Partida Rol por web

Natalia fue a disparar, pero justo en ese momento Pietrus se cruzó en su punto de mira; con el dedo temblándole en el gatillo, detuvo su disparo a tiempo

- ¡Mierda! -farfulló nerviosa, mientras buscaba un mejor ángulo para disparar

Laura estaba asustada; no estaba acostumbrada a la violencia, y menos aún en el Seto. Pero que Lily se concentrase en defenderla a ella en vez de en luchar con el grupo le preocupaba más. Comenzó a concentrar sus fuerzas en un hechizo, y desplegó sus alas luminosas. Plumas de luz multicolor comenzaron a caer alrededor de ella, rodeándola en un brillante nimbo tornasolado.

- ¡Lily, te necesitan! ¡No te preocupes por mi, puedo cuidarme sola! -dijo a la Oscura, que seguía pegada a su lado.

Pietrus corta las espinas, haciendolas saltar y retorcerse ante del metal brillando bajo la luz de Laura, rasgando y torturando la carne de su anfitrion como si le exigiera algo.

El hombre sin embargo, no se detiene, y en medio del ataque, baja la pala y... La clava sobre la tierra.

-Lejos de la muerte, lejos de la vida, siempre eterno.- Dice mientras cava, removiendo la tierra y destruyendo aquellas partes inundadas por las flores que os guiaron.- Debo obecer a Madre Sabia. Tengo que destruir las flores. Lejos de la muerte, lejos de la vida, siempre eterno.- Continua cavando, mientras os ignora, las espinas aun flagelando furiosas su carne y dando latigazos al aire en vuestra direccion, como un animal hostil y arrinconado, siseando y sacando los colmillos ante sus depredadores.

Durante ocurre esto, Theo se sube una de las paredes e intenta esconderse, al principio no encuentra problemas, pero de repente, se encuentra conque no puede mover los pies ni las manos, viendo que se estan hundiendo en la pared, sus extremidades envueltas en espinas que le agarraban y le metian dentro del muro. Como arenas movedizas, el cuerpo del Oscuro estaba desapareciendo por momentos en aquella maraña de espinas que formaba el muro.

Estaba concentrado en cortar hierbajos cuando por el rabillo del ojo observo como el muro empieza a engullir a uno de los chicos.

- Esto pasa cuando los críos quieren hacer cosas de mayores. - gruño entre dientes guardando una de las hojas y agarrando al chaval.

- Maldita sea. - digo tirando de él. ¿Que cojones se supone que estás haciendo?

- ¡¡Alejaos de las paredes!!

Cita:

Niegh! Esto me pasa por postear rapido y cansado, deberia organizarme mejor el tiempo. :(

Nah le puede pasar a cualquiera xD

Como dato, Laura no es un personaje ofensivo en absoluto; tiene algún punto en Pelea de clases de autodefensa, y ya. Sus Contratos son fundamentalmente Corazón y Entropía, y alguno de Vanagloria y Elemental (luz).

Por cierto, dado que la criatura no ataca, entonces no están en combate, ¿no?

Si, las espinas del hombre en concreto, solo atacaran si los personajes insisten atacar, pero no se los diga aun, prefiero mantener la tension hasta que se resuelva lo de Theo.

Miriam había permanecido largo rato en silencio. El seto era un gran temor para ella y este laberinto le parecía especialmente aterrador. Si salian de allí de una pieza mataría personalmente a Macario por actuar sin consultar con nadie.

El colmo fue cuando apareció esa especie de ser controlado por las espinas. La mujer retrocedió unos pasos para intentar no verse involucrada en la pelea. Confiaba en que Pietrus daría buena cuenta de aquel ser.

Al ponerse a excavar el pobre hombre lleno de espinas, Macario pudo ver uno de los posibles destinos que le esperaría a Laura, a ellos, si fallaban en salir de ahí.   Entonces tomó la lámpara del hombre y se la dio a Miriam.  Toma mujer de luz.  Tu sabes que hacer con esto.   El intento de hacer un lanzallamas con la lata de graffiti no había funcionado.  Sólo lo había dejado con las manos pintadas de rojo. 

Se acercó al hombre por un lado, fuera de la mirilla de la cazadora y del hierro de Pietrus.  Dame la pala, que yo te ayudo.  Sonaba convincente como primavera.  Madre sabia me mandó a ayudarte.    Sabía que si no lo engañaba se movería rápido a arrebatársela, y de tal forma que si las espinas se lanzaban sobre él, usaría a la pala para que se enredaran en ella, como estambres, las jalaría, dejándolas expuestas a los machetes de sus amigos. 

HIeronymus no tenía nada que hacer allí, continuaba de espaldas y se volteaba de tanto en tanto, sus compañeros parecían tener controlada la situación así que en lugar de entorpecer se encargó de cuidar la retaguardia.   Pensó por un momento en ayudar al muchacho, pero Pietrus parecía hacerlo todo así que se encogió de hombros y lo dejó hacer.