Partida Rol por web

El Portal que está tras vuestras espaldas sigue abierto, frente a vosotros podéis ver un tranquilo y pacífico bosque donde ocasionalmente se puede escuchar algún estornino entonar su canto, todo parecía de lo más normal, a fin de cuentas era un bosque y no una selva o una jungla, aquí apenas habría amenazas, quizás alguna manada de lobos pero poco más.

Ugh... - gimoteaba Yae tras traspasar el portal. - Que sensación más... Extraña. - miró de un lado para otro, estaban en una especie de bosque increíblemente colorido. - Definitivamente no estamos en nuestra tierra natal, mirad que verde es la hierba y que extenso el bosque, en Insomnia predominan las estructuras y la tecnología ¡pocos bosques así deben quedar en nuestra tierra! Si no ninguno... - le ponía un poco triste esa realidad, pero ahora tenían una misión más importante. - Bueno, vamos a buscar esos cristales ¡en marcha! - decía caminando sin saber muy bien hacia donde, liderando la marcha como ya se había acostumbrado a hacer.

Tras esa enérgica reacción, pasaron a través del portal no con todas consigo, pero no parecía que hubiese llantos por el momento lo cual con aquellos dos sujetos parecía imposible.

- En general, es como si nada hubiese ocurrido, otro mundo distinto...otra realidad... el suelo era húmedo, esa sensación y tranquilidad de pronto y el aire purificado ...no hay nada así te lo puedo garantizar... en cualquier caso la chica se pone en marcha ...vayamos con cuidado, pero sin perder el paso...

Bueno esto no era Duscae y mucho menos eran las chocoberizas pero era un bosque obviamente, muy pocos ciudadanos dejaban la seguridad de Insomnia para aventurarse a los caminos del continente,  aun así podía recordar  que de vez en cuando mi padre solía llevarme a las chocoberizas de Wiz a una buena cabalgata, me preguntaba si por aquí también habría alguno, pero  eso era improbable ya no estábamos en Eos y mucho menos en Lucis.

-Supongo que nunca has visto los bosques de Duscae, son bonitos- exprese al escuchar los comentarios de la chica - Oigan tranquilos después de todo no podemos ir de buenas a primeras, lo mejor será buscar algo de información, si de verdad esto es un mundo diferente al nuestro lo normal sería mantener el orden, quizás no se tomen a bien que estemos aquí- dije mientras les seguía.

- Que les parece si primero nos organizamos antes de avanzar, no quiero terminar emboscado por un grupo de Qiongil- sugerí aunque el entorno para mi era bastante desconocido, en Duscae no existía ese tipo de árboles ni mucho menos ese tipo de plantas, pero sobre todo tenía que admitir que estaba perdido completamente.

Unas voces tras los arbustos asaltan los oídos de aquellos dos jóvenes, al ir a comprobar qué era lo que pasaba descubristeis una escena dantesca, escabrosa y muy inusual, al menos según los estándares de los que estábais acostumbrados a vivir en vuestro mundo natural.

Eso ha sido... Raro, definitivamente. - no pudo evitar quedarse pasmada ante la inutilidad de aquellos guardias. - Lo que más me llama la atención, es que aquí todos son animales. Me gustaría ayudar al tipejo ese al que acaban de ayudar, pero si ven a un humano quizá lo flipen basto. - intentó invocar la extraña llave que había aparecido antes en sus manos. - ¡Oh! ¡Llave de mi corazón! ¡Permite a mi aspecto formar parte de este extraño mundo! - no tenía muy claro como disfrazarse, sobretodo porque no tenía acceso a la ropa de su habitación, así que probó lo primero que le vino a la cabeza.

El sonido de pasos se hizo cada vez más y más claro, a la distancia se podía ver como dos criaturas bípedas se estaban acercando rapidamente a los 3 buscadores de los cristales, al parecer, uno era un zorro antropomórfico disfrazado de gitana-adivina y otro un oso antropomórfico disfrazado de gitana con voluptuosos senos.

Por otro lado, la espada brilló, transformando a Yae Takano en una coneja... sea como sea que eso fuera posible.

-¿Pero que?, ¿cómo has cambiado a eso?- extendí la mano como muchas veces lo había hecho en el entrenamiento pero no para llamar mi espada de práctica, si no para invocar la extraña espada llave una vez convocada comencé a concentrarme, ya que  me negaba a realizar un cántico como el de aquella chica,  sin embargo con todo el corazón deseaba pasar desapercibido, esperaba que si de un animal de tratará me tocara algo diferente a un conejo.

-Vamos en algo, que vean a un ser humano no debe ser bueno- me concentré visualizando algo diferente al conejo, pero es que en mi mente todo se centraba en aquellos animales  de la fauna local, garulas, Dafnos, Bicornios, nada de eso me parecía que pudieran cuadrar con este entorno, pero estaba seguro que cualquier cosa era mejor que un ser humano.

La chica se había convertido en una coneja de pronto, ¿esto era posible?, era el poder de esas cosa la que nos permitía el camuflaje en este mundo de locura, eran animales, pero corrían...a dos...hablaban y bueno, se estaban robando, definivamente esto era un robo.

Aquellos dos animales antropomórficos habían desaparecido en la espesura del bosque mientras que un pequeño ejercito de otros animales con un aspecto mucho más agresivo los perseguía, pasaron los minutos antes de que este gran grupo volviera alicaído por su caza infructuosa de aquellas dos "gitanas".

Fue en ese momento cuando escuchásteis una voz.

-Me pregunto que hace una conejita en mitad del bosque... -Cuando volteasteis a ver de dónde salía la voz no había nadie allí- Y acompañada de... ¿Un gallo sin plumas y una Marta pelada? Realmente extraño...

Sin daros tiempo a decir nada, cayó del cielo un zorro que rapidamente hizo una leve reverencia a Yae Takano.

-Robin Hood, para servirla, Señorita... 

Se toqueteó un poco las orejas, no se acostumbraba a su nueva forma. ¿Estaría soñando? La destrucción de la ciudad, el viaje a otro mundo, aquella llave que aparecía en su mano ¡y por si fuera poco ahora era un animal! Era todo demasiado... mágico.

Uno de los dos ladronzuelos se había acercado a ella y con una reverencia, preguntado su nombre. Yae cruzó sus brazos y se puso a patalear en el suelo con una de sus patas. - No acostumbro a dar mi nombre a unos ladrones, pero ya que la jugada que habéis usado me ha parecido interesante, os daré la oportunidad de explicar el por qué de ese asalto, si la respuesta me convenze, con gusto te otorgaré el conocer mi nombre, zorro zalamero. - miró apenada a sus dos compañeros, ninguno se había transformado al igual que ella. Menudos guardaespaldas le habían tocado...

-Demonios- me cubrí con la camiseta para que los habitantes del lugar no vieran mi rostro o se alarmaran, la verdad es que era estresante, - vamos si has de funcionar, que así sea- dije concentrándome una vez mas en pasar desapercibido, esperaba que esta vez funcionara, ya que ahora un zorro,  parecía confundirme o con un gallo o con una marta.

-No soy nada de eso- respondí debajo de la camiseta - podría darse la vuelta, por favor- mencione, si era un momento de un cambio era ya.

-Oye no seas cruel con el señor-  de verdad esta chica a veces soltaba cosas muy directas que nos causarían un lío grande.

Robin Hood duda por un segundo si responder a aquella coneja insolente, hasta que algo llamó la atención, el que parecía ser un gallo sin pico ni plumas al darse la vuelta le había crecido un hocico prominente y ahora tenía garras... Aunque su sorpresa no fue ver a aquella criatura, sino que esta criatura estaba completamente desnuda salvo por un pañuelo en el cuello.

-Emmm... ¡De acuerdo!. Ese es un buen disfraz, Gallo Sin-Pico... Pero creo que el rojo llama demasiado la atención, al igual que eso de ir desnudo por ahí... ¡No voy a preguntar el cómo ni el porqué!. Pero por favor... tápese...

El Zorro se giró hacia la Coneja y volvió a hablar, por algún motivo no se sentía especialmente cómodo con la marta-pelada ni con el gallo-sin-pico-transformista-a-perro-rojo-nudista. De hecho, por no sentirse cómodo, ni se sentía cómodo con la conejita, pero al menos era alguien con una apariencia normal.

-Soy un forajido, yo robo a los ricos para dárselo a los pobres. Los impuestos en esta zona realmente están asfixiando a la población  que se muere de  hambre, así que piensa esto como una "re-distribución" de la riqueza. Además... ¡No hay perdón para lo que le hicieron al Fraile Tuck!. El pobre hombre recibió una señal del cielo, un cristal luminoso, ¡Un mensaje del mismísimo Dios!. Y el Sheriff se lo arrebató para dárselo al Príncipe John.

Ocultándome con la ropa lo mejor que podía para no llamar la atención más de lo debido...- ¿Recibió una señal del cielo ese hombre?, debe de ser algo muy importante...y bueno...es de malos hombres arrebatar esas cosas al pueblo, y robas a gente rica y mala para dárselo al pobre que es bueno...o así... tras una pausa ...¿recuperarla no sería uno de tus objetivos en ese caso?.

No sabía que había funcionado pero lo había hecho, ahora donde estaba mi ropa, por que si esto se manifestaba de esta forma sería un lío, intente buscar mis prendas de vestir para poder estar acorde, y cierto era una molestia.

-Mil perdones, pero no soy un gallo sin pico,- dije tapándome con lo que podía, ni yo mismo sabía que era - has mencionado un Cristal que cayo del cielo- mis ojos se iluminaron eso era lo que veníamos a buscar - y dices que se lo han llevado ¿A quién?, disculpe ¿Dónde nos encontramos? verá venimos de un reino muy lejano,  mi compañera y mi compañero estamos algo perdidos-  al menos mi voz era la misma si no estaría mas confundido - si no es molestia, en su distribución de la riqueza tendrá algo que con lo que me pueda vestir, por cierto no nos hemos presentado mi nombre se Red-  tampoco es que de buenas a primeras le daría mi nombre real pero al menos  podía conseguir ropa e información.

¡Inaceptable! ¡INACEPTABLE! - dijo pataleando aún más el suelo. - ¿Cómo puede ese vil rey robar un mensaje del mismísimo Dios? - se la veía claramente molesta, no conocía la corrupción que existía en aquella zona y le pareció muy bien lo que hacía aquel zorro, aunque era como tomarse la justicia por su mano, o en este caso, más bien pata.

Está bien Robin Hood, puedes contar conmigo ¡soy pequeña pero matona! ¡Vamos a recuperar el dinero que ha robado ese maleante con esos injustos impuestos! Somos de lejanas tierras, aunque eso no impide que me preocupe por las injusticias que pasan por todo el mundo, pero tendremos que organizarnos antes de hacer nada. - se intentó calmar un poco a pesar de que le hervía la sangre. - ¿Tienes algún lugar desde donde podamos planear el golpe? 

Se paró un segundo en seco, se le había olvidado lo que había dicho antes al zorro. - ¡Oh si! Antes de que se me olvide, mi nombre es Yae, Yae Takano. Los otros dos los puedes llamar Gallo sin pico y Marta Pelada sin problema, tampoco es que sus nombres sean mucho mejores... - rió maliciosamente, mientras miraba con cierta superioridad a sus compañeros.

Robin Hood se llevó la mano al hocico mientras pensaba en todo lo que le habían dicho, no solo le pareció extraño encontrarse con una Marta Pelada o que un Gallo Sin-Pico se transformara en un lobo-rojo cuyo nombre fuera "Red" como si no hubiera otros nombres a escoger y pillaran el más evidente. En la única que podía confiar con un mayor margen era la coneja, parecía la más sincera.

-Bueno, tenemos una base en el bosque, así que sí, nunca está de más encontrar a buena gente dispuesta a ayudar al pobre. -Con esto dicho, Robin Hood le lanzó la peluca de gitana a Red para que se cubriera sus partes nobles mientras se dirigían a la base- Podría haberte dado el traje de gitana, pero no quiero que te transformes en Hipopótamo Amarillo y me lo rompas.

Mientras caminaban, Little John no paraba de vigilar a la "Marta Pelada", desconfiando claramente de ella.

Llegando a un pequeño claro en el bosque, Robin Hood decide preparar una comida mientras que Little John atiende otras labores domésticas de esta pequeña e improvisada morada que habían creado lejos del tumulto del pueblo y de miradas indiscretas de los guardias y en particular del Sheriff.

Encima de aquella mesa improvisada había un pequeño mapa de los alrededores, no era algo especialmente detallado pero al menos podía mostrar las localizaciones cercanas más prominentes y los caminos que estas se conectaban. Por encima de todo destacaba la ciudad al Sur del bosque.