Partida Rol por web

Aquella anciana sauce estaba cada vez más confusa con todo lo que aquel grupo le estaba diciendo, no comprendía qué era lo que les estaba explicando, más allá de que no habían logrado localizar a Pocahontas; pese a que en un principio pareciera que el rostro compasivo del árbol les iba a explicar acerca de todo, nuevamente, de su boca no salió ninguna palabra amigable, dulce o compasiva, por el contrario, un grito de dolor.

Este grito sorprendió a los tres inmigrantes ilegales que llegaron a aquel mundo sin previo aviso o tan siquiera una mísera invitación, por lo que alejándose un par de pasos a causa de la impresión y el susto que aquel venerable árbol anciano les había dado, pudieron ver, con total claridad el motivo por el cual estaba gritando. Se encontraba en llamas.

El fuego mágico rapidamente devoraría las hojas, las ramas y llegaría al tronco de aquel árbol, alimentándose de toda la magia que esta criatura había albergado y por tantos años. Las llamas no eran normales, puesto a medida que más avanzaban más rápido crecían y devoraban la madera, mientras aquel arbol gritaba de agonía.

Una persona encapuchada se encontraba detrás de los tres sorprendidos visitantes, pese a ello, no parecía prestar demasiada atención a los inmigrantes ilegales que estaban frente al árbol en llamas, el cual ya había cesado de gritar.

Extraño... ese Sincorazón no ha funcionado...

Murmuró el encapuchado mientras se miraba a las manos, esperando que ocurriera algo, ajeno a todo, y en particular a los tres jóvenes que ahora le estaban mirando sorprendidos.

Por si eso fuera poco, el monstruoso azul, apareció entre los arboles, estaba ligeramente herido, probablemente a causa de la batalla contra el otro monstruo rojizo, aunque parecía estar en lo suficientemente buen estado como para dar una batalla encarnizada, si es que alguien quisiera enfrentarle.

Bueno... ese no pareció funcionar... pero en cambio tu...

Con esto dicho, el encapuchado apuntó un dedo enguantado a aquella criatura de color azul, y de la punta de su dedo índice, salió disparada una pequeña bola rojiza, que al impactar en el estómago de la criatura, esta comenzó a consumirse, mientras las llamas aumentaban de tamaño, mismas llamas que las que hubieron consumido al venerable árbol.

No pasarían ni el tiempo en el que dura un parpadeo cuando aquella criatura azulada desapareció del firmamento en un grito ahogado de dolor. Mientras el enmascarado se miraba las manos esperando que algo ocurriera, y en efecto, ocurrió. Dando un paso hacia el río que os separaba, este se congeló al instante a medida que avanzaba hacia el grupo con un aura amenazante.

Este funcionó, como el otro gordo... pero veamos que tenemos por aquí...

Aquel enmascarado seguía acercándose, congelando el lecho del río sin siquiera parecer esforzarse en lo más mínimo. Apenas estaría en la mitad del recorrido cuando, las raíces carbonizadas del árbol fueron esparcidas en el viento; el fuego había cesado de repente, y ahora los tres pudieron ver el agujero por el que habían entrado. La madriguera de conejo volvía estar accesible.

Me meto por el agujero por el que llegamos, ¡Vamos Alicia!

otra vez ese tipo seguro que es el causante de esto. Ojalá pudiera enfrentarme a el pero se que sería una locura.

Miro a mi alrededor buscando una vía de escape cuando Aleksis se mete en la misma madriguera por la que habíamos llegado. Inmediatamente agarró a Yusuki del brazo y saltamos dentro.

Los valientes héroes escaparon, nuevamente, de la adversidad; aunque en esta ocasión el hecho de huir era algo más que lógico e incluso, quizás recomendable; en sus corazones se sintieron vacíos, como si todo lo que estos hicieron, no hubo servido de nada. Es cierto que lograron derrotar a aquella planta, pero unos buenos cañonazos por parte de los colonos también hubiera servido para hacerla caer.

No solo no lograron infiltrarse en el campamento y recuperar a John Smith, sino que la propia Rayla ni siquiera logró que le llamaran por su nombre correcto, tampoco lograron encontrar a esa tal Pocahontas, y mucho menos salvar a John Smith de que su cabeza se convirtiera en un melón en un microondas... o la guerra... o los dos colosos monstruosos... o salvar el espíritu de al naturaleza... En definitiva, una colección de fracasos, infortunios y desdichas.

Pese a ello, parecía que toda inacción también conllevaba un premio, en este caso, el animalejo que seguía a todas partes a Yusuki encontró y traía en su boca, lo que parecía ser una pequeña espada bien decorada... o algo similar.

Cojo el objeto que el animalejo trae en la boca. Buen chico yousuckpet. Toma chicx una galletita. Lanzo una pasta de té al aire para que la coja al caer sin embargo al caer le golpea en la frente a Alicia, cayéndola lentamente hasta la nariz.

Perdona Alicia, olvidé que la pastita tenía una guinda roja y pegajosa en la parte de arriba, eso habrá desviado la trayectoria, yo nunca fallo con las pastas, donde pongo el ojo, pongo la pasta. Cojo la galleta de la nariz de Alicia y se la doy al animalejo agachándome. Dejo el objeto en el suelo a un lado de mi y me siento a mirar como el bicho come la pastita rancia.

Me quito los restos de la pasta e ignoro el comentario. Aun estoy shockeada por todo lo ocurrido.

Bueno... ¿Ahora que hacemos? ¿Alguna idea de donde estamos?

Me levanto y miro alrededor, no se parecía a nada que yo reconociera. Recojo la maderita resto aún humeante del cadaver calcinado de Grandmother Willow. Toma Alicia creo que te servirá más a ti que a nosotros, eso si, cuidado con el fuego, el fuego es malo y mucho más para ti si llevas este trozo de cadáver encima.

No, quedatela. Algo me dice que te va ser mas útil a tí. Vamos a investigar.

Insisto Alicia, cógela amor mio. Yo no puedo usarla.

Buen chico, Momo - abracé a mi amigo hasta casi ahogarlo.

Pero Momo estaba más pendiente de Aleksis y su pasta. Se escapó de un salto de mis brazos y dio un gran salto para cogerla. Sin embargo, el pobre vio como la pasta pasaba por su lado y aterrizaba en la cara de Alicia,digo, Rayla. Ni corto ni perezoso, esperó junto a la rubia para que Aleksis se lo diera, sentado como un buen chico meneando su colita.

¡Gracias dios todopoderoso! ¡Alabada sea la voz omnipresente! Me agacho y hago una reverencia...

Le meto la espada a Alicia en la mochila.