Partida Rol por web

Ya :) 

Solo lo podremos usar una vez?

- Cccjjjj… - La risa contenida de Karen es notada por todos. Quien la observé verá que su rostro se debate entre la incredulidad y la risa. – Ahora van a matar a Doscolas… Se pone cada vez mejor. - Rápidamente cambia la expresión a la de miedo y toma a Ari de la manga de la camisa.

Ari saca el brazo de la presa de su madre con un movimiento brusco. Se ve al joven con una mirada más dura que el día anterior, una actitud más firme.  – Luego veremos cómo lidiamos con Doscolas. – Dice Ari a su madre y luego se dirige a todos. -  Buena pregunta, Nilsa. He estado pensando sobre la clase de dragón que más nos conviene. Marejada y Piedra son muy limitados a su ambiente. – El muchacho comienza fluido pero enseguida se nota que recita una lección que no ha aprendido del todo. – eeeeehhh…  Embestidaaaa…, eeehhh… Rastreadora y Afilada… son muy peligrosos. Debemos buscar un clase Fogonero en las islas del este. – Al terminar Ari se relaja un poco como quien se ha sacado un peso de encima.

Le reunión discurre entre intercambio de información, Karen irónica y preocupada, Ari intentando mostrar liderazgo. Lo cierto es que Doscolas parece un desafío demasiado grande, es un dragón de la clase más poderosa y lleva unos 60 años matando a sus cazadores. Los dragones del norte dependen del hielo, serían una formidable defensa, pero sirven para poco más. Pronto queda claro que para un grupo de jóvenes aventureros las mejor chances están en las islas del este. Logran un acuerdo, en realidad Ari lo impone un poco pero no encuentra gran resistencia.

El siguiente día será el punto de partida de la gran aventura, en medio sólo queda la ceremonia. Knutsen ha organizado todo, hasta han traído tres jóvenes para sacrificar a los dioses. La noche es sin luna, luna nueva, nuevo comienzo. En la oscuridad de un cielo despejado los vikingos dedican a sus deidades la ceremonia de las antorchas. Ponen en aquel ritual la esperanza del pueblo de Isla Colmillos. Los aventureros han sido ubicados en el centro, son ungidos en sangre, con cenizas y barro de la tierra que salvarán. Los pobladores de Solberg están entregados como nunca a ese momento, sus oraciones son coordinadas y apasionadas, como si se hubieran preparado durante años para esto.  Al finalizar todos se retiran en silencio, la suerte está echada, los dioses ya están al tanto de lo que ocurrirá.

Aquel día lo hablé con mi madre, y ella, aunque reticente, dio su permiso para que yo pudiera partir. La verdad, lo hubiera hecho sin su consentimiento, pero prefería ir con la bendición de la autoridad de la familia. La verdad, estar al servicio de los Solberg daba ciertas ventajas, como que mi madre pensase que estaría mejor con ellos que si fuera yo sola con un arrebato a por una aventura. De ese modo, al final me dirigí al ritual de invocación pertinente, y me centré en estar concentrada, ya que era importante. ¡Por fin me habían escogido para ser importante! 

Tras la ritual preparación, me retiro, no sin antes ir a hablar con la familia Solberg, a la que quiero reiterar mi cariño y esfuerzo, y además, el que Ari venga, debe ser importante: - Familia, estoy feliz de poder servir así, buscando un dragón en el este, y protegiendo a la familia, a Ari. Seguro que él alcanzará gloria, y yo con él. Estoy muy emocionada. 

Esperé a ver la contestación, sobre todo de Karen, que habia sido en todo momento la más reticente. 

Tras el majestuoso ritual, busco a Nilsa para compartir con ella mis pesquisas.

Nilsa, ya que eres la que más experiencia tiene sobre el tema... ¿Sabes algo de las Islas a donde nos dirigimos, o los dragones que allí hay? Quiero decir, algo que no se haya dicho ya en la reunión... ¿Cómo los cazaremos?

El hecho de que ella hubiera participado ya en una cacería le daba una gran ventaja y aportaba a nuestro grupo un valor añadido muy alto.

Me entrego completamente a los rituales. Es importante conservar las tradiciones, y honrar con ellas a nuestros ancestros, a los dioses y a los klanes. Son mchas horas de hogueras, bailes, e ingesta en una noche oscura sin Luna. A pesar de todo, me inquieta que Karen haya cedido tan fácilmente, después de toda la resistencia que ha mostrado estos días, así que cuando los rituales y las ceremonias para los aventureros terminan, me acerco a Ari para hablar con él.

- Ari del klan Solberg, -saludo al tiempo que dibujo una reverencia con mi mano- estoy satisfecha de la demostración de valentía que haces al acompañarnos.

Asentí a la contestación de Ari. Un dragón del tipo fogonero estaría bien para empezar. Era mejor que ir a por Dosgolas, eso sin duda. Aun así, no era pan comido tampoco... tendríamos que prepararnos bien.

—Si vamos a por un dragón de tipo fogonero, necesitaremos barro —dije, para todos, cuando se acercó Haakon para preguntarme. Era una información que les vendría bien a los demás también—. Les costará más rastrearnos por el olor, e incluso nos servirá de camuflaje. Además... estaremos más frescos.

No lo llamaban fogonero por ningún motivo...

—En cuanto a las islas —y esto ya se lo dije personalmente a Haakon—, por desgracia no sé mucho...

No era una persona que hubiera viajado mucho. Desde que murió padre, tuve que encargarme de cuidar de mi madre y mis hermanos pequeños...

Ante las palabras de Sigfrid Karen toma las manos de la joven. – Por favor… – Comienza con ojos húmedos – Cuida de Ari. Es sólo un muchacho. Su padre le ha hecho creer que tiene un deber que cumplir. No creo que esté preparado. Tu eres mi única esperanza de que regrese.

Ari se vuelve para observar a Erika. – Erika del klan Rudi. – Saluda con un gesto de la cabeza y cierta expresión de fastidio. – Voy a liderarlos, no a acompañarlos.

La madrugada es muy fría, aún no ha amanecido pero todos están levantados hace un buen rato. Zarpan con la primera luz del amanecer en el Homer, el único barco de la familia Solberg. Ari Solberg, como líder de la expedición, insistió en que su familia debía aportar la nave, sin embargo no tenía capitán. Se le fue pedido a Randall que se haga cargo, es la persona más adecuada.

Desde la orilla saludan inquietos y sin nada del ánimo de la noche anterior. Ivo Solberg está presente en una silla con ruedas, junto a su esposa. Junto a ellos se ha reunido el klan Gunnardottir.  Knutsen contempla muy seria. La única que muestra más entusiasmo es Petrina que moja sus pies en el agua y da unos pequeños saltitos acompasados.