Partida Rol por web

¡Hey!, gracias Caeru.. i-igual t-tam... - sintiendo como el aura verde comenzaba a bañar mi cuerpo y a mi espada del carnaval también ... ¡¿Momento?!, Ehh, ¿ eso se supone que debía pasar ?... , La cual no se cansa de quedarse con parte del aura verde hasta sentirse agusto.

¡¡Ahhh joder, mendiga espada ladrona !!, ¡¡Que esa sanación era para mi!! ¡¡Y deja de rierte por dios !! quejándome del arma, en la cual se podían ver los cráneos decorativos con grandes sonrisas que no dejaban de generar música mientras más los agitaba ... ¡¡No me estás gustando está cosa!!...

Si tienes tiempo de rier, mejor ayuda quieres... apuntando el arma nuevamente al enorme lagarto y preparando otro nuevo asalto de bolas de colores... el cual fue apenas un poco mejor ... Me lleva...

"¿Eeeeeeh? ¡Pero bueno, espada-llave! ¡Eso no se hace!" recriminé a la llave espada de Owen  cuando se llevó la mitad de mi magistral hechizo de cura. "¡Con el trabajito que me ha costado! ¡Señor lagarto, esto es culpa suya!" le recriminé a la sombra lagarta, dándole muchos golpetazos.

Dan seguía golpeando al bicho sin prestarle demasiada atención.
Vaya espectáculo de luz y sonido que hacen estos jóvenes

Por su parte, Owen lanzó bolas de luz, las cuales fueron ligeramente más efectivas que en el anterior intento; mientras que tanto Caerulea como Dan, decidieron darle una paliza a aquella criatura usando sus llaves espadas como porras policiales en mitad de los años 40 y el monstruo que tenían delante era un hombre negro joven que volvía tranquilamente caminando a casa por la noche y un vecino, preocupado, llamó a la policía.

Por desgracia, ese  joven negro no tenía un cuerno, como sí tenía esta criatura, por lo que no pudo defenderse empalando el abdomen de Caerulea, algo que sí hizo esta criatura; y no solo eso; mientras tenía a Caerulea como un kebab, usó una de sus patas, para darle una buena patada a Owen, al que lanzó contra las paredes de la cueva.

El lado bueno de todo, es que ahora Caerulea estaba "algo" mejor. Si se puede considerar mejor haber sido empalada en el abdomen segundos atrás, claro está. Al menos no tenía dentro de sí el cuerno, claro.

...S-sangre... d-duele...r-re.. ¡recuerdo!... levantando a duras penas del suelo usando mi espada rumbera como apoyo, persivo ciertos recuerdos en mi cabeza, que por todo lo que había estado ocurriendo y el estarle dando importancia a mi propia supervivencia, habían quedado a un lado ... ¿ c-conocimiento ? ...

Levantando mi arma y conciente de que el curarme sería un gasto de esfuerzo, apunto en dirección a mi compañera

N-no debe quedarle mucho... N-no se rindan chicos... - dejando que las energías bañarán a mi malherido compañera - recuerdo unos dibujos en casa de lagartos... ¿ o era una marca de helado...?, N-no importa... sé que le queda poco...

"¡Yuhuuu! ¡Muchas gracias Owen! ¡Compartir es bueno! ¡Toma otro Cura también!" exclamé lanzándole un cura también a él. El señor Vorton era todo músculo y energía, no había necesitado que le curaramos en ningún momento. Mirándolo y admirándolo se me ocurrió una magistral técnica de combate. "¡Señor Vorton! ¡Tengo una idea! ¡Lánceme contra el lagarto como si fuera yo una... una... pues una lanza! ¡Caerulea Cohete! ¡Caoheterulea!"

"¡¡ALLÁ VOOOOOY!!"

Dan empezaba a preocuparse. Su imponente musculatura intimidaba tanto al lagarto que no se atrevía a atacarle a él, y le estaba dando problemas a los jóvenes.
Tengo que deshacerme rápido de él, estos jóvenes no aguantarán mucho
Lo que no contaba Dan es con la reacción de Caerulea.
¡Ese es el espíritu! Ante la adversidad, ¡Más fuerza! Dan flexiona sus músculos, con el ánimo encendido a tope tras contagiarse del espíritu de Caerulea, dispuesta a todo con tal de salvar a su amigo.
¡Alla vamos! - Dan agarra a Caerulea como si fuera una muñeca, y la lanza contra el lagarto.
¡Y yo tampoco me quedo atrás! Dan prosigue con sus golpes.

Todo iría bien si no fuera porque resultó ir terriblemente mal; pese a que Caerulea fue lanzada con fuerza y determinación, aquel enorme ser tan solo dio un paso hacia un lado, para ver como la pequeña seguía recta hasta impactar contra una pared de la cueva de cara.

Esa distracción, al menos sirvió para que Dan le diera un buen puñetazo en la cara al monstruo que lo lanzó contra la misma pared en la que había sido estrellada Caerulea. La victoria parecía haber sido obtenida por tan solo el precio de una nariz nueva para la joven... pero nada más lejos de la realidad.

Del polvo, una luz brillante emergió consumiendo todo a su paso; por suerte Dan pudo bloquearla, pero pese a ello, el poder de la luz, quemó sus manos. Por parte de Owen, este no tuvo ni una sola oportunidad, a medida que se levantaba del suelo la luz lo engulló al completo, dejando tras de sí un cuerpo carbonizado, exhalando humo del interior de sus pulmones, Owen cayó de bruces al suelo.

Con un segundo rayo de luz más efectivo pero menos dañino, volvió a golpear a los dos que aún se mantenían en pie; la chica estaba lo suficientemente herida como para permitirse tomar unas buenas vacaciones, pero aún con todo, decidió mantenerse firme ante la criatura que lentamente volvía al terreno de batalla.

"Auch... ay... mi nariz..." aún con la mano de la llave espada tapándome la nariz, me giré hacia el señor Vorton y con una sonrisa de oreja a oreja le hice un gesto de pulgar hacia arriba con la mano libre. "¡Ha sido genial! ¡Hay que repetirlo! Solo que a ver si la próxima vez conseguimos acertarle al malo y no a la pared...!" ¡Fue genial! Aunque lo que no fue tan genial fue que el lagarto nos friera a todos... bueno, a Owen y a mí, el señor Vorton estaba hecho de acero. "¡Eh! ¡No vale! ¡Con todo lo que me ha costado intentar curarle! ¡Lagarto malo! ¡Lagarto muy malo!" exclamé echando a correr y aporreando a la sombra como hacía el viejo Sensei, haciendo amplios surcos como la que está segando la cosecha.

El primer golpe de Caerulea fue poderoso; lo suficiente poderoso como para derrumbar una pared de aquella cueva. Por desgracia, eso fue lo que hizo; con un revés de la llave espada, golpeó la pared que estaba al lado de aquel monstruoso y gigante camaleón. - Lo que hizo que toda la cueva temblara por unos cuantos segundos antes de comenzar a venirse abajo.

El techo mágico que había sobre sus cabezas que sujetaba el agua del estanque se rompió de golpe, mientras un torrente de agua golpeaba a los tres presentes, y junto al agua, trozos de roca de la cueva, así como estalactítas -¿o estalacmitas?- comenzaban a amaneazar a los presentes. Por suerte para ellos, algo bueno ocurrió... la criatura fue empalada por la piedra y desapareció en una nube de oscuridad.

Pero el lado malo es que ahora estaban en una cueva inundada.