Partida Rol por web

El aire nocturno es gélido, pero el fuego que habéis encendido calienta vuestros huesos. Los grillos chirrían y sonreís a las estrellas, agradecidos por una noche tranquila.

Pero entonces se produce un fuerte rugido y quedáis cegados un instante cuando la hoguera se alza hacia los cielos. Las llamas se parten en el medio, revelando un abismo que roba el calor de vuestra alma. De este lugar infernal surge una figura embozada que aferra una guadaña. Buscáis vuestras armas a toda velocidad.

La extraña aparición vacila unos instantes. Entonces, reuniendo fuerzas, echa hacia atrás la capucha que cubre su rostro y revela una blanquecina calavera con estrellas por ojos.

—Soy Azazel, Señor de los muertos vivientes —sisea—. O más bien, seré Azazel cuando el mismo Tiempo haya muerto.

Mientras habla, la descomposición comienza a devorar su cuerpo y el dios tiembla. Levantando un brazo para ver las diminutas fisuras que se forman en sus huesos, suspira.

—Ah, dulce Entropía, ven por fin a reclamarme —su mirada vacía se posa sobre vosotros—. Pero no, aún no. Antes debo poner en marcha los acontecimientos.

La debilidad comienza a superarlo y cae sobre una rodilla.

—Hace mucho tiempo me convertí en el más poderoso de todos los dioses, a pesar de los esfuerzos de mis enemigos por detenerme. Delirante en mi fuerza, destruí a los demás y terminé devorando las almas de sus adoradores. Tras consumir a todas las criaturas vivas, engullí planetas y hasta las mismas estrellas, hasta que quedé solo, en las tinieblas —el dios pugna por terminar el mensaje mientras sus huesos se tornan en polvo—. Inesperadamente, sentí remordimientos por lo que había hecho. Pené por el universo que había destruido, pero carecía del poder para recrearlo. De modo que acudo a vosotros, mortales, para suplicaros que hagáis lo que a mí me está vedado —busca en el interior de su negra capa y extrae un carcomido saco de cuero—. Tomad estos objetos y utilizadlos.

Mientras se disuelve, lanza un último estertor:

—Matadme esta noche o mañana nunca llegará a amanecer.

Un instante después, de él no queda más que una pila de polvo y la bolsa de cuero.

No es mucho lo que el nombre de Azazel trae a tu memoria. Tienes el vago recuerdo de que se trata de la deidad principal de un antiquísimo culto en honor a la muerte practicada por una cábala de magos que obtuvieron la inmortalidad al descubrir los secretos de cómo convertirse en liches.

Me entretengo contando las monedas que me han correspondido de nuestro último botín cuando la repentina e inquietante aparición me sobresalta. Busco con la mirada una piedra lo suficientemente grande como para aplastar con ella al siniestro recién llegado y, al no encontrarla, no dudo en echar mano de mi poderoso martillo de guerra.

Sin embargo, antes de que tenga ocasión de hacer frente a la amenaza, ésta se pulveriza ante mis sorprendidos ojos dejando tras de sí nada más que una sucia bolsa de cuero.

-¿Habéis visto lo mismo que Polidoro? -pregunto a mis compañeros, algunos de los cuales parecen tan inquietos como yo mismo-. ¡Qué visión tan horrible! A Polidoro esto le huele a mala cosa. ¿Cómo vamos a matar a una cosa que no es más que un montoncito de polvo inútil?

Miro esperanzado a mis amigos, mucho más versados que yo en casi todos los saberes. Personas cultas con las que siempre se puede contar para que resuelvan los misterios que a mí me resultan imposibles de desentrañar.

Helshara era una mujer menuda y estilizada, que apenas parecía una muñeca al lado de Polidoro. Vestía una túnica fina de lino blanco, sobre la que llevaba una armadura que parecía hecha de luz. Sacerdotisa del dios del sol, Pelor, Helshara había sido una de las clérigas de la compañía.

-Azazel es un ser perdido en los anales de la historia -empezó Helshara, bajando su maza de armas-. Adorado como un dios por una cábala de magos que engañaron a la muerte con las artes oscuras de la nigromancia. Liches.

La palabra le produjo un amargo sabor en la boca. Los liches eran uno los muertos vivientes más formidables que Helshara conocía. Nunca se había enfrentado a ninguno, pero le daba la sensación de que eso estaba a punto de cambiar. Sólo esperaba estar preparada para derrotarlo.

-Creo que esa criatura venía del futuro, mi enorme amigo. Un futuro que debemos evitar a toda costa, asesinando, si lo he entendido bien, al Azazel del presente.

Su mirada se posó en la bolsa de cuero.

-Y supongo que esa bolsa contiene la respuesta a la pregunta: ¿cómo podemos nosotros detener el apocalipsis y matar a un dios? -dijo, y miró a la maga del grupo-. ¿Robyn?

Estabamos disfrutando de una noche, como otra cualquiera, comida, buena cerveza, carne de cerdo asandose en una buena hoguera y la gran compañia de mis amigos de batalla a la luz de las estrellas y sin saber como, nuestra paz se ve turbada por vision de una tenebrosa figura, la parca con su oscura guadaña, que en su corta y espeluznante  aparicion, nos deja un mensaje,  "TENEIS QUE MATARME"

Como? he oido bien,  matar a la muerte, creo que me estoy haciendo mayor y me esta empezando afectar el alcohol de la cerveza, creo que tendre que empezar a poner limites, no más de 15 pintas en una noche.

Pero cuando ya creia que era una alucinación, oigo a Polidoro afirmar que también lo ha visto y Helshara lo confirma dandonos información fehaciente de lo que acabamos de contemplar.

que yo sepa Helshara, esta mañana cuando me levante no tenía el poder de matar a un dios o incluso a un simple semidios y que yo recuerde ni con los poderes combinados de Robyn y tuyos y la fuerza del fortachon podríamos ni siquiera sonarle los mocos.

a mi esto me parece una broma, aunque viendo que todos hemos visto y oído lo mismo, lo tomaré como lo que realmente es, una locura y además una aventura que se recordará en los libros de las letanias enanas para la perpetuidad.

no se como lo haremos,  pero me da en la nariz que esa bolsita tiena algunas de las respuestas

Robyn había disfrutado de una cena frugal, y estaba empezando a quedarse amodorrada cuando apareció Azazel. La maga se levantó de un salto, y echó la mano a la bolsita de conjuros, pensando a toda velocidad cuál sería el conjuro más adecuado para la situación. No bajó la guardia ni siquiera cuando la aparición se convirtió en un montón de polvo. 

Más que una broma a mi me parece una trampa para incautos, Tognus. Hemos hecho juntos tantas hazañas como enemigos. -dijo Robyn, de entre los compañeros, la más paranoica- Como suelo decir: no toquéis nada que no haya dado yo por bueno primero ¿vale?

La agente de los Ruiseñores se acuclilló junto a la bolsa de cuero para examinarla detenidamente. Después realizó un sencillo encantamiento que revelaría auras mágicas.

No es mucho lo que el nombre de Azazel trae a tu memoria. Tienes el vago recuerdo de que se trata de la deidad principal de un antiquísimo culto en honor a la muerte practicada por una cábala de magos que obtuvieron la inmortalidad al descubrir los secretos de cómo convertirse en liches.

Te aproximas con cuidado a la bolsita de cuero y la examinas desde una distancia prudencial, mientras das vueltas a su alrededor asegurándote de que no tiene nada de particular que te haga recelar.

Al no descubrir nada que despierte tu inquietud, decides recurrir a la magia en busca de una confirmación o refutación de tus sospechas [conjuro lanzado: "detectar magia"]. En respuesta a tu conjuro, la bolsa comienza a brillar con una luz azulada que solo tu puedes ver y cuya intensidad va creciendo a toda velocidad. Durante un instante, puedes distinguir en el interior de la bolsa dos objetos que palpitan con una magia tan intensa como no has sentido jamás y su poder no tarda en abrumarte, dejándote momentaneamente aturdida y poniendo fin a tu sortilegio.

¡Mierda!

Robyn trastabilló hacia atrás, dando con sus posaderas en el suelo. Aún con los ojos cerrados, podía ver en sus párpados las formas de las auras mágicas de los objetos que había dentro del saco.

Las auras mágicas son abrumadoras. Ni siquiera he podido concentrarme en ellas para discernir la escuela a la que pertenecen.

La maga se pellizcó los ojos antes de abrirlos y cerrarlos con un bizqueo.

Lo que sea que hay ahí, es poderoso. Espero que su funcionamiento sea evidente. Nos quedamos sin perlas cuando identifiqué el botín de nuestra última aventura.

Observo con genuino desconcierto el indescifrable ritual que mi amiga humana lleva a cabo y los preocupantes resultados del mismo.

-¿Robyn está bien? -pregunto, viéndola tan pálida y desorientada. Después me dirijo al resto de mis compañeros mientras me rasco la cabeza con manifiesta confusión-. ¿Y decís que en esa bolsita asquerosa está la respuesta sobre cómo matar a un esqueleto que ya se ha convertido en polvo? Bueno, pues vamos a mirar.

No sé casi nada de cosas mágicas, pero sí sé que alguien tan grande como yo no puede tenerle miedo a una bolsita de cuero mordisqueada por los ratones. Así pues, me acerco y trato de abrirla para vaciar en el suelo su contenido.

La gastada bolsa de cuero prácticamente se desintegra cuando el joven gigante le pone las manos encima, desparramando por el suelo tres objetos fácilmente reconocibles: un rollo de pergamino, un diamante tan grande como el puño del propio Polidoro y una daga mellada de aspecto vulgar.

Martín estaba sumido en el sueño bueno, aquel adormilamiento que llega de forma pesada e implacable tras las comidas copiosas y más aún cuando éstas se aderezan con buen vino.

Un espeluznante escalofrío recorrió el espinazo del artrítico anciano. Con los pelos erizados quedó blanco ante la visión de la muerte, aquella que pensaba venía a llevárselo.

Tras la aparición, Martín se palpa el pecho... afortunadamente aún late. No se lo ha llevado. ¡Uff, por los pelos! Ya algo aliviado, tras el sopetón, Martín recoge de entre los matorrales su boina, que cayó del susto. Se la calza y acude a calmar a las mulas y a tranquilizar a Peluso que no para de ladrar.

Mientras realiza estas acciones, un tanto por compasión por los afligidos animales, otro tanto para tranquilizarse él mismo. Recapacita y busca en su memoria recuerdos sobre ese tal Azazel, sobre las criaturas grotescas llamadas liches y reflexiona sobre el maldito motivo por el cual se detuvo con estos viajeros a pasar la noche... sí definitivamente fue por las mujeres.

Para sí mismo piensa... Bueno, una interesante aventura por delante. Quizá haya alguna ganancia en esta broma.

Despues de las explicaciones  de Robyn y ver como le afectaba su revision de la bolsita, empecé a preocuparme y a la vez a ponerme muy nervioso, estábamos hablando de un tema que se escapaba a mis conocimientos, y aunque teniamos dos expertas en los quehaceres de la magia, me fastidiaba no poder ser util en estos asuntos.

Robyn estaba relatandonos sus sensaciones y pensamientos  sobre el saquito  y antes de que pensaramos que ibamos a hacer con ello,  Polidoro agarra el saco con sus dos grandes manos, mis ojos casi se salen de sus orbitas y antes de poder decir nada, se le desace entre las manos y entre el polvo aparecen tres objetos, más raros y dispares a la vez,

vale ya empezamos con los puzzles y cosas raras, chicas creo que empieza la hora de pensar y es vuestra especialidad, asi como estan las cosas a mi no se me ocurre nada, excepto saber donde podemos encontrar un templo principal de este ser o ir a alguna biblioteca importante donde podamos encontrar informacion sobre este tema, pero claro solo tenemos un día y como uno de estos objetos no sea para transportarnos a su reino o convocarlo, yo estoy perdido...

No es mucho lo que el nombre de Azazel trae a tu memoria. Tienes el vago recuerdo de que se trata de la deidad principal de un antiquísimo culto en honor a la muerte practicada por una cábala de magos que obtuvieron la inmortalidad al descubrir los secretos de cómo convertirse en liches.

Al parecer, fue el mismísimo Azazel quien les proporcionó a sus devotos ese conocimiento para, más tarde, alimentarse de ellos y acrecentar de este modo su propio poder. Tras la destrucción de esta cábala, el culto a Azazel cayó en el olvido y desde entonces no se había vuelto a saber de él en los últimos siglos. Hasta ahora.

Mientras acaricia a Nenúfar, que está más nerviosa:

-Viajeros. He caminado infinidad de leguas y visitado innumerables ciudades en mis viajes. Y nunca, en ningún sitio... ¡Jamás! En ninguna ocasión he visto un templo de Azazel-Acercándose al fuego para ser más perceptible, mientras enarbola una ceja para acerce el interesante- Es más, si no me equivoco, el culto a este ser es muy antiguo y acabó cuando el propio Azazel se zampó a sus seguidores. Eso sí, fue considerado- Martín sonríe y guiña un ojo- Antes de devorar a sus cultistas tuvo la amabilidad de nutrirlos de poder y conocimiento.- alzando su garrota-¡ Espero que éste no sea el propósito de su visita!  ¡Aliñar la cena!- tras una pequeña pausa para retomar el aliento, pues hablar de carrerilla le produce asma- Por otro lado, si lo que buscáis es apoyo en algún templo o simplemente información, puedo teletransportarme hasta ese lugar, incluso puede que pueda llevarme a alguno de vosotros conmigo y luego volver con ayuda o con nuevos datos. ¡Vaya, que en algo sí puedo apoyaros!

Tomándose de nuevo una pequeña pausa, esta vez para limpiarse con un pañuelo: - Yo creo que debemos dejar esta tarea en manos más competentes, eso sí, debemos acompañarles para atribuirnos parte del mérito, no seamos imbéciles. No obstante, quizá, para hacer tiempo, lo más conveniente sea estudiar los objetos dejados por el liche. Es posible que averigüemos algo interesante.

Sí, Polidoro, estoy bien. Sólo un poco aturdida.

Robyn le dedicó al anciano de la boina una mirada ceñuda. 

El conjuro de teletransporte es uno de los más poderosos que conozco. Y no está al alcance de cualquier paleto de colmillo retorcido, os lo aseguro. Puede tener apariencia inofensiva, con la gallina debajo del brazo, pero este anciano es mucho más de lo que aparenta. Y no confío en él. No creo que haya sido casualidad que haya aparecido en nuestro campamento, justo cuando lo hizo.

Helshara frunció los labios. Ella tampoco sabía qué pensar de Martín. El conocimiento sobre Azazel y sus secuaces no parecía compatible con su aspecto simplón. Pero no opinó sobre el asunto, hasta que el anciano tuviera opción a réplica.

-No es sensato mostrar estos objetos a nadie, si vienen de quien viene. En el peor de los casos podríamos parecer cultistas de Azazel. En el mejor... pareceremos lo que somos, necios recorriendo un camino letal y a ciegas. Es mejor que compremos las perlas y dejemos que Robyn los identifique.

Puedo intentar descifrar el pergamino. Sospecho que podría ser algún tipo de conjuro. 

Dicho y hecho, Robyn tomó el pergamino y trató de desentrañar sus secretos.

La sorpresa de Robyn es mayúscula cuando, al desenrollar el pergamino, descubre que éste se encuentra escrito en lengua Común y con una impecable caligrafía, perfectamente inteligible para cualquiera. Así pues, lee el contenido de la nota en voz alta para vuestro conocimiento:

He elegido a vuestro grupo porque creo que sois los que tenéis más posibilidades de matarme. Mi pasado tiene la esperanza de viajar al Mausoleo de los Dioses, evitando a los guardianes situados en el camino que conduce allí, y llegar al Arco del Lethée donde descansa la Gema del Olvido.

Cuando los dioses quieren morir, viajan al Mausoleo y cruzan el Arco. La Gema les despoja de sus poderes y sus almas son enviadas en busca de su recompensa final. Mi pasado planea robar los poderes divinos acumulados dentro de la gema.

El diamante que os dejo transportará a vuestro grupo al Mausoleo si lo rompéis. Desafortunadamente, éste es un viaje de ida. Vosotros deberéis encontrar vuestro propio camino de vuelta.

Soy consciente de que esta búsqueda parece imposible, pero no desesperéis. También os he dejado un arma poderosa: Vengadora. Si la usáis para atacar mientras mi pasado está distraido con la Muerte de los Dioses, seréis capaces de asestar el golpe decisivo.

Ahora he empezado mi marcha hacia el Arco del Lethée. Debéis daros prisa. Si mi pasado triunfa, el mundo estará condenado a desaparecer.

por las barbas de mi tío Lesil, que más queremos, nos dan un pergamino que nos explica todo lo que tenemos que hacer, un diamante que en teoría nos va a teletransportar a un sitio llamado el mausoleo de los dioses, donde los dioses van a morir y que seguramente no esta guardado por hermanitas de la caridad, además nos dan un arma capaz de matar a un dios ( menos mal) y si todo eso sale, por que sino se acaba el mundo, salimos tranquilamente de ese sitio todos vivos.

después de todo lo expuesto, suelto una gran carcajada y cuando ya me controlo y retomo la compostura sigo diciendo.

bueno primero alguien me podría decir que es el mausoleo de los dioses, donde suele estar y que se sabe de lo que hay alli dentro?

además esto no va a ser, a mi parecer nada fácil y creo que vosotros que podeis saber más del tema, estereis más preocupados que yo (digo esto señalando a Robyn, Helshara y Martín) además como se distrae a un Dios para acuchillarle por la espalda sin que te vea o te note. lo siento pero esto a mí me parece cada vez más estrambótico.

creeis que se puede hacer los que nos piden?