Partida Rol por web

Observo a aquel hombre que no dejaba de mirarla mientras levantaba su espada hacia el hombre mientras Ezio se colocaba a su lado. Aunque por un lado tenerle a su lado le animaba seguía teniendo miedo a que corriese el mismo destino que Dante. Tomó aire y en vez de colocarse tras su hermano dio un paso al frente, a su lado.

- No voy a ir con usted. Ya no soy presa de la maldición así que no tiene ningun motivo para fijarse en mi. Y le aseguro que no voy a acompañarle. - Sentenció mientras adoptaba una pose de combate 

-¿No sería mejor que ese sea alguien que la haya visto personalmente?- respondió Hogward cuando Alain preguntó -. Alain, dices que has visto su verdadera apariencia. Cuando la reconozcas podrías activar una de las bombas y ese sería el detonante del ataque. O puedo hacerlo yo pero se iría al traste lo de infiltrado-

Si iban a obligarlo actuar, al menos el elegiría como y cuando -Así que creo que lo mejor sería de que actué cuando haya algún imprevisto. O cuando la bruja este demasiado concentrada en el ataque para darse cuenta de que un cliente X se le acerca.

Ezio seguía buscando la manera de protegerte, pero tú parecías insistir en luchar codo a codo y no ser más la damisela en peligro. Esto no complacía a tu hermano, quien se veía contrariado por tu acción.

- Por favor, retrocede. Si te busca a ti, solo estás facilitándole el trabajo - sonó autoritario, pero sobre todo preocupado. Después de todo, llevaba apenas un mes a tu lado tratando de recuperar el tiempo perdido, y eso era algo que podías ver a diario: se quedaba contigo, te consolaba, hacía una que otra receta para ti, te sorprendía... Incluso intentó llevarte de paseo por el bosque. Él se sentía en parte responsable por todo lo que habías tenido que soportar sola. Ahora que no le permitieras protegerte, solo añadía frustración a su estado de ánimo.

Varg sonrió divertido - Me gustan las mujeres que muerden - e hizo el gesto con su propia mandíbula como si fuera un animal mordiendo algo en el aire -. Au contraire, ma chérie. Eres ahora más valiosa que lo que lo eras antes, y sé de alguien que muere de ganas de verte - sonreía con malicia el enmascarado.

- ¡No lo harás! - se lanzó Ezio hacia el hombre, pero este sin siquiera perder su postura elegante, se quitó del camino con rapidez para luego desviar la espada de tu hermano con su bastón. La experticia de sus movimientos era notoria. No era un hombre cualquiera. Ezio, perseverante como siempre, se abalanzó hacia él de nuevo, pero esta vez su bastón chocó contra el suelo. Apenas lo hizo, una especie de onda de energía se desplegó a su alrededor, haciendo que tanto Ezio como tú fueran golpeados con ella. Tú lograste resistir y no perder el equilibrio, pero Ezio no tuvo tanta suerte. Al estar más cerca, salió volando casi al instante. Chocó contra varias mesas y rodó sobre algunas sillas. Al final, parecía caer inconsciente en el suelo.

- ¡Fiorella! - escuchaste la voz de Jurien, quien llegaba junto a Garlan al recinto en el momento de la explosión. Muchas mesas y sillas bloqueaban su camino, así que se tardarían en alcanzarte, por lo que eran solo el hombre enmascarado y tú en ese momento. Este sonreía confiado.

El bigotón se quedó pensando ante la pregunta de Réamann, aunque se preocupó un poco al ver su reacción. Como si cayera en cuenta de algo, respondió con cuidado - Sus acompañantes siempre usan una túnica que cubre sus rostros. Solo puedo decir que uno es humano y el otro una bruja porque puedo percibir su naturaleza. El humano tiene cabello negro y la bruja cabello verde. Ambos son altos, pero más allá de eso, no sabría decir más... Aunque creo que Serr Lockheart sabe algo que no puede compartir - y miró a Stella más seria -. ¿Sabes de qué habla? - asumiendo que Stella sabría a qué se referiría exactamente el peliblanco.

Apenas Alain comenzó a hablar y mencionó a alguien que pudiera bloquearles la ruta de escape, una voz masculina de la cual habían pasado hasta el momento se hizo sentir - Creo que yo puedo ayudar con eso - aunque todos entraron en alerta, alguien que llevaba una capucha que cubría su rostro se reveló. Su forma de actuar, sus ojos verde esmeralda, su cabello rojo en una coleta... Era un hombre bastante atractivo, agraciado y elegante, pero... ¿Acaso lo conocían? ¿Cómo había llegado allí en primer lugar?

Su cabello caía en una coleta en la parte de atrás de su cabeza y una espada colgaba de su cinturón. Incluso la espada se les hacía conocida. Sonrió y les guiñó un ojo - Sé que mi belleza es abrumadora, pero es triste que hasta que yo no me hice sentir, se olvidaran de mi presencia - mencionaba en un tono bastante melodramático.

Aed se rió sonoramente mientras observaba al pelirrojo - Siempre con gusto por el drama. ¿Cree que servirá, Lord Blue? -.

El hombretón reflexionó ante las palabras de Hogward para luego reír - Dudo que deba preocuparse por Lord Malthael. Delora me mencionó que él ya tenía todo en mente, y por lo que menciona, es cierto - y se quedó mirando al otrora médico -. El infiltrado debería identificar a Phoisa, aunque si seguimos el patrón, podría que se ha disfrazado de uno de sus acompañantes mientras otro finge ser ella. Siempre y cuando identifiquemos cuál de los tres es, no creo que haya problema. Tal vez podrían pactar una oración. Si Lord Malthael dice una oración que pudiera usarse para ese momento exacto y que nos indique quién es Phoisa, podría funcionar. Algo como esto - y se acercó a Elliot mientras presionaba una de sus mejillas con un dedo. Elliot se golpeó la frente con la palma de su mano, pero su padre no parecía prestarle atención para luego decir -. ¿Y cómo haces para tener una piel tan tersa? Lo tomarán por loco, seguro, pero para cuando noten lo que sucedió, será tarde - y seguía haciendo lo mismo, hasta que Elliot dio un paso atrás. Aed no parecía haberlo notado, por lo que siguió repitiendo el mismo movimiento.

En lo que esperaba la respuesta de Aed acerca de su pregunta que podría sonar fuera de contexto para los demás, el plan ya estaba teniendo una mejor forma y Réamann no quería perder detalle, además que Alain hacía las observaciones adecuadas que a él se le estaban pasando por alto tal vez por la agitación que estaba mostrando al resto. El peliblanco ya no parecía tanto un muñeco como meses atrás, ¿sería porque su vida pendía de un hilo? ¿Tal vez los presentes podían ver a través de ese comportamiento otrora indiferente por convivir más? 

Eso sí, cuando Hogward sugirió que alguien más debía ser el infiltrado, los ojos color miel del joven voltearon a verlo con el ceño fruncido, aunque cuando el hada habló volteó a verlo para escuchar la información, exhalando un largo suspiro mientras cerraba los ojos y mascullaba algo más para sí, pero fue lo suficientemente algo para que lo escucharan.

-¿Es por tu propia decisión o...?-no terminó la pregunta, temiendo decir algo más y así arruinar la estrategia que continuaban planeando. Cuando Aed miró a Stella y cuestionó aquello, se giró para voltear a verla y asentirle una sola vez sin hablar de ese tema. Era como si lo dejase a un lado o lo ignorara, pero se veía que no aclararía tal situación, aunque...-¿La bruja de cabello verde estará siendo controlada como la otra que mencionaste, Aed? 

Pero entonces apareció ese pelirrojo y Réamann se limitó a sonreír un poco, mirando con familiaridad a ese joven mientras negaba con la cabeza.

-Sin tacones esta vez-dijo, agradándole la idea de que él bloqueara la salida en caso necesario. Parecía confiar en él. Sin embargo, con lo de que Phoisa podría ocultarse y detectar a la original, el ex-caballero se animó a hablar en un tono controlado, como si midiera sus palabras-. Hogward, tendrás que ser tú frente a ellos... es decir, no te atrevas a fingir alguna actitud o palabras que nunca dirías. Piensa por qué te unirías a su causa y parte de ahí; aunque por experiencia te pediré que tengas alguna especie de ancla mental. Sé que se te está dando muy poco tiempo, pero es algo necesario, sé por qué lo digo... y de alguna señal... podrías acabarte la bebida que tengas y en vez de ponértelo frente a ti lo haces hacia... ya sabes, como si retaras o algo así. Igual, solo es una sugerencia.

Al ver que había hablado mucho, tomó aire y decidió guardar silencio una vez más. No quería agotarse antes de tiempo.

Mientras apretaba sus labios, Stella escuchaba a Alain y los demás desarrollar el plan al tiempo que trataba de relajar sus propios nervios. Era un poco complicado. La pelinegra sentía su estómago revolverse ante el inminente enfrentamiento, y saber que su rol sería el de defender a los demás de los ataques mágicos. Claro que contaban con Elliot, pero le asustaba cometer algún error y que alguien saliese herido.

Stella pasó desapercibido qué era lo que quería decir Réamann con eso a Hogward, sorprendiéndose un poco por verlo actuar de esa manera que no era tan usual. Aunque también se sorprendió por la pregunta que le hizo a Aed, y la respuesta del hada... Cuando el peliblanco le asintió, algo vino a ella. Fue breve, pero creyó entender a qué se referían. Creyó saber qué decir, aunque no sabía cuánto sería lo correcto.

—Puede que ese humano... sea la actual pareja de Phoisa. Era un compañero de Réamann —solo eso dijo, mirándolo por un momento. La pelinegra consideró que esa sería información suficiente.

Cuando aquel pelirrojo apareció, le robó la atención a la chica. Por un momento se le quedó mirando, y en efecto se deslumbró un poco por su belleza. ¿Quién es él? Ese porte, esos ojos... ese cabello... ¿Acaso no es...? Pero la idea que se formaba en su cabeza se vio interrumpida por la voz de Aed, quien seguía dando forma al plan. Presa de su despiste total, Stella no cayó en cuenta que ya conocía a ese pelirrojo, y que este incluso la había peinado y maquillado.

Mientras el hombretón daba sugerencias a Hogward, Stella no pudo dejar de mirar cómo Aed incomodaba al pequeño Elliot. 

No sé quien es tu mamá, pero debes ser viva imagen de ella. Tu papá es un rarito.

Pero la voz de Réamann la sacó de esos pensamientos. Por un momento acarició su cabello al notar lo mucho que se estaba esforzando para ayudar. Solo esperaba que lo que planeaban allí resultase lo mejor posible.

Mientras todos decían la suya Rin miró a Ser - no podrás hacer una señal a los demás, pero si puedes detectar su naturaleza, ¿Podrías darnos un aviso a Elliot y a mí, para saber a quién tirarle la red? Y una duda personal ¿Hay algún elemento que debilite la magia? Plata para hombres lobo, metal contra driades... Fuego contra Ents o miel para pillar desapercibidos a duendes. Si hay algo que podamos incluir en la red que debilite la magia sería bueno saberlo.

Pensó si decir algo al pelirrojo, pero si Elliot no se quejaba, supuso que no le debía molestar demasiado.

Los ojos dieron un giro de hartazgo al ver como el nuevo tipo hacia alarde de su belleza. No paraban de llegar personajes molestos. Era como si los hubiera Delora los hubiera especificamente para molestarlo. -Bueno, si al parecer todo esta dentro de mi "plan maestro" no se por que seguimos discutiendo- dijo frustrado cada vez más con la bruja que lo estaba arrinconando para que arriesgara el pellejo -Así que cuando identifique a la verdadera bruja, por que por supuesto la podre reconocer a la primera, me tomare la copa de un trago, algo normal que solo tenga significado para los demás. No una tontería que atraiga la atención hacia a mi. Sera la persona con la que me tropiece debido al alcohol- dijo con algo de sarcasmo en su voz.

Había enarcado ambas cejas ante el intento de Hogward de escurrir el bulto pero no hizo falta que interviniera porque de repente se encontró mirando a Klaude, otra vez vestido con ropas con las que lo identificaba más. Puso los ojos en blanco cuando tuvo que hacer uno de sus comentarios.

- Si no les corta el paso los aplastará con ese ego tan grande que tiene.

A pesar de todo, le dirigió un brevísimo asentimiento de agradecimiento pues se sentía mucho más confiado con él ahí. Al final, Alain no era un guerrero. Sí, le habían entrenado en el arte de la espada peor no había participado en peleas reales hasta hacía pocas semanas de modo que se sentía poco preparado para ser el máximo exponente en cuanto al ataque físico.

- De acuerdo... entonces, Klaude cerrando la vía de escape, Rin y Elliot en el techo, a punto para lanzar las trampas, Hogward en una mesa haciéndose el interesado por el plan. Usted sirviendo bebidas - señaló a Aed con un gesto de cabeza -. Alguno de nosotros podría estar sentado en la barra, ¿con capucha y de espaldas? - por lógica, esa debería ser Stella pues así estaría cerca para escudar a Hogward de ser necesario -. Eso nos deja dos posiciones restantes - miró a Réamann, con duda -. ¿Ella te detecta cuando estás cerca como tú a ella?

- Estás perdiendo el tiempo. ¿Por qué se supone que soy valiosa? No tiene sentido, y lo sabes. - Le replicó firmemente mientras se negaba a retirarse pese a que su hermano insistía, no iba a dejarlo solo como a Dante, ni a dejar que se sacrificase por ella. No estaba dispuesta a perder a Ezio después de tanto tiempo. 

No hubo tiempo de pensar porque pronto el enmascarado lanzó un ataque que mandó volando a Ezio. Emitió un grito cuando vio que caía inconsciente sobre el suelo pero se giró hacia el hombre que seguía clavando su mirada depredadora sobre ella, escuchó las voces de Jurien y Garlan que se acercaban, pero de momento los muebles se interponían entre ellos, lo que la dejaba sola con aquel repugnante enmarcado. 

- No voy a ir a ningún lado, creo que no lo entiendes. - Alza la espada que le había entregado Delora. - Ven a por mí, o márchate. - Le desafió haciendo acopio de sus fuerzas. Por dentro estaba aterrorizada y dispuesta a hacer cualquier cosa por proteger a su hermano, pero le habían dicho también que no debía flaquear, y sabía que si se entregaba Ezio acabaría yendo a buscarla y sería peor.  Aún así, no se lanzaría a un ataque directo, sino que intentaría usar el juego de pies para mantener una cierta distancia con él y darle tiempo a los demás. 

Aed se quedó pensando en la respuesta de Stella – Así que su pareja… Con esa bruja nunca se sabe – se cruzó de brazos para luego volver al a discusión -. Si bien podría ser controlada, tal vez solo sea un secuaz. Después de todo, lleva un buen tiempo reuniendo seguidores para una causa y, por el momento que es, creo que la causa se trata de traer de vuelta a su líder – se quedó serio un momento.

Mientras tanto, el pelirrojo miró a Réamann mientras lanzaba su cabello hacia atrás con gracia – La elegancia se demuestra sin importar los zapatos que lleves. Deberías intentarlo también – y le guiñó un ojo al excaballero.

Las palabras de Rin confundieron un poco a Aed, quien se quedó pensativo mientras dejaba de molestar a su hijo al notar que este se había apartado. Carraspeó y se volvió a cruzar de brazos – Puedo hacerlo, pero ten en cuenta que serán dos brujas, así que solo podría descartar al humano. Elliot también puede percibir eso, así que no será necesario que lo haga yo mismo. Sin embargo, hay algo más – y miró a Rin con seriedad -. Los duendes no se llaman duendes – Elliot se golpeó la frente nuevamente con fuerza, dejándose una marca roja allí de lo fuerte que se golpeó. Segundos después, Aed empezó a reír – Es broma. Aunque lo de los duendes es cierto. Prefieren el apelativo “hadas del bosque” – rió para agregar -. La magia nace de nuestros corazones, así que tendrías que desconcentrar a quien está ejecutándola para evitarla. No hay nada que la absorba o algo así, solo te puedes proteger de ella, devolverla a quien la conjura o desconcentrar al hechicero – hablando tanto de las brujas como de las hadas en este caso.

Aed miró a Hogward algo confundido cuando habló sobre su plan – Pues porque no lo has compartido con tus compañeros. Si hubieras comenzado por ello, ya estaríamos preparándonos – sonrió el hada simpático, sin saber que todo era una jugarreta de Delora.

 El pelirrojo, al escuchar el comentario de Alain, sonrió complacido mientras ponía una de sus manos bajo su mentón para mirarlos a todos con ojos seductores y seguros de sí mismos – Me rompes el corazón, querido Alain, aunque sé cuánto envidias mi belleza natural. De seguro algún día lograrás alcanzarme – y sonrió seductor. Poco después lo miró más serio – Ya te dije que no me llames así aquí – y se cruzó de brazos un tanto molesto.

El hombre musculoso miró a Réamann ante la última pregunta de Aed - ¿Puedes sentirla? – lo miró interesado en su respuesta.

Jurien y Garlan parecían estar buscando la mejor manera de derribar todas esas sillas para llegar hasta ti, pero era fácil ver que estaban teniendo problemas. Si derribaban el objeto equivocado, todo eso les caería encima y entonces no podrían ayudarte. Los dos espadachines trabajaban arduamente.

Sonrió - No tiene que tener sentido para ti. Yo debo llevarte conmigo y lo haré así deba herirte un poco - y aunque alzó su bastón para enfrentarse a ti, viste que en el último momento lo apuntó hacia los dos caballeros, quienes detuvieron su accionar y se pusieron en guardia -. O tal vez sea mejor herirlos a ellos. No podrás llegar a mí a tiempo para detenerme. Si vienes conmigo, perdonaré su vida. Si no, los sepultaré bajo las mesas y las sillas y morirán con el golpe. Tu hermano tuvo suerte. ¿Ellos la tendrán? - y esa risa lupina se enmarcaba en su rostro.

Era cierto. Ezio estaba vivo de milagro, y eso que estaba malherido.

- ¡No lo escuches, Fiorella! ¡Estaremos bien! - gritó Garlan contrariado.

- ¿Estás seguro? - rió Varg.

Jurien gruñó enojada. Al parecer, Varg había encontrado una forma de superarlos en ese momento - Tú o ellos, princesita. Tú decides - reía aún complacido mientras el viento que habías visto explotar momentos antes se materializaba. Ahora comprendías por qué estaba tan seguro. No parecía molestarle en absoluto la idea de herir a Jurien y Garlan. Por el contrario, algo en tus ojos te indicó que quería hacerlo.

Las lágrimas se deslizaron por los ojos de Fiorella. Se había prometido mantener la posada para la vuelta y cada minuto que pasaba empezaba a dudar. Miró de unos a otros y entendió que no estaba dispuesta a sacrificar a más gente por ella. Si ese hombre seguía allí podría acabar matándoles a los demás. 

Se giró a Jurien y Garlan. - Reitráos y cubríos, cuidad de Ezio! - Les ordenó, pues no se fiaba de que fuese a perdonar su vida. Tras darles esa orden decidió acercarse a Varg, llamando su atención. - Está bien. Nos vamos. -  Odiaba tener que hacer eso pero no tenía aptitudes mágicas a diferencia de los demás, y la idea de que Ezio muriese le aterraba, y cuanto más estuviese ese hombre cerca, más probabilidades había. - No dejaré que otros salgan heridos por mi culpa. Si cumples tu palabra, te acompañaré. - 

Hizo su mejor esfuerzo por hacer el papel de dócil tratar de no llamar la atención sobre su espada medio ocultándola entre la falda, pero sabía que hombres de esa clase no tenían honor, si no cumplía le clavaría la espada sin pensarselo.

Réamann miró a Stella como si quisiera que ésta dijera algo más, pero pareció sospesar algo y se limitó a suspirar para después sonreírle levemente en agradecimiento por haber compartido algo que en apariencia era sencillo. ¿Los demás comprenderían lo peligroso que pudo haber sido si hablaba para aclarar eso? 

-¿Líder?-preguntó el peliblanco con la explicación del hada de por qué reunían adeptos, pues no creía que "ella" tuviese a alguien... No, sí. ¿Pero sería la misma persona que él pensaba? 

La seriedad en su rostro se desvaneció con lo que dijo el pelirrojo, mirándole con una extraña sonrisa cansada porque esa frase tenía un significado que iba más allá de la superficialidad del calzado en combate: era un reto que le proponía si lograba sobrevivir a su maldición y liberarse.

La conversación siguió su curso normal por los preparativos que se terminaban de pulir hasta que Alain le preguntó algo y a su vez Aed hizo lo mismo. El joven suspiró, parecía pensar fuertemente lo que contestaría.

-No lo sé, pero no me sorprendería que sí-para esa respuesta miró a Alain. No quería decir de más, se notaba que había más para expresar y estaba preso por no poder liberar esa información-. No le diría sentirla precisamente-finalmente miró a Aed con rostro cansado-. Se me ha disparado la maldición las dos veces que... bueno, se ha compartido espacio. 

Stella no llegó a captar lo que Réamann quería decirle. Ella había soltado la información que creía pertinente con el objetivo de no exponer datos que pudiesen ser muy personales para Réamann. No quería avergonzarlo o algo así. Por lo mismo, se quedó satisfecha con lo que dijo. Pero al escuchar lo que dijo Aed, algo le hizo clic en la cabeza. ¿Líder? 

—¿Hildyr?  —se le escapó ese nombre. Pero se dio cuenta al instante, llevándose una mano a la boca. No podía ser ella. ¿O sí?

Lo que dijo el pelirrojo a Réamann, o más bien cómo se dirigió a este, volvió a encender la curiosidad de Stella. ¿Por qué se le hacía tan conocido? ¡Oh! ¡Eso era!

¿¡Quizá es hermano de Karma!? ¡Eso debe ser! ¡Por eso Alain y Réamann lo conocen!

Ella estaba bastante convencida de ello. Pero entonces, los toques finales del plan que proponía Alain le dio algo de miedo. ¿Elliot en el techo? Pero su maestra le había dicho que no se separase de Elliot. La chica se mordió el labio con ganas de manifestarlo, pero no lo hizo. El tema ahora saltaba a si Réamann podía sentir a Phoisa. Miró al peliblanco para escuchar su respuesta, y se espantó. Eso le hizo olvidarse de lo otro.

—Si eso ha disparado tu maldición, entonces debes mantenerte alejado —le dijo, sonando realmente severa—. Ni se te ocurra... hacer nada loco. Para eso estamos todos los demás aquí. Yo me sentaré en esa barra —le dijo a Alain ahora, sin pensar en que eso iba contra los planes de Delora—. Y tú no te moverás de aquí —le dijo a Réamann, casi como regañándolo.

Desconcertarla... Eso no podía ser fácil, aunque alguna tontería intentaría a las malas... Mirando a Stella y a Reamann Rin cogió una cuerda - ¿Debería atarte? ¿O puedes asegurar no hacer ninguna tontería?

¿La líder de las brujas? Incluso en Brugantia habían llegado los tentáculos del reinado de terror de Hildyr de modo que su rostro, ya de por sí serio, se ensombreció con una mueca al escuchar aquello. Se abstuvo de preguntar cómo era aquello posible, a sabiendas de que no era el momento para entrar en esa materia sino para evitar que llegara a suceder.

Pero en lugar de seguir con el plan, algunos se dedicaban a centrarse en los pequeños detalles, en las bromas que aunque necesarias para no morir de miedo empezaban a entorpecer aquel proceso que a él suficiente le estresaba, pues odiaba tan poca planificación en las cosas.

- Pensaba que preferías seguir en el anonimato cuando ibas de esta guisa - acabó por decirle al pelirrojo con frialdad asesina -, pero ya veo que no, así que Karma queda - se pasó los dedos por la frente, tratando de conservar la calma que, especialmente el jovial tabernero, le iban robando poco a poco -. Entonces Stella en la barra... Réamann, alejado... Aunque se me ocurre Stella, que podría estar yo en la barra y tú escondida tras ella. Si te sientas en el suelo - torció un poco el gesto a modo de disculpa - detrás de la barra, nadie debería verte pero estarás suficiente cerca como para actuar de ser necesario.

Hogward se cruzó de brazos cuando termino de hablar y se quedo apoyado en la pared esperando a que finalizasen de planear. Gracias a la bruja de Delora ahora tenia que al frente de la bruja mas poderosa rezando para que no lo maté de casualidad mientas los demás pelean.

Sin embargo, le intereso la cuerda que sacó Rin. -Aunque asegure de que no hará ninguna tontería no servirá de nada. Por algo estamos en esta situación ¿no?- Hogward tomó la cuerda de Rin y se acercó al actual peliblanco más débil de la habitación. Por suerte tenía experiencia atando personas para que no se movieran de sus camas o estuviesen tranquilas en los procedimiento médicos. -Aunque no se si una cuerda será suficiente ¿cadenas no tendrá alguien?- preguntó medio en broma medio en serio

Varg sonrió complacido cuando decidiste entregarte sin oponerte mayor cosa - Buena chica - sonrió.

Sin embargo, no todo parecía tan sencillo. Apuntándote con el bastón, miró tu espada. El bastón estaba tocándote directamente en el pecho - Por más que la escondas, estabas amenazándome con ella hace un momento. Así que déjala en el suelo o te llevaré en partes - sonrió mientras Jurien y Garlan seguían forcejeando.

- ¡Si vas con él, no podremos protegerte! ¡No lo hagas! ¡No sabes lo que haces! - gritaba Jurien en un intento de persuadirte mientras buscaban tumbar lo que les dificultaba el paso.

Mientras tanto, un portal se abría a lo que parecía un bosque. El cielo nocturno era tan espeso y sin estrellas que dificultaba saber la ubicación de ese lugar. Poco después, alguien que vestía una túnica que cubría su rostro lo cruzó e hizo una señal elegante para que cruzaran. Se comportaba como un mayordomo y con un enorme respeto hacia Varg. ¿Sería un sirviente o algo así? 

- Deja la espada y cruza el portal. Si intentas algo gracioso, los mataré - y sonrió con malicia mientras sus ojos lupinos parecían alumbrar emocionados por la expectativa, casi como si pareciera que él quisiera que no le hicieras caso. Mientras tanto, Jurien y Garlan estaban despejando por fin algo el camino. Aquella bruja que había aparecido apuntó su mano hacia ellos, previendo que podrían alcanzarlos a tiempo.

Aunque no se le preguntó directamente, Aed agregó algo al cuestionamiento sobre si Phoisa podría o no percibir a Réamann – Tal vez no en circunstancias normales, pero si hubiera dejado una marca mágica en ti en algún momento, tal vez alguna vez que te haya tocado, es posible que percibirte se le facilite… Aunque no sabría decirte si es verdad -. Tras la explicación asintió – Debe ser efecto de su presencia o su aroma… Tal vez tu cuerpo recuerda o algo así, pero eso puede ser una ventaja. Si Phoisa es real, lo sabremos gracias a eso -.

El hombretón se giró hacia Stella cuando mencionó a Hildyr y solo asintió – La resurrección es poco probable, pero no imposible – mas no ahondó en el tema. No era el momento de pensar en ello.

La sugerencia de Rin hizo que Aed riera de nuevo – Cuán mala fama has ganado, Serr Lockheart – siguió riendo mientras Alain hablaba con el pelirrojo.

El pelirrojo le sonrió a Alain – Karma es suficiente anonimato. Decir mi nombre… Eso sí llevaría a problemas porque ese ha resonado con más fuerza – y sacudió su cabello para atrás -. Independiente de eso, no habrá nadie que me sobrepase – sonrió nuevamente, aunque esta vez había cierto brillo de determinación y frialdad en su mirada que hacía que diera algo de miedo. Tal vez era la mirada de alguien que no dudaría en tomar una vida si lo veía necesario.

El plan de Alain era satisfactorio para el tabernero – Es buena idea. Así yo estaré allí y Stella estará oculta. Después de todo, esa mujer también la querrá a ella – y miró más serio a la pelinegra.

La broma de Hogward lo hizo sonreír, pero lo detuvo antes de que pudiera amarrar a Réamann – No lo hagas. Si debe intervenir y está atado, gastará la energía que le quede en desatarse – y su porte se había vuelto más serio de repente -. No luchará todo el tiempo, pero deberá de intervenir, así que, si hace algo tonto, yo lo detengo. En su estado, no podrá sortearme – sonrió confiado.

Elliot se acercó donde todos estaban y recitando algo en voz baja, las puntas de sus dedos empezaron a brillar y algo se empezó a dibujar sobre su piel. Un símbolo que brilló de un azul celeste solo un momento para luego desaparecer.

- Es un hechizo de silencio. Hará que sus pasos no puedan ser escuchados – y se alejó para luego empezar a trepar al techo y hacer una seña a Waltz y a Rin.

- Creo que es momento de ir tomando posiciones. Que los primeros en moverse sean Lord Karma asegurando la salida y los niños activando la trampa. Claro que después de la señal de Lord Malthael – dijo Aed cerrando el tema y esperando que se acomodaran en sus puestos.