Partida Rol por web

Se que mi impulsividad me ha llevado a pisar algo a Karen, y que probablemente mi madre me recriminará por ello, así que por un lado deseo ir a pedir disculpas, y por otro, tengo ganas de conocer a Erika, la princesa de la que tanto he oido hablar. Cuando veo que la asamblea va llegando a su fin, me remuevo en mi lugar, inquieta, dudando de qué hacer, y teniendo ganas de que llegue mañana, sabiendo además, con la emoción, que no iba a poder dormir aquella noche. O al menos, que me iba a costar muchísimo. 

Al final, al terminar, la emoción de la historia de la caza de los dragones me hizo intentar ir a saludar a aquella chica, y me acerqué al final allí. Además, Erika parecía que se dirigía hacia allí. -Oye Nilsa, oye, perdona, oye, ¡Me ha encantado lo que has contado! Estoy segura de que podrías enseñarme cosas, y desde luego contármelas, y además, yo nunca he podido hacer algo así, pero estoy deseando hacerlo. Me encantaría, de verdad, y yo iré, si nada se tuerce, me parece emocionante, mucho, de verdad. - El torrente de mi voy, de los aspavientos de mis manos, estaba siendo demasiado vehemente. La emoción me envolvía, si. - Y a ti, Erika, seguro que has vivido cosas interesantísimas, estoy encantada de hacer grupo contigo... 

Aquella chica era joven y flacucha, pero tenía algo salvaje que me hizo creer sus palabras. Así que sabe cómo cazar dragones... ¡Guau! Increíble...

La reunión terminó abruptamente con la mayoría de los presentes de acuerdo en partir de inmediato. No cabía en mí de emoción y expectación.

Al salir, me dirijí directamente a Ari Solberg. Era más joven que yo, e intuía que sería impresionable y un valiosísimo aliado en el futuro. Mientras todos iban saliendo, me esperé y al acercarme le hice una pequeña reverencia como muestra de educación.

Demostráis gran valor al ofreceros a liderar esta misión. Yo me llamo Haakon y soy comerciante, vengo con la princesa Erika. Podéis contar conmigo para lo que necesitéis. Le dirigí una sonrisa encantadora y utilicé un tono de camaradería. Estaba seguro que normalmente nadie trataba a aquel chico de esta manera.

Cuando terminó la reunión, me dispuse a seguir a Petrina y a Brandr... sin embargo, una chica se me acercó a hacerme algunas preguntas, además de Erika que también se había acercado a nosotras aunque aún no había abierto la boca. Sin embargo, se le notaba que quería hablar con nosotras también. 

Primero, las miré de arriba a abajo, totalmente seria, como si estuviera analizándolas detenidamente. Sin embargo, terminé esbozando una sonrisa orgullosa.

—Cazar dragones es de lo más peligroso, ¿sabes? —le contesté a la chica, mientras sacaba algo de pecho inconscientemente—. Hay que ser muy hábil. Esos bichos te pueden comer de un bocado, te pueden partir en dos de un zarpazo, o te pueden achicharrar vivo como lancen sus fuegos. Se dice que hay algunos que pueden lanzar veneno capaz de derretir a un hombre en cuestión de segundos; también que hay otros con dos cabezas y, por tanto, doble dentadura.

Tras decir aquello, abrí y cerré la boca rápidamente, produciendo un chasquido de mis dientes al entrechocharse y simulando un mordisco de dragón con el que trataba de asustar a la chica. Aunque luego solté una carcajada y le di una palmada en el hombro denotando que estaba de broma.

—Tranquilas. Son peligrosos... pero, si hacemos las cosas bien, no habrá nada que temer.

La mayoría de los presentes se retiran. Nilsa está a punto de salir con la señora de Stein y Petrina. La princesa Rudi y la joven Gunnardottir se acercan para hablar. Hacen preguntas a las que Nilsa responde con cierto orgullo por tener la atención en ese momento. Brandr se retira junto a la anciana, ambas salen con una sonrisa de satisfacción. El contraste está en la familia Solberg. Karen se retira amargada. Tres hombres cargan el asiento de Ivo que apenas puede moverse. Sólo queda Ari en el lugar, conversa con Haakon antes de retirarse.

Ari solberg escucha a Haakon mirando con dureza. En ese momento sus padres se retiran Karen está fastidiada. Tres hombres cargan la silla de Ivo que apenas puede moverse. Entonces el semblante de Ari se relaja un poco, vuelve a parecer un muchacho como cualquier otro. – Te lo agradezco, Haakon. No perece que tenga muchos amigos por aquí. Oye, ese escudo está de lujo. ¿Qué artesano lo ha trabajado? No conozco estos grabados. – Ari observa el escudo de cerca. Se nota que conoce de confección de armas.

Los  parlanchines, nobles y comerciantes, se han quedado hablando en el salón. No Randall, esas cosas lo aburren. Decide encaminarse al Wink, el barco de la familia Rudi en el que llegaron. Es de noche pero no hace frío, aún queda una luna de verano. Está muy agradable para caminar. Al llegar al puerto Randall nota la presencia de un barco que no estaba allí cuando llegaron. Se trata de una embarcación mediana y tiene marcas de haber combatido recientemente. Algunos marineros están sobre la cubierta.

Agradecía el poder pasear a solas con mis pensamientos y en tranquilidad, algo que echaba en falta en aquella noche. Decidí adelantarme e ir al Wink y esperar allí a los demás a que terminasen sus interminables charlas. 

Cuando me fui acercando al puerto, observé extrañado un barco que no creía recordar cuando llegamos. Me acerqué y pude ver cómo aquel barco tenía unas marcas, demasiado recientes, de haber combatido. Tuve suerte, había algunos marineros en la cubierta con los que podría satisfacer mi gran curiosidad - Saludos, Llegué esta mañana y no vi este barco ¿habéis echado amarras hace poco?- dije con mi mejor tono y sonrisa

Lleno de orgullo, le muestro el escudo: Es el escudo heredado de mi bisabuelo Torun Lerice, un gran guerrero. Aquí puedes ver las runas antiguas de mi pueblo. Mi bisabuela dice que confieren al escudo protección mágica ancestral. Estaba realmente orgulloso de mi escudo y mi familia, y agradecí mucho que Ari se fijara. Le miré sonriente: Vuestra familia debe tener una armería fabulosa, ¿no? ¿Cuál es vuestra arma predilecta?

Saludos – Responde uno de los marineros, se ve animado, es un hombre fornido con abundante barba. – Así que aún queda un hombre en Isla Colmillos – Dice con un tono algo burlón. Luego se refriega las manos. – Dicen en otros puertos que sus mujeres están esperando quien se ocupe de ellas. Jejeje. -

Ari observa con detenimiento el arma. – Claro, estos grabados ya no se hacen. Es una pieza del tiempo de Knut – Knut fue el primer hombre en pisar Isla Colmillos. - ¿Sabías que usaban técnicas olvidadas? Los armeros ya no pueden trabajar los refuerzos metálicos con estos adornos sin que pierdan resistencia. – El muchacho parece entusiasmado. – Mi familia ha conservado a Cortedelviento, nuestra espada familiar, que es de la misma época… De hecho… - El muchacho es interrumpido por el llamado de su madre.  –Tengo que dejarte, ha sido un gusto, Haakon. Me alegra que tu y tu escudo formen parte de nuestro grupo.

Me acerco a las chicas, que ya hablan sobre la caza de dragones. Nunca me separo de mis armas, ni siquiera ahora, en una mano llevo mi hacha y en otra el escudo, es una carga quizá innecesaria en esta aldea, pero mi padre me enseñó a estar siempre preparada, nunca sabes dónde puede sorprenderte el peligro. Nilsa es buena contando historias, incluso las adorna con algún ruido. Sigrid parece más recatada. No sé cuál de los dos estilos prefiero. Noto la mirada analítica de Nilsa.

- Hola Sigrid del klan Gunnardottir y Nilsa... Cazadragones. -dudo al darme cuenta de que no conozco el klan de Nilsa.- Nos has impresionado a todos con tu historia. Espero sinceramente que todo eso que has contado sea cierto, pues tus habilidades nos harán mucha falta. Matar un dragón... reconozco que yo no he matado ninguno, pero todos los guerreros lo hacían, todos nuestros ancestros lo han hecho durante generaciones, y sólo es cuestión de tiempo que todos lo hagamos. Pero matar un dragón no es tan difícil como lo que nos proponemos: adiestrarlos. Nilsa, tu conocimiento nos servirá, pero no pienses que eres la única que tiene algo que aportar a esta misión. Hay otros -miro a Sigrid y hago un gesto señalando a Haakon a lo lejos- que aunque no sean tan fieros o valientes, quizá sí tengan lo necesario para acercarse a esas nobles bestias y convencerlas para que se unan a nosotros. No sé lo que nos espera, pero debemos formar un grupo unido y cohesionado, y debemos ser conscientes, todos, de nuestros puntos fuertes y de nuestras flaquezas. -cuando digo eso miro hacia los Solberg, hacia Ari, que en estos momentos habla con Haakon- ¿Qué pensáis de Ari? ¿Creéis que está preparado para acompañarnos?

Yo ya tengo mi opinión, y seguramente mañana hable con los Solberg para convencerles de que Ari no nos acompañe. Aún así quiero saber qué piensan Nilsa y Sigrid. Cada una tiene algo importante que aportarme en esta decisión. Nilsa debe ser capaz de analizar a un guerrero y aventurero cuando lo ve. Sigrid es mercader, controla las mercancías y las personas, es de aquí y debe conocer muy bien a la familia que lidera la aldea.

Ante las palabras de aquel marinero no puedo más que soltar una carcajada y seguirle la vacilada - Jaja, bueno, supongo que eso será porque con lo que llega nuevo a los puertos aquí no tienen ni para empezar, están muy bien acostumbradas-  me acerco un poco más y extiendo mi mano - Me llamo Randall-

El hombre ríe con ganas con el retruque. – Soy Goro. Estos hombres y yo estuvimos en Nido del Dragón. Lamento la pérdida de sus guerreros, vimos desde la costa su embarcación hundirse. Pero no creas que son los únicos en desgracia.  Jök el Iracundo ha muerto, sus guerreros afilan las hachas para decidir el sucesor. No sé qué es peor, no tener guerreros o que estén peleando entre ellos. jajajaja.

El Clan Iracundos es uno de los enemigos que acosan a Isla Colmillos. Tal vez esta noticia alivie un poco el apuro de todos. Si realmente el clan entra en una guerra interna estarán ocupados.

- Sí Goro, una gran pérdida, mi padre era el capitán Gert e iba en esa embarcación- le contesto en un tono un poco más melancólico y rápidamente vuelvo a cambiar el tono y decido dejarme llevar por su alegría - Veo que el lanzamiento de cuchillos sobre las cabezas de los que pueden ser elegidos, para algo más codiciado que arar tierras,  es algo que se extiende allende los mares Jajaja. ¿Y qué os trae a este puerto?-

¡Hasta pronto, Ari!

Cuando me acerco a Nilsa y a Erika, me quedo tan callada que raramente me reconocería alguien. Es la pura impresión de estar escuchando a alguien que ha cazado dragones (en realidad me daba igual que no hubiera sido ella y hubieran sido los adultos de su clan), y por otro lado, ver y escuchar a Erika. Los sonidos y los peligros que proponía Nilsa no me acobardaban, sólo me hacían tener más ganas, y eso se veía en mis ojos, brillantes y deseosos de salir ya. 

Era maravilloso, era emocionante, y se notó que estaba mostrando interés porque no moví ni un pie mientras hablaba Nilsa del peligro y Erika de que podíamos aportar cosas. Y ahí, claro, tenía que hablar. 

- Si, yo tengo una espada, y tengo ganas, y mi padre fue guerrero, así que podré aportar cosas. La verdad, cualquier cosa se me dará mejor que el trabajo familiar, la verdad, así que seguro que puedo aportar mucho. Se que podremos hacer muchas cosas, y además somos la oportunidad para nuestros clanes y ciudades, para nuestra isla en realidad, que nos falta mucha gente como mi padre, pero seguro que honraremos a todos los antepasados domando dragones como ellos eran diestros cazándolos. - De pronto, el torrente y las ganas de hablar, de moverse,de salir se me notaron, con mi acelerada charla, a veces algo inconexa, y en como movía los brazos, señalando a Erika y Nilsa, o a mi misma... 

Luego, me puse algo más seria, y comenté a la pregunta de Erika: - Creo que soy la menos indicada para hablar de Ari, puesto que mi familia está muy ligada a los Solberg. Yo sería partidaria de que viniese, más que por sus habilidades, por ser de la familia y la importancia que tiene. Además, domar dragones, no es cazarlos, han dicho, ¿no?

La sencillez y gracia de Sigird me agradan. Y además es sincera. No duda en mostrarme su opinión y me recuerda el importante papel de Ari en el juego de poder que se está jugando en Isla Colmillos ahora mismo. Tendré en cuenta su consejo, puede que Ari sea más útil de lo que he pensado en un primer momento, aunque sea por lo que ella dice, por la sangre que corre por sus venas; después de todo su padre sobrevivió a Nido del Dragón, los dioses deben estar de su parte aunque el chico no sea capaz ni de atarse solo las botas:

- Hay sabiduría en tus palabras, Sigrid. Tendré en cuenta tu consejo.

Al escuchar le nombre de Gert, Goro se queda sorprendido, alguno más que escuchó la conversación se acerca a verte. Ambos elogian un rato al padre de Randall y se enorgullecen de haberle visto combatir en alguna oportunidad. – Estamos en Solberg de paso a nuestros hogares. Llevamos la gloria de Nido del Dragón a nuestros pueblos. – Hablan alguna vanalidad más y los hombres se retiran.

La noche pasa con cierta inquietud para los voluntarios a una misión única, nunca antes se ha intentado entrenar un dragón en este lado del archipiélago, hay incluso quienes creen que es imposible. El objetivo es grande y podría salvar estas tierras, las dudas son muchas. ¿Dónde buscarán al dragón que necesitan? ¿Cómo llegarán allí? ¿Quiénes finalmente participarán de la cacería? ¿Se trata de una cacería?

Algunos apenas saben que hay varios tipos de dragones, otros tienen más conocimientos. Todos saben que hay un dragón en Isla Colmillos. ¿Será el adecuado? 12 héroes con sus hombres intentaron darle muerte y todos fracasaron. Existe la leyenda de que más allá del Monte Colmillos, donde el hielo se vuelve imposible de habitar, viven dragones de frío, viento y nieve. ¿Servirá alguno de ellos? El entusiasmo deja lugar a la incertidumbre.

Erika despierta en el Wink, algunos camarotes más allá también lo hacen Haakon y Randall. Es media mañana. Nilsa se encuentra en la casa grande de Solberg en calidad de huésped. Brandr y Petrina a aprestan a salir para preparar todo para la ceremonia de la noche. Singrid se ha levantado algo más temprano que los demás y ha terminado sus responsabilidades en el puerto especialmente rápido.