La necropolis era grande, a veces mucho mas grandes de lo que se imaginaban. Tiberius podria llegar a tener cierta idea de lo grande que era si conversara con los constructores dentro de su clan. Esos que hace siglos habian creado y luego agrandado los pasillos y salas de este terreno bajo tierra. Uno en el cual cualquiera con mala suerte podria perderse y talvez nunca mas aparecer.
Sin embargo ambos se encontraban caminando por los pasillos mas iluminados y comunes. Cada uno yendo a su objetivo pero juntandose en una intercepcion que le permitio ver con facilidad al otro. Como era costumbre habria que ver cual era el objetivo del otro pero deberian estar ambos del mismo lado. Del lado de Neron.
En un pasillo de la necrópolis, Tiberius fingió un encuentro fortuito con Lucius, a base de seguirle oculto entre la gente y correr por un buen tramo de caminos secundarios para adelantarlo y poder encontrárselo en una intersección.
—Salve, Legionario*— le saludó sonriente el nosferatu—. Será esta una noche para el recuerdo ¿Verdad?
—Proveer de sangre a toda la necrópolis...— añadió, reposando la espalda contra una pared— ¡Una tarea admirable! Pero también titánica. No pude evitar preguntarme cómo es que piensa hacer eso. Aún después del incendio, somos muchos los Propinqui.
* ¿Tienes algún título? No he encontrado ninguno en la descripción
Lucius observó con expresión impertérrita a Tiberius. - Es de buena educación presentarse debidamente, y de vos solo conozco vuestro nombre. Soy Lucius Marcus Aurelio, bajo el auspicio de la familia Verulio, pertenezco al ala de la legión de los muertos como sabéis, a la línea de sangre de los Licinii y como podéis imaginar me dedico al comercio de esclavos.
Había demasiado en juego para jugársela con un desconocido, muchos desearían su caída, otros perjudicar a un miembro de los legionarios de los muertos. Y por si fuera poco parte de los augures habían demostrado su animadversión contra Nerón, de seguro el Senax también estaría en su contra. Boicotear uno de sus primeros edictos sería una maniobra poderosa.
- Ha sido rápido en postrarse ante el nuevo Imperator ¿A que ala pertenece Tiberius?
—¡Perdón mis modos!— se disculpó, dando un paso hacia atrás y alzando las manos, como queriendo mostar que no traía armas ni malas intenciones.— Es el problema de no venir de lugares ilustres, a veces uno olvida las formalidades.
El vampiro se aclaró la garganta, uno de esos reflejos innecesarios que los años todavía no le habían quitado—Yo soy Tiberius Licinus Felix: en vida un miembro de la gens Licinia... parece que somos primos lejanos— bromeó.— Sangre plebeya pero digna. Si el abrazo no me hubiera alcanzado, habría llegado a equester en poco tiempo más. En muerte sirvo al Ala Pelegrina, y a Vibidius Postumus Denter, quien me apadrinó dentro del clan Nosferatu. Y en ambas existencias he sido un hombre de negocios... ¿Conoces Viridis Noctis? Yo administro el lugar mientras mi sire descansa.
Tiberius trató de ignorar el insulto sobre su "lealtad" hacia Nerón. No creía que hubiera una respuesta que no fuera a aumentar las tensiones.
El ala pelegrina.. Si los legionarios somos la coraza de la necrópolis, siempre he pensado que el ala pelegrina son las cinchas de cuero. Soportan la tensión, permanecen invisibles pero sin ellos la camarilla quedaría abierta y vulnerable. Y casi un equestes.. padre estuvo dispuesto a comprarme el caballo y la armadura para que entrara en los equestes pero preferí la infantería. Un buen escudo y una armadura pesada són mejor seguro que confiar en la montura. Guardo buenos recuerdos, muchas cicatrices y grandes amigos de esa época.
Prefería mantener una conversación amigable, pero lejos de la curiosidad sospechosa que había mostrado por sus negocios.
- Desconozco la viridis noctis ¿Es algún tipo de posada? ¿O tal vez se trata de un lupanar? La verdad es que no suelo frecuentar mucho ese tipo de locales. - No tenía ganas de espantar a nadie con los "dones" de los licinii marcados en su piel. Por otro lado necesitaba saber más de Tiberius, conocer el alcance de su influencia, sus contactos y su poder en la ciudad. - ¿Gozáis del favor de alguna familia patricia?
—Bueno, ocasionalmente uno puede fornicar con la mercadería… o con otros clientes, lo que hagan no es asunto mío. Pero a mi me gusta pensar que es un lugar para relajarse un poco, conversar, y beber una copa de sangre aderezada con algunas hierbas para explorar un poco los matices.
El nosferatu cerró los ojos, alzó los hombros y negó con la cabeza.
—Estaba trabajando en establecer alguna relación con verdaderos patricios, pero el incendio se los llevó, junto a varios aliados y contactos más. No creo que le saque jugo pronto al favor de Nerón— explicó con una mueca Tiberius. Una deliberada exposición de debilidades, algo peligroso ¿Una treta, un simple buen gesto, o un verdadero acto de confianza?— Por eso ando buscando cultivar nuevas redes. No estoy ni cerca de poder proveer de sangre a toda la necrópolis, pero imagino que podría procurarte un puñado de humanos al mes, y cada gota cuenta.
Un concepto interesante, un lugar donde los propinquus puedan exponer su maldición sin temor al escándalo. Estoy intrigado en saber las formas en que habéis cubierto el secreto de un lugar de tales características ¿Cómo evitar que se acabe hablando de lugares de pesadilla donde monstruos devoran la sangre de los vivos? O que un propinquus bajo los dones de Dionisio no monte un escándalo y vuele la cobertura por los aires.
El concepto era interesante, su vida en el ejército y su no vida, primero como siervo de su sire y luego como miembro de la legión de los muertos le había apartado de esas frugalidades.
- Será un honor visitar su establecimiento y deleitarme con esos aderezos. Por otro lado, bueno... Podemos llegar a un precio justo por esclavos entrenados en las artes amatorias. Obedientes, bendecidos por Afrodita y que puedan saciar la sed de los propinquus más civilizados ¿Disponéis de médicos entre vuestros siervos de más confianza?
Si mantenía una relación comercial con un propinquus para esclavos especializados podría ser beneficioso para sus negocios. Sin tener que invertir tiempo y dinero en entrenarlos. por otro lado la cantidad de sangre que tendría que aportar podría ahogar Roma si no se nutría de esclavos de todas las regiones del imperio. Y lo mas importante, no podía abusar de los mercados públicos de esclavos o acabaría por subir su precio entre los avaros mercaderes. Y si se había jugado la vida ante el nuevo imperator y todos los miembros de la necrópolis asumiendo tan titánica tarea era para aumentar sus beneficios, no perder su fortuna en un estatus vacío. Para eso ya estaban las ansias de su sire.
Al ser de ascendencia griega utiliza los nombres griegos
—La mayor parte del trabajo fue realizada por Vibidius, que me ha dejado cuidando del espacio mientras él se ocupa de otros asuntos. Pero sin entrar en detalles... el principal motivo de que no haya rumores entre mortales, es que rara vez un humano entra voluntariamente, y es todavía más inusual que salga. No...—chasqueó la lengua— No suelen ser gente "entrenada" en ningún arte. Aunque es una idea interesante de cara al futuro— reconoció.
Tiberius suspiró, como decepcionado de si mismo. Algo no le había gustado en el rumbo de aquella conversación. El soldado no se dejaba deslumbrar, y estaba aprendiendo que sus preguntas podía ser tan agudas como su lanza.
—En fin, simplemente quería hacerle saber que puede contar con mi colaboración y buena voluntad, allí donde me sea posible.
Interesante.. ¿Entonces como evitáis que todo se convierta en un escándalo? Con siervos humanos gritando desesperados por su vida ¿Tal vez os limitáis a desangrar a las víctimas en ánforas para añadir sus aderezos? Lo que requeriría las artes de un experto en medicina y herbología, tanto para lo uno como para lo otro. Un servicio discreto en atención médica si me sería de utilidad.
Era de lo más interesante, aprender como funcionaba un establecimiento que servía a vampiros y llevaba en funcionamiento seguramente durante más tiempo que el vivo, bueno, muerto. Aunque le llevó a reflexionar sobre la importancia de disponer de los servicios médicos de confianza de un discípulo de Asclepio.
Si decís que podéis proporcionarme un servicio consante aunque humile de esclavos, me intriga algo que tal vez tengáis la amabilidad de resolver ¿Donde los conseguís? He de reconocer que a veces he tenido que desplazarme en persona para poder gestionar las compras de esclavos directamente en el campamento militar durante las grandes campañas ¿U os limitáis a acudir al Cuestor?
No podía descartar que tuviera contactos y aliados como el mismo entre los grandes funcionarios. La conversación con Tiberius estaba resultando más interesante e instructiva de lo que habría esperado.
—Sin entrar en detalles...— remarcó el vampìro. Todo negociante tenía que guardarse algunos secretos.*
—¿De dónde vienen?— Tiberius señaló el techo de la caverna— hay un par de cientos allá arriba. Y siempre hay un par de ellos caminando por callejones oscuros, o desmayados por el vino. Aunque ahora supongo que tendré que consultarles el nombre primero, para no traer un patricio por error...
*La idea también está a medio cocinar, y conversándose con los STs, por eso no puedo profundizar mucho.
Lucius trató de mantener el rictus sério, sin mostrar emoción alguna ¿Habían estado secuestrando incautos y borrachos haciéndoles desaparecer para alimentar el Viridis Noctis? Bueno, ahora ya sabía de donde procedía la negra leyenda sobre los callejones de Roma. Aunque le parecía un sistema algo tosco, peligroso y azaroso cuanto menos.
- Debeis tener a una buena banda de matones para realizar las capturas. Y si pilláis a un patricio por error, no solo tendréis que preocuparos por los edictos de Neron. Lo más seguro es que sus famílias peinen los bajos fondos en su busca, pero de nuevo si ha funcionado por tanto tiempo estoy seguro podréis enseñarme muchas cosas. He de reconocer que cazar vagabundos para conseguir sangre o esclavos nunca se me habría ocurrido.
Definitivamente tendría que visitar el famoso Viridis Noctis, tal vez podría echar un vistazo tras las bambalinas o interrogar a los siervos con sus delicados dones. Aunque por ahora debía asegurar grandes líneas de abastecimiento de esclavos, no podía entretenerse en cazar ratones incautos por las calles.
- Pero dicho esto, si podéis proporcionarme un número fijo de esclavos, a poder ser vagabundos que no le importen a nadie, os los puedo adquirir por un precio justo. Estudiaré sus ofertas y estoy seguro podremos llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso.
La experiencia le había llevado a nunca descartar ninguna oferta sin antes estudiarla detalladamente.
—Puedo conseguir una o dos personas por semana, supongo— dijo el Nosferatu, poniendo cara de estar sacando cuentas—. Quizás alguna más, de vez en cuando. Pero de momento no te preocupes por "precios justos". Con que ocasionalmente pueda contar con tu ayuda me es suficiente. Tienes contacto con mercaderes en otras ciudades ¿Verdad?
Lucius sonrió ante el intento de conseguir su favor a cambio de unos pocos esclavos.- Ningún hombre de negocios y mucho menos comerciante cerraría los terminos de una compra sin conocer el precio. Pero tal vez tenga algo que os interese, tiene una fuente de esclavos indisciplinados que acaba haciendo desaparecer, por no mencionar el hecho que los secuestra de las calles de Roma. Pero tal vez, pueda proporcionarle a cambio algún esclavo entrenado, o condicionado, para que se deje alimentar.
Seguía sin entender como había aguantado el Viridis noctis en pie y sin desvelar sospechas por tantos años. Sin duda debía estar ocultando gran parte de la verdad que mantenía vivo algo tan potencialmente peligroso en el centro mismo de roma.
Por otro lado dispongo de aliados entre los guardias y legionarios al servicio del imperio. Tal vez en un futuro pueda apelar a mis hermanos de batalla para ayudaros en algún tema menor. Si preferís mis favores a mis servicios o mi dinero es cuanto puedo ofreceros.
Tiberius asintió con la cabeza.
—Un hombre bien preparado es ciertamente difícil de conseguir—reconoció—. Si pudieras disponer de alguno que se de maña con la música o algún arte escénica... hmm... incluso alguien con una mente afilada para la retórica, sabría darle buen uso. Pero puestos a elegir prefiero un artista ¿Sería eso posible?— preguntó, extendiendo la mano para sellar el trato.
Bueno eso eran negocios más mundanos, algo a lo que podía amoldarse con facilidad. Un esclavo especializado valia su peso en oro, pero si le servía para aumentar su flujo de esclavos por medios no convencionales, y en la situación en la que estaba no podía negarse. Además, tener negocios siempre ofrecía contactos.
- Veré que tengo entre mis propios esclavos, seguro encuentro uno que se adecúe y lo condicionaré para asegurar su lealtad. A este no tendréis que drogarlo o silenciarlo para poder disponer de el.
Interesante, siempre le gustaba tener tratos con el ala pelegrina, se evitaba tener que adularlos como a los miembros del senax o a los augures, y no implicaba tener que demostrar su fuerza continuamente como cuando trataba con sus compañeros de la legión de los muertos.
—Excelente entonces, tenemos un acuerdo— sonrió Tiberius.— Espero que sea el primero de muchos. Para mi es más cómodo si los pasa a buscar por mi negocio, pero también puedo llevártelos a algún lugar no muy alejado en la necrópolis.
¿Cerramos escena por el momento?
Hare que mis hombres pasen a buscarlos cuando consiga algún esclavo digno de sus especificidades. - Debía poner en orden todas sus solicitudes, navegar entre el mar de pergaminos y misivas para organizarlo todo. No sería difícil dar con un artista revelde o cristiano en esos días. Y esclavizar su voluntad sería la parte más fácil. Un placer hacer negocios con usted
Ok cerramos escena