Partida Rol por web

      Pues la chica si que ayudaba a animar el ambiente hasta el nuestro destino, ya que sabia o podía disfrutar de nuestro paseo aun cuando sabemos que tenemos una pesada cuenta regresiva sobre nuestras cabezas ... bueno... un poco de turismo no esta mal... si nos quedamos varados en este sitio, al menos ya sabríamos como llegar a cada sitio...

  - Por que tantas decoraciones... ¿ estaremos cerca de alguna festival o similar ? - le preguntaba al grupo mientras pasábamos cerca de aquella tienda de decoraciones y que ademas muchos de los edificios tenían su porción de guirnaldas y decorados de colores y con calaveras ... es sumamente fascinante a su estilo...

   Aunque tomo su tiempo pudiendo sentir como me tiritaban un poco los pies de tanta caminata, por fin terminamos en lo que parece ser la entrada al sitio.

   - Bueno.... ¿ y como hacemos esto ahora ? - mientras veía si entre las multitud de gente agrupada se podía ver a un muchacho humano... o por lo menos alguna forma de entrar ... si no esta afuera... puede que adentro...

"Buffff..." me llevé las manos entrelazadas a la nuca, y sin moverme del sitio me balanceé de izquierda a derecha. Liberé una de las manos y señalé con pereza el muro. "Demasiado alto como para subir haciendo parkour." señalé entonces a la cantidad de gente que había por aquí. "Demasiados esqueletos con disfraces coloridos como para encontrar al pequeño Miguel." señalé entonces a los guardias esqueléticos, que tenían grandes ceños fruncidos (aún me divertía el pensar cómo una calavera podía tener el ceño fruncido, ¡ja ja ja, pero lo tenían! "Demasiado ceñudos como para aceptar sobornos... Aparte de que la poción es demasiado valiosa... y no deberíamos gastar la bengala tan pronto." señalé por último toooooodo el lugar, esta vez, sí, con los dos brazos. "¡Demasiado tooooooodooooo!" exclamé desenfadada y con tono fantasmagórico.

"¡Deberíamos rodear! Tal vez por detrás haya una entrada más fácil, o o un muro más bajo, o o... ¡no haya guardias! A no ser que se os ocurra alguna otra idea... Que por cierto, la espada llave esta..." la moví y la miré. "¿Servirá para abrir puertas cerradas? Podríamos si no probar esto con alguna de las verjas... Pero para eso necesitariamos que los guardias no andaran vigilando..." Tiré otra vez del brazo de Sensei y del brazo de Owen. "¡Venga, venga! ¡Que seguro que si damos un rodeo la cosa se pone más fácil!"

Hrolleif miró a la multitud, por desgracia no encontró a aquel muchacho que había visto en el escenario; pese a ello, tenía esperanzas de que, en efecto, se encontrara allá, sea como fuere; lo que sí se percató fue de una forma mucho más sencilla de entrar...

-¿Y si nos metemos en unas carcasas de instrumentos musicales?. Yo puedo entrar en esa de ahí, del bombo de la batería, Owen puede meterse en la de la guitarra española y... C... C... Cacerola puede meterse en la del violonchelo.

....

...........

"¿¡CACEROOOOLAAAAA!?"

Puse los brazos en jarra y le miré indignada e incrédula. Aguanté las ganas de agitar al anciano como un saco de papas. "¡Es Caerulea! ¡Caeruuulea!" protesté por vigésimo cuarta vez, agitando una y otra vez las mangas de la chaqueta que me quedaba grande. "¡Lo estás haciendo a propósito! ¿¡A que sí!?" me crucé de brazos e inflé los mofletes. ¡Pero será posible!
 

    Pu-pufff....hummmm...- intentando evitar reírme de mi compañera, quien no parecía muy a gusto con su nuevo apodo ... mas encimas si se pone con los brazos como si fueran agarraderas...

    Bueno... igual es un plan bastante plausible... solo necesitamos una distracción para poder entrar sin que los dueños se den cuenta ... seré delgado y eso , pero imagino que peso mas que una simple guitarra... - mientras le decía al par viendo el como lo hacíamos - aunque igual... siempre podemos quemar algo y usar eso de distracción - apuntando a una linea de banderas que colgaban de una muralla ... con el suficiente escándalo... tal vez ni necesitemos de entrar disfrazados de instrumentos...

Mientras "Cacerola" le criticaba por aún no aprenderse su nombre, o al menos a pronunciarlo correctamente; y Owen deseaba crear un caos en la fiesta para poder colarse; Hrolleif ya se había metido dentro de la carcasa del bombo, lanzando este colina-pirámide abajo.

-Haced lo que queráis, nos vemos dentro... ¡Espero que haya barra libre!. -Se despidió con la mano, mientras refunfuñaba- Y no del tipo de barra que el mariquitas usaba...

"¡Nah, no te preocupes por eso!" contesté ante el comentario de Owen de que ellos debían pesar más unos instrumentos musicalesa. Levanté el dedo índice mientras le explicaba intelectualmente por qué: "¡Estos son fuertes esqueletos! ¡Tienen más músculo de lo que parece! Espera, eso no tiene sentido... ¡Ah! ¡Sensei!" el viejo se aburrió de nosotros y se metió en el bombo, echando a rodar cuesta abajo. "¡PERO A DÓNDE VAAAAAAAAAS!" le grité usando las manos (o bueno, las mangas que me quedaban largas) como megáfono. ¡Pero aunque quisiera el anciano no se podía parar! Pero no quería, lo que quería era colarse en la fiesta ya para no convertirse en esqueleto y sin tener que echar a quemar media ciudad cual gamberros. "¡No, nonono! ¡El viejo tiene razón! ¡Nada de quemar cosas, Owen! ¡Ja ja ja! ¡Gamberrete!" reí mientras abría la carcasa de la guitarra, la ponía de pie y empujaba a Owen dentro. "¡Hala! ¡Adentro! ¡Por malote!" le cerré la tapa y le di un puntapié, haciéndola rodar cuesta abajo. ¡Y después les seguí yo rodando dentro de la carcasa del violonchelo!

Sin embargo antes de pegarle el puntapié caí en la cuenta de algo. ¡NO ERA ASÍ COMO SE ENTRABA! Así que corregí mis movimientos con velocidad.

Por suerte para Owen, este no fue lanzado colina abajo, sino el instrumento que sí estaba dentro del estuche; tal y como había hecho en su momento Hrolleif con el bombo. A los pocos minutos los tres aventureros sintieron como estos eran levantados en peso, no sin esfuerzo, y movidos a lo que podría ser el interior de aquella mansión.

     ¡¡¡¿ Pe,pe-pe...pero CA-caeru...?!!! - decía mientras sentía como las manos de mi compañera aprovechaban mi mal angulo, para meterme sin mucho problema en una de esas cajas instrumentales para luego quedar en total oscuridad ... esto no me gusta~no me gusta....seria tan fácil no saber si estoy yendo  a la mansión... o cayendo colina abajo...

      Luego hubieron unos gritos mas de mi compañera, pero la gruesa cobertura de cuero que me ocultaba del exterior, me impedía saber bien que ocurría, hasta que muchas voces, todas con el mismo acento y forma de hablar ... o eso parece desde aquí... comenzaban a mover de un lado para el otro mi sarcófago de cuero, sin saber bien, cual seria su destino final ... espero por los cristales... que sea dentro de la mansión... o por lo menos, cerca del par...

Pasaron unos minutos antes de que los tres extranjeros de aquella tierra de los muertos decidieran finalmente salir de las fundas de los instrumentos. Mirando a su alrededor pudieron notar que la zona en la que se encontraban no era más que un pequeño salón vacío, a su alrededor había otras fundas de instrumentos, e incluso algunos trajes de mariachis.

Agudizando un poco más el oído, pudieron escuchar voces de la habitación contigua, pese a que no pudieron entender a primeras qué era lo que decían, lo que sí parecía era que se lo estaban pasando muy bien. La habitación también contenía una ventana que daba al exterior, al mirar por ahí, notaron que estaban en el primer piso, y que quizás pudieran escalar al segundo desde el exterior.

"¡Ya estamos fuera! ¡Oh! ¡Esperad esperad! ¡Sssssh!" exclamé nada más salir, estirandome hacia un lado llevándome una mano a la oreja a modo de amplificador. ... .......... ............ "¡Síp! ¡Es aquí!" concluí tras un rato. No había distinguido nada entre el jolgorio y la fiesta, ¡pero seguro que era ahí! Vi los trajes de mariachi y me empecé a poner uno encima de la ropa. "¡Esto será nuestro disfraz! Y si nos preguntan dónde están nuestros instrumentos... ¡diremos que usamos nuestra propia voz!"
 

Me quedaba un poco rara la chaqueta mariachi con todo debajo, más aún cuando las mangas de la chaqueta azul sobresalían y todo quedaba abultado. ¡PERO DABA IGUAL! Cogí los otros dos sombreros mariachi y se los lancé a mis compañeros, junto con las ropas, para que se las pusieran. "¡Owen! ¡Sensei!" aguardé a que se vistieran. "¡AjajajaJAIIIII! ¡Ahora sí somos los tres caballeros! ¡Vengan amigos!" exclamé imitando juguetonamente el acento del lugar.

Y colocadas las ropas y luego los sombreros sobre los sendos molondros de mis estimados compatriotas mariachis, corrí por la pared y de un salto-parkour-mariachi me agarré al alféizar de la ventana del segundo piso, y me asomé pegándome contra el cristal, para observar detenidamente.

     Solo hasta que no dejaron de escucharse el barullo de los esqueletos que nos estaban trayendo es que decido mover parte del cierre para poder ver al otro lado, encontrándome con mis compañeros que ya estaban fueras de sus maletas viendo la habitación y sus puntos de interés.

    Buff...bufff...fiushhh... Al fin - mientras abandonaba la maleta y me paraba junto al par - No puedo negar que fue un buen plan, pero la próxima vez... déjame entrar por mi mismo a la maleta si no es mucha la molestia - mirando a la chica quien me había empujado en primer lugar

   Sin darme mucho tiempo para pensar bien que estaba ocurriendo, ya estaba volando sobre mi cabeza unas cuantas prendas de tonos negros y con decorados dorados - Eh,eh, eh cuidado donde tiras eso - exclamaba, pero siendo incapaz de detener el torbellino de energías que era Caerulea, ya tenia puesto el traje completo de un momento a otro.

    Hummm....bufff... bueno ya que, no puedo negar que es un buen trajes... ademas... me queda el negro - mientras me terminaba de arreglar la chaqueta y me ponía el enorme sombre en una pose que cubría gran parte de mi rostro. Lo que si, no puedo ni por lejos imitar los reflejos gatunos de la chica, quien de un momento a otro ya se encontraba en el piso de arriba, y aunque quise imitar su movimiento, no alcance a llegar a poner el pie sobre la primera cornisa para darme que era una mala idea por donde se viera - Yo...bueno... iré por este lado, ve si desde arriba tienes mas suerte encontrando al niño escurridizo. - le explico para que ella siguiera por su lado y yo ... no se si el viejo va subir o no... por este camino.

La habitación superior parecía ser un baño, lo cual tan solo alza más preguntas... ¿Un esqueleto para qué necesitaría un inodoro?. Sea como fuere, no era el momento de hacer preguntas de ese estilo, esas se las dejaremos a Luffy. Al otro lado de la puerta daba a un pasillo, el cual coincidía con un balcón interior hacia el gran salón.

Hrolleif y Owen se quedaron en aquella habitación mientras Caerulea lograba subir a la superior; ante la falta de lanzamiento de cortina, de sábana, o incluso de un rollo de papel higiénico indestructible, los dos hombres comprendieron que, a no ser que tuvieran unos reflejos gatunos, estarían condenados a quedarse en esa habitación... o abrir la puerta y pasar a la contigua.

"¡Esperad esperad!" agité la mano (osea las mangas) gesticulándole a mis compañeros para que aguardaran. "¡Creo que he visto al niño!" pegué mi cara y brazos contra el cristal una vez más, como si eso pudiera hacer un efecto zoom sobre mi vista. En realidad lo que estaba haciendo era empañar el cristal pero bueno...
 

El niño estaba empapado y abrazando con cariño y ternura a otro esqueleto distinto que al que había visto Caerulea y Hrolleif en la plaza; este nuevo esqueleto, no solo parecía más alto, más fuerte, más hermoso y, aunque los esqueletos no huelen, parecía incluso oler mejor que el anterior.

Ambos estaban al lado de la piscina; en el otro extremo de las habitaciones donde Caerulea y, evidentemente Hrolleif y Owen se encontraban, una piscina en forma de guitarra a distancia de ancho, lo cual no es una buena forma de medida al igual que tampoco es medir con partes del cuerpo pero aún así un país lo mantiene.

"¡Oooooh! ¡Sí sí! ¡Veo al niño! Está encima de la cabeza de un esqueleto grandote mariachi dorado y hermoso y alto y fuertote y que seguro que huele superbien!" exclamé todo de seguido y muy convencida. "¡Justo al lado contrario de donde estamos, en digamos el mango de una graaaan piscina en forma de guitarra!" miré a ellos dos, que se quedaron mirándome a mi con cara de ¿qué dice esta loca? "¡Que no me lo invento!"