Partida Rol por web

En efecto, se había quedado solo y no solo eso, seguía más perdido que un pulpo en un garaje, pero en este caso es un garaje solitario, pues sus otros dos compañeros habían desaparecido, quizás hartos de historias, o quizás secuestrados, o incluso peor. Pero sea como sea, la seguridad de llevar un arma lo abrigaba, metaforicamente hablando.

Y todo hubiera ido bien, si no tuviera ante sí, una pequeña manada de monos de colores.

Al menos, parecía que no le habían visto. Quizás si se alejara de ellos podría pasar sin luchar en una más que clara desventaja, o quizás atacar con antelación podría suponerle una ligera ventaja frente a esas criaturas; eso quedaría a decisión de Archival.

-Oh mierda, esos bichos otra vez no...- no solo me había quedado solo, si no que además tenía la visita de unos antiguos y odiosos compañeros, y esta vez sin refuerzos.

Ni siquiera recordaba como los habiamos vencido la última vez (o si llegamos a vencerlos la verdad) pero la situación estaba pidiendo a gritos que saliera de allí pitando. Eran más numerosos, y además tenían a una de esas simias que no paraba de arrojarme cosas, no me apetecía para nada repetir la experiecia la verdad.

Sin embargo, en cuanto comence a caminar para alejarme de ellos me percate de una cosa: ¿y si esto era parte de la aventura que decía el viejo? ¿y si ellos eran el primer desafío?, después de todo era muy extraño encontrar estas criaturas en dos lugares diferentes, y algo me daba en la nariz a que estaban relacionadas también con la criatura que atacó a Rika en Ciudad de Paso. ¿y si todo esto estaba conectado?, mi nueva arma, estas criaturas, los incesantes viajes interdimensionales..., puede que estuviera dandole la espalda a mi verdadero destino, ¡y no dirán eso de mí cuando me muera!¡Archival es un héroe con todas las de la ley!, o al menos... lo intenta...

Con mi coraje restaurado, me gire de nuevo hacia el enemigo, ir directos hacia ellos no era muy inteligente, así que trate de pensar una estrategia que me pusiera en ventaja. Por experiencias anteriores, los monos grandotes parecían ser los peones en la batalla, mientras que la de color naranja solía guardar las distancias para atacar. Si conseguía alejar a los dos azulados de la naranja, quizás tendría la oportunidad de acabar con ella primero y así tener que enfrentarme solo a los otros dos (como si fuera poca cosa la verdad...) pero así al menos no tendría que soportar las incesantes baterías de ataque de un enemigo a distancia.

El plan era el siguiente, cogí una piedra del suelo, del tamaño de mi puño aproximadamente, y lanzar tan lejos como pudiera en la dirección opuesta a la mía, de ese modo crearía una distracción sonora que atraería a los simios azules y dejaría a la anaranjada a mi merced, o al menos, en teoría. No era la idea más elaborada del mundo, pero tampoco disponía de mucho más y mi pulso iba tan acelerado que mi cerebro tampoco daba para más.

-Venga, vamos allá Archi... *buff* *buff*- Con todo ello, agarre la piedra, calente un poco el hombro, hice un par de estiramientos, cargué el proyectil y realice el arco más perfecto que pude para lanzarlo.

Uno de los dos monos azules al escuchar el sonido no se lo pensó dos veces y salió corriendo detrás del sonido aquel; por el contrario el otro mono azulado estaba dispuesto a irse detrás de su compañero de pigmentación, pero aquella mona anaranjada loa garró de la muñeca impidiendo que este fuera lejos de ella.

-Bueno, mejor eso que nada, supongo- empuñe con fuerza mi arma y me arroje hacia la mona anaranjada tan rápido como pude, si quería vencer rápido tendría que librarme de ella primero, además, parecía comportarse como la cabecilla del grupo.

Una vez que Archival salió de su escondite se encontró con una piedra en su frente, recién lanzada por el mono naranja; mientras que, por parte del Mono Azul, este se abalanzó sobre el arañándole el brazo sin que este pudiera hacer demasiado para defenderse de los ataques.

Nada más empezar y ya la primera en la frente..., estaba teniendo un flashback de lo más desagradable.

Pero no hay tiempo para ponerse a pensar, hay que actuar. Tras los dos ataques de mis rivales, empuñe con fuerza mi espada y realice el arco más perfecto que pude en dirección al simio naranja, ella era mi objetivo prioritario.

Mientras asestaba el golpea gritaba eufóricamente -¡¡AAARRGGHH!!- hay algún en el combate que saca una parte de mi que no conocía, pero de algún modo... me gusta.

Tras atacar, me reposiciono dando un paso hacia atrás y mirando fijamente a la mona naranja, y con el rabillo del ojo controlando al otro mandril -Esta vez no seré yo el que salga inconsciente de esta...- estaba seguro de que no podían entenderme y de que nadie más estaba allí para oirme, pero ¿que es una pelea sin una buena frase de desafío?.

Aunque siendo honestos, tampoco estaba seguro de que lo que había dicho fuera del todo cierto, la verdad.

Pese a que Archival logró golpear de lleno al del Tirachinas, esta también logró tirarle otra piedra entre ceja y ceja al joven, y el mono azulado continuó con sus andanzas, arañando el brazo, nuevamente, del joven sin que este pudiera hacer demasiado. La situación parecía ir de mal en peor...

-Arghh...- las heridas dolian, no solo físicamente...

Estaba claro que lo de atacar en desventaja númerica no había sido mi idea más brillante, pero ya era tarde para salir huyendo si no quería acabar como un colador.

Volví a sostener con firmeza mi arma y aseste otro golpe a la mona naranja, con suerte caería tras pocos golpes más y eso me daría una ventana para salir de allí.

Algo debía estar afectandome en ese momento, porque en cuanto fui a dar el segundo golpe la hoja se me desvío hacia un lado y falle el ataque -Genial... lo que me faltaba-.

Pese a que Archival logró -de forma milagrosa- golpear al mono, estos dos lograron atacarle de forma soberbia, causándole un gran daño, tanto por separado como en conjunto. El mono naranja, no solo volvió a acertar de lleno en la frente del chicho rubio, sino que el mono azul hizo severas marcas de arañazos en la espalda del zagal.

-Ufff...- estos bichos son tan duros como recordaba.

Mi plan estaba saliendo fatal, así que tenía que cambiar la estrategia. Realice un último ataque sobre la simia naranja para intentar librarme de ella y que no fastidiara mi retirada, y con el rabillo del ojo mire en una dirección que me llevara más profundo en el bosque, lejos de estos monstruos.

Archival logra aplastar por completo al Mono naranja, aunque a un coste quizás demasiado alto, pues el azul volvió a arañarle, quizás con un ataque de semejantes características sobre el azul hubiera evitado que este siguiera atacándole, pero ahora tan solo quedaba él, por lo que, usar todas sus fuerzas en asegurarse terminar con uno, realmente hubiera sido una buena idea.

¡Quien sabe!. La batalla continua.

Lentamente los ojos de aquellos dos adolescentes se fueron abriendo, no porque ya hubieran descansado lo suficiente en el suelo de aquel bosque, sino por los gritos y jadeos que estaban ocurriendo detrás de algunos matorrales. ¿Dónde estaban?. Esa era una pregunta difícil de responder y más por ellos que acababan de despertarse en mitad de aquel bosque, un bosque completamente distinto que el que rodeaba Villa Crepúsculo.

Y los sonidos de pelea al otro lado de los arbustos no parecían parar, ceder o disminuir.

-¡Sí!- no pude contener la emoción al ver como uno de mis enemigos caía, ahora solo quedaban dos. Pero yo empezaba a sentirme débil, era el momento de usar la cabeza y no la fuerza, así que recurrí al hechizo que una vez me había sacado del apuro, esperando que volviera a funcionar -¡Cura!-.

Sentí una pequeña brisa reconfrotante, pero aún me encontraba débil. Sin más tiempo que perder, comence a correr en una dirección, no por la que había venido, ni tampoco por la que se había ido el segundo mono azul, el bosque era grande y frondoso, podría encontrar alguna salida, o eso esperaba...

Por su parte, Archival después de curarse decidió correr hacia la dirección libre que había, pues ir marcha atrás le retornaría por donde había venido, ir hacia donde hubiera más enemigos no era una opción inteligente e ir hacia delante no era una opción, pues el Mono Azul aún estaba en plenas facultades.

Cuando Archival logró cruzar los matorrales que los separaban, pudo encontrar, en el suelo, a dos adolescentes medio inconscientes pero al menos estaban vivos, y en sus manos se hallaban más llaves del mismo tipo que el que este tenía.

Pronto todo se había vuelto oscuridad, no sabía muy bien como pero ahora tenía los ojos cerrados, notaba la sensación de la hierba contra mi cuerpo. Los gritos y ruidos llegaban a mi oídos rompiendo con la calma que transmitía todo el resto de sensaciones, abrí los ojos lentamente viendo a Al junto a mi.

Agarre la llave que supùestamente debía llamarse Keyblade y de la cual ambos eramos dignos, me puse en pie apoyándome en ella con la mirada fija a los matorrales desde los que venía el ruido y de inmediato salió un chico de entre ellos. De un solo vistazo vi que compartía arma con nosotros, todos mis sentidos se activaron encaré la dirección desde la que había venido clavando el pie izquierdo en el suelo listo para saltar de inmediato a por el enemigo que apareciera.

- Despertamos y ya toca ponerse a trabajar... Me gusta

Los ruidos empezaron a molestarlo, pero el estar durmiendo en el pasto se le hizo completamente familiar. Abrió los ojos y se sentó dando un bostezo con total parsimonia. Había tenido un sueño muy raro. Recién cuando sus ojos adormecidos enfocaron a su compañero y a la llave espada, cayó en que no había sido tal cosa. Se levantó rascandose la cabeza y tomó la keyblade, demasido dormido para preocuparse, pero con la adrenalina rapidamente apoderandose de su cuerpo y desembotando sus sentidos.

Lo siento, no entiendo del todo. El powerwild es el mono azul que persiguió a Archival? Y el ataque fue enfrente nuestro? O acaba de aparecer el monstruo? Osea se supone que ataque en este turno?