Partida Rol por web

Si supiera exactamente qué es lo que está pasando no pediría que fuérais a verlo...

Además, ultimamente como que no me entero demasiado de las cosas, si no te has dado cuenta aún...

¡Soy un árbol!

Bien, iremos a mirar me giro para mirar a Aleksis que estaba justo detrás mío, me aparto un poco ya que estaba muy cerca. ¿Puedes guardar las distancias por favor? Bueno, ¿vamos a mirar a ver quienes son? No me hace gracia pero no nos queda otra y me preocupa Yusuki.

Alicia, ¿Por qué eres tan borde conmigo? ¿Te he hecho algo? ¿Quieres que me vaya? De todas formas me quedaré aquí, si necesitáis algo haced una señal.

Me inclino y recuesto con la espalda en el árbol, ¿No la molesta que me tumbe contra usted verdad señorita árbol? Eres la árbol más bonita con la que he tenido el placer de hablar.

- Grandmother Willow, yo lo vi todo muy bien - dije levantando los brazos para llamar la atención del árbol - eran campesinos y labradores construyendo casas, o eso creo. Cortaban los árboles para hacer las casas y todo volaba por los aires como fuegos artificiales, las rocas, los árboles, los arbustos, la tierra, los disparos. Es gracioso, ¿verdad? Yo pensaba que las armas eran para cazar animales no para hacer fiestas.

Tomo de la mano a Rayla y empiezo a tirar de ella, animadamente.

- Vayamos a ver qué están haciendo ahora, Rayla.

El grupo volvía a aquel lugar donde aquellos hombres continuaban trabajando, y aunque el gordo había desaparecido de la vista de los 3 héroes racistas, o al menos de Rayla la Racista y los otros dos, se podía sentir que la moral de los hombres estaba más alta que nunca gracias a las palabras de ánimo proferidas por su líder.

Nos acercamos al campamento, manteniendo una distancia prudente y alerta en todo momento, por si acaso.

Seguí a Rayla, imitando lo que hacía y escondiéndome de los granjeros. No estaba del todo segura si estábamos jugando a las escondidas o es que los granjeros nos echarían la bronca por andar husmeando, pero seguro que la rubia sabía mejor que yo lo que había que hacer. Asomé la cabeza para mirar fuera.

- ¿Y ahora qué hacemos?

Todos estaban escondidos en lo alto mirando a aquellos trabajadores, incluso el Aprendiz de Sombrerero quien había acompañado a las muchachas a causa de un molesto colibrí que no paraba de picotearle para que las siguiera. En aquella cima seguían viendo a los hombres trabajar.

Ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay... Vale vale, ya lo he entendido, me quedaré en el árbol sin hacer nada...

Ay ay ay ay ay ay ay ay, vale vale, iré con ellas... Corro al encuentro de las muchachas que ya se habían adelantado.

Alicia, espera voy contigo,  este pájaro no me deja quedarme en el árbol cuando miro en dirección al insoportable ave picoteadora ya no está la susodicha.

Este lugar es extraño... Alicia quiero volver a Wonderland. Digo poniendo mi mejor cara de pena y verdadera tristeza.

- Venga, Alek, no seas aguafiestas, vayamos a saludarlos - dije feliz preparándome para salir, pero justo entonces vi unas ropas colgadas de un árbol. Al parecer, alguien lo había dejado allí mientras trabajaba. Los cogí y los miré con cierto desagrado, no olían a rosas precisamente - ugh, bueno, sea por el bien de conseguir información.

Me puse unos pantalones y una camisa que me quedaban grandes y me preparé para salir de mi escondite.

Con un supiro me acerco a Yusuki y empiezo a cambiarme también.

Muy bien, vamos allá, pero tened cuidado. No sabemos por donde pueden salir.

Me dirijo hacia el campamento seguida por los demás.

Por que siento esto de repente, me siento incómodo, se desnudan Alicia y yukkuku delante mio y yo sólo puedo pensar en por qué el conejito se mueve dentro de mi pantalón, ¿Querría salir a jugar? Quizás sea algo de este siniestro lugar, saco de mi sombrero una taza y la cantimplora del té, me echo un poco y bebo, ya me siento como en casa... Mmmmmmm digo mirando los cuerpos desnudos de Alicia y Yukkusuku. Me toco la abultada entrepierna.

Sin embargo, el sonido y el gesto, que podían sonar "ligeramente" lujuriosos, sobre todo por la situación, no lo eran para nada, abro la cremallera de mi pantalón y sale un conejito blanco con un pequeño reloj que se lanza al suelo a toda prisa.

 Tengo prisa, llego tarde, muy tarde dice el conejito antes de echar a correr en dirección al viejo árbol. 

¿Qué ocurre amiguito? Bueno, otra vez será... ¡Hasta pronto pequeño jimmy!

Me quedo mirando a ver qué ocurre, si hay problemas iré.

Tanto Rayla como Yusuki se adentran en el campamento sin mucho problema; ocultando sus largos cabellos dentro de dos cascos amplios que algunos colonos habían dejado, y ocultando sus ropas bajo las túnicas raídas que otros habían dejado tiradas en el anillo defensivo exterior; logran infiltrarse sin hacer contacto visual con nadie.

Mientras tanto, Aleksis, aprovechando la visión elevada de aquel puesto veía como las dos mujeres con unos disfraces lo suficientemente buenos, deambulaban por aquel campamento improvisado, el cual comenzaba a tener una barrera defensiva con los árboles que habían talado.

El campamento destacaban pocas cosas; la gran mayoría de las tiendas eran idénticas, y a parte de eso lo único que había era un pequeño almacén apenas cubierto por lonas y una gran carpa colorida, presumiblemente la tienda del líder de aquel grupo de hombres.

Os parece bien que vayamos a esa especie de almacén. Quiza haya mapas, comida  algo interesante que podamos usar para cnseguir información.

La gran carpa colorida me llamaba poderosamente, mucho más que el almacén, seguro habría cosas interesantes, pero siempre podíamos ir después. Además, un almacén significaba que podía haber cosas guardadas que podían ser útiles, como bien había dicho Rayla.

- Vamos, a ver si encontramos algo que nos sea útil. Luego podríamos ir a echar un vistazo a la gran carpa, tengo curiosidad por ver que hay - dije esperanzada.

A parte de alguna que otra comida, lo que destacaba principalmente era un gran número de armas, mosquetes y espadas, principalmente; además de bastantes barriles de pólvora e incluso unos cuantos cañones. Por otro lado, no había absolutamente nada de interés o que os pudiera ayudar en vuestra situación.

- Anda, herramientas para hacer agujeros en el suelo y fuegos artificiales - dije muy animada cogiendo una manzana y dándole un mordisco - en mi pueblo lanzan de estos todos los años en época de cosechas.

Entonces, encontré unas piedras dentro de una caja, de esas que usaban para prender los fuegos artificiales.

- Oh, mira, se encienden con esto - cogí dos piedritas y se las enseñé a Rayla - ¿podemos encender alguna? Siempre he querido encender una, sólo tienes que golpear las piedras así y... - animada golpeé enérgicamente las dos piedras produciendo algunas chispas que cayeron a nuestro alrededor. De pronto, se escuchó el siseante sonido de una mecha encendida - ... ups.