Partida Rol por web

Si no fuese porque esta asamblea es para conciliar a los klanes y para tomar decisiones para proteger la isla, rebanaría la cabeza de esa estirada Karen Solberg. La miro furtivamente, fijamente, seria, sin hacer ningún otro gesto. Cuando su marido, el padre de Ari, habla, entiendo muchas cosas. Así que es por eso por lo que nos han convocado. Ignorando a Karen, hablo:

- Descansa, Ivo del klan Solberg. En Snöklor también hemos interpretado las señales. Sin embargo no ha sido hasta este momento, oyendo las palabras que con dificultad han salido de tu boca, que he podido encontrar sentido a los presagios de la anciana del klan Lerice*. Su nieto Haakon me acompaña aquí hoy. No soy quién para negar mi hacha y mi vida a los designios de los dioses. Menos aún cuando nos han hablado por el bien de nuestros klanes. Mucho menos cuando nos están ofreciendo esas armas de carne, fuego y escamas, que debemos demostrar ser dignos de poseer. Yo, Erika del klan Rudi, escudada por Randall del klan Vlokör y Haakon del klan Lerice, me ofrezco voluntaria para partir hoy mismo en busca de esos dragones. ¿Alguno de los presentes tendrá el valor de compartir la gloria, o la muerte, con nosotros?

Aunque no se veían literalmente, había una lluvia de cuchilladas en el aire. Yo pensaba que Karen Solberg no tenía nada que hacer, no le iba a ser fácil quitarse de en medio a esa cría, Erika era muy querida y respetada por su pueblo y en la Isla.

A la pregunta de quién más se unía, dudé un segundo en callarme pero...qué más daba yo no era un tipo callado y siempre pienso que la gente necesita un pequeño empujoncito. En ese momento me puse en pie - Yo, Randall seguiré los pasos de mi padre, el capitán Gert y me uniré a esta misión que nos traerá la gloria a nuestra Isla. Y me gustaría que os uniérais a nosotros  en esta aventura- y me fui animando y acabé por berrear un poco - ¡Somos vikingos! ¡Somos fuertes! ¡Podemos con los dragones! ¡Somos los descendientes de Thor! ¡Aarrgghhhh!- me sentía con un subidón tal, que si hubiese tenido a un lanzallamas en frente, hubiese acabado con él de un bocado.

Menuda lengua de víbora tenía la mujer rubia. Por un momento, hubiera esperado que le rebanaran la cabeza por tremenda osadía. Sin embargo, observé con decepción como sus venenosas palabras se evaporaron en el aire sin ninguna consecuencia más allá que una réplica verbal.

En cuanto al vaticinio de aquel hombre empapelado al me costó no hacer una mueca de desagrado al verle, y tras las palabras de Erika, sentí mi corazón vibrar con energía.

¿Cazar dragones?

Quería anunciar que yo también me uniría. Estaba deseosa de hacerlo. ¿Había una forma mejor de ganar un sitio en el Valhalla que morir luchando contra un dragón? ¡O mejor! ¿Morir en batalla montada encima de uno de ellos? Sabía que me estaba dejando llevar por la emoción... pero no pude evitar mirar a Brandr suplicante. Quería que dijera que nuestro clan también se unía a aquella caza. Y... siendo sinceros, no me veía a la vieja cazando dragones, y Brandr era demasiado valiosa para el clan como para emprender un viaje que dejara las tierras sin gobernar durante semanas o meses. Para eso me habían traído a mí... ¿verdad? Para emprender aquella aventura junto a esos chicos.

Casi sin pensarlo, respondí al llamado de Erika, y mirando a Karen, me salió del alma y de mi inquietud decir: -​​​​​​-Yo iré, yo tengo valor, tengo ganas y pienso representar adecuadamente a la familia Solberg, como representantes suyos que hemos sido siempre, e igual para honrar a mi padre. -​​​​​​-Esperaba no meter la pata al hablar tan impulsivamebte

Era increíble, de verdad, estaba con ganas de salir corriendo. El grito de "somos vikingos" de Randall me hizo arder el corazón, y casi desear domar ese dragón, o lo que fuera. Era todo lo que deseaba. Acción, aventuras, dejar de lado la maldita contabilidad, el mercado, los precios,las inscripciones de barcos... Al fin, algo que hacer, nuevo, interesante... 

Con el pecho hinchado de orgullo y una pose lo más gallarda que pude, exclamé:

¡Yo, Haakon Lerice, descendiente de Gunilda Lerice, me embarcaré con vosotros para alcanzar la gloria!

Ari Solberg abre un poco la boca para decir algo, entonces Erika Pam Rudi toma la palabra y termina convocando a una aventura descabellada. Ari se queda helado. Parece que va a hablar pero Randall empieza a vociferar una arenga que lo obliga  a retroceder en un trono que es muy grande para su cuerpo. Apunto está de ponerse de pié cuando Singrid se ofrece a representar a la familia  Solberg. El muchacho está tieso. Mira de reojo a su padre quien lo mira fijamente sin poder emitir otra expresión. Para cuando Haakon se suma a la aventura, Ari se ve pequeño en el asiento, titubeante. Ivo Solberg gime y mira fijamente a su hijo. Entonces el heredero del Klan Solberg se recompone un poco, toma aire profundamente y se pone de pie. – He escuchado su voluntad. – Comienza con el semblante serio y postura heroica. – Yo, Ari Solberg, hijo de Ivo el Osado, con honor lideraré esa expedición. –

Karen también es tomada por sorpresa, más que Ari, si se quiere. Mira primero a Erika estupefacta, con una sonrisa de incredulidad. Revolea los ojos con burla cuando Randall agita la reunión. Cuando habla Singrid la sonrisa empieza a borrarse, reemplazada por la sorpresa. Abre los ojos muy grandes y empieza a verse enojada cuando se suma Haakon, no puede creer que se lo estén planteando en serio. Cuando habla Ari prácticamente salta del asiento. - ¿Se dan cuenta lo ridículos que suenan? – Su voz, nerviosa y apurada, se lleva toda la atención del salón. Cortan como una daga el entusiasmo del momento. – ¿Alguno de ustedes cazó alguna vez un dragón? Y quieren atrapar uno vivo… No tienen la menor idea de cómo lo consiguió Hipo Abadejo, he escuchado que ese chico es un brujo.

Estupideces – Interrumpe Brandr – Hipo es un chico misterioso, pero había seis jinetes de dragones en Nido del Dragón. Puede que Hipo sea un “brujo”, pero todos conocemos a Patán Jorgenson, es un completo imbécil, no es ningún brujo. Brutacio y Brutilda Torton… por favor, dos inútiles.

¿Alguno de ustedes cazó alguna vez un dragón?

Cuando Karen pronuncia la pregunta las palabras resuenan en Nilsa, se siente interpelada personalmente. Es que ella si cazó un dragón. Bueno, no ella, pero participó de una expedición de 20 hombres que acabaron con uno. Apenas ayudó, pero pudo observar cómo trabajaban, cómo lo rastreaban, cómo lo atraían. Realmente nadie en el salón parece saber esas cosas, tal vez Ivo, pero no está en condiciones. La joven regresa desde esos pensamientos para ver cómo Petrina la mira fijamente con una sonrisa desdentada. La vieja loca había pedido que ella estuviera en esa reunión.

Ahora entendía por qué me habían traído a aquella asamblea. Fue al instante, en cuanto escuché la pregunta de la mujer rubia y noté la mirada de Petrina...

—Yo he participado en la caza de dragones.

Sentí como todas las miradas se clavaban en mí, y sonreí orgullosamente. Nadie en aquel lugar parecía haberse aventurado nunca en la caza de dragones. Eso me convertía en el miembro más valioso para formar parte de aquella expedición y, por tanto, en figura indiscutible. Mi asiento en el Valhalla estaba garantizado.

—Junto con una partida de 20 hombres. Algunos murieron, pero entre todos logramos cazar al dragón —hice una pequeña pausa antes de proseguir, pausa que dediqué en hacer un recorrido con la mirada a todos los presentes en aquella asamblea—. Sé cómo se rastrean. Sé cómo se les pueden atraer. Y sé de primera mano lo peligrosos que pueden llegar a ser...

Mantuve el gesto altivo. Me sentía poderosa ahora mismo, a pesar de que fuera más pequeña y delgada que la mayoría de los allí presentes. Estaba segura que algunos no me creerían... pero, si de verdad querían cazar dragones, no podrían rechazar a alguien que se suponía tener experiencia en ello.

—Formaré parte de la expedición, y me encargaré de que capturemos al dragón más grande jamás visto.

Me sentía orgulloso de que mis palabras hubiesen avivado a los presentes, aparentemente teníamos el apoyo de la representante de la familia Solberg, una chica pelirroja, con el valor de apoyar la expedición antes incluso de que lo hiciese la señora Karen, eso dejaba entrever su valentía. 

Luego habló Haakon que tuvo unas palabras muy acertadas y seguras, me sorprendió para bien.

El mejor momento fue la pelea entre madre e hijo Solberg, que aburrimiento, ¡porqué no se aclaran antes de salir de palacio!. Pero de repente, una chica que no aumentaba demasiado dice que ha ido a cazar dragones, instintivamente en mi cara se dibujó la más absoluta incredulidad. De nuevo debí esperar que hablasen otros pero...- ¿Tú has participado en la caza de un dragón? ¿Dónde y cuándo?- mi tono al preguntar se acercaba más a convéncenos

Escucho como Ari se ofrece también, y de su lado, digo: -Junto a ti, señor, será un honor, siempre con la familia Solberg. - aunque Karen estaba más bien en contra y lo estaba demostrando, mis ganas no hacían más que crecer, salir del pueblo, servir a los Solberg, a Ari, a Erika, y un dragón por medio... Aquello no tenía más que cosas interesantes, y nada me lo podía quitar ya de la cabeza. De hecho, me puse a moverme en el sitio, inquieta, impaciente, moviendo los pies, y mirando de un lado a otro. 

Cuando aquella muchacha, Nilda, habla de que ella había participado en cazas de dragones, me me pongo ya muy nerviosa, y cuando la escucho a ella y a Randall, no puedo mas que decir: - Si, cuéntanos de la caza, cuenta, cuenta ...  Digo antes de darme cuenta de que mi inquietud solo me deja en un mal lugar...

Me siento orgullosa al oír la enérgica arenga de Randall. Cuando termina le sonrío, asintiendo con la cabeza. Es muy valiente, y fuerte, y guapo, y... rápidamente tengo que apartar la mirada. Luego, tras sus palabras, algunos de los presentes se unen a la aventura, todos jóvenes. Haakon, más comedido que Randall; Sigrid del klan Gunnardottir, que quiere honrar a su padre y a los Solberg aunque no espera a que hablen los señores para pronunciarse, y ese detalle me divierte; y luego Ari, que parece hacerlo más por obligación, forzado por su herido padre, temeroso de perder el honor de su familia... vergonzoso. ¡Y además se propone "liderar" la expedición, me hace reír. Todo es júbilo y valor hasta que vuelve a hablar Karen, la cara me cambia mientras habla, estoy a punto de responderle antes de que termine pero Brandr se me adelanta. No necesito su aprobación para ir a buscar a esos dragones. Pero el momento culmen es cuando habla la chica misteriosa que acompaña a Petrina, su primera frase es lapidaria, todos callan, sonrío. Todos quieren escucharla, todos queremos oír su historia. Ha estado callada hasta ahora, junto al fuego. Parece una digna guerrera, agresiva, valiente. No veo miedo en sus ojos.

Cuando Randall y Sigrid, excitados, empiezan a acosarla con preguntas de incredulidad levanto la mano haciendo un gesto para que guarden silencio. Con mi mirada les pido, y les ordeno, que sean respetuosos y se callen.

- Será un honor contar con tu valor. ¿Cuál es tu nombre, cazadragones?

Ignoro voluntariamente las palabras de Karen. Luego tendré que decirle al joven Ivo que no alberga el valor suficiente para acompañarnos. No esta vez, porque veo miedo en sus ojos.

Como imaginaba, no todos me creían. Era comprensible. Al menos aquella niña, Erika, sí lo hacía... y de entre todos los que habían hablado, parecía ser la persona más importante del lugar.

—Mi nombre es Nilsa —contesté.

Luego suspiré y, aunque sabía que no tenía por qué, decidí dar los detalles de la caza.

—Y sí, he participado en la caza de dragones. Hace algunos años. Yo tenía 12 para entonces, pero mi padre decidió que debía acompañarle en aquella cacería para que aprendiera del oficio. Junto a él, iban una veintena de hombres. Seguían cada pequeño signo del paso del dragón por el suelo, cada marca en los árboles... Recuerdo los sonidos que usaban para atraer al dragón, y el plan que iban a seguir para emboscarles. Ni siquiera pudo lanzar fuego, aunque... eso sí, se encargó de aplastar con su enorme cola a varios hombres. Entre ellos, mi padre.

Por desgracia, no pude ver cómo mató a mi padre. A mí no me permitieron participar en la emboscada... cuando él dragón estaba lo suficientemente cerca del grupo de caza, decidieron dejarnos atrás a los hijos de los cazadores. Ya habíamos aprendido lo suficiente de aquella aventura, debían continuar solamente los expertos... Así que aquello de que no pudo lanzar fuego... era sólo lo que había escuchado de los que sobrevivieron a la cacería.

El sentimiento parece haberse consensuado. Isla Colmillos tiene un plan. Sólo una voz es disonante y en este momento nadie le está poniendo la más mínima atención. Nilsa se ha llevado esa atención, tiene algunos indicios de cómo llegar hasta un dragón y es más de lo que pueden decir casi todos los presentes. – Está decidido, partimos mañana. – Dijo Ari Solberg repentinamente entusiasmado. Acompaña sus palabras poniéndose de pié en señal de poner fin a la asamblea.

Siéntate, muchacho. – Interrumpe Brandr Knutsen. El joven duda y vuelve a sentarse. Petrina se acerca a su señora y se queda junto a ella. – Debemos contar a los dioses nuestros planes y pedir que nos acompañen. – Petrina susurra algo en su oído. – Mañana será Luna Negra, el cielo sin luna. El momento perfecto para todo lo que comienza, para lo que se encuentra sin luz. – Karen comienza a quejarse, de nuevo, que no hay tiempo para organizar algo digno, argumenta. – Knutsen trajo todo lo necesario. – Cierra Brandr con una sonrisa desafiante antes de levantarse para retirarse. La familia Solberg queda con expresiones amargadas. No han conseguido ni comenzar ni cerrar la reunión en su propio salón que ahora tiene el suelo escupido.

La impresión que me dio asistir a mi primera asamblea fue la de que hay tener mil ojos en los cuchillos que se lanzan desde todos los lados de aquella sala. Allí no basta sólo con que seas fuerte, tienes que tener el don de la palabra.

Estaba expectante acerca de cómo el joven Ari Solberg lideraría la aventura, él tenía suerte de contar con todos los que lo acompañábamos, es fácil ser triunfador con las espaldas bien cubiertas.

Esa noche no podía dormir de la emoción. Estuve haciendo mil cosas, pero no podría parar quieto. Cogí mi hacha y me cercioré que estaba afilada, aún así le di un repasito, que nunca estaba de más. 

Cuando la asamblea termina y todos empiezan a salir, me acerco a los Solberg e intento persuadirles para que no manden a Ari a esta misión. No está preparado, tiene miedo, tiene dudas, y nos pondrá a todos en peligro.

Luego hablaré con Haakon y Randall y les felicitaré por su participación en la asamblea y su valentía al seguirme en esta arriesgada aventura. Si tengo tiempo también me gustaría hablar un poco más con Nilsa, ya que su historia me ha sorprendido y es la única a la que no conozco, ni siquiera sé al klan al que pertenece. Y finalmente me retiraría a dormir, ya que intuyo que mañana será un día duro.