Partida Rol por web

Mientras intentaba agarrar a aquella cosa Bill escuchaba los gritos de sus compañeros, además de un creciente alboroto.

-¡Tranquilos, estoy bien!- exclamó casi sin resuello debido al esfuerzo de atrapar a la sombra.

-He conocido a un nuevo amigo y estoy intentando charlar con él- concluyó.

El gato se incorpora lentamente. De momento parece que está aturdido. Mira a su alrededor intentando enfocar la vista pero no tenéis muy claro que lo esté consiguiendo. Sus bigotes se mueven, intentando captar olores. Tampoco parece que esto le aporte mucha más información sobre lo que sucede a su alrededor.

Zala al ver al felino erguirse sale chispeado hacia la sala superior, ignorando las palabras de Bonnie,que junto con Batracius, se apresuraba a llegar hasta la puerta de la estancia en la que Bill al parecer, había sufrido algún percance

En su carrera, el lutín dracónico pasa sobre la tabla que estaba asegurando Trunkxy, que gruñe malhumorado.

-¡Ahora la tendré que volver a colocar!-

Algorímedes por su parte, permanece escondido a la espera de ver lo que sucede.
 

Cuando Batracius y Bonnie asoman la cabeza pueden ver que allí dentro hay un estropicio. Lo que en algún momento pudo ser una elegante sala de recepciones, con su sillón aterciopelado y sus muebles antiguos y caros, ahora era un caos donde trozos de vajilla y cubiertos se esparcían por el suelo.

Bill, que parece que se ha librado de una buena por los pelos. Frente a él veis una figura como de un hombre con túnica. Apenas una sombra recortada contra la pared que...os mira. Si...es una sombra pero juraríais que es eso lo que está haciendo. Miraros y reirse con una voz perversa.

-¡Ey! Hola chicos, ¿qué tal?- saludó a sus compañeros. -Éste es el nuevo amigo del que os hablé- decía señalando a la sombra -No os dejéis impresionar por esa risa diabólica, seguro que es un tipo majo-.

Luego se volvió hacia la sombra. -¿A que si, sombrita? Saluda a la Reina Bonnie _{^{(está un poco loca)}}- susurró esto último -y a Patitas-.

Las palabras de Bill reclaman mi atención pero más lo hace el gato, que desperezándose anuncia su despertar y con ello, una garantía de ser su comida.  -Ehh, creo que en otro momento podríamos conocer a tu nuevo amigo. Hay... hay alguien que puede impedirnos conversar si tardamos mucho. - sugiero en un tono preocupado y temeroso mientras tironeo de la mano a Batracius. 

No quería salir horrorizada por el gato pero tampoco me dejaría a la buena del felino, que astuto por naturaleza, no perdería el tiempo para atraparnos y ser su cena. - Vamos Batracius, no nos conviene estar aquí. - incito al lutin para que me haga caso. Si Zala había escapado, eso significa que las cosas se pondrán peor. 

Olvidémonos del gato por ahora -dijo Batracius, resuelto, mientras cerraba la puerta detrás de ellos.

En la penumbra de la habitación, Bill se encontraba unos pasos más adelante, y en el otro extremo, la carcajeante sombra.

No me llames Patitas como Bill. -se encaró a la sombra, señalándola- Para tí soy Batracius Pondwell. SEÑOR Batracius Pondwell. Bibliotecónomo. Y ahora, sombra, identifícate. ¿Quién o qué eres?

Batracius ya había tenido problemas pasados con sombras perversas en algunas bibliotecas, y no tenía el horno para bollos ahora mismo. El poder del amor fluía por sus venas y eso le daba mucha más potencia a su furia anti-risitas.

La sombra comienza a girar entorno a vosotros dando vueltas mientras continúa riéndose. Al hacerlo hace que el viento sople, alborotando los pelos de Bonnie. Al pasar junto a Batracius, éste siente que algo tira de su zurrón; ese en el cual lleva sus valiosos utensilios de escritura.

- Mishu, mishu, ven con el Amo. Estoy en la planta baja esperándote con una bonita lata de comida de la que te gusta. Mishu, mishu.

¡Hey! ¡Al ladrón! ¡Pulisía! -exclamó Batracius cuando notó el tirón en su zurrón.

Esa sombra maleducada le había birlado algo.

No te irás de rositas. -dijo mientras tiraba telekinéticamente de la sombra y de lo que llevaba en las manos.

Bill, ¡arréale fuerte!

Los cánticos y el sonido de la lata de comida parecen atraer al gato que se dirige hacia las escaleras donde Trunxy seguía afanándose en arreglar el escalón. Al ver el gato acercarse, sale despavorido escaleras abajo pasando de largo a Algorímedes.

Por cierto que el gato, lleva algo metido en la boca y lo va masticando. Y ahora que lo véis, sobresale una pata roja. Y ahora que os dais cuenta, no veis a Danya Resphar por ningún lado.

De pronto se produce un choque de fuerzas. La sombra tira para un lado, Batracius por otro. Parece que la contienda la va a ganar Batracius cuando de pronto la sombra ceja de repente en su empeño lo que hace que la bolsa salga despedida por el aire arrojando parte de su contenido  fuerza. Plumas, resmas de papel, una cuchilla para borrar...y la propia bolsa llega a estamparse contra la pared haciendo que Batracius tema por los costosos viales de tinta que llevaba dentro. Mientras la sombra vuelve a dar vueltas a vuestro alrededor.

La sombra misteriosa pasa cerca de mí y alborota mis cabellos. - ¡Hey! ¡Me despeinas! Que poco respeto le tienen a las reinas en este lugar. - bufo al cruzar mis brazos sobre el pecho y hacer una mueca de desagrado, mientras contemplo la pequeña escena de Batracius. - ¿Te ha robado? -  le pregunto un tanto sorprendida. -¡Sombra mala! ¡Debería castigarte en nombre de mi reinado! - sentencio como toda noble en su trono, era inadmisible aquel acto dentro de estos lindes. 

- Dale su merecido Batracius, eres tan valiente y apuesto... - incentivo a mi compañero y adorado caballero verde. 

-¡Sombrita, maldita sea! ¡Para o me veré obligado a zurrarte!- dijo el beligerante lutín levantando el puño de manera amenazante.

Sabía que aquella cosa era mucho más grande que él, pero que demonios, Bill Barril jamás se arrugaba ante un rival, por grande o etéreo que éste fuera.

Esperó a ver si sus palabras tenían algún efecto en la sombra que no paraba de girar a su alrededor y el de sus compañeros.

La sombra se detuvo al escuchar las amenazas de Bill y se quedó mirando hacia él desconcertada. Al detenerse, el viento se detuvo con ella. Luego se puso en guardia con los puños en altos y poniendo su espalda contra la pared, le hizo una señal con la mano izquerda como diciendo "ven a por mí, ven". 

Al ver la pose de la sombra Bill no pudo otra cosa que sonreír con socarronería. Hacía tiempo que no se planteaba si ganaría o no una pelea, le gustaban demasiado como para desaprovechar la oportunidad.

Así que sin dudarlo dos veces se lanzó a atizar a la sombra con todas sus fuerzas.

Bill peleando con la sombra, esto era inadmisible. Nadie me escuchaba ni obedecía mis ordenes, no podía lidiar con ello y sentía que mi poder venía en descenso. 

- Vamos Batracius. No tenemos mucho que hacer aquí. - comento al ver como Bill comenzaba el intento de atizar la sombra,  era en parte gracioso ver la escena reinante.

- ¡Dale duro Bill! -  lo incentivo al menos, mucho no podía hacer. 

Espera Bonnie, que quiero ver cómo le salta los dientes a esa cosa, aunque sea metafóricamente. ¿Has visto lo que ha hecho con mi zurrón? ¿Cómo voy a encargarme de mis documentos así, con el material destrozado?

Batracius fue recorriendo la habitación mientras recogía sus enseres desperdigados, pero sin quitar ojo de la pelea Bill vs Sombra. Esto podía ser emocionante...

La sombra ni siquiera intenta esquivar el golpe. El puño de Bill va directo hacia la espinilla de la pierna derecha de la sombra, pero para su sorpresa, el puño atraviesa la sombra y se va a estrellar contra la pared. Sí, era un puñetazo de los buenos, bien dirigido, potente...y eso hace que el dolor sea mayor. La sombra se parte de risa de forma descontrolada mientras Bill el Barril da saltos por la habitación aullando de dolor.

Mientras Batracius recoge sus enseres. Para su desgracia, uno de los viales de tinta se ha roto dentro de la bolsa dejando todo el interior hecho un estropicio.

¡Oh no! Vaya desastre, mi zurrón está chorreando tinta. Maldita sombra de los cojones... -maldijo Batracius mientras cogía sus enseres y los guardaba por distintos bolsillos de su chaquetón, en vista de que el zurrón estaba inservible hasta que fuera lavado.

Con el problema de la tinta se había distraído un momento, y empezó a oír risitas de la maléfica voz y unos gritos de dolor que las ahogaban. Se había perdido el gancho poderoso de Bill hacia aquel ser... aunque podía ver el boquete que había abierto en la pared.

¡Maldición! Si mis poderes no sirven, y que le hinches a ostias tampoco... ¡Espera! ¡Tengo una idea Bill! Es una sombra, luego por definición necesita que haya una fuente de luz para existir. Si apagamos las luces y nos quedamos a oscuras, desaparecerá... espero... -añado encogiéndome de hombros mientras miro a Bonnie en busca de su aprobación.

Usemos nuestros poderes para apagar las velas.