Partida Rol por web

Helshara acompañó a sus amigos escaleras abajo y dejó a Robyn la tarea de echar un vistazo a la habitación en busca de trampas. Cuando la maga no descubrió ningún mecanismo oculto, Helshara hizo su propia prueba.

-Muéstrate -ordenó, canalizando una sencilla oración para detectar auras mágicas.

El conjuro de Helshara pone de manifiesto la presencia de numerosos focos de magia en los cristales rojos situados entre las junturas de las baldosas monocromáticas. Las auras mágicas parecen débiles pero a la sacerdotisa de Pelor, poco versada en lo arcano, le resulta imposible identificar la escuela a la que pertenecen los conjuros latentes.

-Los cristales son mágicos -anunció Helshara, aunque probablemente no revelaba nada nuevo a nadie-. Pero soy incapaz de discernir a qué escuela pertenecen las auras. Puede ser cualquier cosa. ¿Robyn?

Robyn negó con la cabeza. 

Ya he utilizado el único detectar magia que había preparado hoy -admitió-. Necesitaría descansar una hora en mi saco mágico para preparar más. Martín, ¿a ti te queda alguno?

Pues nada, pues sino podemos hacer nada mas para averiguar que son esos cristales, me presento como voluntario para avanzar por el mosaico del suelo.

y vosotros atentos por si me pasara algo, al gastar Po,idoro la habilidad de su armadura, creo que soy la mejor opcion

—Vaya, vaya, así que ahora el viejo Martín ya no es tan inútil —dice con sorna el clérigo, agarrando su cinturón con ambas manos y balanceándose sobre sus talones—. ¿Quién quiere ahora venir a darme besitos y abrazos?

Ante las torbas miradas de sus compañeras femeninas, el anciano se apresura a extraer de su morral una de sus numerosas varitas y hacer uso de ella tras advertiros que es el último uso diario que le queda.

La magia latente en la vara confirma la presencia de auras mágicas detectadas por Helshara, pero Martín añade además que estas auras pertenecen a las escuela de Evocación, que se especializa en conjuros que manipulan la energía o crean algo a partir de la nada.

-Polidoro confía en Robyn y Robyn dice que ella no encuentra trampas aquí. Polidoro no le tiene miedo a unas baldosas de colores pero respeta mucho al valiente Tognus. Polidoro esperará aquí y dejará que Togus recupere la llave para nosotros.

Mientras los demás aguardáis expectantes, el guerrero enano se interna en solitario en el enorme tablero de damas temiendo que cada paso que da sea el último de su vida. Nada ocurre cuando Tognus pisa sobre las baldosas blancas pero algunas de color negro se hunden unos pocos centímetros cuando pisa sobre ellas. Sin embargo, ninguna fatalidad le sobreviene al intrépido aventurero en su avance hacia el centro de la estancia.

Cuando finalmente Togus alcanza el pedestal y sus dedos se cierran sobre la llave plateada, el chirrido de piedra contra piedra os hiela la sangre a todos. Las luces rojas comienzan a parpadear con mayor intensidad y en el extremo opuesto de la estancia una de las paredes se hunde en el suelo para franquear el acceso a una nueva habitación.

En el momento en que la pared termina de desplazarse hacia abajo y es engullida finalmente por la tierra, la luz escarlata deja de parpadear y es reemplazada por una luz fija de un enfermizo color verde.

es que en este lugar, nadie sabe hacer habitacko es de piedra normales y acogedoras? grito por que esto cada vez se parece mas un laberinto que  a aun edificio

Ademas empieza a aparecer una iluminacion verdosa que me lleva a pensar en espiritus y espectros, pero mejor no pensar en ello y me pongo en guardia

Robyn se tamborileó los labios con el dedo índice.

Vale. El color ha cambiado. Las reglas del juego también. Pisa sólo las baldosas negras -decidió la agente de los Ruiseñores.

Tognus regresa junto al resto de vosotros siguiendo el consejo de Robyn y pisando exclusivamente las baldosas negras, aunque para ello tenga que ir dando cómicos saltitos. Sin embargo, la puerta sigue estando en el extremo opuesto de la habitación y, si no queréis regresar por donde habéis venido, todos tendréis que cruzar la embaldosada estancia para seguir adelante.

-La idea de Robyn ha funcionado, aparentemente -titubeó Helshara-. ¿Cruzamos todos, de uno en uno, pisando sólo las baldosas negras?

Despues de volver con mis compañeros mas como un saltimbanqui que como un guerrero y viendo que la unica manera de continuar era por la habitacion de color verde, asi que animo nadie dijo que la vida fuera facil.

viendo que de momento es la mejor opcion hagamoslo hasta que entremos en la nueva estancia y veamos que es lo que nos espera

Como no nos podemos quedar indefinidamente donde estamos ni volver por donde hemos venido en tanto que nos sigan faltando dos llaves, no nos queda más remedio que continuar adelante y la propuesta de Robyn de caminar únicamente sobre las baldosas negras parece tan buena como cualquier otra. Me encojo de hombros y encabezo la marcha hacia el extremo opuesto de la habitación. Con suerte no caeré en ningún pozo insondable y lograré llegar hasta la siguiente estancia de este pequeño laberinto.

Polidoro es el primero en alcanzar sin dificultades la nueva habitación abierta y pronto los demás os unís a él. En el centro de la estancia podéis ver una losa de piedra que parece un altar sacrificial y, suspendida sobre ella, una gran cuchilla afilada que se balancea con un movimiento pendular.

Con un destello, Tognus desaparece de vuestro lado para aparecer, un instante después, encadenado a la losa por medio de pesados grilletes negros del mismo metal que la Puerta de las Nueve Llaves.

Tan pronto como el guerrero enano queda tendido sobre el altar de piedra, la cuchilla oscilante comienza a descender, amenazando con partir verticalmente a Tognus en dos mitades.

El enano está consciente y, desde su posición, puede ver algo que para los demás está oculto. Al otro lado de la losa de piedra hay cuatro palancas de forma zigzagueante, como rayos.

"Chicos os he dicho ya que como encuentre al que edifico este edificio, voy a acabar con el y toda su descendencia"
Grito mientras veo bajar la cuchilla hacia mi, con intencion de hacer filetes con mi cuerpo
" si soys tan amables podeis descubrir que palancq se debe accionar para parar esto"

-¡Tognus! -se sobresaltó Helshara, corriendo hacia donde estaba atrapado el enano-. ¡Te sacaremos de aquí, lo prometo!

La sacerdotisa de Pélor examinó las palancas, en busca de alguna pista que le permitiera saber el orden en el que debían accionarlas para liberarlo sano y salvo.

Me causa una gran sorpresa el haber logrado salir ilesos de la habitación de las baldosas pero, desgraciadamente, nuestra buena fortuna no podía continuar durando mucho más y ahora el valiente Tognus ha quedado atrapado en una trampa en apariencia mortal.

Mientras Helshara examina las extrañas palancas con la esperanza de que alguna de ellas logre detener la cuchilla, yo empuño mi leal martillo de guerra y me dispongo a tratar las cadenas de metal o incluso el mismísimo altar de piedra si con ello puedo evitar que mi amigo enano pierda la vida de esta manera tan horrible.

Helshara examina las palancas situadas al otro lado del altar de piedra. Están separadas entre sí dos metros de tal modo que no es posible que uno solo de vosotros accione más de una de manera simultánea.

El joven gigante de piedra trata de romper los grilletes a golpe de martillo pero lo único que consigue de este modo es lacerar las muñecas de su camarada enano y conseguir que éste gruña de dolor que se esté quieto.