Partida Rol por web

Herwicus se acerca hola Robert muchacho, uyyy que herida más feaaaaaaaa, pero tranquilo que esto se curará muy fácilmente yo creo, a los animales estas cosas les pasa rápido y al fin y al cabo nuestra carne es como la de ellos, almenos se comporta igual en cuanto a las heridas, así que no te preocupes. sigue examinando al chico de todas las heridas que pueda tener. necesito amigo Gosvin que me traigáis telas limpias con que limpiar su herida correctamente, sinó podría ir peor la cosa, e hilo para coser la herida. Podeis encontrarlo en la mercería de Mariela ella siempre tiene esas cosas bien guardadas, si no la encontráis entrad a la fuerza pues es urgente.

- Supongo que podríamos encontrar algunas telas por aquí, pero hilo sí que no tengo. Voy a acercarme a la mercería a ver si por allí las cosas están más calmadas y la tormenta no ha hecho demasiado desastre...

Gosvin abre una cómoda de la habitación y saca unas camisas viejas, femeninas. Las observa durante unos instantes en silecio y su rostro toma un aspecto de profunda seriedad.

- Mi mujer ya no las necesitará y ahora servirán para ayudar a Robert, dice Gosvin mientras rasga en forma de tiras anchas un par de camisas.

- Bueno, voy a ver si encuentro el hilo... no tardo nada....

Gosvin sale de la habitación de nuevo a toda prisa en dirección a la mercería.

Gosvin entra a toda prisa a su tienda de nuevo y sube hacia la habitación.

- Ya tengo lo que me has pedido, Herwicus, espero no haber tardado mucho...

el veterinario le mira... pues más de lo que esperaba... he tenido que ir haciendo el niño está inconsciente... Herwicus coge los utensilios que Gosvin le ha traído amigo Gosvin, que dios nos coja confesados, y que le saque de esta empieza a trabajar como si a un animal estuviera tratando y cuando termina limpia totalmente la suturación y le deja reposar. volveré mañana, ahora creo que tiene fiebre, si mañana le ha bajado, la cosa habrá ido bien, sinó, morirá como qualquier otro. le da unos toques en el brazo y se va de la tienda.

- Gracias Herwicus, te debo una..., se despide Gosvin del eficaz veterinario.

- Y ahora, Robert, a dormir, necesitas descansar para que tu herida vaya curando. Yo estaré abajo, sacando agua de la tienda. Si necesitas algo, avisa.

Gosvin baja a su tienda y explora visualmente el estado en que ha quedado. Decide que lo primero que hará será poner a salvo todo el material que pudiera estropearse y se dedica a subirlo al piso de arriba, donde estará libre de humedad.

Tras la ardua tarea de ir subiendo y bajando repetidas veces, el armero se hace con un cubo y comienza a sacar el agua que ha entrado en la tienda y a echarla a la calle.

-----NUEVO DÍA------

Durante la noche, el cielo ha vuelto a querer demostrar a los habitantes del Feudo que lo de la noche anterior no fue más que un aviso y que aún tenía preparados para ellos algunas sorpresas más.

El granizo ha estado cayendo sobre el tejado de la tienda de Gosvin durante toda la noche, aunque, por fortuna, ha logrado resistir.

Por la mañana, la desolación es total. Después de todo el día anterior sacando agua y limpiado la tienda, el estado actual es, si cabe, peor incluso que el del día anterior.

Por suerte Robert estaba también a cobijo y no habrá sufrido las inclemencias meteorológicas.

Gosvin se acerca al camastro donde descansa el chico y le pregunta.

- ¿Cómo estás, muchacho?, ¿has podido dormir algo esta noche?

El edificio parece balancearse movido por los fuertes vientos y por los agujeros entra el agua con fuerza pero consigues ponerte a cubiertos y resistir sin sufrir más daños.

Robert abre los ojos después de mucho rato de dormir se percata del ruido de fuera de la vivienda. ¿vuelve a llover? ¿Es el fin de los días Sr. Mandrake? ¿Es el apolacrisi que nos decía en los sermones el padre Wybert?

- Esperemos que no, Robert, esperemos que no... quizás solo sea que el Señor quiere darnos un toque de atención para que no nos desviemos del camino recto. Pero después de la tempestad siempre viene la calma, no te preocupes que podremos salir adelante.

Gosvin sale de la habitación, busca algo para comer en la despensa y luego baja de nuevo a la tienda para ver cómo ha quedado. Luego se asoma al patio del castillo para comprobar si la torre aún siguen en pie o si se han producido más daños.

El patio está vacío, hay un grupo de cuatro guardias hablando debajo de unos arcos protegiéndose de la lluvia. La torre parece igual que ayer cuando estaba quemándose, pero si restaba fuego con esta lluvia se habrá apagado. De todas formas la torre está en un estado ruinoso y parte de lo que de ella se ha desprendido resta tirado por el patio.

Gosvin, visto que afuera no se presenta ninguna desgracia inminente, decide intentar arreglar su casa, para evitar que otra noche de tormenta pueda causar daños realmente graves.

Sube de nuevo al piso superior y comprueba el estado del tejado, golpeado por el granizo nocturno, e intenta reparar los desperfectos causados.

Tras un duro día de trabajo en su tienda, arreglando todo lo que la tormenta deshizo, Gosvin decide que es el momento de descansar, aunque sean unas pocas horas. Se prepara una taza de caldo con un hueso de la cocina y se acuesta esperando que las desgracias se hayan terminado de una vez por todas.

Tras acabar de reparar los desperfectos y comprobar que ya no entra más gota que la ya filtrada, y sobretodo, muy cansado, Gosvin decide ir a tumbarse y dormir, esperando que mañana salga el sol.

Gosvin entra en la armería acompañado del extraño caballero que se ha ofrecido a ayudarle.

Una vez en la tienda se puede observar los estragos que la tormenta ha dejado allí, aunque se ve que han estado ya trabajando en intentar devolverlo todo a la normalidad.

- Así es como quedó mi tienda, señor, la mejor armería de todo el feudo, si se me permite decirlo. El muchacho está arriba, ¿me acompaña?

Por suepuesto, no hagamos esperar a vuestro jóven aprendíz. Permitidme deciros que me alegra ver con que ainco habeis tomado la reconstrucción de la tieda, se puede observar que ya ha gozado de reparaciones... La perseverancia y el esfuerzo son siempre recompensados a los ojos del señor. Subamos sin mas.

Arriba, un joven zagal con aspecto enfermo resta tendido en la cama, aunque él está tapado, su herida está destapada, aunque se ve que alguien ha trabajado ya en ella. ohohoh buenos días señores, señor Gosvin ¿como se encuentra? el chico apenas parece preocupado por su estado.

Buenos días muchacho, ¿conque vos sois el aprendíz de este amable hombre? Hemos venido a traeros algo de comida para que continúes manteniendo ferrea tu endereza, ¡que muchacho tan valiente sois! Con un gesto de curiosidad mas que de preocupación, observo la herida mientras le doy mi ración al armero
Dígame Gosvi, ¿Quién ha estado tratando al pequeño Robert? Quizá uno de mis hermanos pueda darle una segunda opinión sobre la herida...

- La verdad es que el veterinario del castillo es quien ha estado cuidando del muchacho. Ha hecho un buen trabajo. Aunque hoy vea al chico algo más animado ayer era un alma en pena, por un momento llegué a pensar que nuestro Señor se lo llevaría de nuestro lado. Pero por fortuna ahora está mucho mejor, esperemos que esa fea herida se le cure pronto.

Gosvin le acerca el plato a Robert y le parte un trozo de pan.

- Señor Ferreiro, hay comida para los tres, ¿por qué no se sienta y come algo junto a nosotros y mientras nos cuenta cómo está el resto del feudo?