Partida Rol por web

Habian sido noches complicados para ti o para cualquiera que viera mal a Neron. Sin embargo esta noche ocurria algo que parecia querer cambiarlo todo incluso aqui en el templo de Remo donde lo sagrado se encontraba con ustedes. En la segunda sala donde estaban las estatuas de todos los dioses Romanos, junto a una estatua masculina que muchos creian que era el propio Remo.

Ahi se encontraban dos grupos cuando llegaste. Los Vaticinadores que estaban Flaviana Gala y los vaticinadores que estaban en el culto de Divus Flavius. Estos ultimos no tenias dudas que creearian sus problemas y ya lo habias presentido desde que se arrodillaron ante Neron.

Entre ellos estaba uno que se encontraba hablando con fuerza sin gritar completamente o sonar como una orden aun. Pero pedia un cambio en esa habitacion y parecia que solo los Vaticinadores de Flaviana estaban para decirle algo.

"Se necesitan hacer mas estatus ahora mismo y agregarlas a esta sala. Los emperadores necesitan su espacio aqui tambien, pero iremos primero con Neron como muestra de agradecimiento por presentarse ante nosotros!"  pedia el vastago.

Se acercó a la líder de su culto. Esperaba sucederla pronto, pues la consideraba incapaz para tal fin. Tampoco creía que fuera apta para dirigir a los Vaticinadores, aunque Flavia no tenía grandes ambiciones en ese sentido. Al menos, se había posicionado frente a los augures del Culto de Divus Flavius. Al igual que a Nerón, los despreciaba. Era un culto menor que había encontrado su momento con la aparición del infame emperador como inesperado regente de los no-muertos. Nadie contestó a la propuesta de los «monárquicos», así que habló Flavia.

—No creo que debamos ampliar la sala para añadir una estatua. ¿O serán cinco?

Le resultaba difícil contenerse para no burlarse de la veneración de egregios mortales por parte de aquellos inmortales.

—Sí, vayamos con Nero, Remi filius novus, rex aeternus.

Muchos ahi escucharon aunque no veias un ambiente del todo propiso a hacerlo del todo o sin poner una mala cara. Entre los presentes sin duda algunos en el culto tenian buenas miradas con el culto pero como antes se habian quedado callado al menos algunos.

Flaviana Gala se vio mas enojada y se lo marco acercandose. "Este salon no va a cambiar, si tanto respeto le tuvieras a los dioses, se agacharrian a pedirles perdon." le dijo con su enojo sorprendentemente contenido. "El Culto de los Augures, no rechaza a Neron porque aun no muere por sentarse en la silla. Pero sospecha que ustedes estan aprovechando este momento para hacer lo que nunca pudieron desde que su infame culto se creo."

«Las necesarias». Flavia había preguntado por los cinco emperadores fallecidos de la dinastía Julia-Claudia; sin embargo, aquel «monárquico» dijo que Nerón sería el primero, pero no el único. ¿Pensaban divinizar también a Galba? A Nerón no le haría mucha gracia. No se aclaraban. Reclamaban espacio para una efigie como si el templo fuese una cabaña.

Flaviana se opuso a los Flavianistas y calificó el culto de «infame» y oportunista. La sacerdotisa de Cibeles iba a insistir en la visita a Nerón para que aclarase cuál sería el «trabajo» y «ejemplo» de los augures ahora. No dijo nada. Dejó que las palabras de su superiora resonaran en los adoradores de Nerón. No se opondría a que la prendiesen, por la fuerza o con el fuego.

"Nos acusas de aprovecharnos del emperador?" pregunta ofendido. "No sabes lo que hablas. Nosotros estamos para ayudar al emperador a cumplir su designio de dios. Nuestro culto siempre ha estado cerca de los emperadores y mucho de Neron. Fue el mismo quien nos recompenso al volverse como nosotros y ordenarnos luego del desastre que sufrimos." decia el hombre sin importarle que el mismo desastre que tuvieron habia sido por el propio neron.

"Los Augures si no me equivoco aun no se han mencionado en su lealtad porque no han tenido una vision. Pero que es una vision sino las palabras de los dioses y Neron les ha hablado." comento tratando de convencerlos aunque no hacia mucho efectos en los que ya le enfrentaban. Pero era verdad que las visiones no habian sido claras y los dioses parecian no decir nada para el culto.

"Los dioses se presentaran y te haran callar!" le respondio flaviana ofendida. "Ahora vete de aqui. Vuelve al senado donde fueron en un principio y quedense ahi. Si el emperador tiene algo que decirnos sera mejor que lo diga él y no sus arrastrados." le dijo haciendo un gesto para que se largaran.

Sin embargo el culto se quedo ahi mirandoles.

Flavia ya se había pronunciado. Estaba dispuesta a acompañar a los miembros del Culto de Divus Flavius para presentarse ante Nerón y conocer de primera mano sus intenciones con respecto a los augures. No diría nada más. No se opondría abiertamente a las peticiones de los Flavianistas como hacía Flaviana. A decir verdad, estaba disfrutando mucho con aquella discusión y esperaba que terminase de forma favorable para sus intereses.

Flaviana noto el silencio de muchos y sentiste vos su enojo. Pero este tardo en enfocarse hasta que te vio a ti recordando su conversacion pasada contigo.

"Acaso ahora guardas silencio como antes. Dime Flavia que piensas de esto y se sincera. acaso para los Galli son todos lños mismos." te dijo casi como un desaficio.

Flavia atravesó a su líder con la mirada.

—No guardo silencio. Ya he hablado.

Aceptado el desafío, intentó precisar la interpelación de Flaviana.

—No entiendo tu pregunta. ¿A qué te refieres?

Marcos noto el disgusto de Flaviana, y no fue sutil en la sonrisa que le dio a sus hombres, en sus ojos ahora tenia un pequeño brillo de victoria o quizás de malicia… difícil de saber entre los vástagos nacidos en Roma ya que ambas ideas podían ir de la mano y no eran mutuamente excluyente.

- ¡a si es! – hablo el aparente líder del Culto de Divus Flavius – ella ya hablo, dejo muy claro su opinión – miro a los demás augures del lugar, con una sonrisa amplia… como ya hubiera ganado - Nero fue el primero en la lista ¡esas fueron sus palabras!  – tus palabras salieron de tu boca con sarcasmo, con intencion de burlarte, pero ahora Marcos las estaba usando de otra manera – incluso los adoradores de Cibeles saben de lo importante que es adorar a nuestros emperadores ¡emperadores romanos! Ellos portan sangre divina y debemos postrarnos ¡aceptarlos! – los seguidores de Divus Flavius aceptaron, convencidos.

Los seguidores de Cibeles te miraron, algunos parecían en contra de esas palabras dichas por Marcus pero otros estaban indecisos pues la verdad jamás pensaron estar en este tipo de situación… podías declararte a favor o en contra, mantenerte en silencio e irte o intentar crear una nueva postura, cualquiera de ellas podría jugarte en contra, o quizás no.

No entendía por qué algunos Galli, entre ellos Flaviana, se oponían de forma abierta al Culto de Divus Flavius, al culto a Nerón. No se encontraban en su templo, sino en el de Remo, tan falso para ella como el advenedizo emperador. Podían llenar ese lugar con mil estatuas del finado César. Solo consideraba sagrado el templo de la Magna Mater, refugio y seno de sus hermanos.

—No puedo hablar por todos los augures, pero sí por mis hermanos —dijo a Marcos Julio.

En verdad, debía ser Flaviana quien hablase por ellos, pero no estaba siendo inteligente.

—Como dije hace un momento, estoy dispuesta a reunirme con Nerón. Transmitiré sus intenciones a los míos para que puedan decidir y actuar en consecuencia, con la debida información.

No tenía más que decir, al menos delante de los adoradores del emperador. Si iba a conspirar contra él, lo primero era mostrar una falsa impresión de conformidad. Desde luego, no desvelaría sus planes en público. Se retiró, harta de la absurda polémica.

"Mejor vuelve con los tuyos como te adverti. Aunque veas Propinqui cooperando o no haciendo esfuerzos para cuidar la santidad de nuestro salon, no todos somos los mismos. Su vuelves con estatuas mejor que vuelvas con legionarios tambien." le advirtio Flaviana.

Los monarquicos les miraron mal a la mujer y a quienes estaban con ellos antes de retirarse. No habria sangre en ese momento pero talvez mas tarde.

Flavia, te retiraste del lugar caminando con algún destino en mente, pero, llegado el momento, te detuviste. ¿Dónde estabas? No recordabas haber estado en ese lugar antes.

Paredes negras como la obsidiana formaban el pasillo, y la luz de las antorchas apenas alcanzaba a iluminar. Estabas por retomar el camino, volviendo sobre tus pasos, cuando una brisa de aire limpio sopló suavemente en tu rostro. En ese instante, notaste a tu derecha un arco que formaba la entrada a lo que, desde tu posición, parecía una estancia abandonada hacía tiempo.

Desde donde estabas podías ver una zona ovalada, algo desgastada, iluminada por una luz azulada o plateada. ¿Era una sombra? Parecía la silueta de una persona, pero no estabas segura… Podías intuir que se trataba de uno de tantos refugios destruidos por culpa del incendio.

Ofuscada por la discusión, se perdió de camino al templo, su único hogar. Eso hizo que se perturbara aún más; no por miedo, por el descuido. Se encontró en un lóbrego pasillo que parecía atenuar hasta la luz de las antorchas. Un viento suave acarició la fría piel de su rostro y dejó al descubierto un acceso como si hubiera corrido unas cortinas. Miró hacia dentro. Le pareció ver una sombra. La estancia debía de ser un refugio destruido. ¿Abandonado? Sintió curiosidad y pasó con cuidado. Si no había nadie, tal vez encontrara algo.

Miras el lugar con interés, como si ese antiguo refugio fuese algo totalmente nuevo que escapa de tu saber. Con cuidado pasas por el umbral de aquel lugar la imagen cambia rápidamente, ya no ves aquel lugar en ruina sino tu refugio… tal cual como lo dejaste antes ¿Qué acaba de pasar? Miras hacia atrás y el camino era el correcto.

Cuando vuelves tu mirada hacia tu refugio lo primero que notas era una pequeña estatua de tu diosa, a la cual siempre rezabas… ¿acaso… fue una visión? ¿un regalo de ella u otra entidad?

La oscuridad del refugio destruido se transformó en una suave luz ambiental proveniente de cuantiosas velas. Estaba en su hogar, su templo, su único lugar sagrado. ¿Qué había pasado? ¿Cómo era posible? Se giró y se fijó en una pequeña estatua de la diosa. La tocó con cuidado y reverencia. ¿Acaso era un portal? Cerró los ojos y puso dos dedos bajo el entrecejo, procurando concentrarse. ¿Una visión? Hasta ahora, la divina madre solo se había manifestado durante el sueño diurno. Fuera lo que fuese lo que había sucedido, debería tener un significado. Aquel tenebroso lugar... ¿Sabría encontrarlo?