macario. -No creo que pueda lanzarte tan alto, no soy superman-

Tú no te preocupes, de ninguna de ambas cosas, sólo lánzame.  Veamos hasta donde llego.   Macario tomó vuelo, corrió hacia el payaso para que éste lo lanzara con un impulso hacia el aire.  Quería decirles a sus compañeros del otro lado del muro que estaban bien, quería cerciorarse de que estaban bien.  Quería saber si podría ver el jardín del laberinto más adelante, o una pajarilla volando, una niña corriendo, en esta dirección.

¿Que les habrá pasado a Pietrus?  ¿Estarán aprisonados dentro del muro o habrán sido llevados al otro lado para "dividir y vencerás"?   ¿Y Laura?

Pensaba gritar desde arriba, para guiar a la niña, pero atraería atención indeseada.  En el balance de cosas, ¿que convenía?  Esperaría a estar arriba para decidir que hacer.

De repente, sintió como si la agilidad de todos los monos del mundo hubiera llegado a él.  ¡Wuuujúúú! 

Puede ser que Macario tuviera algo de mono en la sangre de sus venas, por lo menos, en aquel momento, el payaso diabolico sintio al impulsarle que pesaba como una pluma cuando le lanzo por los aires.

Aun asi, la fuerza de Azacinto solo fue suficiente para que Macario alcanzara a media pared, teniendo que engancharse a las rendijas entres espinos para no caer al suelo, no sin provocarse un poco de daño en las manos. Pero ya solo tenia que escalar un poco mas, y llegaria hacia la cima y estar seguro. Por otro lado, si miraba al suelo, podria ver que habia un buen trecho del suelo a suposicion, y entre ella una dolorosa caida.

La emoción del aire en su cara, el subir en la noche oscurecida y sin luna, era una mezcla deliciosa.  Un glamour cosechable si fuera otro el volador.  Habrá que ir al circo.  Sonreía.

Macario pronto sintió la fuerza de su subida compensandose con la gravedad, llegaba al punto de inflexión de la parábola de su vuelo.    Parábola de que vuelo.[/I]    Giró a tiempo entonces hacia la pared para agarrarse de las grietas y viejas enredaderas leñosas como un sugarglider. ¡Hmmmmack! -[/B]Golpeó contra ellas jalado por la dama gravedad.-  Auch, caray.[/B]  Las espinas.  Sintió el miedo de caer y los músculos tensarse en supervivencia.  Otra buena fuente de glamour el ir donde se escala.  Se acomodó.   Bueno, de aquí a subir como mono de nuevo.   

Mano, pie, grieta, rama, hueco, estiraaarse, balance, dedos que tiemblan hasta que encuentran soporte, pies como bastón de ciego bailando tap contra el muro hasta encontrar feliz apoyo.  Y cuando se da cuenta, ya llegó hasta arriba.   Algo ve Azacinto en mi que yo no, jajja. 

En silencio, observa todo primero.  Tienta la piedra con el mensaje escrito.  Ve hacia abajo a ver si distingue a unos y otros changelings.  Ve al horizonte desde este su vantage point, vantage-advantage.  Juega con las palabras.  

Hace un ruido como de grillos que sólo Pietrus distinguiría como de él, su clave de amigos entre los callejones de la Sagrada Familia. 

Una vez logras con esfuerzo llegar ales al trio desaparecido un poco a la lejania, en uno de los multiples huecos que hay dentro del laberinto, rodeado de estatuas, parecen estar bien aunque es dificil de determinar a esa distancia.

Tambien ves otra cosa a la lejania, en el centro del laberinto, un torreon gobernando sobre el laberinto, semi-derruido e inundado de espinas en una especie de semi-camuflaje. Y tambien hay otra cosa...

Macario se asomó y les dijo a sus compañeros abajo: Veo a Pietrus y los demás.  Están en uno de los huecos de estatuas que vi en sueños.  Se les ve bien... bueno, eso creo, movimientos normales y así, desde acá. -su voz tenía trazas de duda pues estaban más lejos de lo que sirve para ver detalles-.  ¿A cuantos metros estarán?

¿A ver, a ver, en la mochila tengo alguna cuerda para echarles y que suban?  ¿Pueden subir?  Le dijo a Azacinto y las cazadoras.  Veo además un torreón en el centro del laberinto, como derruido, cubierto de espinas.  Ahí debe estar aquella que este pobre llamó la "madresanta".   Sacaré el papel y carboncillo para hacer de esto un dibujo.  Quizá les sirva allá en el Feudo para saber más de nuestro enemigo.  Que la lleve Miriam de regreso.   Inteligencia por si nosotros no regresamos.  Estaba resuelto a ir por Laura.

Se fijó con más cuidado, tratando de buscar a la niña, o detectar otros peligros.  Trató de ver también si había manera de llegar hasta donde estaban Pietrus y los demás usando la vía alta de la parte alta del muro.  O de aventarles la piedra con el mensaje de que estaban bien.  

mmm a ver... a ver aves, averaves, a vera ves...

Ves algo encima del torreon, una figura observandoos desde las sombras, es dificil distinguir desde tanta distancia, pero parece una mujer, una mujer de gran tamaño ¿Una ogra? Imposible de aclarar.

Intentas fijarte mejor en ella, pero te das cuenta de pronto una sensacion rara de hundimiento y presion en los tobillos. Cuando bajas la vista, ves que tus pies se han hundido en el muro de espinas y esta absorbiendote y tirando para dentro.

Mientras Macario habla y otea el horizonte, veis como cada vez mas baja de altura y hundirse en el muro, es dificil ver de donde estais, pero diriais que las espinas estan empezando a tragarse al joven Perdido.

Macario trató de fijar en su memoria todo lo que pudo del torreón y la giganta.  Para dibujarlo después.  En un gesto de reto apuntó con sus dedos índice y medio, primero a sus propios ojos y luego en dirección hacia la mujer, un par de veces, como diciendo "ya te ví".  Lo hizo, no por fantoche, sino porque recordó que en la película del Señor de los Anillos usan la movilización del ejército para distraer al Ojo para ayudar a que los hobbits llegaran al volcán sin ser vistos.  Y darle más oportunidad a Laura de escapar.

 Y con eso puesto sobre la mesa, un poco apurado y espantado le avisó a Azacinto, esta pared me chupa como a los otros, a ver a donde me lleva, jjjmmm, o si me puedo zafar.  Hay una como giganta en el torreón al centro, que nos observa.  Miriam, si quieren regresen, o sigan, yo, yo me zafaré y voy hacia el jardín de esculturas de piedras -todo esto decía mientras usaba su agilidad para zafarse del abrazo de piedra- donde están los, los demás. 

Sentía que la agilidad y fuerza de los monos seguía con él.  Me han de haber bendecido por mediación de Azacinto -se lo debo agradecer.  Su plan era correr sobre el muro y saltar hacia el jardín de piedras, o hasta ver a la niña, lo que ocurriera primero. 

-MACARIO- Gritó -¡SAL DE ALLÍ.  LAS ESPINAS!- luego se giró hacia sus demás compañeros.  -¿Alguna tiene forma de iniciar algo de fuego?  Tenemos que evitar que se lo traguen las espinas-  No sabía que hacer, aquel mundo era prácticamente desconocido para el Hieronymus y sus peligros eran muchos.  La idea de retroceder y volver con Mar comenzó a rondar con fuerza en su cabeza

Veis como Macario intenta zafarse, pero la planta lo supera en fuerzas y va tirando de el poco a poco hacia dentro, para cuando Azacinto acaba de terminar de hablar, Macario ya tiene las rodillas hundidas del todo.