Partida Rol por web

El joven caballero entra en la posada, con porte estirado se acerca a una mesa y se sienta Buenos dias tengan! Posadera, si soys tan amable ponedme un buen plato de comida y una pinta de fresca cerveza, estoy hambriento y sediento! Dice con un tono de voz elevado y una grata sonrisa, mientras se quita los incomodos brazales dejandolos sobre la mesa y colocando sus rubios cabellos hacia atrás.

Divago mientras mis manos se mecen entre las tazas y el barreño de agua. Cuando acabo de sacarles lustre, me levanto de la barra y me percato de la presencia del atractivo uniformado frente a mí, si mi marido no se da cuenta de mis necesidades, tendré que buscar una alternativa algo menos ortodoxa. Con una sonrisa, muestro mi semialineada dentadura y declaro, ¡Bienvenido a mi posada, cavallero! Aquí le abasteceremos del mejor servicio en millas a la redonda. ¿Quiere comer? ¡Perfecto! Le prepararé unas buenas lentejas con morcillas, ¿le parece bien? Mientras rebusco en la despensa los diferentes ingredientes para el plato del soldado, cojo una de las jarras limpias y la lleno con buena cerveza fresca, siéntese dónde quiera y beba, ahora mismo le preparo su plato, espero que eso que dicen que a los hombres se les conquista por el estómago sea cierto, pienso entre discretas risitas.

Eso suena delicioso, mi señora. Respondo con una calida sonrisa mientras cojo la jarra de cerveza y le doy un generoso trago. Me reclino hacia atras en la silla mirando hacia afuera por una de los ventanales y comento Por fin nuestro señor nos ha brindado un dia soleado. Despues de la lluvia y el mal tiempo, nuestros espiritus agradeceran un poco de luz y calidez de nuevo. Aunque tambien debemos vendecir la lluvia que ha pasado para que los campos de los campesinos crezcan altos y abundantes. Satisfecho con ese pensamiento le doy otro trago a la jarra AAhhh.. Tengo la impresion que hoy sera un buen dia.

Puesta en faena entre cacerolas, escucho distraida la conversación del militar, sí, el sol brilla y parece que la apatía general se esta desvaneciendo, y eso, querido mío, siempre es bueno sobretodo para mi negocio, digo sonriendo. Y bien, dígame, ¿com están las cosas por el castillo? ¿hay algún chisme digno de mención?.

- Jujuju! No lo vais a creer! Lo he conseguido! Jujuju!!!- Se trataba de Machorys Illston, el alquimista. Su cara, desencajada con una enorme sonrisa y unos ojos desorbitados por la alegría que sentía, estaba pegada al cristal de la ventana de la posada. Muchos en el pueblo estaban preocupados por él ya que hacía meses que no lo habían visto salir de su casa- Ya la tengo! Tengo la fórmula!!!- y salió corriendo y pegando saltitos hacía la plaza del pueblo...

A decir verdad, mi señora, hace un par de dias que no piso el castillo, no me siento muy comodo entre esas frias paredes...prefiero vagar por el pueblo y los alrededores en busca de maleantes y bandidos, pues eso es lo que realmente ayuda a esta gente. De todos modos es un trabajo, asi que mañana tendre que pasarme por ahi sin falta... Hago una pausa para dar otro largo trago de cerveza. De todos modos hay una noticia que he oido por el pueblo que me ha sorprendido un tanto, por lo que parece los caballeros de una orden han llegado a Vineloot. Ya se sabe que no se pueden creer los rumores que se oyern, la gente tiende aexagerar, ya que ni siquiera quedan de acuerto con el numero de caballeros que han llegado. Seria interesante pasarse por ahi de camino al castillo...

Tras la repentina intervencion del alquimista suelto una fuerte carcajada Vaya, los hay que realmente se ven influenciados por la salida de este maravilloso sol! y suelto otra carcaja.da

El alquimista, que hacía un tiempo había pasado por la puerta de la posada tan exaltado, entró ahora en su interior con aire fatigado y lleno de sudor...

- Beatrix, por favor, deme algo de comer. Hace meses que no entra nada caliente en mi estómago y creame si le digo que no es ninguna exageración- pidió Machorys mientras se dejaba caer pesadamente en una de las mesas de la posada. En efecto, el aspecto del alquimista dejaba mucho que desear, demasiado pálido y flacucho quizas...

Machorys giraba y erguía su cabeza intentando buscar con la mirada a la mujer que regentaba la posada al ver que nadie aparecía por allí.
- Beatrix?- llamó levantandose de la silla y yendo hacia la barra- Está ahí?- preguntó poniéndose de puntillas junto a la barra buscando a la mujer, como si quisiera encontrar a ésta escondida tras ella- A ver si va a estar cerrado?- se dijo a la vez que se mesaba la barba...

- Oh, Dios mio!- se quejó el alquimista echandose mano al vientre después de que sus tripas volvieran a quejarse con un sonoro gruñido- tengo el estómago más vacio que el cuenco del agua del perro de un ciego. Donde andara Beatrix? Holaaaaa!!!- gritaba por si alguien le escuchaba- Hay alguieeeeeen!!!

"Si al menos hubiera algo con lo que calmar un poco mi estómago...", se dijo mientras miraba alrededor...

En la posada ves un mendrugo de pan sobre una mesa y en una pequeña estantería tras la barra hay un trozo de queso.

Cerró los ojos y tomó pequeñas cantidades de aire por la nariz, olfateando el ambiente...
- La cocia está cerrada. Esto no huele como acostumbra- pensó en voz alta. Sabía que si Beatrix estuviera allí, el olor de sus guisos resaltaría sin duda sobre el del alcohol que empababa cada rincón de la posada- que mala suerte...-y empezó a volverse cuando vió un mendrugo de pan y una pequeña cuña de queso- Nooooo- se quejó dejando caer los brazos pesadamente y torciendo el gesto- pan y queso otra vez nooo, estoy harto de pan y queso, he comido tanto que he llegado a aborrecerlo, odio el queso, odio la leche, odio las vacas, odio a los granjeros, ofio lof paftos, ofio...- y así siguió lamentandose, aunque lo que dijo dificilmente pudiera entenderse. Sus manos habían cobrado vida propia, seguramente guiadas por su estómago hambriento, y se habían dedicado a llenar su boca de pan y queso, a pesar de que el alquimista no tuviera estos alimentos precisamente en deseo

Finalmente acabó callándose y dando buena cuenta de lo poco que había podido encontrar en la vacía posada. Incluso se atrevió a coger una pequeña jarra y servirse algo de cerveza para bajar un poco la bola que se le había echo en el gaznate- No volveré a comer queso!- iba diciendo mientras se limpiaba las migas de pan que habían quedado entre los pelos de su barba- No volveré a comer queso en la vida!!!

Con las manos cogiéndome con fuerza la barriga y la mirada enfermiza salgo de los establos murmurando ese mamarracho me las pagará... y decía yo que olían raro esas liebres, pero no, el muy bellaco me aseguró que estaban en perfecto estado...¡MALDITO SEA!. Como puedo alcanzo la barra y me sirvo un vaso de agua. Una vez más tranquila, observo como el soldado ha tenido la paciencia de esperarme, Disculpe mi tardanza, gentil caballero, estaba... bueno, descomiendo... ¿desea algo más? Le veo con cara de hambre...mmm... ya sé, le cojo la taza y se la relleno de nuevo con cerveza rubia y fresca, gentileza de la casa, por ser tan buen cliente, y le guiño un ojo.

Con cara de no haber dormido en un par de días como diox manda el joven juglar reaparece en la posada que hace ese mismo tiempo que no pisa. Se deja caer pesadamente sobre uno de los taburetes y se apoya en la barra.
Días...
Murmura por lo bajo tanto a la posadera como al soldado sin levantar la cabeza de la madera

Ante la amabilidad de la posadera, le hago una reverencia con la cabeza Vaya, os estoy agradecido, mi señora. No ha sido problema alguno el esperar, la paciencia es una virtud que jamas perderé. Agradeceria algo mas de vuestra rica comida para llenar mi estomago. Frunciendo ligeramente el ceño la miro con cara de preocupacion Os encontrais bien? no teneis buen aspecto....

Le devuelvo el saludo al trobador con un energetico Buenos dias para usted tambien!

Miro sorprendida la apariencia del recién llegado, ¡Buenos días, joven bardo! Hace usted muy mal aspecto si se me permite. ¿Desea vos una jarra de cerveza?, y sin esperar a recibir respuesta se la coloco frente a sus narices. Escucho, entonces la petición de comida en boca del buen soldado, Claro que le prepararé lo que desee, ¿cazuela de gallina le va bien?. Mientras aguardo la respuesta del hombre de armas, me vuelvo a dirigir al músico, Venga, hombre, cuénteme, ¿qué le ha sucedido?

Asiento a la posadera con una sonrisa ante su oferta, mientras me mantengo a la expectativa de la respuesta del trovador, dando un trago de la fria cerveza y reclinandome en la silla.

Le agradezco este trago buena mujer... me vendrá bien para aclarar la voz...
Se lleva la jarra a los labios al tiempo que saca lo justo de su bolsa de monedas para pagarla
¿Que me ha pasado?
Sonríe ligeramente y niega un par de veces con la cabeza, algo cansado
La pobreza. Eso es lo que me ha pasado... Sin feudales no se puede alquilar alojamiento, y el día de ayer anduve demasiado entretenido dando vueltas por el pueblo... Así que es sencillo, si no cantas, no hay dinero, si no hay dinero duermes al raso, si duermes al raso... acabas echo una mierda

Buena deduccion, maese trobador. Dejadme proponeros un trato: si me acompañais en mi mesa y me contais una historia entretenida, gustoso os pagare la comida y bebida, que me deciis? Le digo señalandole una silla de mi mesa extendiendo el brazo y con una calida sonrisa.

Digo si, si y mil veces si
Golpea con la palma de la mano abierta sobre la barra de la posada y emite una sonora carcajada
Por Dios que todo lo ve que nunca he encontrado personas de mejor corazón que vuesas mercedes, amigo ¿Soldado? y encantadora posadera... Voy a devanarme los sesos para recordar la mejor de mis historias... o por lo menos una que sea de su agrado, mi buen señor

Jajajajaja fantastico, trobador! acercaos! le digo con una gran carcajada Mi nombre es Dwirm Hölgut, caballero del feudo, y estoy seguro de que me brindareis una interesante historia.